En la calle Jorge Juan hay un edificio nuevo de la Universidad Católica. Qué curioso: mientras a todo el mundo le va mal, a esa universidad privada, de la iglesia, le va viento en popa. En la universidad pública no se sabe si se van a cobrar las nóminas, no hay presupuesto para nada, mientras sorprendentemente en la Católica les sobra. ¿No podrían trasvasar medios a la pública en aras de un reparto más equitativo? Porque, al fin y al cabo, si a estos señores les va tan bien, es por la ayuda institucional que han tenido.
Imagínense: la iglesia abre una universidad privada en 2003. García Gascó -que, a imitación de Escrivá de Balaguer en Navarra fue nombrado Gran Canciller de la misma- la impulsa. Los locales los pone el Ayuntamiento. Lo que donaron en su día próceres de la ciudad para el mantenimiento de los pobres se regala a los ricos, sin más. Y no pasa nada. Porque es una cuestión muy sorprendente: los políticos de derechas hablan siempre de las excelencias de la privatización de los bienes públicos, pero ellos colocan a sus amigos y a ellos mismos, cuando se quedan sin empleo, en las empresas públicas o en la administración.
A la iglesia le pasa igual: lo público es suyo también; pero lo suyo es sólo suyo. Además, hacen milagros: de no tener Medicina porque les faltaban requisitos y prácticas, la tienen saltándose todos los plazos. ¿Las prácticas? Se hacen en la Seguridad Social y ya está, sin problemas, sin complejos, y henos aquí que, de nuevo, estamos pagando todos los españoles lo que se ha pensado para unos pocos. ¿Pagarán las prácticas o serán considerados estos alumnos como si fueran de la pública? Adivinen.
Lo que sí han sido capaces de crear es una policlínica con especialidades retribuidas: podología, odontología, logopedia… Lo que no está en la Seguridad Social y les reporta unos beneficios. Esa policlínica, según su propia web, tiene 16 “novedosos sillones” -¿qué querrán decir con lo de novedosos?- y “una asepsia y unos profesionales cualificados”. Me suena a negocio, a impostura, también.
Pero hay algo más: la Católica cuenta con unos cuantos institutos de investigación y uno de ellos se llama “Jovellanos”. Bajo la pregunta “¿Por qué Jovellanos?” explican los valores del gran ilustrado, por si alguien los desconoce. Curiosamente, con un retoricismo vacuo, decimonónico, cuentan que fue un reformador incansable de “privilegiado entendimiento” -me recuerda el “cráneo privilegiado” de Luces de Bohemia-. Es decir: no dicen nada.
Pienso que la iglesia quiere pedir perdón al ilustre Jovellanos por haberlo perseguido y encarcelado, pero como se le hace cuesta arriba, disimulando, utiliza su nombre. Con lo cual el escarnio es doble. ¿Para cuándo un Instituto Galileo, señores de la católica? La santa desvergüenza es una de las virtudes que ensalza el fundador del Opus Dei y la católica parece sentirse muy bien en el ejercicio de esa antivirtud.
En el Informe sobre la ley agraria, Jovellanos, para animar a la iglesia a repartir sus tierras de “manos muertas”, les decía que con seguridad esa institución estaría deseando entregar al pueblo lo que le pertenecía. Naturalmente, la iglesia no tenía la menor intención de repartir nada y para demostrarlo, persiguió al “reformador incansable”. ¿Reformador de qué? ¿Acaso les dejaron reformar a los ilustrados? Es una generación que fracasó y que podía haber cambiado España, si la Inquisición les hubiera dejado. Jovellanos quería reformar la enseñanza y que fuera pública, pero no pudo hacerlo. Creía que la salvación del pueblo estaba en la educación. Le aterraban las revoluciones y pensaba que se podía crear un sólido progreso paso a paso, sobre todo, insisto, con una educación pública que educara a todos/as por igual. Y ahora vienen los de la Católica con el sarcasmo de usar el nombre de Jovellanos en vano, dado que él, sin duda, se hubiera echado a correr ante una universidad privada y de la iglesia, nada menos que en el siglo XXI, después de haber fracasado todos los intentos reformadores del XVIII.
