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Periodismo Independiente

La Conspiranson contra el Imperio del Monopolio


13/03/2006: La Página Definitiva, servicio público, destapa la oscura trama del 13-M

La Página Definitiva sabe que la hora es grave. Vivimos en estado de excepción democrática desde que Ruubb-Al-Qaba organizara el golpe de estado del 13-M de 2004 para derribar al Gobierno Aznar. La Página Definitiva lo supo antes que nadie y alertó desde el primer momento. Dos años han pasado y España sigue gobernada por Ben Laden. Pero en el aniversario de la fecha del horror ya empieza a quedar claro, gracias a la labor del Periodismo de Investigación Independiente, que lo que muchos sospechamos en su día es una triste evidencia: no era ETA, pero había que decir que era ETA. Se trataba de la única manera de lograr evitar que la Conspiración triunfara.

Resumamos los hechos. Hechos, sí, con mayúsculas: Los atentados del 11-M los organizó el Partido Socialista Obrero Español siguiendo órdenes de Ben Laden para de esta forma evitar que España siguiera cumpliendo su función como luminaria del mundo occidental. Para ello contó con el apoyo logístico de todos los terrorismos periféricos, comunistas y masones que desean acabar con España, reserva espiritual y barrera contra la maldad que esta gente representa. Y con Aznar, claro. El primero de los miembros de este cárter, claro, ETA. Luego ERC y luego CiU. Todos estos terrorismos estaban en la conspiración. A cambio del apoyo al golpe de estado del 13-M esta gente recibe como pago la ruptura de España y la propiedad de las empresas energéticas del país. La acción fue llevada a cabo por los servicios secretos marroquíes, sabedores de que sólo una España aznarista podía defender Ceuta y Melilla eficazmente, a cambio de conseguir estas dos ciudades. Con el apoyo de los servicios secretos franceses, infiltrados en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, en este caso, como siempre, por pura envidia antiespañola.

¿Pruebas, necesitan pruebas? Como siempre, desgraciadamente, hay una minoría de españoles contaminados por la Antiespaña o, lo que es lo mismo, lo que viene siendo la Democracia. Esta gente, aun siendo españoles de buena voluntad, ha visto su alma contaminada por el germen del materialismo positivista, peste que lleva inevitablemente al marxismo si no se ataja a tiempo. Y a romper España. Por ello no les basta la evidencia reluciente de los hechos arriba expuestos ni tienen la debida fe. Pero da igual, porque también las pruebas apuntan indubitadamente en la dirección expuesta. Juzguen ustedes: Parece ser que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado encargadas de investigar el caso han manipulado todas las pruebas, como demuestra el hecho de que el cabo de la comisaría de Policía de Matalascañas compraba el pan en una tienda de ultramarinos enfrente de la cual estaba aparcado un Skoda fabricado en Martorell por Gas Natural, el mismo modelo que usaba la amante de Suárez Trashorras para irse de cañas después de comprar dinamita a un confidente de Telefónica infiltrado en los locutorios regentados por los marroquíes encausados. Esto no son agujeros negros en la investigación oficial del 11-M sino una alteración espacio-tiempo que, como los astrónomos de todo el mundo se den cuenta de que existe, se traga Madrid y la lleva al otro extremo de la galaxia a la vez que pondría en duda la Teoría de la Relatividad General (La Página Definitiva, servicio público, no se inquieten, promete un especial "Los Agujeros Negros de la Teoría de la Relatividad General").

Afortunadamente, la labor del periodismo independiente está sacando a la luz todo el engaño. LPD no puede ser menos y en la labor de servicio público que le es propia, desea revelar una gran exclusiva, con una base factual tan o más elaborada que el resto de informaciones de servicio público que sobre este particular está ofreciendo el Periodismo Independiente, que creemos que, definitivamente, demuestra el masivo engaño a que nos sometió Rodríguez Zapatero en tanto que sicario Ben Laden para llegar al poder tras un golpe de Estado.

Según ha revelado a LPD el portero de una finca situada frente a la parada de Cercanías de "El Pozo", no hubo ninguna explosión el 11-M en esa estación. Únicamente equipos de televisión y muchos equipos técnicos. Sospechosamente, a este portero le habían citado para hacerse un frotis vaginal en la Seguridad Social esa misma mañana, pero decidió no acudir a la cita por entender que se cuestionaba su hombría. Charlando en el club de amigos de Onésimo Redondo con otros porteros de la zona este hombre descubrió que todos sus compañeros de trabajo de la zona recibieron la misma citación y que acudieron a la Seguridad Social, donde les regalaron preservativos con la efigie de Zerolo. La conclusión es clara: alguien quería que este noble gremio se ausentara de la zona el día de autos. ¿Por qué? Es fácil concluirlo. Este hombre, el único testigo fiable, el único que pudo ver lo que pasaba sin formar parte de los actores o del atrezzo, atestigua que no hubo explosión ni nada, que los muertos los traían de depósitos en cámaras frigoríficas (LPD ha descubierto que eran cadáveres traídos directamente de las sedes del PP, sometidas a un antidemocrático acoso consistente en apiolar militantes del PP para proveer de 191 cuerpos a la escenografía del día).

