Tras la particular espantada del ya ex director general de RTVV, José López Jaraba, que huyó de sus responsabilidades tras encargarse todos estos meses, con proverbial chulería madrileña que seguro que es, en realidad, tener principios y actuar sin complejos, de todo lo relacionado con el ERE de RTVV, La Paella Rusa se preguntó por el legado periodístico de semejante genio de la gestión, el periodismo y las relaciones públicas. Y entonces recordamos, oculta en la memoria, una celestial intervención del personaje en un evento de calado, anterior a su entronización como Director General de RTVV.
Año 2006. Punto álgido de la burbuja y del modelo de crecimiento basado en el ladrillo y los grandes eventos que colocaría a la Comunidad Valenciana en el mapa (y en el mapa está; hay que reconocerlo). El President Camps tiene un sueño: que la Comunitat Valenciana sea el espolón de proa del Nuevo Periodismo. ¿También del Nuevo Periodismo, además de todas las demás cosas en las que somos los mejores? Sí; también aquí.
Para conseguirlo, Camps aplica la receta de siempre: decide financiar un Congreso Internacional de Nuevo Periodismo en Valencia con nada más y nada menos que un millón de euros (166 millones de pesetas), la mitad aportado directamente por la Generalitat Valenciana y la otra mitad, en teoría, a través de patrocinadores privados deseosos de arrimar el hombro. Puede que a Ustedes un millón de euros no les parezca mucho. A Camps seguro que tampoco, porque la unidad de medida del ex president para cualquier capricho que se le antojara era el millón de euros: xiquet, toma un millón de euros y cómprame Las Provincias, anda.
Y, de hecho, si el congreso lo hubiera organizado Urdangarín, con un millón de euros no habría tenido ni para empezar. Pero para que se hagan una idea, y puedan comparar, el máximo de subvención que otorga la Generalitat Valenciana a los congresos que se organizan en la Comunitat es de 12.000 €. Es decir, ochenta veces menos.
Como el Congreso se iba a dedicar a hablar de Nuevo Periodismo, Internet, redes, teléfonos móviles, revolución digital, la Nube, Futuro, … Camps nombra director del mismo a Fernando Jáuregui (en aquel entonces 56 años), director de Diario Crítico, que tiene una idea muy clara de lo que es el Nuevo Periodismo del bueno. He aquí algunas de sus frases más características respecto de esto de Internet y el periodismo que aquí se hace: “La generación google es un riesgo. En google están las cosas pero no está el espíritu de las cosas». «No va a quedar más remedio que forzar la identificación de los usuarios para acabar con la dictadura del anonimato». «La wikipedia es una herramienta deleznable. Podría ser maravillosa, pero se usa mal”. «Jamas se podrá comparar el grito aislado de un blog con el peso propio de un medio de comunicación». «Los blogs y el periodismo ciudadano pueden llegar a matar al nuevo periodismo»”.
El Congreso pasa sin pena ni gloria, y Jáuregui, logrado el objetivo de «dignificar la prensa digital y avanzar hacia la ética«, sale en busca de otras administraciones autonómicas a las que colocarle el muerto. Aquí tienen la clausura de la VII edición, con la ministra Fátima Báñez vendiendo brotes verdes al más puro estilo del Nuevo Periodismo: 2014 será el año de la creación de empleo en España.
Sin embargo, siempre quedará en el recuerdo de los valencianos la primera edición, la más grandilocuente y, sin duda, en la que más dinero se invirtió. Y ahora, años después, La Paella Rusa decide rememorar dicho evento. ¿Por qué razón? Porque disponemos de las Actas de dicho Congreso (Los secretos del Nuevo Periodismo. ¿Está muriendo la información tradicional?), en la que hemos encontrado un maravilloso texto firmado por el ex director general de RTVV, José López Jaraba, y su número dos y jefe de gabinete, Víctor Charneco.
Por supuesto, López Jaraba y Charneco hablan de su especialidad, es decir: de la prensa escrita. ¿Cómo? ¿El que después sería director general de RTVV y su jefe de gabinete hablando de prensa? ¿Y eso? Pues porque así hacemos las cosas en la Comunitat Valenciana, amigos. Para dirigir una un ente público audiovisual valenciano nombras a un tío que ha trabajado toda su vida en la prensa escrita, y que además es de Madrid y ha hecho casi toda su carrera en Madrid, por si existiera alguna posibilidad de que pudiera conocer algo la realidad valenciana, su tejido social, el sector del audiovisual… Y él a continuación nombra como su hombre de confianza…. ¿A alguien que pueda guiarle en este proceloso mundo? Pues a su amigo, joder, que para algo es amigo suyo, aunque no haya trabajado jamás en televisión.
