DE LA CIUDADANÍA POLÍTICA A LA CIUDADANÍA ECONÓMICA

FÉLIX

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Las soluciones a los actuales problemas económicos y financieros no pueden salir de unas acciones que representan más los intereses de las corporaciones y los gobiernos que no los intereses de las personas. Si nuestras acciones como ciudadanos siguen la orientación del entramado de instituciones económicas y políticas que persiguen el beneficio privado y el poder iremos en la dirección opuesta a la meta que desamos, la buena sociedad, cuyo incumplimiento provoca nuestra indignación. Obviamente, en relación a la cuestión de los fines sociales, todos los postulados tienen la misma legitimidad política. Pero está por ver que ciertos postulados puedan converger con los derechos sociales que la mayoría ha interiorizado en su respectiva conciencia moral. Y de lo que hablamos aquí, no hay que olvidarlo, es de lo que esperamos de nuestra vida como agentes económicos, de los valores que queremos imprimir en nuestro comportamiento económico, de los motivos de nuestra indignación ante el rumbo que está tomando nuestro sistema social. Si el sistema político hubiera dado respuesta a los problemas económicos de los ciudadanos o bien se hubiera ganado la confianza de los mismos para la conquista de la justicia social, no habría surgido un movimiento de indignados como el del 15-M. Por otra parte, exigir a nuestros representantes políticos que profundicen en la cultura democrática, atendiendo en sus decisiones los intereses de las personas que representan, es una vía que ha fracasado. Intentar regular a través de nuestros representantes políticos las fuerzas que mueven nuestro sistema social, de tal manera que el poder de los mercados quede supeditado al poder de los gobiernos legitimados mediante el sufragio, es una ingenuidad. Si se quiere seguir en esta línea de acción con la esperanza de conseguir algún logro, pues adelante. No seremos nosotros quienes se opongan a la buena fe de la mayoría de los ciudadanos. La realidad social es compleja y las soluciones no puden ser simples. Pero tenemos el derecho a discrepar y a juzgar críticamente esta estrategia, porque tenemos ya suficientes evidencias empiricas y lecciones de la historia reciente que contradicen su eficacia.

En una sociedad democrática, las estrategias de transformación social pueden y deben ser múltiples y se pueden y deben ensayar de diversas formas. Este pluralismo político es en la práctica todo un criterio de demarcación de la democracia real frente a la democracia espuria. No hay caminos de perfección ni mesías para los problemas sociales. Y los procesos de transición de un orden social a otro no pueden plantearse ya de forma unilateral. Todos los afectados tienen el derecho a participar. Decir que la democracia política ha fracasado en lo que respecta al cumplimiento máximo de los derechos sociales y que es una ingenuidad perseverar en su regeneración no significa deslegitimar esta forma de gobierno. No seremos nosotros los que demos argumentos al fascismo del color que sea, rojo o negro. No planteamos la liquidación de la democracia política sino su refundación con la incorporación de la democracia económica. No postulamos un nihilismo político, sino nuevas vías de hacer política. El trabajo, el consumo, el ahorro y el crédito, el mercado social, la ecología, el altermundialismo, la solidaridad con los más desfavorecidos, son acciones políticas que diseñan formas de vida y organizaciones sociales, como son acciones políticas, si bien de consecuencias sociales contrarias, la economía sumergida y el fraude fiscal, las prejubilaciones y los despidos colectivos, la especulación financiera, la producción no sostenible, la contaminación medioambiental, la destrucción de hábitats naturales y de la diversidad biológica o el crecimiento económico ilimitado. La democracia política sin la democracia económica es un camino defectuoso, y a la vista de los últimos acontecimientos sociales también peligroso para la vida de las poblaciones afectadas por la negligencia y la corrupción de los gobernantes.