LPD ha seguido esta pista y está en condiciones de afirmar que los trenes de cercanías que supuestamente explosionaron en Atocha o la estación de Santa Eugenia tampoco existieron. Son pura infografía televisiva, un montaje, organizado para engañar a los españoles y poder justificar la muerte de militantes del PP. Las pruebas se acumulan, porque las imágenes demuestran que los ejes de las unidades Civis que aparecen despanzurrados no se corresponden con la configuración de los modelos que Renfe asegura haber perdido. Estamos bien frente a un fraude al seguro bien frente a una manipulación brutal. Adicionalmente, los agujeros para ventilación y entrada de sol natural que muestran estas unidades no se corresponden con los modelos que se asegura que fueron atacados. Puede comprobarse fácilmente consultando el catálogo de CAF, empresa suministradora. La conclusión, pues, es clara. Manipulación, mentiras, corrupción y golpe de estado. Así de claro se lo decimos: todo fue una trama organizada para engañarnos y, por no haber, el 11-M no hubo ni trenes.

Recuerden, para cuando llegue el caso, que LPD informó, con la solvencia y seriedad propia del Periodismo Independiente, primero.

ABP (València)

 

14/02/2006: La Página Definitiva sigue en venta 6 años y dos burbujas tecnológicas después

La Página Definitiva nació el 14 de febrero de 2000. Lo hizo como medio de expresión, medio en broma medio en serio (más bien totalmente en broma), de dos amigos para aprovechar eso de la Internet. No pretendía ser nada serio en exceso, aunque desde un principio uno de los dos tiraba del carro, se ponía a trabajar en ellouu e incluso creía tanto en el medio (Internet) como en las posibilidades de que LPD fuera algo parecido a un medio de comunicación o algo parecido a una publicación periódica. El otro, más escéptico, más cómodo, menos valiente, no tanto. A la vista está de que se equivocaba este último.

Seis años después, es evidente que en nada se parece hoy LPD a lo que en su día fue o a lo que en sus inicios pudimos pensar ninguno de los que participamos en su creación. No es momento de recordar quiénes fueron y qué hicieron, quiénes pasaron por aquí y se quedaron, quiénes pasaron por aquí y se fueron, cómo se puso en marcha el Areópago para abrir más en lo posible una web que siempre, desde su primer día, se mantuvo fiel a unos principios fundadores que pueden resumirse en uno: creer en la libertad de expresión, en una versión maximalista y ambiciosa de la libertad de expresión, es decir, creer en la mima esencia de la misma. Probablemente, en cambio, esto es algo que, lamentablemente, sí toca hoy recordar, dado la que está cayendo dentro y fuera de casa. Algo que se enmarca, por lo demás, en un retroceso y minusvaloración de las libertades enmarcados en la marea retro que nos lleva.

Lo más singular de LPD, probablemente, es que siempre ha sido diferente en algunas, pequeñas y quizás no tan importantes, cosas. Pero que a quienes la hacemos nos gustan y nos parecen importantes. Hemos intentado siempre dar una visión personal de la realidad y hemos tratado de hacerlo de la forma más divertida que hemos sabido. Hemos intentado, en la medida de lo posible, enseñar parte de lo que por nuestras circunstancias vitales sabemos. Y hemos tratado de aprovechar lo que muchos otros saben. En general, si creíamos que lo que teníamos que decir coincidía con lo que se podía escuchar en otros lugares, hemos tratado de callarnos o de expresarnos por otras vías. Pero, puestos a pontificar, siempre aspiramos a ayudar en la medida de lo posible a abrir ópticas, bien por la pluralidad de opiniones que siempre han tenido cabida en esta página, bien por el contenido de las cosas que contábamos bien por la forma, sencillamente, en que tratábamos de hacerlo. A veces lo hemos hecho mejor y otras, las más, de forma manifiestamente mejorable. Pero me temo que la construcción del constructo social es un poco eso: hacer casi todo mal, pero insistir y que entre muchos insistamos, más con entusiasmo que con acierto, para entre todos ir avanzando.

