Mirando las últimas encuestas publicadas para unas hipotéticas elecciones generales, sorprende cuántas de ellas tienen estimaciones de escaños. Y sorprende porque son encuestas de entre 1.000 y 2.000 entrevistas, que deberían ser insuficientes para una estimación adecuada de escaños, teniendo en cuenta que los escaños se reparten por provincias. Por ejemplo, entre las encuestas publicadas para las pasadas elecciones, la encuesta del CIS se realizó con más de 17.000 entrevistas, mientras otras empresas demoscópicas realizaron encuestas de entre 5.000 y 8.000 entrevistas, aunque por otra parte Metroscopia, supuestamente un referente en el sector, su encuesta con más entrevistas solo tuvo 2.800.
Como un número bajo de entrevistas no da para calcular una distribución provincial correcta, se supone que se basarán en los últimos resultados de las elecciones generales, modulados con los resultados geográficos de las encuestas, para hacer la estimación. Este método puede ser adecuado para hacer una estimación a grosso modo de escaños, pero que se debería indicar cuando se publican, porque ya no se estaría hablando de los resultados de una encuesta, sino también de unos estimaciones recocinadas.
Para ver cómo son esas estimaciones de escaños, en el siguiente gráfico se compararán las estimaciones —con respecto a los votos estimados de los partidos en las encuestas— de escaños (círculos) con la «extrapolación» de escaños que se calculó en una entrada anterior de este blog (curva). La aspa representa el resultado del partido en las pasadas elecciones generales.
Las estimaciones de escaños se aproximan bastante a la curva calculada para la mayor parte de las encuestas, por lo que o la distribución geográfica de los votos a los partidos se mantiene tal cual fue en las elecciones generales, aunque cambie el voto de los partidos, o las empresas demoscópicas están empleando el método del «extrapolador» casi tal cual.