Hace ya un año que la Generalitat Valenciana tiene nuevo President, tras la dimisión de Francisco Camps. Impuesto desde Madrid para gestionar como buen y fiel Gobernador Civil lo que desde la calle Génova se ve (y se veía más con más nitidez todavía hace un año, cuando España vivía en la feliz idea de que problemas como los de las Cajas de Ahorros o la corrupción no eran sistémicos sino expresión de una diversidad específicamente valenciana y, por ello, chunga) como el Estercolero de Levante, su gestión ha coincidido con el momento más duro de la crisis económica. Desde su llegada, se ha dedicado a repartir sonrisas, a decir que él y su gente son buenos y benéficos, que las cosas están muy difíciles pero que el carácter valenciano no se arredra ante las dificultades sino que se crece con esfuerzo y entre todos sacaremos esto adelante. Todo ello en medio del entusiasta furor fabrista desatado de la gente del partido y de los medios de comunicación, lo que ha permitido que Fabra se haya asentado con ese carisma que en España da tener cargo y repartir generosamente cargos o subvenciones, lo mismo da. Aunque sean pocos o muy pocos, como lo son en estos momentos. Pero 12 meses después, y más allá del empleo de una retórica bastante poco evolucionada y cutre cada vez que se manifiesta, el resumen sobre su acción de Gobierno puede resumirse en una sintética idea: de forment, ni un gra. Vamos a hacer una panorámica rápida.
– Medidas para salir de la crisis: 0: El Consell de la Generalitat está dedicado a aplicar obedientemente los recortes impuestos desde Madrid, donde una sucesión de gobiernos con la misma potencia de análisis de la realidad, más o menos, que los valencianos más recientes, se suceden desde hace décadas. Demuestra para ello la misma capacidad para entender lo que está pasando que los del resto de España: nula. En un año que lleva Fabra el Govern no ha aprobado ni una sola medida o reforma estructural ni nada que se le parezca. Tampoco tienen la menor idea de qué hacer con sectores como la agricultura o la industria. Están a la espera de que la hostelería capee el temporal (y por eso aprueban decreto tras decreto eliminando todo tipo de control y restricción sobre las actividades hosteleras) y rezando porque esto se acabe pronto para que la construcción vuelva a pitar. Según el PSPV sobran 4 consellers pues dicen desde la oposición que con 6 bastaría. Sinceramente, no sabemos exactamente ni siquiera a qué podrían dedicarse 6 consellers si de aplicar la política del actual Govern se trata. Para jugar al truc les sobran dos. – Medidas de regeneración ética de la sociedad y de la política valenciana: 0. Más allá de demagogias en torno a los efectos de una imputación, el actual Consell no ha hecho ni una reforma significativa para depurar los focos de constante corrupción de baja intensidad que, de modo generalizado, pueblan la Administración valenciana. Es más, el Leitmotiv en la materia sigue siendo el mismo de toda la vida. Lo que se hace es lo que se hace, se ha hecho toda la vida así y tampoco es para tanto… excepto si un juez inicia una instrucción penal, en cuyo caso arde Troya. Así, las medidas en materia de urbanismo valenciano que busquen eliminar incentivos a la corrupción y el soborno han sido inexistentes hasta la fecha. Y nada sustancial está previsto que cambie. De modo que cuando la máquina vuelva a ponerse en marcha todo está dispuesto para que vuelvan a producirse los mismos problemas. Tampoco se conoce norma alguna o cambio sustancial en materia de contratación pública. Fraccionar contratos, ya se sabe, es perfectamente legal. Y lo seguirá siendo. Por último, en el otro gran absceso que tenemos en la Comunidad Valenciana y España, el empleo público, es materia donde no sólo se ha decidido no hacer nada ni cambiar nada sino que se están agravando los problemas endémicos. En el último año los DOCV son una sucesión de nombramientos de personal de confianza y los EREs en las empresas públicas que ya se han producido (RTVV, Ciegsa, IVV) y los que vendrán están asentando una nueva práctica, deudora de las anteriores, que supone consolidar la «excelencia» hasta niveles desconocidos: dejar en la casa sistemáticamente a aquellos que, con independencia de cualquier mérito objetivo, mejor conectados estén. Vamos bien. – Medidas de racionalización de la planta administrativa de la Generalitat: 0. Especialmente acusada está siendo esta tendencia en la Administración, donde las medidas de ahorro han consistido en degradar a numerosos funcionarios públicos por oposición que aún ocupaban algunas jefaturas o direcciones generales. La tarea del Consell en estos doce meses, metódica y deudora de la anterior, ha logrado que las altas capas de la GVA estén ya pobladas exclusivamente de fieles, asesores o la especie más repugnante, el asesor funcionarizado sin hacer oposición digna de ese nombre que se queda de por vida colocado. Y en puestos directivos. Mientras tanto, y a la vez que los nombramientos de asesores y personal de confianza se suceden, los interinos están cobrando mil euros al mes. Los que no se han ido a la calle. Eso les pasa por idiotas y por haberse presentado alguna vez a una oposición.
