Real
Madrid
ANÁLISIS
EQUIPOS PRIMERA DIVISIÓN - TEMPORADA 2003 - 2004
OBJETIVO:
Alcanzar un lugar de preeminencia en el corazón de todos
los españoles, incluyendo a los escasos díscolos.
El Madrid pretende incluso acabar con el dominio de otras escuadras
en sus feudos históricos y hasta desbancar al Grupo de Mudanzas
Especiales de Gil Stauffer como equipo preferido por los habitantes
de Chueca. Lanzamiento de una nueva línea de camisetas especialmente
diseñadas para este nicho de mercado: la elástica
madridista de Beckham convenientemente empapada de sudor tras 90
minutos de entrega y lucha del chaval.
TRAYECTORIA:
La trayectoria del Mejor Equipo de España y del Universo
ha dejado de ser simplemente galáctica para trascender lo
material y adentrarse en el ámbito de la evangelización.
La llegada de Beckham permite liquidar de un plumazo toda la Historia
del Fútbol antes de la llegada del Más Bellos al Madrid
con un sencillo resumen: el Real Madrid fue durante esos años
El Más Grande. Lo que, sin ser un mal resultado, no constituye
sino la mera base a partir de la cual Florentino Pérez, Profeta
del Nuevo Fútbol, pretende poner los cimientos del primer
club de fútbol del mundo trino y uno.
FIGURAS:
Roberto Carlos. Todos pueden haberse olvidado a estas alturas del
simpático brasileño que durante años se ha
encargado de amenizarnos las sobremesas con sus esperpénticas
y constantes apariciones en los telediarios de Antena 3 (quizá
con la excepción de los interiores y extremos diestros de
los equipos rivales que, malvadamente, tienen muy buena memoria
y se empecinan en aprovechar la inmensa extensión de terreno
libre que suele haber por la zona que teóricamente ocupa
el entrañable internacional brasileño). Pues bien,
nosotros no. Ver a Roberto Carlos año tras año disfrazado,
jugando con la Play-Station, confraternizando con la patética
estrellita carioca del rival de turno en mil y una situaciones absolutamente
ridículas o sencillamente haciendo el patán en su
lamentable búsqueda de popularidad es algo que no podemos
eliminar de nuestra memoria, por más que nos empeñemos.
La indeleble huella causada por quien lo jugó todo a la carta
de ganarse el corazón del populacho desde la asunción
de la imbecilidad del mismo, en la medida en que contó con
la protección y connivencia de Antena 3 (en su gloriosa época
de chapucería castiza, pero con medios para explayarse a
gusto, no como en esta época de recortes) no puede desaparecer
así como así sólo porque ya no haya espacio
en televisión para sus chanzas y voz de pito. No. Y menos
todavía tras estos años de incansable lucha por afirmar
su posición en un club al que llegaban estrellitas y estrellitas
incansablemente. Cada año Roberto Carlos se ha superado,
enfrentándose a la adversidad. Venía Figo y era él
capaz de cabrear más todavía a la afición del
Barça por la expeditiva vía de insultarlos directamente.
Llegaba Zidane y Roberto Carlos se daba más lustre a la calva,
ponía acento andaluz y se proclamaba Campeón del Mundo.
Aparecía después Ronaldo, y nos deleitaba con simpáticas
miserias de alcoba de cuando ambos la compartían. Él
es así. Por eso no tenemos dudas de que este año lo
hará de nuevo. Incluso con Beckham, algo inventará
(la línea de calzoncillos hueveríticos "Roberto
Carlos", por ejemplo). Porque él es así.
NUESTRO
CONSEJO: Sustituir al encargado de la gestión de la parcela
técnica de la entidad, el argentino Jorge Valdano, por una
persona con un perfil más apropiado para el puesto, por ejemplo
Pocholo. Las razones que avalan esta medida son múltiples.