El artículo se titula “La prensa tradicional, en la encrucijada. El desafío de la interpretación” (pp. 26-41). Y constituye una ocasión única, en la distancia, para conocer el concepto que tenía entonces Jaraba del buen periodismo, aunque sea centrándose en la prensa, que para algo es lo único en lo que tienen experiencia real.
Para empezar, Jaraba y Charneco tienen claro que, para hacer un buen periódico, las noticias son muy importantes. Pero, ojo, también son importantes los reportajes. Y las columnas de opinión. Por otro lado, no dejan de destacar lo importantes que son las fotografías. ¿Y qué decir del diseño? Es cada vez más importante. Hombre, y por supuesto un periódico no puede pasar sin hacer hincapié en la infografía. ¡La infografía es muy importante! ¿Y la página editorial? ¡Más vale que no la descuidemos! ¿Y qué decir de las secciones de Nacional, Internacional, Local, Deportes, Economía, Cultura y Sociedad? ¡Son muy importantes!
En definitiva, la combinación de una buena información interpretativa, con exclusivas y noticias propias bien diferenciadas, columnistas capaces de emitir opiniones que contextualicen los acontecimientos, fotografías abundantes y que aporten datos y puntos de vista que se le escapen al texto, infografías modernas y explicativas y un diseño atractivo pueden ayudar a que el periódico en papel de pago que hoy conocemos sea capaz de retener el favor de los lectores y se mantenga como un producto informativo rentable durante muchos años (pág. 31)
Y años después, un somero vistazo a las grandes cifras de venta de los diarios impresos nos revela que… ¡Bravo! ¡Eso es visión de futuro! Aunque tampoco se lo echen demasiado en cara a Charneco y Jaraba. Comparado con las cifras que arroja su genial gestión de RTVV, casi cualquier medio de comunicación es rentable.
El papanatismo con el que Jaraba y Charneco intentan ocultar su absoluta orfandad intelectual y académica para acometer lo que es, a fin de cuentas, un articulillo en un congreso resulta casi enternecedor. Véase, por ejemplo, esta lúcida observación:
Una visual por un vagón de metro o un autobús de cualquier ciudad española en la hora punta matinal revela que la mayoría de quienes viajan en esos transportes lleva uno o varios periódicos gratuitos, cosa que no ocurría antes de que estos periódicos fueran distribuidos gratuitamente (pág. 29)
Observe el lector la imposibilidad material de disponer de periódicos gratuitos con anterioridad a que éstos fuesen distribuidos gratuitamente. O son gratuitos, o no lo son. Tal vez Jaraba y Charneco deberían haber profundizado un poco más en su “visual”. Pero no es esto lo único que nos cuentan en el artículo, por supuesto. Quince indigestas y redichas páginas dan para mucho. Por ejemplo, para alertarnos contra el exceso de información:
El exceso de información tiene un efecto de saturación que, como bien ha quedado expuesto por los teóricos tradicionales, desinforma. El receptor que es bombardeado con demasiados datos e hipótesis sobre un solo hecho termina por no saber explicar, ni explicarse, qué ha sucedido. O, más concretamente, cuáles son las consecuencias finales que lo sucedido puede tener en su mundo (pág. 26)
El exceso de información es malo, y por eso, cabría pensar, Jaraba decidió no arriesgar al público valenciano a una exposición perjudicial a determinados temas. Y, por si acaso, para no saturarnos, RTVV nunca informó sobre una serie de cuestiones, por más que el resto de los medios de comunicación sí lo hicieran, y a veces con machacona insistencia. ¡Todo por nuestro bien!
Otra cuestión que ambos ponen sobre la mesa es si el periodismo ha de tener una mirada propia o si conviene distanciarse de la noticia. El veredicto es claro:
Frente al principio de asepsia e invisibilidad del firmante recomendado por los viejos manuales de periodismo y las vetustas facultades del ramo, aplica su punto de vista, las indagaciones de su sensibilidad humana (pág. 27)
O, en otras palabras: ¡basta ya de informar con pretensiones de imparcialidad! ¡Queremos una mirada propia que nos permita decir lo que nos salga de los huevos y defender las cruzadas que mejor nos convengan! Una mirada intelectual, preparada, con criterio, que establezca temas y opiniones sobre una serie de asuntos. Una nómina, en suma, de todólogos de calidad:
En los últimos años se ha detectado que este género se encuentra un tanto alicaído, huérfano de grandes referentes, aunque aún conserva un puñado de dignos iconos en España. Este fenómeno circula en paralelo con la descapitalización de la nómina de intelectuales en España, porque un articulista de referencia roza por su brillantez el indefinible calificativo de intelectual. Además, muchos arribistas de todo pelaje se han instalado en todo tipo de columnas, confirmando así la frivolización de muchos espacios periodísticos. Y otros utilizan su columna para defender intereses personalísimos disfrazados de una aparentemente astuta pátina de defensa de los intereses generales. Estos intrusos contribuyen de manera decisiva a degradar un género sencillamente esencial para el crédito de la prensa (pág. 32)
Sobre la noción de articulista como intelectual no parece preciso hacer demasiados comentarios. Hemos podido disfrutar durante años, y gracias a Canal 9, de un amplio elenco de intelectuales de postín venidos de Madrid para hablar de la ETA y de las obras en la Castellana en el DBT Canal 9 y otros programas de parecido impacto social.