LPD nunca ha sido la actividad principal de sus creadores ni les ha reportado un euro. Se ha hecho siempre por gusto, porque constituye un placer para quienes aquí escriben contar cosas y que a otros les puedan ayudar, instruir, entretener o simplemente mover a la reflexión, la carcajada o el cabreo. Es un talón de Aquiles pero una garantía. Es el elemento culpable de que aquí se escriba poco y con una cadencia insufrible pero es también responsable de que cada artículo publicado en LPD lo está porque a sus autores les apeteció escribirlo. Se ha hecho aceptando que cualquiera enviase sus reflexiones y opiniones, o contara algo, a partir de las variadas posibilidades de debate más o menos formalizado que LPD tiene o de secciones pensadas para aportaciones externas. Asimismo, LPD siempre ha acogido con los brazos abiertos a quienes desearan comprometerse a participar regularmente del proyecto en la medida en que se sintieran identificados con las posibilidades y exigencias que el mismo conlleva. Se abrieron weblogs, excelentes la mayor parte de ellos (lamentablemente descuidados algunos otros), para quienes deseaban un espacio más "definido" y personal. Siempre, no obstante, partiendo de la base de que un mínimo compromiso y una visión común de la realidad, anclada en la idea de que el pluralismo y las visiones diferentes, cuando cuidadas y fruto de la reflexión y de la curiosidad, de las ganas de aprender y mejorar, son tan necesarios como el aire que respiramos.

Seis años después Internet es un gran fenómeno y se le presta una enorme atención. Todas las semanas aparecen en los grandes medios de comunicación referencias a iniciativas en Internet que tienen entre 10 y 100 (hasta 1.000) veces menos visitas que esta página web. Mientras tanto, LPD es cada vez más reconocida como marca, en un proceso que no responde a la que era la voluntad de sus creadores, en la Red. ¿Qué está pasando?

No es nada grave ni que preocupe a quienes aquí escribimos, pero sí es un indicio notable de dos realidades. De una parte, de lo alejado que está el mundo "oficial" del mundo real del que vive una generación, no tanto de sus preocupaciones, que siguen siendo variadas (desde las más cultivadas a las más gamberras) sino de la forma de vivirlas, contarlas y entenderlas. La mejor manera de comprobarlo es contemplar el reflejo que de las mismas ofrecen todavía hoy los grandes medios de masas. De otra, de lo espectacularmente endogámico que sigue siendo el periodismo español. Y es curioso cómo, además, se trata de la única profesión que apenas se ha "renovado" en los últimos 30 años. Si médicos, abogados, profesores, políticos, jueces... en mayor o menor medida han ido dejando paso a los jóvenes, los periodistas a los que los españoles seguimos escuchando, viendo o leyendo son los mismos desde hace décadas. No sueltan el mando y no parecen dispuestos a hacerlo. Mientras tanto, exigen renovación a políticos y quien se ponga por delante. Hay periodistas en España que empezaron a tener programas en la tele y en la radio pidiendo a Arias Navarro que "renovara" la clase política.

Se conocen y, sobre todo, se protegen entre ellos y a sus medios, con todas sus fuerzas, de cualquier recién llegado. Ésa y no otra ha sido la lucha durante años del periodismo independiente. El éxito, en la medida en que lo ha tenido, de LPD sólo es testimonio del creciente desafecto de la creciente mayoría de la población hacia quienes cada mañana, por ejemplo, se dirigen sistemáticamente a una audiencia que creen que les entiende y a la que creen entender. Cuando su drama es que, en el fondo, sólo les atienden los mayores de ciuncuenta años. Cegados por ese microclima en el que habitan, nutridos por el caldo de cultivo tradicional, se van a llevar un susto tremendo en apenas unos años. Porque el Imperio del Monopolio y el Sindicato del Crimen, tirios y troyanos, siguen sin comprender que el elemento liberador, provocador y constructor del pluralismo es imposible de controlar en sociedades que se han dotado de los medios personales (en forma de educación) y tecnológicos (eliminando las restricciones que obligaban a que alguien mediara entre la información, las reflexiones, la cultura, la opinión, los expertos... y el ciudadano.

LPD, si ha servido algo a lo largo de estos seis años, es como excelente indicio de que algo no acaba de marchar y que la cosa inevitablemente se va a llevar por delante a muchas estructuras que hoy parecen asentadísimas. Bienvenido sea el revolcón y, de paso, mientras tanto, quienes aquí hemos escrito nos hemos llevado, como en cualquier viaje a Itaca, lo mejor que se puede obtener en forma de respuestas, ánimos, interacción y, sobretodo, el aprendizaje que de muchísimos que nos han leído y escrito hemos podido parasitar.

ABP (València)

 

 

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