PROSPECTIVA:
Vizcaya es el centro político de una ilusión,
posiblemente inaprensible, es cierto, pero que ilumina los
pasos de los dirigentes y el pueblo de Euskal Herria desde
hace un par de años: el Plan Ibarretxe, que a estas
alturas aún no sabemos muy bien cómo se llevará,
o si se llevará alguna vez, a cabo pero que, por lo
visto, genera ilusión y busca el valor superior de
un diálogo "sin límites" (partiendo,
naturalmente, de los postulados del propio Plan).
En
Vizcaya se ubica el principal granero electoral del PNV, y
ha sido históricamente la única provincia vasca
en que siempre ganaba, haciéndolo, además, con
claridad (a diferencia de Guipúzcoa,
donde los "muchachos" le disputaban seriamente la
supremacía del nacionalismo "sin límites",
y Álava, donde los españolazos
siempre han tenido una presencia irritante a pesar de los
esfuerzos, también sin límites, del nacionalismo).
Superadas pasadas y anacrónicas convocatorias en las
que HB era un partido legal e incluso IU podía aspirar
a un escaño, la cosa se resume en la práctica
a tres opciones: las dos de siempre más "el partido
de la ilusión", el PNV, que indudablemente ganará
las elecciones por bastante diferencia. A partir de ahí
se genera una doble duda:
-
Si la distancia del PNV, aglutinando casi todo el voto nacionalista,
será suficiente como para hacerse con el quinto escaño.
-
Cuál de los dos partidos españolistas se hará
con el segundo puesto, que en según qué circunstancias
permite aspirar a tres escaños
En
condiciones normales dejaríamos al PNV con sus cuatro
escaños de 2000 asumiendo que su subida se verá
menguada por los votos de Aralar, EA y, por qué no
decirlo, IU, ese curioso partido de Verdadera Izquierda que
formó Gobierno para "tender puentes" y "realizar
una política de izquierdas" y acto seguido apareció
el Plan Ibarretxe, garantizando, de paso, que entre un 2%
y un 3% del electorado global de Españaza haya abandonado
a la coalición.
En
condiciones normales, decíamos antes del exabrupto,
el PNV se quedaría con cuatro escaños y la cuestión
se reduciría a ver quién se hace con la segunda
plaza y, en consecuencia, con tres escaños. Llevados
de nuestro antiespañolismo montaraz asumiremos, como
hemos hecho en otros análisis, que estas elecciones
pueden suponer la vuelta a un territorio intermedio entre
1996 y 2000, y por tanto le daremos la victoria al PSOE. Pero
con una matización: El País Vasco no son "condiciones
normales". Así que haremos una estruendosa bajada
de pantalones utilizando, 35 análisis después,
la horquillita más metrosexual de todos los tiempos,
una horquillita super Gay, sin duda, pero que al menos nos
preserva de los sustos a los que el nacionalismo en estado
puro nos tiene tan acostumbrados: PNV 4/5, PSOE 2/3, PP 2. |