Entiéndanme ustedes: no es que me importe que haya negocios privados. Faltaría más. Me parece excelente que las órdenes religiosas mantengan colegios o universidades con su dinero y con su ideario. Ahí está la libertad de elección: si tienen adeptos, pues muy bien. Lo que me parece aberrante y peligroso es que el Estado mantenga a la enseñanza privada, subvencionándola, y deje caer a la pública, cuando debería ser la única prioridad en materia de educación. Si los ciudadanos españoles no tienen libertad para ir todos juntos a la escuela o a los Institutos públicos, ¿qué libertad están defendiendo?: la de los que quieren tener un apartheid para los pobres que, desde luego, no pueden elegir.
Un país en donde los políticos y la casa real no llevan a sus hijos a la enseñanza pública, no es un país avanzado, ni democrático. ¿Para qué poner Educación para la ciudadanía si no hay mejor educación que la de la escuela pública en la que, codo con codo, se conocen -o se conocían- todas las clases sociales? Pero, en vez de invertir en lo fundamental, en algunas autonomías se aplican con vesania en los recortes. Utilizan comentarios despectivos y falsos sobre el profesorado de la enseñanza pública -que sólo trabajan 20 horas-, con lo que consiguen desprestigiarse estos/as políticos por su enorme desconocimiento.
Que yo sepa, en la enseñanza privada no hay que ser especialista para dar una clase y las condiciones del profesorado tampoco son buenas -hay centros en donde contratan por horas-. Un profesor de Filosofía puede dar Lengua o al revés, según las necesidades del centro. En los centros públicos hay que pasar por una oposición y ser especialista en la materia que se imparte. ¿De qué manera se accede a los centros privados como profesor? ¿Cómo se accede a la universidad Católica, por ejemplo? ¿Hay que firmar el ideario del centro? ¿Qué investigaciones, qué proyectos de investigación se llevan a cabo? ¿Cuánto les pagan?
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Ésta es una cruz que vamos a tener que llevar entre todos y durante muchos años. Penitenciagite!
Realmente lo más triste de todo es que lo que usted escribe es cierto.
No hay nada más trsite que comprobar como, día a día, la ciudadanía pierde derechos fundamentales como consecuencia de las medidas populistas encabezadas por el PP y que la oposición política valenciana parece no poder contrarrestar.
Es una auténtica vergüenza que se haga ver a la población que sobra el sector público. Es una vergüenza que un estado democrático y aconfesional de cabida a semejante institución parafascista y segregadora.
Ahí está la clave de este artículo es que se desenmascara a la mal llamada libertad de enseñanza: no es otra cosa que un mecanismo segregados, un filtro de clase, y la forma ideal de permitir la constitución de unos privilegios que son los que posibilitan que la Iglesía siga siendo una entidad socialmente muy influyente cuando la sociedad huye de la jerarquía católica.
Lo mejor de todo es que aquí todos pringan, porque el anterior alcalde (socialista, eso dicen) de Gandía también le regaló sus terrenitos a la Católica para que se montaran su facultad de Enfermería, Logopedia y no sé qué más.
Comparto totalmente el fondo del artículo. Personalmente me da bastante igual que haya universidades privadas, universidades católicas, protestantes o laicistas upeyderas, pero que cada uno se pague los caprichos de su bolsillo y deje a las instituciones en paz, que bastante está cayendo como para ir regalando dineros y terrenos a entidades privadas.
Espero que no lleguemos a la situación de «licenciarnos por Sigüenza», como irónicamente comenta Cervantes en su Quijote. Lo que los ilustrados quisieron remediar, entre otros Jovellanos, es que se vendieran los títulos en algunas universidades y, por supuesto, intentaron que hubiera una reforma de la enseñanza y no se encargara la iglesia de ella.
