Real
Madrid (MEMYUC)
ANÁLISIS
EQUIPOS PRIMERA DIVISIÓN - TEMPORADA 2004 - 2005
OBJETIVO:
Ganar, además del agradecido Trofeo Bernabeú, algún
título oficial. El Real Madrid está por encima de
esas minucias, pero ha de preservar la ficción de que es,
también, un equipo de fútbol. Por ello un titulillo,
aunque fuera menor (Copa de la Comunidad de Madrid, Medalla al Mérito
Deportivo de la Real Federación Española de Equipos
A Los Que Los Árbitros Unas Veces Quitan y Otras Dan o incluso
algo tan devaluado como la Copa de S. M. El Rey Campechano), es
el objetivo del Madrid para este año.
TRAYECTORIA:
La trayectoria del Mejor Equipo del Mundo y Universo Conocido se
ha visto afectada por unos años de conjura arbitral y mediática
en su contra. La saña con la que As, Marca
y la prensa "seria" nacional atacan a la institución,
alentados por la manipuladora Cadena SER y Poli
Rincón sólo tiene parangón en la cainita
persecución a la que ha sido sometido su primer equipo por
parte del Comité Nacional de Árbitros. Actuaciones
que quedarán en la retina como ejemplos de furibundo antimadridismo
militante (si lo dicen Alfredo Relaño y Paco González
no duden de que así es) como las de Pino Zamorano, Tristante
Oliva o Losantos Omar (por poner unos ejemplos casi aleatorios,
esperemos que nadie se sienta ofendido por la exclusión)
han acabado por debilitar a una escuadra sin tacha. Y, por eso,
hace unos añillos que la cosa ya no es lo que era. Básicamente,
desde que la herencia de un tipo genial para esto del fútbol
en España como Lorenzo Sanz
ha ido diluyéndose, lo que ha dejado de asegurar Ligas y
Copas de Europa.
FIGURAS:
Grovensen (o algo así). Si con Beckham el MEMYUC vendió
camisetas en Chueca que da gusto, ahora Floro va todavía
más lejos y parece dispuesto a conquistar el mercado de los
homosexuales más amanetes del cuero, la grasa y la animalidad.
¡Ni un nicho de mercado sin estrellita del Madrid que lo represente!
Hefestiones del mundo, ya tenéis una camiseta que llevar
debajo de vuestro mono de mecánico grasiento en las performances
del Día del Orgullo Gay. Adicionalmente, Grovensen representa
el punto álgido de la política de "Galácticos"
de la casa, la cuadratura del círculo, la demostración
de que el Madrid "es lo más". Porque de este tipo
nadie sabía nada y, a pesar de eso, picapedrero del fútbol
europeo en equipos de tanto tronío como el Everton o el Hamburgo,
ha sido convertido unánimemente en estrellita mediática
por el solo hecho de fichar por el MEMYUC. De ello se ha encargado
nuestra profesional prensa deportiva, encantada con la ocasión:
como nadie sabía quién era el tipo en cuestión
todo aficionado madridista ha debido empaparse de portadas papanatoides
para poder fardar ante sus amistades de estar al cabo de la calle
sobre las excelencias del nuevo mercenario de lujo.
NUESTRO
CONSEJO: LPD tiene miedo de dar consejos a los equipos de fútbol
porque sistemáticamente sus presidentes nos hacen caso y
empiezan a modelar su política de acuerdo con nuestras sugerencias.
Véase, por ejemplo, la fiebre recalificadora que se ha apoderado
de nuestro fútbol desde que LPD, allá por 2000, indicó
que ése era el camino a seguir. Pero hay más, recuerden
que el año pasado recomendábamos a un Madrid que se
las prometía muy felices sustituir
a Jorge Valdano. Nadie pensaba a principio de temporada que
algo así tuviera la más mínima posibilidad
de ocurrir. Y sin embargo, propuesto por LPD y hecho. Ahí
lo tienen. Incluso el sustituto que recomendábamos (Pocholo)
es más o menos la opción escogida por Florentino Pérez
(Butragueño). Atenazados por la responsabilidad institucional
contraída por esta página, en la práctica encargada
de dirigir la entidad, nos atrevemos a proponer para este curso
una medida cuando menos osada: el MEMYUC, dado que Liga Española
no le ajunta y sus árbitros tampoco, debiera proponerse como
Mejor Club del Mundo Libre Asociado a la Competición Española,
autodeterminándose de manera unilateral como Campeón
Legítimo de la Competición, adulterada recientemente
por el asqueroso y desleal comportamiento de los equipos de provincias,
que se ponen en plan peleón y obligan a las estrellitas-vende-camisetas
a sudar, trabajar y tirar del carro. Tarea que, al ser privativa
de Raúl González Blanco, no es fácil de emprender
en común así como así. Junto a esta Declaración
de Independencia Moderada, el Real Madrid exigiría un "cupo
de arbitrajes" no abiertamente desfavorables, así como
conservar todos sus derechos históricos sobre la Plaza de
Cibeles (¡que venga el Alcalde!) y el reconocimiento de selecciones
nacionales para los barrios de Legazpi y el municipio de Torrelodones.
