ELECCIONES
AUTONÓMICAS 2003
Análisis
de los resultados
Las
Elecciones Municipales y Autonómicas que acaban de finalizar
han arrojado un
resultado contradictorio, surrealista en algunos casos, y en
todo caso inesperado por muchos de los que llevamos meses, no sólo
desde esta página, realizando análisis electorales.
Como la cuestión es peliaguda, y a fin de clarificar algo
las cosas, haremos el análisis por partes:
- Los resultados permiten afirmar que todos los partidos políticos
han ganado las elecciones, en distintos grados: el PP ha conseguido
unos resultados decentes, reteniendo el grueso de su poder local
y autonómico, y confirmando su fortaleza. El PSOE ha logrado
ganar unas elecciones, diez años después, aunque sea
por estrecho margen (apenas un punto, unos 200.000 votos), también
ha consolidado el poder allá donde lo poseía (salvo
en Baleares), y ha conseguido, a la espera del recuento definitivo,
uno de los tres grandes objetivos de estas elecciones, el más
fácil de los tres, la Comunidad de Madrid. Por tanto, ha
satisfecho sus expectativas, sin demasiados alardes, pero mostrando
lo que puede ser un giro incipiente de opinión del electorado.
IU no ha capitalizado tampoco las municipales pero "tocará"
mucho más poder que el que tenía antes (en Asturias
y en la Comunidad de Madrid). Los partidos nacionalistas, en líneas
generales, se mantienen, salvo el PNV, que asciende.
- Se
confirma un análisis novedoso apuntado por Fernando Vallespín
la semana pasada en El País (es decir, un análisis
de los que tienen mérito, antes de las elecciones, igual
que los que hacemos nosotros, salvo que nosotros nos equivocamos
y Vallespín no): en sus ocho años de Gobierno el PP
ha consolidado un importante "suelo" electoral que le
garantiza unos mínimos importantes en cualquier contienda
electoral, a imagen y semejanza del famoso "suelo" socialista
en los años 90. La decantación de voto, en España,
no cambia ni siquiera con todo el chapapote (literal y metafórico)
que hemos vivido en los últimos meses: las elecciones se
ganan en el centro, pero por ahora el PSOE no ha conseguido morder
significativamente en este espacio electoral, mientras el PP tiene
el plus de los "votantes gubernamentales", aquellos que
prefieren votar a los que ya mandan temerosos de cualquier cambio
(sobre todo si los adalides del cambio, naturalmente, no los han
convencido de la conveniencia de éste).
- Los sondeos, por una vez, no han fallado, o mejor dicho, ha fallado
aquel en el que confiábamos más, el del CIS. La pregunta
es: ¿Han tenido algún efecto los sondeos en los resultados
electorales? ¿Qué fue antes, el sondeo o las elecciones,
el huevo o la gallina?
- El
efecto de la guerra, aparentemente,
ha quedado muy mitigado. Sólo una minoría de la población
ha optado por cambiar su voto en función de este asunto,
pues la participación no ha sido considerablemente mayor
que en 1999 (en cuyo caso sí podría hablarse de unas
elecciones en clave nacional, una marea de votos favorables a PSOE
e IU y de castigo al Gobierno, y una movilización de las
reservas electorales del PP de la mayoría absoluta de 2000
para contrarrestar el efecto, algo que sólo se ha dado en
parte, pues el PP, aunque haya bajado algo en porcentaje de voto,
ha conseguido unos 400.000 votos más en estas Municipales,
lo cual, a su vez, es preciso relativizar en virtud de la mayor
participación).
- Hay
que decirlo con total claridad, y lo hacemos: por primera vez, enLa
Página Definitiva nos hemos equivocado "por encima de
la media" con nuestra percepción de lo que podía
ocurrir en estas Elecciones, rompiendo una larga tradición,
también de fracasos pero menores que los de los demás
medios de comunicación, esbozada en las Generales
de 2000 y las Autonómicas
del País Vasco, (y cuidado, que nuestro éxito
fue rutilante en las Elecciones
USA 2000, ya no me acuerdo de por quién apostamos, creo
que por Bush, pero la verdad, apostáramos por quien apostáramos,
acertamos, pues como ya recordarán ganó Al Gore pero
gobernó George W. Bush). Nos equivocamos, desde luego, en
la idea de que la guerra y las movilizaciones
afectarían al porcentaje de voto del PP, pero también
nos tememos que no nos equivocaremos tanto en considerar que si
tras una situación tan excepcional como la que vivimos en
los últimos meses la opinión pública no castiga
de forma perceptible al Gobierno, el mensaje es nítido y
muy negativo: los que decían aquello de "la gente olvida
rápido", "lo de las manifestaciones fue una reacción
fundamentalmente emocional", en apariencia tenían razón,
pero desde luego no son datos optimistas respecto de la salud democrática
del sistema. O tal vez no eran unas elecciones municipales las más
adecuadas para dilucidar esta cuestión, no lo sabemos. Lo
mejor y lo peor de los estudios electorales, las razones de la decantación
de voto, es que sus caminos son, como los del Señor, inescrutables.