Una vez, uno de los representantes de la derecha «valensiana» me dijo: -Es mejor la educación privada que la pública, porque no les cuesta dinero a los contribuyentes. Y lo dijo en público! Y había gente que lo apoyaba!!!
Fue un momento esquizoide, pensaba que estaba en una dimensión paralela o algo así
Un artículo imprescindible. Felicidades a Taronja.
Lo peor de todo no son las bases y consecuencias de lo que cuenta, que todos tenemos asumidas. Lo peor es que esto va a más. Y que parece que no hay caldo social de cultivo que usar como reactivo para cortarlo.
Mientras tanto, en el apartado de burlas y chirigotas tenemos:
– El nuevo regalo del día a la Universidad Católica: hoy cuenta la prensa que el Ayto. de Carcaixent les ha puesto un aulario.
– El Instituto Jovellanos y demás parafernalia que con ese exquisito sentido del humor que se gasta la Iglesia española tienen la desfachatez de bautizar así. Propongo que Mallorca, ya puestos, les ceda como sede el Castell de Bellver.
– La prensa informaba hace apenas unos días de que la Católica no solo es un éxito académico. También es un éxito económico. Casi 10 millones de euros ganaron esos pollastres el año pasado. Es un caso único en el mundo. Y eso que aún están en fase de expansión e implantación, con la inversión y gasto que eso conlleva. Cuando empiecen a llegar los «retornos» la cosa puede ser el acabose. Pero claro, también es único en el mundo una Universidad privada a la que las Administraciones públicas le financian la mayor parte de los gastos.
Con los socialistas siempre le va mejor al rey, iglesia y cía. Luego las izquierdas son lo que son.
Y el millor de tot és que, a mes a mes de pagar amb diners públics aquells centres privats y/o concertats, uns quans d’aquests encara arredoneixen més el seu control segregant els xics de les xiques (com a ejemple el col.legi concertat El Vedad de Torrent, on van els xics només, les xiques les envien a unaltre que hi tenen a València).
Les il.legalitats de l’educació catòlica no tenen parangon.
Torrent… Que pregunten per Torrent, que continuen els barracons mentre han donat 5000 metres per a construir la Uni Católica. I ja vorem que es fa amb la antiga La Fe. Cants de sirena privatitzadora se senten ja
Un pequeño detalle, para dar clase en la pública como interino sólo hace falta el título, no aprobar una oposición,
y lo de ser especialista, contrasta con datos de profesores de instituto que son obligados a dar otras asignaturas que no son las suyas o que no saben, como francés, etc. Por lo demás, tienes mucha razón.
Es decir, se ha exagerado un poco, no? Será con el objetivo de calentar al lector, y endurecer la crítica a la UCV? O es por falta de criterio sin más? Quiero pensar que es falta de información, que no es moco de pavo, pero es menos que manipular deliberadamente
En Valencia igual si, en Castilla La Mancha para ser interino hay (había, sigh) que aprobar la oposición pero estar sin plaza, que no es lo mismo ni mucho menos.
Els de la Paella Rusa encara no heu comentat res de l’altre xollo de la catòlica: els cursos de Capacitació de Valencià i de Diploma de Mestre de Valencià que poden donar, quasi en exclusiva, i pel qual han de passar milers de professors valencians «previo pago» d’uns milers d’euros. Surrealista
Anguileta… queeeeeeeeeeé?
Això ho dius de veres?
Per favor, dona més informació. Els de la paella però també molta més gent volem saber
Sí, nos interesa saber esos datos, que desconozco. Sería increíble, pero a tenor de lo que dice el senyor Garrofó, cualquier cosa es posible. En cualquier caso, voy a intentar enterarme.
