La noticia paellera-verbenera del día es el penúltimo capítulo del sainete en que ha acabado el triángulo amoroso Generalitat-ValènciaCF-Bankia, con un juez diciendo que los avales por los que Bankia delegaba como quien no quiere la cosa todo el riesgo del préstamo que concedió a no se sabe muy bien quién (una cosa llamada Fundació del València CF) en el Consell no valen y que el marrón, en consecuencia, se lo come la ya de por sí quebrada (sin ayuditas futbolero-valencianas adicionales) ex-Caja de Ahorros de todos los valencianos.
Esto del aval era algo de todo punto lógico, dado que el Consell, a fin de cuentas, diseñó la operación para ser quien controlara ese ente misterioso llamado La Fundación, y máxime teniendo en cuenta que toda la operación tenía como finalidad garantizar el control del club por «gente de bien» y no facinerosos sudamericanos que venían con dinero sucio y sospechoso (o sin dinero sucio y sospechoso, que es mucho peor; o incluso… ¡con avales de la misma fiabilidad que los que da la Generalitat valenciana), empeño muy loable pero que a Bankia le daba un poco igual. Para este banco donde todos los españoles hemos puesto ya una pasta a mayor gloria del ladrillo todo daba igual, en el fondo, mientras más o menos pudiera albergar la ilusión de que había todavía alguna esperanza de que alguien, algún día, le devolviera los 200 ó 300 milloncejos de nada que, enterrados en el mejor «medio campo» del mundo (propiedad del Valencia CF y orgullo de la ciudad), tiene prestados a la entidad.
Así que Bankia dio el dinero, exigió que la Generalitat avalara y todos contentos: el Consell podía controlar (aún más) directamente el club de fútbol habitualmente más sólido del Cap i Casal (que es algo que a todo el mundo que pinta algo le suele hacer ilusión pero que, la verdad, excepto cuando uno es un empresario que quiere usar esa plataforma para hacer negocios y llevárselo crudo la cosa suele acabar saliendo bastante mal); los ciudadanos veían con alivio cómo la malvada operación para vender el club a gente dudosa (no les diré más que eran, pásmense, ¡extranjeros!, ahí es nada… ¡unos extranjeros pudiendo tener la ocasión de quebrar el Valencia CF, con lo bien que lo quebramos solitos!), convenientemente destapada por la prensa, se esfumaba; los periodistas deportivos sacaban los pompones y hacían más numeritos de homenaje a nuestros próceres, si cabe, de lo habitual… y Bankia respiraba tranquila sintiendo que todo estaba bajo control, pues el marroncillo que tenía con la deuda del ValenciaCF pasaba a quedar diluido en un entramado de relaciones donde también participaba la Generalitat Valenciana. Que no es que esta institución de nuestro Gobierno autonómico sea a estas alturas un prodigio de solvencia, pero es que comparado con nuestros queridos clubes de fútbol hasta una constructura que se ha hinchado a comprar suelo para vender chalets en Requena esperando publicitarlos con eso de que con el AVE te plantas en el mar en sólo 30 minutos puede tener más esperanzas de poder devolver algún día parte de la pasta.
Hasta aquí, como puede verse, todo iba fenomenalmente. Un pufo más de nuestra querida Generalitat Valenciana, pues como era de prever la fantasmagórica Fundación tuvo la misma capacidad de vendiendo el paquetón accionarial que había comprado por 80 milloncejos de euros de nada, más o menos, para hacerse con el control del club que el FROB para endilgar bancos valencianos en el mercado: hay quien se los quiere quedar, pero sin poner un duro… ¡de hecho lo más normal es que para deshacerte de ellos tengas que poner más pasta todavía!. Pero la verdad es que la cosa tampoco era demasiado grave. A fin de cuentas, la operación para «salvar el Valencia CF» había sido un éxito: ni los antiguos propietarios, ni los peligrosos compradores extranjeros… ni nadie del sector privado pintaba nada. El sector público tomaba las riendas: València CF is too Blàvencia to fall and too Blavència to fail!
De modo que la vida siguió su curso, con esa molesta tendencia que tiene la ley de la gravedad a hacer que las manzanas caigan de los árboles, que los burbujones inmobiliarios no aterricen suvemente y que los negocios quebrados, por mucha respiración asistida que reciban, acaben persiguiéndote como zombies: la Fundación no pudo pagar y la Generalitat se quedó con el ValenciaCF (o, más bien, con la Fundación propietaria del club), dado que ésta no podía pagar el crédito y fue la GVA quien empezó a hacerlo). Un escándalo, sí, pero menos. Tampoco era peligroso para el PP ni para nadie (y menos todavía para Bankia, que si tiene alguna posibilidad de cobrar todo pasa por la Generalitat valenciana). Nadie iba en realidad a usar esto contra ellos. Por dos motivos: porque el Valencia CF es el Valencia CF (y aquí todo el mundo se acojona con el fútbol, sólo Bárcenas genera en el PP un efecto equivalente al que nuestros constructores metidos a presidentes de clubes de balompie generan en nuestra clase política) y porque, además, existen hemerotecas. A fin de cuentas, el que más y el que menos recordaba (incluyendo a la querida oposición valenciana, siempre al quite cuando se trata de facilitar la vida al Gobierno del PP desde hace casi veinte añitos) que todavía tenía los pompones en el armario de cuando jaleó la operación del campo, la de la ampliación de capital, la de La Fundación y, si hubiera que haber hecho una estatua de Ripollés en medio del terreno de juego, la calidad plástica de la obra… con lo que el tema daba para hacer bromas, pero no para hacer sangre.