Queda claro, por otra parte, que el arribismo es muy malo. Pero… ¿qué significa ser un arribista? Un arribista, por ejemplo… ¿Sería alguien que se colocase en diversos puestos de la Administración pública valenciana tras trabajar cuatro años en la sección “Real Madrid” del Diario As, y que luego diese el salto a un puesto de confianza creado ad hoc por un amigo, que le despide meses antes de irse él, con el objetivo de cobrar la indemnización correspondiente?. ¿Un arribista es alguien que viene a Valencia cual paracaidista como delegado de un medio nacional, está unos años y acto seguido da un brinco hacia la dirección de un ente público audiovisual, sector en el que nunca ha tenido la más mínima experiencia, al frente del cual logra aumentar geométricamente su deuda y hundir del todo su audiencia?
Son muchas las cuestiones que abordan Jaraba y Charneco en su maravilloso artículo, pero en pocas inciden más que en la necesaria independencia periodística respecto de los poderes públicos y la clase política. Un asunto en el que, como es sabido, predicaron con el ejemplo a lo largo de su brillante gestión en RTVV, cerrando el paso a los malvados poderes públicos y clase política contrarios, críticos o sencillamente descontentos en algún extremo con el president Camps y el Partido Popular. Así, por ejemplo, se quejan de la falta de agresividad de los periodistas en las entrevistas:
Preguntas pactadas, preguntas que se omiten, miedos del entrevistado, cuestionarios por adelantado o simple falta de tiempo están fomentando la llamada “entrevista blanca”, una suerte de rueda de prensa leída que el protagonista concede a un solo periodista (pág. 33)
O de la horripilante asociación entre periodismo y poder, de la que hay que huir como la peste, no sea que el poder que nos ha colocado y ordena todos nuestros actos se ponga celoso:
Y he aquí de nuevo el ejemplo del ensanchamiento de la brecha entre el nuevo y el viejo periodismo: la a veces insoportable connivencia con los poderes públicos, un barniz que el lector exigente empieza a repudiar. Porque una cosa es la ubicación de principios crítica y otra el silencio sospechoso o el vocerío propagandístico, más sospechoso aún (pág. 35)
¿Y qué decir de esta apasionada crítica de determinadas prácticas radiofónicas, eliminadas por completo de Ràdio 9 (o de Canal 9) desde el preciso instante en el que López Jaraba se hizo con la dirección general de RTVV?
España es un país singular en cuanto al abultado consumo de radio, y se antoja decisivo que las cabeceras sean capaces de encontrar un hueco desde el que transmitir a millones de personas las bondades de su trabajo. Es un método que, no obstante, propicia aberraciones, ventajismos exageraciones, actuaciones teatrales, matrimonios de conveniencia, engolamiento, sectarismo, alianzas oscuras bajo un exclusivo interés personal, que eleva a espacios preeminentes a medianías agradecidas y que fomenta pugnas innobles que se disfrazan de verdades o de pretendida responsabilidad cuando no son más que patrañas, en excesivas ocasiones ofensivas (pág. 38)
¿Qué es el nuevo periodismo, en resumen, para Jaraba y Charneco? Pues tal y como concluyen, “puede que el periodismo sólo sea eso, una actitud ante la vida, un modo de enfocar las cosas y un inconformismo dirigido hasta el servicio público. ¿No es eso suficiente? Vista su vigencia, seguro que sí” (pág. 41).
» revela que la mayoría de quienes viajan en esos transportes lleva uno o varios periódicos gratuitos, cosa que no ocurría antes de que estos periódicos fueran distribuidos gratuitamente»
Standing ovation…
Si este es el nivel del «Nuevo Periodismo» yo me hago suscriptor del Gramma.
PD. Me encanta el pisto que se dan algunos a la hora de «embellecer» su CV, ya sea en Linkedin o en otros medios…es sublime ver hasta donde alcanza el poder de la metáfora.
Ara ja sabem per què Fernando Jauregui tractava tan bé a Camps en les tertúlies de Madrid quan parlaven del cas dels trages. Corrupte!!
Jaraba dice de sí mismo en su currículum «Es coautor de un ensayo sobre nuevo periodismo»… ¡Y se refería a esto! ¡A quince paginillas en unas Actas de un congreso! En efecto, la desfachatez de la gente no tiene límites
Pingback: Demolición a fuego lento: crónica interna del ERE en RTVV | La Paella Rusa