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Corrupción

Camps, Barberá, y Urdangarin el Poderoso

Iñaki Urdangarin se ha convertido, apresuradamente, en un personaje tóxico. Todo el mundo le acusa de expoliar el erario público montando pseudoeventos absurdos sin ningún valor, pero a un precio altísimo. Y es cierto. Pero es menos la gente –o era menos hasta ahora- que se pregunta por quiénes estuvieron dispuestos, muy rápidamente y sin apenas control, a soltar la pasta. Porque, para despilfarrar, hace falta alguien dispuesto a promover motivos de despilfarro, pero también alguien dispuesto a despilfarrar el dinero. Si se trata de dinero público, como es el caso, este último extremo resulta, si cabe, más importante.

En ese lado del ring tenemos, como casi siempre, al ex President de la Generalitat, Francesc Camps, y a la aún alcaldesa de Valencia, Rita Barberá. Ambos soltaron la pasta a espuertas para montar los absurdos pseudoeventos de Urdangarin. Pero, hasta hace bien poco, los focos sólo alumbraban –marginalmente- sobre Camps. No sin motivo, desde luego. Con su peculiar ineptitud, Camps hizo lo que mejor sabía hacer: gastarse nuestro dinero en idioteces mientras continuaba inmerso en su ilusionante proyecto de dejar la Comunidad Valenciana hecha una mierda. Y, ya de paso, se codeó con personajes que le compraron algunos regalillos navideños sin importancia mientras, en paralelo, se forraban a costa del erario público (hay que decir, a favor de la generosidad y afán por agradar de El Bigotes, que al menos él daba regalos; ¡Urdangarin ni eso!).

Nivelón

Todo eso es cierto, pero a mí siempre me ha llamado la atención el virtuosismo con el que, durante años, ha logrado escapar Barberá del desgaste político inherente a su acción, o a su inacción. Porque también Barberá se ha gastado nuestro dinero en idioteces mientras dejaba la ciudad de Valencia hecha una mierda. También Barberá recibió regalitos de Gürtel. Y también Barberá estuvo en primera fila, bien dispuesta a soltarle dinero a Urdangarin. Pero, como Barberá es más campechana que Camps y el PP ha logrado, durante décadas, instaurar en la conciencia colectiva la idea de que esta mujer (promulgadora de un proyecto de ciudad sectario, palurdo y centrado en unos intereses económicos y sociales muy determinados) es “un ciclón populista” que cae bien a todo el mundo, y por lo tanto no hay más que hablar.

Es, más o menos, lo que también ocurre con el Rey. Campechano I ha sido intocable durante décadas, y aún hoy, cuando le estallan escándalos día tras día, los medios de comunicación y la clase política hacen ímprobos esfuerzos para mantener el maltrecho cordón de seguridad en torno a él. Porque, para entender el caso Urdangarin, nos faltaba la pieza fundamental, que sólo Jaume Matas nos había proporcionado (en entrevista con el Follonero). Mire usted, pues claro que le solté dinero a Urdangarin para sus mierdas. Al yerno del Rey no se le puede negar nada, vino a decir.

En este país hemos montado una red de intereses entrecruzados, de los que se ha beneficiado la famosa “casta” desde tiempos inmemoriales, siempre o casi siempre viviendo a costa del erario público (siempre, indirectamente; casi siempre, de forma, además, directa). Al Rey todo el mundo le alaba ser nuestro “mejor embajador” cuando se va de gira con empresarios españoles para obtener contratos en otros países. ¿Nadie se ha preguntado nunca a cambio de qué se obtienen esos contratos? Porque, según se deduce de los correos desvelados por Diego Torres, lo sucedido con Urdangarin es, en esencia, el mismo proceso, propiciado por nuestro “mejor embajador”, esta vez en España.

La escena constituye, sin duda, un hito en la historia del costumbrismo español. Yo me lo imagino más o menos así: ágape ofrecido en la Zarzuela a Camps y Barberá, a los que te imaginas emocionados ante tal evento, presidido directamente por Campechano I en persona. Camps ha traído unas naranjas y Barberá un par de litros de horchata para conmemorar la ocasión.

Acabada la comida, Su Majestad les da una sorpresa, como esas que daba Jesús Puente en “Lo que necesitas es amor”. ¡Iñaki Urdangarin se halla esperándoles en la sala de al lado! ¿Acaso no querrán pasar a saludarle, a ver qué tiene que decirles?

«Vaya… ¡Parece que alguien tiene un Valencia Summit para ti…!»

Iñaki, que se ha entretenido enviándole fotos eróticas al preceptor de su mujer (ojo al dato, porque hay que reconocer que el tío ahí estuvo gracioso, enviándole mails sobre lo cachondo que se estaba poniendo no a un amigote, sino al secretario privado de su mujer), cierra el portátil y saluda a Camps y Barbera, que se sienten en su salsa. ¡Codeándose con gente importante! ¡De Valencia al mundo!

