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La homosexualidad en la política valenciana

No, quien crea que en este artículo voy a destripar nombres y a sacar a la fuerza del armario a locazas y manolos, se equivoca. No, no creo conveniente meterme en la vida privada de nadie. No, voy a dejar la tarea de investigar lo que cada cual piensa con la bragueta a otra clase de prensa, a programas del corazón que habitualmente trabajan con otras vísceras.

Que vaya por delante, a mi me importa un pito con quien se vaya cada cual a la cama, me es totalmente indiferente. Me importa un huevo si al final alguien folla con una persona de su sexo, con dos o con un individuo de una especie animal distinta a la suya. Como si sólo practica el autoamor. Lo dicho, que cada cual se lo monte como quiera o como pueda.

No voy a ejercer de vocero de rumorologías y chafardeos de patio de vecinos, no, ni siquiera voy a mencionar esos nombres que tenemos en la cabeza, y que nos preguntamos si sí o si no. Ni voy a darle eco a las búsquedas de Google en las que junto al nombre del político que sea pones homosexual y surgen teorías de todo tipo.

Voy a hacer análisis, que para algo estamos aquí. Porque hay algo que me llama poderosamente la atención, la falta de homosexuales que hayan salido del armario en la política valenciana, porque haberlos haylos. Según las estadísticas, entre un 3 y un 10% de la población es homosexual. Aunque, como dice una frase atribuida a George Bernard Shaw: la estadística es una ciencia que demuestra que si mi vecino tiene dos coches y yo ninguno, los dos tenemos uno. Vamos a echar cuentas. Si en Corts Valencianes (por poner un ejemplo, que nadie lo tome como un dato científico, ni mucho menos como una pista para localizar homosexuales, ni doy nombres ni daré pistas) hay 99 diputados y diputadas, la estadística nos dice que entre tres y diez de nuestros representantes son homosexuales. Ya digo, es pura cábala.

 

¿Por qué los políticos valencianos no salen del armario? Mi tesis es que los políticos piensan que la sociedad de la Comunitat Valenciana, a pesar de todo, a pesar de tener un alto nivel de aceptación, a pesar de ser tolerantes (en cierta medida), a pesar de todo esto, somos bastante pacatos y nos escandalizaría y podría repercutir negativamente en la opinión, incluso en un futuro resultado electoral.

¿Realmente pasaría esto? Pongamos un ejemplo concreto, un político que sí ha salido del armario, el popular Felipe del Baño. En su momento el revuelo fue importante, durante unos días ocupó páginas de la prensa nacional, coincidiendo con la tramitación de la Ley de Matrimonio Homosexual en el Congreso de los Diputados en el año 2.005. Aun con esas concurre en la lista autónomica del PP por Valencia en el puesto 34 (complicado está, para que nos vamos a engañar) y repite en el tercer puesto de la lista local del PP en San Antonio de Benagéber. No veo que San Antonio arda en llamas, ni que una sima haya fracturado en dos la población. En el 2.007 el PP ganó las elecciones con mayoría absoluta. La vida sigue.

 

Otro ejemplo. Isabel Castelló, concejala en el ayuntamiento de L’Eliana también salió del armario, incluso presentó públicamente a su hija recien nacida. Nadie ha salido a rasgarse las vestiduras. No he visto ninguna cabeza girar 360º mientras vomitaba un líquido verde y viscoso.

Por más que he buscado, no he encontrado ningún político más que haya salido del armario en la Comunitat Valenciana. Como digo, es curioso. Sobre todo porque se podría entender (aunque tampoco) de los partidos de centro-derecha, más conservadores y que no ven con buenos ojos todo lo que huela a homosexualidad, véase los continuos ataques a la Ley de Matrimonio homosexual, y las declaraciones a favor de derogarla del Partido Popular. Pero en cuanto a los partidos progresistas es un poco más extraño. Se supone que son más abiertos, más tolerantes, no sería un escándalo que un compañero o compañera saliera del armario. Incluso muchas veces granjean así críticas positivas, una mayor simpatía por parte de la ciudadanía, incluso un aire cool.

No quiero que nadie salga del armario si allí se encuentra a gusto. Cada cual es libre de hacer lo que desee. Es probable que todavía seamos un poco retrógrados. No sé, el caso es que sólo hay un par de casos públicos. ¿Por qué será?

 

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6 thoughts on “La homosexualidad en la política valenciana

  1. Senyor Garrofó

    Coca Boba, yo lo que creo que habría que empezar a analizar, a la vista de cómo está el patio, a qué se debe que sólo en la comarca del Camp del Túria se atrevan a vivir la normalidad pues con eso, con normalidad.

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  2. edv

    ¿Miedo a que algún homófob… uys, perdón, algún LGTBfobo no les quiera votar? (en los programas de Compromís y EUPV ya utilizan este término tan modenno y chachi, así como el de persona con diversidad funcional para hablar de discapacitados -os propongo un artículo de retórica y léxico estúpida/políticamente correcto).
    ¡¡Virgen Santísima, cómo voy a dejar escapar el voto de los homófobos con la de homófobos que hay en este país!! En fin, que nos infravaloran que da gusto.

    PD. Coca, felicidades por el artículo, pero por favor ¡¡no pongas puntos a los años!!

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  3. Coca Boba

    Ja, ja, no me había dado cuenta de lo que pasa en el Camp de Turia, ¿será la San Francisco valenciana?
    Hay una cosa curiosa, cuando es el desfile del Orgullo Gay (upss…perdón, LGTB) salen todos los políticos a la calle, para que vena que se llevan muy bien con el colectivo LGTB, que para llegar al ridículo absoluto solo les falta decir: «yo tengo amigos gays y son personas normales».
    Pero a la hora de la verdad, de dar el paso y vivir su condición sexual con normalidad (como Felipe, como Isa) no se atreven. Lo dicho, país de pacatos.
    PD: No volveré a poner puntos en los años, palabra!

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  4. Jaime de Andrade

    Lo del lenguaje políticamente correcto llega a unas cotas que al final se acaban pasando. Tengo un conocido que trabaja en un colegio con discapacitados físicos (hace años se les llamaba minusválidos, mejor discapacitados). Como tienen lesiones de motricidad (movimiento), se les llama motóricos. Finalmente mi amigo cuenta con naturalidad que trabaja con niños motóricos ¿pero qué coño es esto? ¿es que los niños son putos coches?

    Por no decir que cada vez que ponen en la tele un corte con un mitín del PSOE, IU, UGT, CCOO, LGTB o cualquiera que pretenda parecer de izquierdas, acabo agotado con tanto «compañeros y compañeras», «todos y todas», «amigos y amigas».

    Mierda de país, mierda de todo.

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  5. Des de La Ribera

    La dreta és homofoba quan li sembla. Vegeu sinó el cas de Rita Barberá, la seua homosexualitat és un secret a veus, no, a crits, només li falta desfilar damunt d’un ninot de falla el dia de l’Orgull, i per posar-vos un altre exemple, Elena Bastidas, alcaldessa d’Alzira, no és que tinga novia, és que estan casades!! I, en canvi, va boicotejar tot el que va saber i més al col·lectiu de gais i lesbianes d’Alzira, el desaparegut Gailes.
    La doble moral de la dreta aplega a extrems que fan feredat. De moment jo em conforme en que no ens toquen el matrimoni, i com sempre cantem el dia de l’Orgull «Mariano Rajoy aprovecha y dilo hoy!»
    Salut!

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