En primer lugar, Valdano ha cubierto ya un ciclo. Todos estamos
acostumbrados a él, no vende camisetas y empieza a tener
arrugas. Ni siquiera se rumorean ya en los últimos años
presuntos escándalos sexuales sobre él. Todo un síntoma
de decadencia. Es un tipo quemado. No da el perfil de lo que requiere
una sociedad como el Madrid. Un intelectual de nueva estirpe como
Pocholo, con similar riqueza de lenguaje y capacidad expositiva,
pero más joven y popular, es el recambio ideal. De paso,
además, el Madrid pasaría a fidelizar de forma definitiva
al nuevo segmento de población más deseado por publicistas
y expertos en merchandising: el colectivo gay, estandarte del buen
gusto, y principales consumidores de eventos como el Festival de
Eurovisión, sin ir más lejos, quedaría eternamente
convertido al madridismo con esta genial pero sencilla jugada. En
el aspecto técnico, por otra parte, no creemos que la labor
realizada en los últimos años bajo la égida
de Valdano a la hora de descubrir futbolistas para el Madrid pueda
resentirse por su marcha. A pesar de la indudable sabiduría
del argentino, casi cualquier aficionado al fútbol sabía
que Figo era muy bueno, que Zidane es un modelo de futbolista, Ronaldo
el ídolo de los niños y Beckham el esforzado jugador
de equipo, encargado de realizar el trabajo oscuro que no se ve
ni se publicita, que un equipo de figurines como el Madrid necesitaba.
O sea, que no creemos que Pocholo fuera a plantear problemas en
este sentido. Su función: decir que sí a los caprichitos
de Florentino (como Valdano) y explicarlos en rueda de prensa (de
mucha mayor repercusión que las que daba el argentino). Y,
de paso, el MEMYC empezaría a aparecer donde se reparte el
bacalao de la presencia mediática en España: Crónicas
Marcianas, Sabor a ti, Corazón de Fútbol, Historias
sobre el césped y de las concentraciones
COMENTARIO: Todo el fútbol europeo y mundial, incluso (si
se nos permite exagerar un poco) el español pivota indefectiblemente
en torno al Real Madrid. Lo queramos o no, la importancia de la
entidad y, sobre todo, las bellas facciones de sus jugadores, le
han dado esa posición de preeminencia. El Real Madrid, por
ello, es quien define, a la hora de la verdad, al resto de equipos
españoles. Lo que es el Barça (representante de los
cabrones de los catalanes, a los que les damos estopa a base de
bien, afortunadamente), o el Valencia (paletos de provincias incapaces
de ganar una Copa de Europa), Depor (buena gente trastornada, que
ha empezado a alejarse del buen camino del señorío
y el respeto), Sevilla o Betis (¡buena y colorista gente!),
Atlético de Madrid (el vecino con problemas mentales, pero
español de los de verdad, al fin y al cabo)
depende
de cómo se les ve desde Madrid y, en concreto, desde El Madrid.
La misma selección española, con sus reiterados fracasos,
es expresión indirecta de la grandeza del Madrid. Tomen los
últimos años como ejemplo. Por mucho que se cuente
con El Más Listo y Segundo Más Guapo de la Clase,
ni siquiera así se puede ganar si no se posee ese plus de
grandeza, caballerosidad y sentido del honor inherente al Real Madrid.
EL
COMENTARIO DE NUESTRO TÉCNICO: Esteeeee
más que
comentar, el Real Madrid merece la mera transcripción de
las sensaciones, insuperables, que se desencadenan en nuestro más
íntimo yo cuando nos enfrentamos a tanta, tantísima,
belleza. No sólo en el césped, sino en un vestuario
que ha visto pasar desde la recia masculinidad de locomotoras como
Fernando Hierro a la estilizada estética discotequera de
dandys como Pedja Mijatovic, contando también con la potencia
bruta de Ronnie (que además nos desarma, lo confesamos, con
esa sonrisa pícara), los excesos testosterónicos de
Zidane, o la mediterránea fuerza interior de Raúl
y desencadenada latinidad de Figo. ¿Puede pedirse más,
si además cuenta la entidad con el Presidente más
atractivo del fútbol español, el Director técnico
con más morbo y los porteros de acceso al estadio con bíceps
mejor formados de toda la Liga? Parecería que no, y, sin
embargo, nos ha llegado este año David Beckham, que es un
ejemplo de hombre proporcionado, de cuerpo cuidado y moldeado lo
justo (extremidades, espaldas, esos músculos marcados pero
sin caer en los excesos de Munitis, que por tan clara manifestación
gusto pasado de moda hubo de abandonar el club) sobre el que se
añade el más bello rostro de este siglo, una gracia
sin igual y un gusto cuidado y exquisito. Ver un partido del Real
Madrid es una experiencia sólo superada por tener el privilegio
de acceder a ese vestuario después del mismo.
ABP
(València)
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