2
En los países occidentales, la desconstrucción del Estado social es una evidencia. Negar que no existe tal falta de voluntad política para regular la economía e intervenir en los mercados es un insulto a la inteligencia de los ciudadanos. La democracia que nuestros representantes políticos pretenden exportar al resto de países es un sistema de gobierno vacio de derechos sociales. Puro márqueting político para posicionar mejor en el mercado global los intereses de los estados y de las multinacionales, unas corporaciones cuyos costes negativos cuando no prácticas delictivas reciben de los mismos estados la cobertura política necesaria. Dicen nuestros gobernantes que las poblaciones que representan son los beneficiarios de sus actuaciones. Pero nosostros no nos sentimos representados a la vista de las cifras del paro y de la pobreza extrema que se eleva dia a dia en nuestras ciudades. Sólo en Cataluña, según datos del Observatori Català de la Pobresa, la Vulnerabilitat i la Inclusió Social, en el 2009 había más de 900.000 personas en situación de “pobreza extrema” o que no disponen de lo mínimo indispensable para vivir con dignidad, que pertenecen a familias con ingresos inferiores a los 460 € mensuales, de las cuales se estima que cerca de 600.000 se encuentran en la provincia de Barcelona y más de 100.000 personas en la ciudad condal#. Por lo que respecta a la pobreza infantil, según datos de Cáritas Diocesana de Barcelona, ha pasado, por efecto de la crisis, del 18,5% en el año 2008 al 23,3% en el año 2009, y ha seguido creciendo a lo largo del 2010, por lo que ya se encuentra por encima de la media de la UE, que es del 16%, y es similar a países con menos recursos como Grecia (con un 23,4%)#. Esta situación, conviene subrayar, dificulta hacer efectivos derechos sociales básicos como el acceso a una vivienda digna, a la salud o a la educación. Y según datos de la Fundació Banc dels Aliments, las personas que han solicitado ayuda alimentaria en Cataluña han aumentado un 52%#. Por otra parte, en Cataluña se registra una de las cifras más altas de desempleo a nivel europeo, con un 18% de la población activa (cerca de 450.000 personas), y sigue creciendo, de los cuales cerca de la mitad son jóvenes. Según datos del Observatori Català de la Joventut, el paro afecta al 28,1% de la población joven catalana, unas 250.000 personas de entre 16 a 29 años, de las cuales un 62% tiene entre 16 y 20 años#.

A la vista de todos estos datos cabe preguntarse cómo es posible la paz social en nuestra comunidad. Una respuesta la podemos encontrar en la cifra de la economía sumergida, que en 2009 está cuantificada, según el sindicato de técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), ante la ausencia de datos oficiales, en el 23,3% del PIB autonómico, y ha ascendido en 4,4 puntos desde el año 2000. En términos absolutos ha supuesto 8.667 millones de euros. Y por lo que toca al fraude fiscal, según datos de la misma fuente, Cataluña encabeza las comunidades autónomas. Sólo en el sector inmobiliario, la evasión de impuestos se estima en 1.836,2 millones de euros#. Otra respuesta la podemos encontrar en una institución social como la familia, que está soportando los costes de la crisis y el desempleo, a pesar de la ausencia de políticas familiares, la supresión de las ayudas concedidas, el progresivo empobrecimiento de sus miembros y el deterioro de las relaciones intergeneracionales. Una tercera respuesta la podemos encontrar en el consenso de los partidos políticos con opciones de gobierno en la transición española, un consenso que supuso la desmovilización de la sociedad civil, desde las asociaciones de vecinos hasta los sindicatos, pasando por los colegios profesionales, salvo para reivindicaciones corporativas o particulares que no cuestionaban el statu quo del sistema social, pasando por el cumplimiento de los derechos sociales como sobre ascuas.

Seguro que podemos encontrar otras muchas respuestas. Y la reflexión es del todo necesaria para concienciar a los ciudadanos que la legitimación del actual sistema social no se encuentra sólo en los sufragios, sino también en la connivencia de los ciudadanos en los intersticios entre el poder político y el poder económico, persiguiendo cada uno su propio interés y maximizando su utilidad,
cuando no en la sumisión de esos mismos ciudadanos a los dictados de los gobernantes o de los mercados. Ahora bien. Todas estas diferentes respuestas tienen, a nuestro entender, un signo común. La democracia política ha agotado el ciclo del progreso social. Por ello es necesario refundar la democracia política. Hay que fijar un nuevo rumbo en la acción ciudadana. Tenemos que incorporar a la democracia política la democracia económica, esto es, que el ciudadano desempeñe el poder económico que le corresponde, que ejerza en la vida social su soberanía no ya a través de sus representantes políticos, sino a través de sus propias decisiones económicas, en la cooperación en el trabajo, en el consumo responsable, en el ahorro y el crédito en entidades financieras éticas, en la construcción de un mercado social que no responda ya al lucro sino a la justicia social, en la conservación del medio ambiente, y en general en todas aquellas decisiones que se basan en el respeto a la dignidad de las personas. Por todo ello, el movimiento de los indignados tiene en la democracia económica un instrumento extraordinario para la transformación social.

