Team
America
Estos
americanos son unos fracasados. Se pasaron meses enteros haciendo
campaña en contra de Bush
para que no saliera reelegido. Que si mintió con las armas
de destrucción masiva, que si sumergió al país
en una guerra injusta, que si su servicio militar había sido
como un episodio de “Verano
azul”, que si era un borracho, que si se pasaba el medio
ambiente por el forro... En fin, toda una batería de argumentos
que no paraban de advertir que Estados Unidos contaba con el presidente
más simple de su historia desde Reagan. Y fueron muchos quienes
se pusieron a trabajar en esta campaña: cantantes de rock,
actores y cineastas pregonaron que lo mejor era votar por el
típico candidato insulso demócrata que no convencía
ni en su casa. E hicieron de todo: giras de conciertos, documentales,
spots en la televisión... Con el resultado ya visto: Bush
sigue en la Casa Blanca.
Los
americanos deberían aprender de España. Aquí
con una peliculita hecha entre todos nuestros directores de cine
(cuantos más, mejor, así se repartían más
trabajo y tocaba a menos) pues se cambió el partido en el
gobierno. Y, ojo, que la película se estrenó pocos
días antes de las elecciones. Que si la llegan a estrenar
dos meses antes, consiguen que acabemos con la monarquía
y se instaure la república.
Y es que anda equivocado el PP cuando
le echa la culpa al PSOE del resultado electoral del 14-M. Se equivoca
porque la culpa fue del poder de convocatoria de los actores. Y,
si no, comparen: Michael Moore estrena dos películas que
son un exitazo, le dan un Oscar, y lo único que consigue
es darle más votos a Bush; aquí, sin embargo, se hace
una película conjunta con un título escogido a toda
prisa (“Hay motivo”), sin distribución comercial,
y a la porra el PP. Eso son narices.
Como si quisieran enseñarnos
algo, ahora llega a España (con un retraso de meses, por
supuesto) la última cinta americana que cargó las
tintas contra Bush: “Team America”, el nuevo largometraje
de los creadores de “South Park”. Trey Parker y Matt
Stone se embarcaron en este proyecto huyendo de la tentación
de hacer una nueva película sobre su conocidísimo
producto, y creando personajes nuevos para contar otra de sus alegorías.
Si en “South Park” el tema escogido era la libertad
de expresión, en “Team America” construyen un
argumento delirante a partir de la doctrina anti-terrorista de los
neoconservadores fundamentalistas que pueblan la Casa Blanca.
La
historia tiene muchísimos paralelos con la de South Park:
- Existe un claro antagonismo narrativo entre buenos y malos. La
parodia reside en las características de los personajes,
estereotipados como resortes de humor de los referentes a los que
señalan. Los buenos aquí son el equipo “Team
America”, una patrulla yanqui que combate cualquier grupo
terrorista y que, para ello, no duda con tumbar monumentos como
la Torre Eiffel o las pirámides de Egipto.
-
El malo, al igual que en “South Park”, es un villano
que sueña con dominar el mundo y que, de nuevo, se busca
un aliado muy particular. En este caso, quienes ayudan al dictador
coreano son los actores progres de Hollywood, de quienes se realiza
una burla feroz y desmadrada.
- La película acaba en un enfrentamiento desarrollado en
el transcurso de una fiesta. En “Team America”, el protagonista
tiene que pasar una dura prueba final: demostrar que es mejor actor
que Alec Baldwin, quien, por cierto, también muere en “Team
America”. No está mal. En ambas películas se
cargan a Alec Baldwin. Eso es porque en Estados Unidos no han tenido
aún demasiado tiempo para conocer a Paz Vega.
Pero,
aparte de la historia, la estructura de la película es idéntica
a la de su predecesora, “South Park”:
-
Para empezar, hay un prólogo de presentación de los
personajes. En “South Park” era Stan quien introducía
a sus compañeros y las peculiaridades de su pueblecito, que
servían para explicar el resto de la historia (los paletos
que organizan un movimiento paranoico para matar a dos actores canadienses
especializados en chistes soeces). En “Team America”,
se nos presenta a los personajes en su trabajo: matando a unos terroristas
en pleno centro de París.
-
El prólogo da paso a la canción que nos introduce
en el tono de humor salvaje de la cinta. En “South Park”
la canción era, por supuesto, “Eres un cabrón
hijoputa” (“Shut your fuckin’ face, unclefucka”).
En el caso que nos ocupa, una divertidísima parodia de los
nuevos musicales de Broadway en la que cantan “Todos tenemos
SIDA”.
-
A partir de aquí, las tónicas del humor son también
idénticas a las de la anterior película: humor, palabrotas,
canciones, situaciones delirantes y secuencias realmente divertidas
(como la divertidísima escena de sexo).
El problema de “Team America”
es que calca las pautas de “South Park” y las concomitancias
no paran de acudir a la cabeza (a lo mejor también influye
haber visto “South Park” como unas treinta veces, para
qué nos vamos a engañar) mientras vemos la película.
Se nota que Parker y Stone se sienten cómodos con su esquema
fijo y poco aportan en cuanto a las prácticas constructivas
de la narración. En el lado positivo está el hecho
de que el punto de vista de ambos creadores es totalmente desinhibido,
irreverente y desquiciado. Por poner un ejemplo: uno de los personajes
más ridiculizados es Michael Moore, que aparece soltando
soflamas demagógicas y comiendo perritos calientes. Por no
hablar del resto de la camarilla de actores de Hollywood que apenas
saben hablar (inmejorable la burla de Matt Damon) y que resumen
su actuación en una frase: “Tenemos que hacer lo de
siempre: leer los periódicos, coger las ideas y presentarlas
a la gente como si fuesen ideas originales nuestras”. Cuando
uno ve esto, no sabe muy bien si las referencias son a actores americanos
o españoles.
Manuel
de la Fuente
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