A grandes males, grandes remedios. El Real Madrid ha de demostrar
que no se arredra ante nada ni de somete a nadie. Y si de lo que
se trata es de responder ante la amenaza del nacionalismo centrífugo
con una respuesta españolísticamente centrípeta,
ahí estaremos.
COMENTARIO:
Lo triste del Real Madrid es que todavía tiene mucho que
aprender de LPD. ¿Camacho? ¿Camacho dicen? LPD siempre
ha mantenido una política muy clara respecto a este
señor, y para ello ni siquiera nos hizo falta esperar
a que fracasara incansablemente con la selección
española: es un tipo amigo de la demagogia que tiene
poco de entrenador y mucho de líder mediático-populista.
Es decir, que sería el perfecto entrenador de fútbol
en España si no estuviera llamado a más altas cotas
(como, por ejemplo, liderar cualquier formación política
en el País Vasco). Porque él se sabe constreñido
por el poco vuelo de un trabajo como el de entrenador y por eso,
a la que puede, se larga. Del Madrid, de la Selección española,
del Madrid otra vez... Así es Camacho. Con todo, hay un viejo
dicho del mundo del fútbol que sostiene que "mejor una
semana con Camacho que 20 años con Fraga", al parecer
provinente del fútbol gallego. El Real Madrid ha tenido el
privilegio de comprobar los efectos estabilizadores de la breve
presencia de Camacho por su banquillo al principio de temporada,
aliñada con regalos envenenados como la recuperación
de Morientes o la renovación de por vida de Roberto Carlos
(¡qué simpático y entrañable!): desde
ese momento, los entrenadores se suceden a velocidad de vértigo,
muy probablemente porque la entidad y el vestuario son conscientes
de que no pueden aspirar a vivir nada igual pero no se resignan
a dejar de intentarlo: García Remón y Wenderlei Luxemburgo
son los más recientes episodios de esta desenfrenada búsqueda.
Con este último la cosa puede estabilizarse (es decir, unos
mesecillos) porque es extranjero (que siempre impone más
y cuesta más caro de despedir) y tiene un expediente policial
que es la envidia secreta de cualquier empresario de la construcción
español (que ya sabemos que es quien dirige el fútbol
en España). Credenciales más que suficientes para
lograr conducir al Real Madrid con mano firme a la consecución
del objetivo que más gloria puede dar al club en esa secundaria
faceta aneja al marketing y a la defensa de España
como es la actividad futbolística: caer en semifinales de
la Copa del Rey o, en su defecto, en la misma final.
EL
COMENTARIO DE NUESTRO TÉCNICO: Esteeeee
más que
comentar, el Real Madrid merece la mera transcripción de
las sensaciones, insuperables, que se desencadenan en nuestro más
íntimo yo cuando nos enfrentamos a tanta, tantísima,
belleza. No sólo en el césped, sino en un vestuario
que ha visto pasar desde la recia masculinidad de locomotoras como
Fernando Hierro a la estilizada estética discotequera de
dandys como Pedja Mijatovic, contando también con la potencia
bruta de Ronnie (que además nos desarma, lo confesamos, con
esa sonrisa pícara), los excesos testosterónicos de
Zidane, o la mediterránea fuerza interior de Raúl
y desencadenada latinidad de Figo. ¿Puede pedirse más,
si además cuenta la entidad con el Presidente más
atractivo del fútbol español, el Director técnico
con más morbo y los porteros de acceso al estadio con bíceps
mejor formados de toda la Liga? Parecería que no, y, sin
embargo, nos ha llegado este año David Beckham, que es un
ejemplo de hombre proporcionado, de cuerpo cuidado y moldeado lo
justo (extremidades, espaldas, esos músculos marcados pero
sin caer en los excesos de Munitis, que por tan clara manifestación
gusto pasado de moda hubo de abandonar el club) sobre el que se
añade el más bello rostro de este siglo, una gracia
sin igual y un gusto cuidado y exquisito. Ver un partido del Real
Madrid es una experiencia sólo superada por tener el privilegio
de acceder a ese vestuario después del mismo.
ABP
(València)
ANÁLISIS
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