- También
hay que decir que es difícil leer los resultados de estas
elecciones como guía de lo que puede pasar en 2004. Si comparamos
con las Municipales de 1999 el PP ganaría las elecciones
generales por bastante diferencia, aunque claro, se supone que aquí
no se ha derrumbado justamente porque los ciudadanos han votado
en clave local, pero por otro lado la mayoría absoluta del
PP fue en las generales
El balance de estas Municipales es
que todo sigue abierto y al PSOE le queda aún bastante camino
por recorrer para conseguir el ansiado apoyo del centro político,
pero el PP tendrá enormes dificultades para revalidar su
mayoría absoluta, si es que logra mantener el grueso de su
electorado (lo cual también dependerá hasta cierto
punto de cuál sea su candidato).
- Por
último, detectamos cierto cansancio ciudadano por la política
tras meses y meses de saturación, cansancio que al menos
es notorio en los que hacemos esta Página; en los últimos
meses, como diría Ánsar, "hemos dedicadou tiempou"
a la sección de Política, muchou tiempou, sin duda
más que a todas las demás secciones juntas. La política,
primero con la preguerra, luego con la guerra y ahora con las elecciones,
ha sido el centro de la actualidad en todos los ámbitos,
dificultando incluso el interés ciudadano por lo
más sagrado. Pero no se vayan todavía, que aún
hay más, en menos de un año llegan las Generales,
y antes hay que saber quién sucederá a Ánsar
(¿Rato? ¿Gallardón? ¿Ánsar? ¿Ana
Botella?), habrá que ver también cómo evoluciona
el PSOE (si Zapatero es inteligente no hará caso, como no
lo ha hecho hasta ahora, a los cantos de sirena que le piden "caña
a la derecha", estrategia que con tanto éxito siguió
Almunia en 2000), no es descartable que la Coalición Humanitaria
nos dé otra sorpresita en vísperas de las elecciones
Pasando ahora al análisis por comunidades:
- Lo
más sorprendente de estas elecciones ha sido, sin duda, lo
ocurrido en Catalunya, donde el PSOE ha perdido cuatro puntos de
intención de voto (es decir, más de medio punto en
el cómputo total), mientras el PP se mantenía e incluso
subía algo, fundamentalmente por el quebranto espectacular
del PSOE en las Municipales de Barcelona (doce puntos y cuatro concejales
menos). Los votos del PSOE se han ido a ERC e IC, mientras el PP
mantenía sus apoyos "de siempre". La caída
del PSOE en Catalunya es la principal causante de que su victoria
haya sido tan ajustada. Como en los viejos tiempos del Caudillo,
"Cataluña es culpable", sólo que al revés,
por optar los votantes en mayor medida por opciones de izquierda
más contestatarias, curiosamente como efecto, nos suponemos,
de la enorme presencia en la región de las manifestaciones
contra la guerra. Como decía un lector en nuestro foro, "Catalunya
radikal y pacífica".
- En
Madrid se han dado dos efectos contrapuestos: por un lado, la holgada
victoria de Alberto Ruiz Gallardón en la capital, que le
hace adelantar posiciones en la carrera por la sucesión de
Ánsar (no en vano ha ganado a pesar de contar con la mujer
del propio Ánsar en su candidatura). Gallardón fue
ayer presentado como el Ungido por el propio Joe Mary, y sin duda
sería una opción inteligente para gestionar el PP
una vez Ánsar se retire a dar lecciones de política
exterior (si es que finalmente se retira, que vaya Usted a saber).
En la Comunidad de Madrid tenemos, por el momento, una ajustadísima
victoria de los radikales de la Coalición Simancas / Fernández
frente a Esperanza Aguirre. Hay que tener en cuenta que si el PSOE
no logra finalmente la Comunidad de Madrid las tornas, y la lectura
de estas elecciones, cambiarán enormemente a un tristísimo
"todo sigue igual salvo que el PP recupera Baleares",
es decir, un fracaso, mientras que si lo retiene podrá hablarse
de éxito, pues el PSOE pasará a ser el partido que
gobierne a más ciudadanos desde las autonomías y le
habrá quitado su principal región al PP. Prepárense,
en cualquier caso, para un espectáculo de papeletas mariposa.
- Si
se confirma la pérdida de la Comunidad de Madrid, la Comunidad
Valenciana pasará a ser el nuevo emblema autonómico
del Gobierno, la región más poblada de las gobernadas
por el PP (y en realidad la única que se alejaría
de las comunidades gobernadas por el PP "de toda la vida").