A fin de cuentas, caramba, una cosa es joder la marrana con la Sanidad o la Educación y otra con asuntos serios de verdad como el Fútbol. Mejor, pues, mirar para otro lado, como es tradición en todo lo desagradable aunque obvio que tiene que ver con esto del Deporte Rey. Más todavía si hablamos de esta nuestra querida ciudad, pues, ¿acaso alguien va a decir nada sobre la Grada Joven de Animación y sus proclamas ultraderechistas en cada partido, insultos sexistas y racistas, líos con la policía y demás alegrías?, ¿acaso explicó alguien en su día o ha recordado ahora que la ampliación de capital fue una operación para guindar a Soler y, sobre todo, a Soriano, que había comprado las acciones al primero, para que éstas pasaran a no suponer sino un mero y ridículo 10% del capital del club, todo orquestado con fondos públicos y una operación societaria muy dudosa? Calla, calla, que esto del fútbol es muy complicado. Mejor dejar la cosa pasar, mostrar adhesión inquebrantable o, en su defecto, mantener un discreto silencio. No vaya a ser que se comente alguna obviedad impopular y la tengamos. A fin de cuentas, ¿qué son 80 milloncejos de euros más de aguero en las cuentas de la Generalitat?
Lo más divertido de todo es que, en estos momentos, el desenlace final previsto y tradicional en todos los líos en que nos mete a los ciudadanos valencianos nuestro querido Consell (GVA palma 80 kilos) no se ha producido por culpa de una juez. Los jueces están dando muchos disgustos a la GVA y sus amigos. Prácticamente no hay operación, desde repartir licencias de televisión a aprobar PAIs, pasando por hacer plantillas educativas y acabando por la instalación de planes eólicos, donde no se estén produciendo masivos revolcones judiciales a un Consell que tiene la gracia de que, al parecer, hace todo, o casi todo, mal. Tiene mérito, además, porque lo suele hacer con el aval de señores engominados, con trajes muy elegantes, corbatas y mocasines lustrosos, que pertenecen a despachos caros y a asesorías de renombre, que cobran una pasta por hacer un trabajo técnico impecable y puentear a los funcionarios… con los resultados conocidos en forma de condenas y de boquetes adicionales en las cuentas de la Generalitat (que pagamos todos, aunque a veces la pedrea beneficia a muchos, y si no esperen a que algún juez pille por banda el ERE de RTVV y verán qué juerga más chula). Esta gente cuesta una pasta cuando los contratas y cuesta todavía más cuando hay que indemnizar por lo mal que lo hacen. Pero se les sigue contratando una y otra vez… pues la Generalitat tiene el íntimo convencimiento de que el problema no son ellos sino esos pesados de jueces del Tribunal Supremo (e incluso, últimamente, los de más cerquita, que hartos de ser los compañeros de viaje de los fiascos jurídicos de nuestro Gobierno están empezando a ponerse estrictos también).
Pero no nos desviemos de lo esencial: la maravillosa consecuencia de que la incompetencia del Consell, esta vez, le ha beneficiado. Por una vez, el Aval de la Incompetencia ha jugado a su favor. ¡Es lo que tiene ser expertos en el tema de cagarla una y otra vez, que al final eres tóxico no sólo para ti sino también para los que te rodean! Así que, de tan mal instrumentada que fue la operación GVA-BankiaVCF parece ser que quien sale perjudicado, por una vez, no somos todos los valencianos (representados por nuestra querida Administración valenciana) sino todos los españoles (representados por nuestra querida Bankia), pues el marrón tremendo que es ser propietario del Valencia se ha trasnferido de los primeros a los segundos. Como valencianos insolidarios, fenicios, egoístas e infrafinanciados no podemos sino celebrar la situación, dado que en la factura final vamos a tocar a menos y se la endilgamos, en parte, al resto de los españoles, incluyendo a esos malvados de Cajamadrid. Bien está que así sea… ¡aunque sea como una manera de recuperar un poquito del déficit fiscal que a estas alturas está claro que el Consell nunca va a reclamar en serio a su propio partido!
La Generalitat valenciana, encantada de la vida, queda liberada de cualquier carga gracias a que en su incompetencia estuvo acompañada por otros tanto a más incompetentes: los asesores encorbatados y con mocasines de color granate, cara de ser tíos serios y pose de ser gente principal de Bankia eran todavía más burros, no vieron problema alguno en el aval en cuestión y ahora han logrado que todo el marrón sea para ellos (bueno, para la empresa a la que asesoraban, eh, tampoco vayan a pensar, que ellos ya hicieron profesionalmente su trabajo, cobraron como señores con mocasines y a otra cosa). Desde el Consell, lógicamente, no pueden sino estar encantados con esta parte de la Herencia Recibida. De hecho ya lo han dejado claro, explicando que prefieren no interferir con la justicia ni con clubes de fútbol y eso, que esto es un Gobierno serio y europeo, hoygan, mientras silban mirando al techo y se descojonan en privado.