3
El voto político no basta para la transformación de nuestro sistema social hacia la buena sociedad. Para ello las personas tenemos que ejercer no sólo la ciudadanía política, sino también la ciudadanía económica. No decimos nada novedoso, porque muchos antes que nosotros ya lo han dicho. La primera referencia que podemos encontrar en Cataluña es la del cooperativista J. Duran y Guardia, quien en un artículo publicado el año 1930 y que lleva por título “Democracia económica” afirma: «el voto político es insuficiente para la conquista de la personalidad ciudadana. Si no se establece un mecanismo dentro del cual la emisión del sufragio no sea más que el principio de una trayectoria que termine con la acción directa del ciudadano sobre las actividades todas de la economía del país respectivo, se desvanece el poder casi mágico que algunos atribuyen a la democracia política limitada al ejercicio del sufragio»#. Ciertamente, la personalidad ciudadana de la que habla Duran y Guardia sólo se constituye íntegramente cuando incorpora al voto político la actividad económica. De lo contrario, el ejercicio de la ciudadanía política nos sume en la magia, creyendo que el simple cómputo de papeletas producirá los efectos sociales deseados.Tal vez no estemos todavía en condiciones de plantear una forma de gobierno alternativa a la democracia formal que sea eficaz. Tal vez la democracia directa a través de las asambleas populares que se relizan en las plazas de nuestras ciudades pueda articularse en torno a las nuevas tecnologías de la sociedad de la información, pero hoy por hoy esta conquista no parece que pueda reemplazar de un día para otro el sistema de partidos políticos actualmente vigente, así como su papel como representantes políticos de la ciudadanía. Y no sólo por cuestiones prácticas, sino sobre todo por la voluntad de una mayoría social que así lo quiere a través de un proceso electoral. Pero cabe otra posibilidad de gobierno, la que mana de la soberanía del individuo como productor, consumidor y ahorrador. El ciudadano tiene un inmenso poder en sus decisiones como agente económico, cuyo ejercicio está aún por explorar y que puede llegar a tener una enorme influencia en la vida política y social.

No cabe la menor duda que el principio de la ciudadanía política «un hombre, un voto» ha sido una de las grandes conquistas de la democracia política que ha permitido moldear la acción de los gobernantes y el diseño de las instituciones políticas y sociales en función de los intereses populares. Pero hoy hemos llegado a un punto en el que el molde está más de la parte de los estados y de los mercados que no de la parte de los pueblos. Sobre todo con la imbricación actual de las fuerzas políticas en las fuerzas económicas. Difícilmente el sufragio va a servir para deshacer lo que refuerza. Así pues, hemos llegado a una situación paradójica: la ciudadanía política tiene en su mismo ejercicio su propio límite. La única manera de romper este círculo vicioso es introducir una nueva dimensión al ejercicio de la ciudadanía política a través de la actividad económica de la misma ciudadanía, un suplemento que provoque un desencaje en el comportamiento del ciudadano que rompa sus inercias políticas y abra la posibilidad de un nuevo encaje del mismo en el sistema social. De este modo no es necesario ir a la contra de la democracia formal y el sistema de partidos políticos. Dejemos que éstos sigan su curso, pero acompasémoslos con la democracia económica. Hagamos que nuestras decisiones económicas sean el nuevo molde de las políticas de los gobiernos, así como de la gestión de las empresas. Organicémonos en tanto que agentes económicos y otorguemos a cada una de nuestras acciones como productores, consumidores o ahorradores el valor de un sufragio. Confiemos nuestros votos en aquellas administraciones públicas y empresas que sean responsables con la sociedad y con el medio. Retiremos nuestros votos de aquéllas que no satisfagan esta responsabilidad.

