Teddy
Bautista
"Let
me be your Teddy Bear"
Músico,
productor, actor de cine, intelectual, erudito, hombre dotado de
una prosa incomparable para el uso de la metáfora, un artista,
en suma: al pensar en Teddy Bautista es fácil evocar las
palabras que Leonard Cohen pronunció
al referirse a Bob Dylan: “Un
hombre como él sólo nace cada 300 años”.
Orgullosos estamos de que una de estas especies seculares nos haya
tocado en nuestro país. La biografía de este personaje,
con nombre de oso de peluche y apellido de mayordomo, ofrece algunos
retazos que nos pueden servir para reivindicar el mundo interior,
el lado profundamente humano dotado de una exquisita sensibilidad
artística de una figura tan ciega e injustamente vilipendiada
por esos “pendejos electrónicos”, es decir, por
esa calaña de pelagatos que deciden montar una página
web, descargar música por internet y luego venderla en el
rastro.
Teddy Bautista nació en los
años 40 y se dio a conocer, es un decir, en los 60, con un
grupo de rock llamado “Los canarios” (no porque cantasen
como eunucos, sino porque algunos de sus componentes, por lo visto,
provenían de las Islas Afortunadas). El grupo saltó
al estrellato, es un decir, con una canción titulada “Ponte
de rodillas” (disponible en Kazaa), que ha sido considerada
el “Satisfaction” español. Que Teddy Bautista
estaba pensando ya en los consumidores y en toda la industria musical
cuando cantaba aquella cancioncita, es algo que queda para la especulación.
Como cantante (es un decir), también intentó, en los
años 70, igualarse a Camilo Sesto al actuar en “Jesucristo
Superstar” en el papel de Judas. Que Don Eduardo Bautista
se estaba moldeando ya por entonces una personalidad antipática
e infiel es algo que, de nuevo, dejamos a las especulaciones en
internet, ese espacio lleno de ladrones y prostitutas que se pasan
todo el día bajando mp3s para después vendérselos
a los que compran en el top manta, otro grupo de cerdos sin escrúpulos.
Como
productor musical, Teddy Bautista ha trabajado con Camilo Sesto,
Luis Eduardo Aute o Rosa León. Ha compuesto temas para Ana
Belén y Miguel Ríos. Y no podemos dejar de señalar
su trabajo como actor, habiendo participado en películas
como “Buscando a Perico”, “Café, coca y
puro” y “Terroristas” (éstas no están
ni en el Emule). También ha compuesto bandas sonoras de películas
como “Juana La Loca… de vez en cuando”, “Las
huellas del lince” o “El aroma del Copal”. Películas
tan vigentes hoy en día como el arte de Ramoncín.
Pero si en algo ha destacado Teddy
Bautista ha sido en su obra crítica: es decir, en su cargo
de ideólogo y de presidente del consejo de dirección
de la SGAE (Sociedad General de Autores y Editores). En este cargo,
Teddy Bautista ha aplicado el “canon revolucionario”.
Su funcionamiento es muy sencillo. La SGAE no cree en el modelo
de industria musical (ni de Estado, por supuesto) que existe en
la actualidad en España. Tiene un modelo alternativo, pero
no puede alzar su voz, porque se encuentran los artistas silenciados
y perseguidos por todo tipo de consumidores, piratas informáticos
y manteros: la mayor parte de la ciudadanía, vamos. Así
que la SGAE decide cobrar a todos los consumidores el “canon
revolucionario”. Comerciante que no pague al proveedor el
“canon revolucionario”, discazo en la nuca: el comerciante
se queda sin el disco.
Paralelamente, la SGAE potencia
también el llamado “terrorismo callejero” o “terrorismo
de baja intensidad”. Consiste en que los artistas de la SGAE
salen en todos los telediarios e informes semanales que pueden para
llorar, criticar a los que no piensan como ellos y llamar ladrones
a quienes compran CDs en el top manta. La SGAE cuenta con una red
de ikastolas, una serie de centros donde, bajo la excusa de impartir
conferencias, ofrece doctrina revolucionaria. Sin olvidar su interés
en convertir todos los bares y pubs de España en herriko-tabernas,
es decir, en lugares donde toda la música que se pinche pague
su correspondiente “canon revolucionario”.