En cuanto a lo que observa Profe, es cierto: para ser interino, basta con apuntarse en la bolsa y tener suerte y que te toque. También se tiene en cuenta que se haya aprobado el primer ejercicio de la oposición. Ahora bien, en el asunto de las oposiciones considero que debería haber un número de plazas restringidas y otro, libres, para aquellas personas que no tienen ningún punto por no haber podido trabajar como interino. Se dan casos de opositores que, habiendo sacado un diez, no ganan la oposición y eso es una pérdida para el sistema y una injusticia.
Respecto a la UCV:
Bueno, no voy a entrar al trapo en detalle… sólo quería decir que la información de este blog está MUY sesgada, es muy inexacta, incompleta y parcial.
Si no pretende ser un blog con información mínimamente contrastada, enhorabuena, muy logrado.
Si quieres entramos a discutir todos los puntos que quieras… si te interesan otros puntos de vista o si quieres completar tu «investigación» sobre los hechos que relatas aquí.
ATENCIÓN SPOILER: No sé si lo sabías, pero este es un blog pagado por Blasco para desviar la atención de otros temas
Para ser interino, según el procedimiento actual (que cambiará, salvo que se decida lo contrario, para las próximas oposiciones), hay que presentarse a todas las pruebas de la oposición. De ahí sale una lista ordenada por puntuación obtenida de diversas fuentes: la nota de la oposición, los méritos académicos, la experiencia laboral, etc… Los que van entrando a trabajar ya son considerados funcionarios interinos.
Otra cosa son las bolsas de trabajo que se abren cuando hay necesidad de contratar personal sin que haya una oposición de por medio. En ese caso basta con tener el título, y la lista se ordena por méritos. Dichas bolsas se abren de manera excepcional en algunas especialidades y en algunas comunidades (por ejemplo, en secundaria en la Comunidad Valenciana creo que no hay ninguna bolsa abierta ahora mismo).
Aparte de esto, muy buen artículo
Saludos. Relacionado con estos asuntos:
https://eldiariodetorrent.wordpress.com/2011/10/01/que-sucede-cuando-un-filosofo-de-izquierdas-descubre-a-dios-y-otros-asuntos-relacionados/
Saludos.
Iglesia de la Cerveza
Gracias, pero lo que se dice en el artículo es absolutamente cierto, por desgracia. Ojalá los gobiernos en España se dedicaran a mantener a la enseñanza pública y dejaran al margen negocios privados, como la Universidad Católica.
S’agraeix un article després de tant de temps… però veig que, a partir d’una anècdota d’un fet d’actualitat política valenciana heu fet un article d’opinió sobre temes generals (molt encertat, això sí).
On està el «periodisme d’investigació» i la crítica als fets polítics d’actualitat? un article com eixe es podria publicar en qualsevol moment.
Com han dit per dalt, la Catòlica també donava els curset per traure’s la Capacitació per a la Docència en valencià.
La veritat és que s’ho han muntat molt bé perquè ells recollien a aquelles persones que no se l’havien pogut traure a la Universitat, fent els crèdits que et marcaven i a un preu de crèdit universitari, i com que el titolet és, en teoria, necessari, cobraven a preu d’or el curs. A més, amb el reclam implícit de la «facilitat» de traure’s el títol d’aquesta manera…
I alguna cosa semblant passa amb el Màster de Professor de Secundària -antic CAP- que imparteixen. Recullen a aquelles persones que tenen necessitat de fer-ho, i fins i tot els hi permetien matricular gent amb alguna assignatura suspesa, amb el compromís d’aprovar-la a la següent convovatòria. Evidentment això a les Universitats sèries -UVEG i UPV- està prohibidíssim, i d’aquesta manera tan senzilla la Catòlica té una clientela per fer el màster, pagat a preu d’or. I si em pose a ser mala persona segur que endevine on fan les pràctiques del màster els alumnes d’aquesta universitat privada… potser en la pública i concertada? I pagaran alguna cosa? Que per cert, si no ha canviat la cosa, un professor-tutor d’un alumnes de Màster de Secundària cobrava abans 30 euros per tuoritzar un alumne, estaria bé saber quan cobren ara, perquè seria escandalós que una privada guanyara diners impartint un màster, la feina la part del qual obliga Conselleria a fer als seus professors en nòmina per una missèrrima quantitat de diners.
