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ESPAÑA
SIGUE YENDO DE PUTA MADRE MAYO
DE 2002
13/05/2002:
Fusión digital
Vía
Digital y Canal Satélite Digital han llegado a un acuerdo
de fusión que terminará varios años de competencia
cerrada por el jugoso mercado de la televisión de pago, sí,
ese que iba a hacer millonario a todo aquél que se introdujese,
sobre todo si lo combinaba con un portal de Internet en el que se
invertirían al menos 600 millones de euros y con unos cuantos
equipos de fútbol a 20 millones de euros por temporada cada
uno. Hasta el momento, la victoria estaba muy disputada, pues si
bien Canal Satélite ganaba en abonados (1'2 millones frente
a 800.000 de Vía Digital), en lo verdaderamente importante
según el paradigma que no hace mucho iluminaba a todos los
gestores de la Nueva Economía, pérdidas, Vía
Digital vencía por goleada, con unas pérdidas diarias
de un millón de euros, es decir, un euro de pérdidas
al día por abonado, más o menos, con una filosofía
empresarial que era envidia de todas las filiales del Grupo Telefónica
salvo Terra Networks, imbatible en este aspecto.
La
fusión ha sido saludada por casi todos los medios de comunicación
(casi todos los cuales, naturalmente, son propiedad de PRISA o de
Telefónica) con gran entusiasmo; el Gobierno en pleno, con
la única excepción de Álvarez Cascos, también
se ha manifestado conforme, en principio, con la operación.
Las razones aducidas son que la fusión corresponde a los
más elementales criterios de racionalidad económica,
pues "no hay espacio en España para más de una
plataforma de televisión de pago". La quiebra de Quiero
TV, curioso experimento incentivado por el Gobierno en los tiempos
en los que se dedicaba a dar licencias a sus amiguetes de todo tipo
de nuevos medios de comunicación (radio digital, TV digital
terrestre, los fantasmáticos móviles UMTS "de
nueva generación", que por ahora no han hecho acto de
presencia), ha sido el pistoletazo de salida para que en todas estas
empresas, creadas en cuatro días con criterios más
políticos que económicos, se replanteasen dar marcha
atrás (sobre todo visto, por parte del Gobierno, que dar
licencias de nuevas tecnologías a los amiguetes ha sido más
bien un abrazo del oso que otra cosa, pues todos los amiguetes se
agolpan ahora con un tetra brik de vino y una pandereta a las puertas
de los ministerios pidiendo una limosnita a ver si así logran
hacer frente a las enormes inversiones que estas tecnologías
requieren).
¿Quiere
esto decir que la fusión Canal Satélite - Vía
Digital responde a criterios exclusivamente económicos esta
vez? Por supuesto que no. En España no se hace absolutamente
nada realmente importante que no cuente con el poder político,
o que no pueda o deba ser leído en términos políticos.
La fusión, y sobre todo la absorción por parte de
Sogecable (es decir, de PRISA, o sea, de Polanco, en última
instancia... ¡de Felipe González Márquez!),
constituye una victoria en toda regla de Canal Satélite,
ya vencedor previamente de la guerra digital al contar con más
abonados y menos pérdidas que la competencia. El Gobierno
ha decidido renunciar a la batalla contra PRISA a la vista de que
la capacidad de la Primera Empresa Española, Telefónica,
para constituirse en "PRISA del PP" sólo ha dado
buenos frutos en el capítulo de inversiones, comprándolo
absolutamente todo, pero no ha podido sustituir a PRISA como primer
grupo de comunicación en España, en suma, Imperio
del Monopolio. ¿El motivo? Quizás era un poco inocente
pretender que los consumidores de PRISA, felipistas de toda la vida,
se pasasen a otro grupo de comunicación en el que les acusaban
implícita o explícitamente de ser justamente eso,
unos "asquerosos felipistas". Y como el Gobierno ya tiene
garantizada la mayoría de medios de comunicación en
este reparto del panorama mediático tan peculiar y característico
de la democracia española, pues sigamos con un telediario
de Antena 3 TV casi tan madridista como Televisión Española,
disfrutemos con un clónico de la vieja Cadena Cope en Onda
Cero y dejemos que Polanquete se quede con todo el marrón
digital a ver si así nos critica un poco menos.