A continuación, se escenifica el verdadero leit motiv de la invitación a comer en Zarzuela: una oportunidad única para la Comunidad Valenciana y para Valencia. Con toda la campechanía habitual, y entre sonrisas. Mira, que es que quiero montar un congresillo para que Valencia sea “El Davos del deportes”, y necesito que me soltéis pasta, ¿ok? En torno a un millón de euros por congresillo. Y, claro, Camps y Barberá, papanatismo en ristre, y ante la encerrona, pues dicen que sí, que por supuesto, que dónde hay que firmar. No vaya a ser que les confundieran con representantes políticos que se deben a unos ciudadanos, en lugar de los arribistas indocumentados que demostraron ser. Y, ya de paso, se prestan a presentarle a Urdangarin otras posibles fuentes de financiación para que pase el platillo.

Y todo montado, por supuesto, con la opacidad y duplicidad propia de estos casos. Con fundaciones público-privadas que pueden ser una cosa o la otra según convenga (públicas para recibir dinero público a espuertas; privadas para no rendir cuentas de cómo se ha gastado el dinero público), y a vivir. Y con el detalle, verdaderamente magistral por parte de Campechano, de auspiciar negocios en común entre su amante y su yerno.

Realismo mágico: el suegro, el yerno, la hija y la amante

Hasta que por fin ha llegado un hombre, un héroe posmoderno, que se forró con nuestro dinero público durante años, al igual que Urdangarin, pero que, a diferencia de Urdangarin, no es familia, y ha comenzado a destapar el tarro de las esencias: Diego Torres. Alguien dispuesto a tirar de la manta. Sobre todo porque, de no hacerlo, aquí está más que claro que el único en comerse el marrón acabaría siendo él, que engañó al pobre Urdangarin y más aún a la Familia Real al completo. Él y, claro, también su mujer, que está imputada por exactamente los mismos motivos por los que no lo está la Infanta Cristina.

La cuestión, en lo que a nosotros nos interesa, y más allá de abrir una postulación para hacerle una estatua a Diego Torres por si gracias a él nos desembarazamos de los Borbones, es dilucidar las responsabilidades políticas, claras y evidentes, que se derivan de esto. Hablamos, naturalmente, de Camps y Barberá. Sobre todo, de esta última. Porque Camps, al menos, ya no ocupa responsabilidades políticas de primera línea, dado que acabó dimitiendo de resultas de un escándalo que comenzó cuando él aseguró no conocer de nada al señor con el que luego se desveló que departía amigablemente y le hacía regalos (más o menos igual que ahora, con Camps negando rotundamente que la reunión con Urdangarin en la Zarzuela, incluso el banquete real, existiera). Barberá, en cambio, sí. Y no se me ocurren muchas cosas que puedan superar al aeropuerto sin aviones de Castellón, pero al menos el aeropuerto existe, y algún avión comienza a aterrizar. Los Juegos Europeos esos, en cambio, nunca existieron. Y el Valencia Summit, tres cuartos de lo mismo.

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13 thoughts on “Camps, Barberá, y Urdangarin el Poderoso

  1. Pedro

    Tengo un escrito que estoy a punto de colgar que se llama «¿Debe abdicar el rey Juan Carlos I?» y donde concluyo que sí, por varias razones.

    A ver qué pasa con Rita Barberá, que está arrinconada entre Noos y Emarsa pero que por alguna misteriosa razón su popularidad no está resentida, cuando su partido se está hundiendo irremediablemente.

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    • Senyor Garrofó

      Pedro, decir que la popularidad de Rita no está resentida creo, la verdad, que a día de hoy es una afirmación, cuando menos, valiente.

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  2. Senyor Garrofó

    Yo en este tema soy (y lo tengo asumido) el «rarito» porque por una vez los políticos implicados en los timos me dan pena. Por ejemplo, Matas. ¿Alguien se imagina, siendo España y el establishment como es, lo que pasa cuando el monarca te llama y pide que apoquines si tú no acudes presto a cumplir con tu obligación?

    Pero no sólo por eso, sino por la hipocresía social que significa estigmatizar e incluso hacer entrar en la cárcel a gente que hacía lo que hacía, por lo general (traer a Urdangarin, montarle un sarao, soltarle la pasta por sus chorradas…) en medio de un generalizado aplauso de público y critica, prensa y oposición incluidas, que se acompañaba de mejillas ruborizadas, gritos de «guapo» y de «guapa» y de un par de edificios emblemáticos más inaugurados con el nombre de algún miembro de la Casa Real.

