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23/01/04:
La hora Chanante, ¡Chanante!
Nos, amigos, vemos unicamente la
televisión de pago, es decir, exactamente el mismo tipo de
televisión que consumen los programadores, realizadores,
guionistas, periodistas y resto de la patulea dedicada a fabricar
eso que hemos dado en llamar la televisión generalista incluido
Sardá, porque convendrán ustedes en que de ser un
canalla sin escrúpulos a ingerir diariamente los propios
detritus hay una cierta distancia ética que ni la Quintana
es capaz de recorrer (bueno, ella en concreto tal vez sí).
En cualquier caso, proseguimos, nuestro menú televisivo semanal
aparece trufado por abundantes episodios de Tom y Jerry (paternidad
obliga), combates de sumo, programas de cocina, algo de cine clásico
(Bruce Lee, Charles Bronson, o John Wayne dándole caña
a los indios el muy fascista) y algún que otro documental
sobre las más variadas especies de asquerosos bicharracos
para vestir un poco más el currículo.
Pero por encima de toda esta cacharrería
de qualité, brilla con luz propia el programa del que queríamos
hablarles hoy en esta su pantalla amiga: La hora Chanante. Se trata
del invento de un cómico aficionado llamado Joaquín
Reyes —de estos de micro y taburete que aparecen en los clubes
de la comedia que hemos importado de los USA— que con dos
palos y una caña cual McGyver de las ondas hertzianas escribe,
produce, realiza, interpreta y presenta el mejor programa de humor
que servidor ha visto en mucho tiempo.
El programa en sí está
llamado a fomentar la controversia puesto que la cosmovisión
de su autor, el humor bizarro que destila y su particular puesta
en escena hacen que se vea como un objeto de culto o una basura
detestable. O te entusiasma y te ves a tus cuarenta y bastantes
años disfrutando con él como un puto freak adolescente
de granulosa epidermis, o le metes fuego a la tele. En mi caso,
huelga decirlo, se ha producido el primer efecto. Me río
con el programa, me descojono con el Dr. Alce y el Sr. Cabeza, lloro
de risa con la sección Testimonios, flipo con Retrospect
y me parto con las imitaciones de Reyes presentando el programa,
uno de cuyos momentos cumbres fue cuando caracterizado de Francis
Ford Coppola daba el siguiente consejo a los telespectadores que
estuvieran estudiando para directores de cine: Pues que lo dejéis,
porque de todas formas no vais a hacer más que mierdas…
(Sí, ya se que a usted en concreto no le ha hecho ni puñetera
gracia, pero es que somos bastante malos imitando y eso es para
verlo y no para contarlo).
Lo
que nos ha sorprendido en esta nueva etapa de La Hora Chanante es
el derroche de medios que Paramount Comedy (el canal de pago que
lo transmite en exclusiva) ha puesto a disposición del programa,
con varios actores además de Joaquín y decorados que
incluyen más de un mueble (algo inédito hasta la fecha
en La Hora Chanante). Eso es señal de que, por el momento,
no piensan hacerlo desaparecer de la parrilla. De todas formas no
se confíen demasiado y véanlo; antes de que se haga
demasiado famoso y lo compre Polanco… para suprimirlo inmediatamente
después y poner a Reyes de presentador de Lo + plus.
Pablo
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