La Universidad Cardenal Herrera (su Facultad de Medicina) es una excelente herramienta que busca preparar los futuros «cuadros de mando» de nuestra en breve «muy rumanizada» Sanitat Valensiana.
Se lo han montado de puta madre. No hay que negarles que les ha salido «de categoría». Cuando no tienes la Universidad de tu lado, hazte una propia.
Ya veremos en unos años lo que sale de ahí…
Que la católica imparta un Máster de formación del profesorado -oficial, dicen- y, además, los cursos de capacitació de Valencià, con la connivencia de consellería, aunque no sea, por ahora, en exclusiva, es otra muestra más de la dejación de responsabilidad inherente a quienes nos gobiernan. Evidentemente, a la iglesia le interesa que el profesorado pase por sus manos, al igual que ha puesto todo de su parte para lograr especialidades como Medicina o Periodismo. Desde luego, nunca ha mostrado interés por impartir Humanidades, que le habrán parecido sospechosas. Lo que no acabo de entender es el silencio adormecedor de nuestra sociedad que aguanta todo esto.
Vaya por delante que mi simpatía por la UCV y sus múltiples chanchullos es nula. Pero me gustaría que se expusieran y analizaran con más rigor (y, tal vez, algo menos de pasión) los pros y los contras de la universidad privada en general, así como el papel que el Estado debería jugar en relación con la misma. El socorrido argumento de que «el dinero público, que es de todos, no puede ser utilizado para financiar algo que es privado, sólo de unos pocos» me parece, desde luego, sumamente débil. El dinero público tiene un origen privado. Lo pagan los contribuyentes. Y, por cierto, es sumamente probable que los usuarios de las Universidades privadas (incluso, quizás, los de la UCV) estén pagando vía impuestos por la enseñanza de los usuarios de las Universidades públicas más (en términos relativos) de lo que éstos últimos están pagando, vía ayudas, por la educación universitaria de aquéllos.
El dinero «público» no lleva escrito en la frente que sólo puede destinarse a financiar actividades organizadas por Administraciones públicas. Pensemos, por ejemplo, en las ayudas que recibe el sector del cine español. Pese a todo, la idea de «a la privada, ni un céntimo» está profundamente arraigada. Recuerdo un debate en una televisión local valenciana en la que un «representante» de una Universidad pública defendía que las Administraciones no deberían financiar los programas de investigación de las universidades privadas. Seguidamente, un «representante» de una Universidad privada valenciana asentía y dejaba muy claro que ellos nunca, nunca habían recibían fondos públicos para esto. Ellos se pagaban su investigación con su propio dinero. La discusión me dejó alucinado. Para empezar, esta última afirmación no se correspondía con la realidad. Me consta con absoluta certeza que dicha Universidad privada si había recibido ayudas públicas a la investigación. Pero lo importante es que la tesis que ambos postulaban al unísono estaba desprovista de cualquier justificación. Es enteramente irrazonable cerrar a las instituciones privadas la posibilidad de recibir tales subvenciones. Lo relevante a la hora de repartirlas debería ser únicamente en qué medida los programas de investigación propuestos (en atención a su contenido, personas encargadas de ejecutarlos, medios a emplear, etc.) pueden contribuir al progreso de la ciencia y la sociedad. ¡Que más da si el remedio contra el cáncer se descubre en un centro público o en uno privado! Y, de hecho, eso es lo que actualmente pasa. Institutiones públicas y privadas compiten por las ayudas a la investigación en pie de igualdad (al menos sobre el papel).