La holgada victoria del PP (en las tres capitales y con mayoría
absoluta en las Autonómicas) no se debe, creemos, ni al carisma
(inexistente) de su candidato Camps, ejemplo de buen chico opusdeísta
de perfil bajo, ni siquiera al impacto del PHN en Valencia (mucho
menor que en Murcia, donde ciertamente ha influido en el aumento
del PP), sino la percepción ciudadana de una gestión
correcta en líneas generales y, sobre todo, el absoluto patetismo
de la oposición, sobre todo el PSOE, como ya explicamos en
nuestro análisis
previo a las elecciones.
- Otro
resultado sorprendente es el que ha tenido el PP en Galicia. Ha
mantenido casi todo su poder municipal, ha descendido cuatro ridículos
puntos en intención de voto y ha ganado incluso en municipios
afectados directamente por todo el "chapapote del chapapote"
(me permitirán que utilice nuestra expresión fetiche
en un ejercicio de redundancia - homenaje a la belleza formal del
término). La bajada del PP se ha dado, fundamentalmente,
en las ciudades.
- El
País Vasco es, una vez más, la gran decepción
del PP en un contexto de resultados más o menos positivos
para el Gobierno. En el País Vasco han subido todos, en mayor
o menor medida,
salvo el PP. Mientras el PNV subía
nada menos que 13 puntos, IU casi cuatro y el PSOE más de
tres, el PP se quedaba casi como estaba (apenas medio punto más).
Y el PNV no sube porque se quede los votos de EH, pues éstos
han ido, con disciplina férrea propia de los más acreditados
grupúsculos nacional - socialistas, al voto nulo (un espectacular
10%, 127.000 votos, cuando lo normal suele estar en torno al medio
punto). El PNV sube porque, por si alguien no se ha dado cuenta,
el fracaso de la estrategia de acoso político al nacionalismo
es más que evidente. Y la vergüenza de asistir a unas
elecciones en que se deja fuera al 10% del electorado, notoria.
Todo son malas noticias desde la perspectiva que adoptamos aquí:
el PP pierde en el único sitio en el que queríamos
que no lo hiciera, merced a los réditos del "Ánsar
way of autoritarian life". Las cuotas de poder, como también
anticipamos, quedan
como estaban a grandes rasgos (gracias sobre todo a que la desaparición
de EH en el cómputo de concejales obliga al PNV a buscar
la mayoría "casi absoluta), pero también queda
muy claro con estos datos que la ilegalización de AuB es
una vergüenza democrática y, además, un fracaso
político, y que el nuevo PNV soberanista no hace más
que recoger votos (pese a lo cual el balance alucinante que se oyó
ayer en algunas televisiones fue, respectivamente, que "el
voto nulo fue importante en algunos pueblos aislados de Guipúzcoa",
y que "los resultados suponen un rechazo al plan de Ibarretxe").
- Los
principales cambios en términos de reparto del poder se han
dado en dos comunidades autónomas, Baleares y Aragón,
en términos antagónicos: en Baleares el PP consigue
un representante más en las Autonómicas, lo que previsiblemente
le permitirá recuperar el Gobierno que le pertenecía
desde tiempos inmemoriales si consigue el voto de un exótico
representante por Formentera. En Aragón, por el contrario,
el PP sufre un durísimo castigo que también habíamos
pronosticado (diez
puntos menos de intención de voto), deja de ser el partido
mayoritario y pierde la alcaldía de Zaragoza. Aragón,
ejemplo y divisa de lo que La Página Definitiva, aunque en
menor medida, creía que podía pasar. Claro que ha
sido el PHN, no la guerra, lo que ha provocado la hecatombe (aunque
seguimos sin entender los motivos políticos de dicho PHN:
"Aragón por Murcia" no parece un gran cambio, sobre
todo porque Murcia ya era territorio PP y Aragón, gracias
al PHN, ha dejado de serlo).
- Con
estas pequeñas excepciones, las cosas han seguido más
o menos igual. El PP ha mantenido sin grandes cambios tanto sus
autonomías como sus municipios tradicionales y, ejemplo más
consistente de lo que también indicábamos al principio
(la escasa variación en la tendencia de voto, la solidez
de los apoyos tradicionales, en líneas generales, de los
partidos políticos, y la importancia de tener el gobierno
y, por tanto, "votar a lo seguro"), el PSOE gana sobradamente
en sus territorios tradicionales en los que ya gobierna, como en
la mayoría de municipios de Andalucía y las autonomías
de Extremadura y Castilla - La Mancha, y sube bastante más
en las dos últimas que en el resto de España, gracias
no a la guerra ni a su política nacional, sino a los caciques
carismáticos que allí, se supone, lo representan.
Guillermo López
(Valencia)
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