    Aquí lo que habría que hacer es buscar a algún político que se demuestre que la Casa Real le haya pedido algo y los haya mandado a la mierda. Y darle la Medalla al Mérito Civil, si es que existe el sujeto y se ha dado el caso.

    Y, mientras tanto, empezar a pensar en este régimen tóxico que mantenemos, en de qué viven las familias Borbón y, ya a estas alturas, Ortiz Rocasolano, en por qué hay empresas que también apoquinan y en qué significa todo esto.

    Pero a mí ver a Matas y Urdangarin camino de la cárcel no me pone contento sino que, al contrario, me da mucha grima.

    Cosas buenas:
    – una generación de políticos del PP va a conservar cariño de por vida al Borbón y sus familias;
    – quizás en Valencia empecemos a asumir que este papel de paganos de las juergas de las elites de la Restauración Borbónica no mola demasiado;
    – a lo mejor esto sirve para ir logrando algo de limpieza, largando aunque sea a un porcentaje de carotas, corruptos y aprovechados.

    A lo mejor.

    En todo caso, bien está que la toxicidad de la Monarquía quede de manifiesto y que se conozca, difunda… A ver si aprenden. Y a ver si aprendemos.

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  3. Pedro

    Senyor Garrofó,

    Bueno, quizá mi percepción esté condicionada por la inexistencia de encuestas locales pero tengo la sensación de que Rita Barberá no está sometida al desgaste que sí está el PPCV a nivel autonómico. ¿Algo afectada? Bueno, puede que algo, pero hoy por hoy creo que podría incuso mantener la alcaldía mientras que el PPCV se quedaría a años luz de mantener la Generalitat.

    Y sí Sr.Coentor, que vinga Choví i qui faça falta i li donen a la gent oportunitats de vot. Encara que no crec que puguen arribar al 5% per entrar en les corts. Si fora el 3%…

    Por cierto, como lo prometido es deuda y sin ánimo de competencia con La Paella Rusa traigo mi último escrito que tiene algo de relación con este como ya he dicho: ¿Debe abdicar el rey Juan Carlos? Y mi conclusión es…

    http://larepublicaheterodoxa.blogspot.com.es/2013/02/debe-abdicar-el-rey-juan-carlos-i.html

    Salut,

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  4. Pepico

    A mi me parece espectacular el argumento que empieza a salir a pasear en las filas populares: «Urdangarín nos engañó».

    Eso podría pasar si hubiera participado en un concurso público normal, lo gana y luego te la clava. Pero cuando tú, como Administración, amañas todo para adjudicarlo a dedo y cuando supuestamente te timan y no celebran ningún evento no lo denuncias, entonces es que te has dejado engañar.

    Lo de Camps empieza a ser cuestión de karma, se libró por los pelos de los trajes y estaría bien que pringara ahora con Noos. Y la inmunidad que tenía Rita también me llamaba la atención, aunque parece que este tema y el de Emarsa empiezan a situarla en una situación difícil.

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  5. Teodoredo

    Debo de ser el único que se relaciona regularmente con peperos porque pienso honestamente que, cuando llegue el 2015, Rita volverá a ser alcaldesa y el PPCV volverá a sacar mayoría.

    Saludines

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  6. Guerau

    Si se pretende salvar la monarquía como institución, ya de por sí una antidemocrática reliquia del pasado medieval, es necesario que el rey abdique y dé paso a su hijo. Ahora bien, como Juan Carlos continúe mucho más tiempo en el cargo, los ciudadanos tendremos que agradecerle al Borbón otra hazaña: No sólo trajo la democracia a España sino también la República. Al final resulta que su designación como sucesor de Franco a título de rey era una tapadera para reinstaurar una república democrática. El último Borbón es en realidad un convencido demócrata y republicano. Sorpresas te da la vida.

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  7. Lluís

    Algo sacaremos en positivo. Gracias a lo que ha pasado, la prensa ya se atreve a disparar contra la Casa Real y a hacerse eco de algunas de sus barrabasadas. Incluso es posible publicar críticas al Campechano, a sus familiares y a la institución en general sin temor a que los de la Audiencia de juzguen por injurias a la corona y/o te cierren el periódico.

    Esta misma semana, Pere Navarro, cabecilla de la franquicia catalana del PSOE, se atrevió a declarar publicamente acerca de la conveniencia de una abdicación. Sus colegas de la Corte del Reino se apresuraron a desmarcarse rápidamente de ese comentario, pero hace unos años, si se atreve a tal cosa, habrían exigido su cabeza.

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  8. Mar

    Circula un libro por ahí que dice que Valdano no entró al trapo de lo que pedía Urdangarín y que pronto se dio cuenta de que lo que vendía era humo.
    Si sirve como político…

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  9. Pingback: Hacia el fin de la Segunda Restauración Borbónica « La Página Definitiva

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