La cuestión, pues, es cómo debería repartirse el dinero «público», que efectivamente es de todos, de los unos (los usuarios de centros públicos), pero también de los otros (los usuarios de centros privados). Que se demuestra que lo mejor para el bienestar de todos es que no se dé ni un céntimo a las privadas, pues perfecto. Que se demuestra lo contrario, pues se les incluye en el reparto. A mí me gustaría que alguien que supiera de verdad del tema analizara seriamente las consecuencias de las distintas posibilidades y me aclarara un poco las cosas. Lo ideal, claro, sería escuchar distintas opiniones, formuladas desde diferentes puntos de vista.
Yo no estoy de acuerdo con el hecho de que con dinero público se financien Universidades privadas (o centros de enseñanza primaria o secundaria privados, ya que estamos). Esencialmente por dos razones:
– Porque el dinero público debe ir dedicado a ayudar al fomento de la igualdad entre todos (y no, por ejemplo, al establecimiento de centros ya sea elitistas y muy caros; ya de fábricas de títulos fáciles de obtener pero muy caros, en otros casos);
– Porque el dinero público ha de financiar únicamente, según mi criterio, modelos de enseñanzas neutros ideológicamente y basados en la ciencia y la razón, y no chiringos más o menos presentables, según los casos, pero abiertamente condicionados ideológica o religiosamente desde el minuto 1 de partido.
A mí son dos elementos diferenciadores que me parecen claves.
Respecto de la investigación, yo no financiaría, ni en la pública, ni en la privada, la llamada ahora «investigación aplicada». Que esa gente se busque la financiación en el mercado.
Si hay equipos de investigación básica, que cuestan un pastizal, en Universidades privadas, y que generan buenos resultados, por supuesto que no tendría problema alguno en financiarlos. Ignoro si alguna Universidad privada española hace cosas de estas. Pero la verdad es que me da la sensación que no. Por no tener, ni tienen los grados en cuestión entre su oferta académica…
En su correo dice no tener ninguna simpatía por la UC y «sus múltiples chanchullos». Ahí está el problema en España, en que se regale el dinero de los contribuyentes – y lo que se ha donado con fines benéficos, incluso-, a instituciones que no aportan nada a la sociedad, con su ideario, y cuyo funcionamiento carece por completo de transparencia. Por supuesto que si esa institución hubiera destacado en avances científicos, médicos, humanísticos, habría que apoyarla. Pero si no se dan esas circunstancias, ¿por qué dilapidar el erario público?
Una pregunta: ¿paga la iglesia sus impuestos?
Hay algo que deberíamos acatar, un principio democrático, que nuestro escritor Juan Gil Albert cita como norma: «Todos somos iguales y distintos». Para que ese principio de igualdad gobierne nuestra sociedad debe haber un sistema de enseñanza pública potente. Me preocupa -y creo que nos preocupa a muchos- el abandono progresivo de un bien ciudadano de primera magnitud.
En cuanto a lo que dice del cine, es un tema que usted podría tratar, si le interesa hasta el punto de compararlo con la enseñanza.
En lo referente a los impuestos, la respuesta es si y no. Si, porque se han ido reduciendo muchas de las puertaas abiertas que tenía en el Concordato parea no pagar un chavo. No, porque las puertas que se le han ido cerrando, se le han abierto vía ley de mecenazgo y se les permite una cierta manga ancha con los impuestos menores , los municipales.
Gabriel, centras el tema en lo económico. Como sabes, en el origen , las Universidades españolas eran privadas, muchas de origen y contro eclesiastico y el tema acabó como acabó: con compra de titulos por quien los necesitaba para ocupar los puestos que por sangre le correspondían.
Ahora tenemos una eclosión de las privadas. Se juega mucho en ese campo con el argumento económico – se dice que son más baratas que la enseñanza pública- pero en el debate se olvida incluir toda la superestructura de control de la educación que nos ha metido en la modernidad. De todas maneras, si llevaramos el tipo de debate impositivo que pretendes, podriamos liarla parda rapidamente. Muchos pagamos impuestos por infraestructuras que no utilizamos ni utilizaremos, ni necesitamos – Ave´s , T4, kilometros y kilometros de autovías .¿Porque un onubense, un paisano del Caurel ó un soriano tiene que pagar por ello? ¿Un gallego, al que le salen los molinillos y las presas por las orejas, contribuir al desmantelamiento de lo nuclear, que no necesita?