Sin
embargo, una voz solitaria se ha levantado en España contra
esta operación, la de Álvarez Cascos, que considera
que esta fusión es perjudicial para el sacrosanto interés
general por meternos a todos en un siniestro régimen de monopolio.
En tal labor Cascos ha sido inmediatamente apoyado por el diario
El Mundo, siempre dispuesto a defender las libertades frente al
felipismo, denunciando la vergüenza de ver una Telefónica
arrodillada ante Polanco; denunciando que sea Canal Satélite
el que se quede con la empresa resultante de la fusión, en
lugar de Vía Digital (con el argumento de que Vía,
respaldada por Telefónica, tiene mayor solvencia, algo radicalmente
cierto a la vista de que ha aguantado estas pérdidas sin
inmutarse hasta la fecha dada la prodigalidad de Telefónica,
y con la peregrina argumentación de que Vía tiene
casi tantos abonados como Canal Satélite, algo que tampoco
quiere decir mucho; ¿vería lógico El Mundo
que la plataforma con más pérdidas y menos abonados,
que además lo son por macro - ofertas del estilo de "con
la compra de esta lata de lentejas vea Vía Digital tres meses
gratuitamente", se comiera a la otra?); denunciando que detrás
de la fusión se esconde el intento de Rato de llevarse bien
con Polanco a la vista de la sucesión de Aznar y, por último,
denunciando que detrás de todo hay un plan orquestado por
Felipe González Márquez suponemos que para putear
al PP, o esconder sus responsabilidades en los GAL, o volver dentro
de dos años a La Moncloa, o todo a la vez (preguntado Luis
María Anson al respecto, según nos han hecho llegar
el académico dijo: "yo entré crítico pero
salí felipista; pese a ello, estuve en la Conspiranson para
controlarla desde dentro, mientras nos reuníamos en mi despacho
César Alierta, Felipe González, Jesús de Polanco,
Mario Conde que pasaba por allí y yo mismo").
Queda
por responder: ¿tienen razón El Mundo y Álvarez
Cascos cuando afirman que la fusión será perjudicial
para los españoles: naturalmente que sí, y por tres
motivos: el primero porque es muy previsible que, pese a la competencia
de la TV por cable, los precios de esta plataforma única
suban bastante, sobre todo los precios del paquete básico
que es el que coge todo el mundo porque total, después se
piratea y lo ven todo gratis; el segundo, porque al mismo tiempo
que suben los precios, bajará enormemente la calidad de los
contenidos: la plataforma única ya no tendrá que endeudarse
más para conseguir a esa parte del público (el 2%
de la población) que se hace de una televisión de
pago para ver cine y televisión de calidad, o fantásticos
documentales históricos, de actualidad o de la naturaleza,
concentrándose en el 98% restante que sólo quiere
fútbol y películas porno y lo demás, con perdón,
se la trae muy floja; pero sobre todo, y por último, la fusión
es altamente perjudicial para los ciudadanos porque el monopolio
de hecho también afectará al cine porno, viéndose
menos películas de Rocco Sifredi, y aunque seguirá
habiendo contratos de fútbol televisado los equipos de fútbol
recibirán mucho menos dinero, no podrán gastarse tanto
dinero en estrellitas y a los pocos años, presa de las deudas
de los días de vino y rosas, quebrarán todos salvo
el Madrid que habrá recalificado los terrenos del Bernabéu
por 50.000 millones de euros, así que el Gobierno tendrá
que intervenir con un plan económico de urgencia consistente
en que Ustedes pagarán un 2% más de impuestos para
eliminar la deuda del Madrid y los equipos de provincias que le
acompañen.
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