El resumen no puede ser más desolador. Un Gobierno que no gobierna, sino que gestiona los recortes que le impone el PP de Madrid y no hace absolutamente nada en ningún ámbito más allá de ir a actos, poner cara de que son buenos, son valencianos y, sobre todo, de que son un nuevo PP que nada tiene que ver con el anterior. ¡Mientras que el PP de Camps hizo cosas que nos llevaron a la ruina, míranos a nosotros, somos diferentes, no hacemos NADA! ¡Vótanos y seguiremos sin hacer nada!
El problema de no hacer nada es que, claro, de vez en cuando te entra el sentido del decoro político. Y como no tienes ni idea de nada, ni proyecto político, ni proyecto de país ni nada de nada, pues haces el ridículo al por mayor sugiriendo cosas como lo de cambiar el número de diputados por Decreto ley autonómico. De esta última guisa es la ocurrencia más reciente del Molt Honorable President, que se ha lanzado a proponer que los festivos autonómicos (el día de Sant Josep y el 9 d’octubre) pasen a celebrarse siempre en lunes. Una medida que tiene unos efectos económicos limitadísimos (si es que los tiene), que cabrea a la gente pero que «da imagen» de que haces algo. Y eso es lo que necesita desesperadamente Fabra, que la gente piense que si desapareciera del mapa él y el Consell algo grave ocurriría (cuando es patente a estas alturas, más bien, que no). Si además la medida forma parte de las reivindicaciones del gremio que más manda en el país, los hosteleros-sin-iva-con-módulos-factureros-con-personal-sin contrato, que llevan años diciendo que eso es casi tan guay como que les dejen invadir todas las aceras de las calles con mesas y sillas y fastidiar a todos los vecinos posibles con sus decibelios nocturnos y sus olores a mugre y a fritanga, pues ya lo tenemos. ¡La ocurrencia perfecta! Quedo como que hago algo y además me gano al sector más importante para el I+D valenciano, que ha descubierto miles de maneras de hacer bravas y timar a los turistas con gracia sin igual y sus legendarios productos de rancho carcelero.
El problema es que incluso estas ocurrencias a Fabra le salen mal. Por varias razones que se resumen en una. Son tan profundamente idiotas los que gobiernan que piensan que la gente es estúpida y se traga cualquier cosa. Y así:
– Le dicen al President que salga a decir que con eso se sacan 700 millones de euros al año y se generan 30.000 puestos de trabajo… ¡y el tío lo repite como un loro amaestrado! El problema es que los números parecen algo hinchados. Piénsese que en ese caso, simplemente, que si toda España hiciera lo mismo estaríamos hablando de 7.000 millones de euros y de nada menos que 300.000 puestos de trabajo. Y eso por solo dos festivos. Pues ya puestos que se haga con todos y ganamos un pastón de verdad, ¿no?. Y en ese caso, para toda España, estaríamos hablando de 30.000 millones de euros al año y de 1.200.000 empleos. Sinceramente, yo no sé a qué espera Mariano Rajoy para copiar la idea de Fabra. Eso es más, y de forma fácil y sencilla, que lo que ha logrado recortar el Gobierno del PP con sangre, sudor y lágrimas. ¡Con lo fácil que es! Pues bien, sin arredrarse ante estas pequeñas objeciones el Gobierno de Fabra ha reaccionado diciendo que no son 700 millones, no, ¡que son 1.100! Parece una coña, pero es España. Semos asín. Aunque unos más que otros. Y Fabra y su gente como que son muy asín.
– Además de los pequeños problemas con los números que tienen los que mandan en la Generalitat y el propio Alberto Fabra, la medida plantea un problema de fondo adicional más grave. Por mucho que guste a los hosteleros, e incluso aunque dejara efectivamente dinero (que es más bien dudoso), ¿todo lo que le gusta a la Mafia del Copazo tiene que aceptarse?, ¿todo lo que deje dinero ha de ser aceptado? Pues cambiemos el escudo de la Generalitat por el de una marca comercial o bauticemos a la Comunidad Valencian, ya que tenemos un nombre chunga y estamos acostumbrados a que nos lo cambien sin consultar, con el nombre de una marca comercial que pague bien. Si la lógica es esa… Igualmente, si de contentar a los hosteleros se trata, pues les dejamos hacer lo que quieran en términos de horarios, ocupación de la vía pública, pago de impuestos, insonorización, control de los contratos… ¡Anda, si todo eso ya lo estamos haciendo! Pues habrá que gustar algo más. No sé, que los hosteleros puedan reclutar obligatoriamente a jóvenes valencianos para «animar» sus locales. Todo legal. Por la patria. Y por la pasta.