Desde uno de los lados de esta pelicula se está librando una batalla ideológica con bases económicas. No una batalla económica. Es la lucha por dominar el funcionariado y la estructura de gobierno y competir contra un pelanas que te supera ampliamente en notas no hace bonito. Mejor tu cum laude en la Universidad de los «tuyos» que bregarse contra todos y que te puedan sacar los colores.
A los españoles nos cuesta más la universidad pública que la privada, pero como siempre hay que atizar a la parte «derechona y ultaconservadora», mal artículo justificandolo con hechos de hace bastantes años, que tendrá que ver La Inquisición y Jovellanos con que exista una universiada católica, demagogia de la buena para tratar de ganarse la opinión de la gente y ponerla en contra de la Iglesia, no olvidemos que la Iglesia obtiene cesiones en terrenos como las obtiene una multinacional que se instala en cualquier lugar, además, si no pagasemos 6.500 millones de euros a los sindicatos cada año no tendriamos este problema de inversión en la pública, pues empiecen hablando por ahi.
Bueno, ya tenemos el correspondiente troll ca-católico, que aparece cuando se menciona a la SICAR. Lo bonito es la mezcla de verdades y mentiras que escribe….
La Universidad privada cuesta menos que la pública….porque si, porque el lo vale. Neno, ¿De donde has sacado las cuentas?…
¿Que tendrá que ver la Inquisición con Jovellanos? Alma de cántaro, una cosa es que crea en lo que no ve, y otra que no lea para asi seguir creyendo…¿ Se imagina a las FAES creando el Aula Lluis Companys? ¿O a Barrionuevo puesto en faena para fundar la «Segundo Marey Hispanic Society? Pues lo mismito..
La Iglesia obtiene cesiones en terrenos como una multinacional. Ha acertado plenamente al definir a la Iglesia como una multinacional, como una empresa que se dedica a sus negocios y a obtener beneficios. Le felicito por su claridad de ideas. Aunque discrepo en el «como una». Ya quisieran , ya, cesiones como las que tiene SICAR Enterprises..
¿Pagamos 6500 millones de euros a los sindicatos? Valgame Dioxx, porque una de dos, o le sobra un cero y 200 millones y se ha equivocado ó no presta atención a su mentor y se ha confundido con la cantidad que SI se lleva SICAR Enterpises del Estado Egpañol..
Bueno, con Dioxx, y estudie, que por lo que veo, natura no ha dado. Pruebe con Salamanca
Aunque ya lo ha comentado Galaico, le puedo asegurar, Nacho, que si he nombrado a Jovellanos no es por capricho, aunque siempre me ha parecido un gran intelectual que tuvo que padecer el reaccionarismo de la carcundia de este país. Le recomiendo que lea usted «El jardín de Venus», de Samaniego, del que siempre se citan sus fábulas. Cuando Jovellanos iba a visitarlo al convento en donde Samaniego estaba preso, obligado a recibir instrucción religiosa diaria, los dos amigos se lo pasaban bomba comentando los cuentos recién escritos y protagonizados por los frailes que lo custodiaban. Le digo esto, que tampoco le parecerá relacionado con la Universidad Católica, porque me molesta el fariseísmo de utilizar nombres que nada tienen que ver con la ideología de quienes los utilizan. Me molesta, también, que personas como Jovellanos, infinitamente más avanzados y liberales que quienes usan su nombre, lo ignoren hasta ese punto. Con ello demuestran una falta de formación increíble.
Pero, como dijo Antonio Machado, profesor de enseñanza media, de la pública: «En España, de diez cabezas, nueve embisten y una piensa». Lo cito porque también tiene que ver con la educación y con el tema que nos ocupa.