La SGAE cuenta con una corriente,
la llamada “SGAE militar” (mayoritaria a la “SGAE
político-militar”, que busca la negociación),
que ha endurecido su campaña: pretende implantar el “canon
revolucionario” no sólo a los discos, sino también
a los ordenadores, los lavaplatos y los consoladores eléctricos.
Todo es cultura y, como tal, hay que apoyar el MALN, el Movimiento
de Artistas de Liberación Nacional frente a las fuerzas represoras
del Estado. Eduardo Bautistakoetxea, alias “Teddy”,
se encarga de dirigir todas las acciones conducentes a la independencia
(con exenciones fiscales y demás prebendas) de los artistas
españoles.
Esta política económica
podría incluso generar sus corrientes de actuación.
Es decir, que si Teddy Bautista dirigiese la SGPC (Sociedad General
de Paquetes y Culos) y vendiese calzoncillos, para combatir la moda
Aída (consistente en no llevar ropa interior) o para prevenir
el deterioro de la prenda por los palominos, se podría implantar
un canon. Pero creemos que éste no será un terreno
de actuación de Teddy Bautista, dado que uno de los directivos
de la SGAE se llama Juan Palomino (John Skid Mark) y, claro, “palomino”
es un nombre que ya no se podría registrar para cobrar derechos
de autor.
Como ideólogo, Teddy Bautista
se ha definido en los siguientes términos:
- Defensor de la libertad de expresión.
Las demandas promovidas por Teddy Bautista no cesan (Asociación
de Internautas), y, si de él dependiera, todos esos cabrones
que se bajan canciones de internet cumplirían cadena perpetua:
según él, “bajar música es como robar
un jersey en unos grandes almacenes.”
- Fascista-leninista. Así
es como podríamos definir a Teddy Bautista, quien prefiere
autoproclamarse “marxista en fase de descompresión
anarquista.”. De hecho, el canon es, ante todo, un mecanismo
de lucha contra el sistema capitalista: “¿Sabía
que al comprar una camiseta en El Corte Inglés paga el margen
que los comerciantes aplican en concepto de pérdidas y robos
de sus productos? El canon existe desde hace años en Francia,
Italia, Bélgica, Holanda, Austria, y no ha pasado nada.”
- Receloso de las nuevas tecnologías,
sabedor de la perversión que suponen de los auténticos
valores del ser humano. Según Teddy, el meollo de la polémica
en torno al canon se debe a que antes “no había asociaciones
de internautas, ni comunidades electrónicas, y ahora cualquier
pendejo electrónico está construyendo la nueva democracia
digital”. La culpa es de esos politicastros que han dejado
internet en manos del pueblo llano: “Utilizo Internet permanentemente
y dando por hecho su enorme interés y utilidad hay que decir
que es lento y está saturado. La polución-contaminación
electrónica pronto será peor que la atmosférica.
Se necesita de forma urgente el Internet2, restringido para profesionales
y navegantes cualificados”.
- “¿Desde cuándo
a la gente le preocupa el precio del disco? Yo voy a un centro comercial
y me compro el disco de Ana Belén por mucho menos. El precio
medio del disco está un poco por debajo de los 10 euros.
Es que el joven quiere el último disco de Alejando Sanz el
día siguiente a cuando sale.” En definitiva un humanista
crítico con el materialismo de las sociedades occidentales
y, como tal humanista, dotado de un exquisito gusto musical (Ana
Belén).
-
Oportunista, que pasa por encima del cadáver de quien sea.
En el artículo publicado en El País con motivo de
la muerte de Frank Zappa, Teddy no se corta
un duro en decir que éste apoyó como una gran idea
la política de la SGAE, olvidando la lucha de Zappa en los
años 80 contra el canon a las cintas vírgenes.
De todos modos, siempre nos quedará
el placer de coger un vaso de whisky, encender un cigarro, tumbarnos
al sol y poner en el discman un disco de “Los canarios”.
El arte no conoce de ideologías ni luchas mundanas .
Manuel
de la Fuente
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