La Comunitat Valenciana es líder en mala gestión pública, pero con el reconocido Aval de Incompetencia que tenemos ganado a sangre y fuego quizás haya descubierto una nueva vía para resolver problemas. Ya sea con avales, ya enredando como sólo nosotros sabemos, la cuestión es meter en nuestros líos a otras instituciones del Estado y acabar condenándolas a compartir nuestro triste destino. La venganza es un plato que se sirve fría. Y, en este caso, servida por señores con mocasines granates, bronceados permanentes y el pelo siempre perfecto, impecable. Porque pocas pocas podría haber más bonitas que, tras haberte dejado hundir el sistema financiero, que se lo queden catalanes y madrileños respaldados con pasta pública… llegue la sorpresa y, poco a poco, en los cajones de esas entidades que controlabas con tu incompetencia habitual, empiecen a aparecer avales que te liberan de responsabiidad y la cargan sobre los «rescatadores». ¡Mismamente como queremos que pase con el Banco Central Europeo y la deuda bancaria española!
Etiquetas aval Generalitat al Valencia CF, Bankia, València CF
Y si Bankia se dedica a hacer caja, intentando sacar algo vendiendo a ese medio campo ( y a la defensa, la delantera y a los masajistas) O si hace un ERE extintivo..¿Habrá expedición en AVE , ahora que está barato, para sitiar su sede central en Mordor?
Esto solo ha empezado, aprovisionense de palomitas
Yo, al contrario que Galaico y otros muchos que profetizan poco más que una primavera àrabe valenciana si a Bankia le da por deshacerse de mala manera del Valencia, creo que no pasará absolutamente nada.
El nivel de enmiedamiento y de desesperación generacional está tan extendido que lo que menos les -nos- preocupa a los valencianos es si el Valencia se refunda y baja a Segunda B.
Que habrá un grupo de irredentos xotos que se quejarán y harán ruido? Pues claro. Pero la mayoría cambiará de canal, se pondrá a seguir al Barça o al Levante y, en el fondo, se alegrará de que tanta desfachatez no nos cueste ni un duro -a los valenciano, a el conjunto de españoles vía Bankia ya es otro canta- porque, como nini de 30 años que no tiene más quehacer que oler el sentir de las gentes de la calle puedo decir que los más no están en otra cosa que en intentar sobrevivir y trampear hasta que la cosa retome el vuelo -osease, hasta que se cree otra burbuja y otro ladrillazo.
No , si yo no pronostico una primavera arabe, solo una marejada mediatico-política que nos va a dar mucha risa y dejar agradables recuerdos en la hemeroteca.
Ojala hiciera eso Bankia y luego la emprendieran con todos losclubs que deben pasta a Hacienda y a la SS.
EREs para niñatos que viven de darle patadas a un balón, si en mi nombre
Ahora el Valencia CF tiene 3 opciones:
– Fusión fría con otro equipo en problemas, que entre los dos seguro que son más competentes.
– Dación en pago, los jugadores pasan a ser mayordomos de Goirigolzarri y el Nou Mestalla una sede de Bankia a cambio de cancelar la deuda.
– El Estado crea una Liga Mala donde el Valencia jugará con el resto de equipos tóxicos.
Tiene mérito, además, porque lo suele hacer con el aval de señores engominados, con trajes muy elegantes, corbatas y mocasines lustrosos, que pertenecen a despachos caros y a asesorías de renombre, que cobran una pasta por hacer un trabajo técnico impecable y puentear a los funcionarios… con los resultados conocidos en forma de condenas y de boquetes adicionales en las cuentas de la Generalitat (que pagamos todos, aunque a veces la pedrea beneficia a muchos, y si no esperen a que algún juez pille por banda el ERE de RTVV y verán qué juerga más chula). Esta gente cuesta
Imagen clavada!
Piensen en la pasta que nos cuesta: la contrata a la empresa (y si no es a la oferta más ventajosa, más) + los sueldos de los funcionarios a quien no se saca el jugo + resolver los entuertos tras sentencia
Hace unos años, donde los catalanes estaban a punto de invadirnos y había que defender lo nostre (lo nostre son las Fallas, el agua, la paella y el Valencia) sí que hubiera pasado algo serio.
Pero sinceramente ahora creo que si el Valencia cae por este tema no pasaría nada extraordinario. El típico cabreo mayúsculo pero poco más, tal y como está la situación dudo que el fútbol sea lo principal.
Eso sí, en caso de pasar (y como valencianista espero que no) tampoco creo que se señalaran a los culpables de la chapuza. En todo caso a Llorente y ya, que eso de criticar a los que mandan no va con nosotros.