Para ser interino, en Valencia, ni ha hecho falta aprobar la oposición ni siquiera presentarse una vez has sido llamado para ocupar plaza. el orden se establece por antigüedad y por ello, los que son interinos desde hace mucho tiempo son (eran) conscientes de que no hacía falta presentarse a la oposición porque seguro que les volvían a llamar. Esta circunstancia se prodjo en los años que se requería muchos profes. Ahora la cosa no es así y la gran mayoría aprueba la oposición sin plaza… Justamente, estos son los que ahora con los recortes se han quedado sin trabajo, porque el orden es por antigüedad, así que se llega a la incongruencia que antes se llama a un interino que ni siquiera se presenta a la oposición que a uno que la ha aprobado. Y la solución, como ha comentado alguno, no puede ser la doble vía de acceso, básicamente porque es ilegal mientras no se demuestre una excepcionalidad que no existe. De hecho, el sistema de acceso docente (que ahora se va a cambiar) ha beneficiado en la última década a los interinos en perjuicio de los que demostraban su valía y por eso se daba el caso que pese a sacar un diez en la oposición no se obtenía plaza.
Todo esto tiene su lógica si se sabe cómo funciona la negociación educativa. Los interinos han representado un colectivo importante y de fuerte presencia sindical mientras los recién titulados que se presentan a una oposición no tienen quién les escriban. Y el acceso lo negocian las administraciones con los sindicatos, así que para evitarse huelgas, se ha potenciado la estabilidad más que la calidad docente.
Se supone, que gane quien gane las elecciones, esto va a cambiar. Rubalcaba ya lo ha dicho; Rajoy no, porque no suele decir nada, pero el PP ha criticado siempre este sistema (aunque lo cierto es que donde gobierna no lo cambia).
En la Comunidad Valenciana, en cuanto a las bolsas de interinos, depende de la especialidad. Existen especialidades que nunca han abierto bolsas de trabajo desde antes de 1991. Los «supuestos» beneficiados de aquellas bolsas no entraron por «exámenes aprobados en oposiciones». El año 1991 se hicieron oposiciones a encerrona directa donde muchos de los actuales profesores entraron, sólo se requería un 4 a lo que se sumaba la puntuación. Los de mi generación con notas altas, no pudieron trabajar ni entrar en bolsas porque no se abrían. Ahora bien pasaron 10 años, 10 años donde no se nos dio ninguna opción para poder trabajar, incluso sacando 9 en aquellos exámenes. 10 años después se abrían bolsas atendiendo a las notas de oposición. En la especialidad de Historia prácticamente el 80% ha conseguido trabajar aprobando las oposiciones, aunque sin plaza. Es muy difícil ser incluso interino. Cuando se hable de interinos, oposiciones, etc. Se debe tener una memoria histórica o al menos documentarse «científicamente» y saber de lo que se habla. Por otro lado, los profesionales que en su día les abrieron las bolsas, no son culpables de ello, la Administración les necesitaba, entraron por concurso de méritos. El auténtico tema, del que muy pocos hablan, es el de hablar de una «oposición» cuando se trata de un sistema, donde se han dado múltiples de irregularidades, han existido filtración de prácticos, y no responde en absoluto a la práctica docente. Es más hay docentes que un año aprueban el concurso-oposición con más de un 9, recurren por perderlo al no tener la titulación de valenciano, por ejemplo, y al siguiente año sacan un 3, siendo el mismo docente. Existen docentes que en el desarrollo de un tema sacan un año un 8 y al siguiente haciendo el mismo tema le ponen un 2. Existen funcionarios de carrera con un 10 en una programación y en la realidad del aula, no realizan ninguna de las actividades que le valieron un 10 en su programación. Es decir, el extravalorar una nota en una oposición tampoco es indicadora de la efectividad como buen profesional. Todo es muy relativo, sobre todo si se conoce con exactitud de lo que se habla. Muchas gracias.