– Todo ello por no mencionar los puntos débiles de la peculiar lógica fabriana. ¿Por qué el hecho de que las Fallas se hagan en un lunes festivo en Valencia va a traer más turistas de Madrid? Pues es un misterio, pero andan muy convencidos de ello. La verdad es que si el objetivo es ése, ya puestos, la Mafia del Copazo podría ir a por todas y pedir el traslado de la fiesta a la primera semana de mayo, donde la muy liberal Esperanza Aguirre garantiza el mejor acueducto de España al unir la fiesta de la comunidad de Madrid y San Isidro Labrador al 1 de mayo. ¿Para qué andarse con minucias pudiendo tenerlo todo?
– Y, por último, ni 9 d’octubre ni leches. Fabra ha ido a tocar la fibra sensible por antonomasia de los ciudadanos del Cap i Casal. Y lo ha hecho sin consultar, en plan despreciativo, siendo de Castellón y, para meter más el dedo en la llaga, desde Alicante. Que esto es una chorrada y en un país normal ni se consideraría, pero el PP ha forjado su hegemonía en València y l’Horta con un discurso identitario y de campanario que acepta casi todo, como estar en el paro, menos que le toquen las Fallas. ¡Y menos todavía alguien de fuera! ¡Un maketo! Todo eso sí que genera un batiburrillo identitario de la leche en el blaverismo barraketa (hasta ahora fiel votante del PP), y no la senyera coronada ni leches, del que Fabra puede salir más escaldado de lo que parece. Aunque da un poco igual. Con la que está cayendo y haciendo el ridículo por inacción día a día no le hace falta mucho más para lograr un hito histórico para el PP de la Comunidad Valenciana: superar las facilidades que le da la oposición y, aun así, conseguir perder las cómodas mayorías absolutas administradas desde hace ya casi 20 años.
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Este hombre es un chiste, mira que parecía difícil que el PP pusiera en riesgo su mayoría, pero como dices al final del artículo poco a poco parece que va cuajando la idea. Mostré mis dudas en la entrada anterior sobre Canal 9, pero como en los ¿3? (algo me dice que tendremos antes elecciones, no sé por qué…) años que le quedan como presidente siga proponiendo chorradas como el estilo veremos a Ximo Puig como Molt Honorable (uuff…escalofrío).
Además, es que es torpe hasta dentro de su partido. Irse a Alicante a proponer que el 19 de marzo sea lunes (y no lo digo por ser especialmente fallero) es algo que a nivel capitalino jode, y ya hemos visto como ha reaccionado Rita más allá de la tirria que se tienen. Como será que ya ha dicho que bueno, que se negociará y blablabla.
Pero al final queda la imagen de desgobierno, de proponer cosas por proponerlas y para que parezca que están haciendo algo cuando los temas a debatir duran una semana y desaparecen.
A este pas, ni Fabra ni Ximo Puig: Mònica Oltra de Molt Honorable.
Almenys mos riurem en falles i altres actes d’este estil.
home pitjor no crec que ho fera.
El gobierno y la hegemonia del PPCV se sustentan en tres patas y no son Alicante, Castellon y Valencia sino : pspv, compromis y eupv. Los pilares de la tierra. Rien ne va plus!
¿y eso de nuestra coalición como quedó, chicos? ¿Al final el fundador de vuestro partido era un constructor con putrefactos intereses o no?
Anda, los frikis de Los Verdes Ecopacifistas se pasan por aquí y todo! Qué lujo, Sara Carbonero presidenta!
Senyores i senyors…se acabo lo que se daba!! Tornem a ser «el levante español»…si es que alguna vez habiamos dejado de serlo!!!
També Camps, durant la seua primera legislatura,
va tindre les mans nugades. Mig grup parlamentari popular,
el president de les Corts, la Diputació d’Alacant, …
tots ells eren zaplanistes.
Precisament l’Estatutet de la vergonya va ser llavors
un globus d’oxigen que li va regalar el PSOE de Pla.
Si semblava que Camps era un gran estadista i tot…
¿Que no se’n recordeu de la famosa «clàusula Camps»
i altres perles de l’Estatut, de les quals tothom,
fins i tot al Congrés, se’n va fer un fart de riure?
Mos fareu Madrilenys !!! jeje
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