Este comportamiento no es fácil. De hecho, todos vivimos cada día el conflicto entre los fines racionales y el altruismo, de una parte, y por otra parte, los medios que aseguran la supervivencia y el egoísmo. Pero no caigamos en el error de trivializar el papel de los valores y las preferencias personales en nuestro comportamiento económico. Detrás de cada acto económico siempre hay un supuesto ético o ideológico, seamos conscientes o no del mismo. Prestemos atención hacia estos supuestos que orientan nuestra vida como agentes económicos, así como hacia las consecuencias que puedan tener las decisiones y elecciones que se basan en tales supuestos, porque en el curso de esta reflexión tal vez lleguemos a encontrar soluciones más útiles a la satisfacción de nuestras necesidades, así como respuestas más eficaces a los problemas sociales relativos a los aspectos económicos. De hecho, ya existe una ciencia social que se ocupa de este tipo de comportamientos, la economía conductal o psicología económica#. Centremos nuestro interés en la influencia que tenemos sobre la economía y experimentemos con nuestra ciudadanía económica. Si mañana mismo no confiamos nuestros votos en Telefónica Movistar, la corporación bandera del capitalismo español con externalidad negativa, que anuncia el despido de 8.000 trabajadores, el 25% de su plantilla, al mismo tiempo que sube el sueldo a sus directivos, dando de baja nuestros contratos de telefonía fija y móvil, ¿qué comportamiento tendrá esta empresa pasado mañana? Si mañana mismo no confiamos nuestros votos en el Banco Santander Central Hispano, la entidad financiera española de mayor capitalización en Bolsa, cuyos directivos han sido acusados del mayor fraude fiscal de la democracia española, retirando nuestros ahorros y cancelando nuestras cuentas de sus oficinas y no solicitando ningún producto ni servicio financiero, ¿qué comportamiento tendrá esta empresa pasado mañana? Cuando seamos conscientes del inmenso e imparable poder de nuestra ciudadanía económica, el futuro de nuestra vida social estará en nuestras manos. Porque del mismo modo que, en democracia, el poder de los gobernantes mana de la ciudadanía política, el poder de los mercados y las empresas mana de la ciudadanía económica.

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Naturalmente no tendremos el mismo margen de maniobra en cada uno de nuestros papeles como agentes económicos. En tanto que consumidores y ahorradores disponemos de una libertad en la toma de nuestras decisiones de la que carecemos la mayoría de las veces y para la mayoría de personas en tanto que productores. En la medida que las relaciones laborales en el ámbito de las empresas no sean equitativas, que los trabajadores asalariados se hallen sometidos a unas relaciones de dominación que tengan que soportar a causa de su necesidad de subsistencia, no es posible la realización plena de la ciudadanía económica. De ahí la necesidad de avanzar en propuestas como la renta básica, una condición necesaria para la realización de la ciudadanía económica. Ahora bien, la superación de este déficit democrático en la constitución de nuestra personalidad ciudadana no pasa por la apropiación de los medios de producción y los capitales existentes. Porque tal programa de colectivizaciones y socializaciones anularía los derechos de sus propietarios, impidiendo con ello su libre ejercicio de la ciudadanía política y económica. Dicha superación pasa, en democracia, por la creación de unos medios de producción y una acumulación de capitales de forma cooperatista y de uso social al servicio de la comunidad. Se trata de pasar de la condición de asalariado a la de propietario. Y no hay que inventar ninguna fórmula, porque ésta ya existe y con éxito desde el siglo XIX. Nos referimos a las empresas cooperativas. Obviamente hay sectores económicos en los que esta transición de asalariados a propietarios o bien no es posible ya sea por los ingentes recursos financieros que precisa ya sea por la enorme complejidad tecnológica de la actividad empresarial, o bien es difícil y necesariamente gradual. Pero en estos casos ya disponemos de instrumentos legales para la defensa de los derechos laborales de los trabajadores que permanezcan en su condición de asalariado, unos instrumentos que siempre podemos mejorar en el ejercicio de nuestra ciudadanía política. Del mismo modo que podemos exigir a nuestros gobernantes unas cláusulas sociales en la relación de las administraciones públicas con sus proveedores, así como una relación privilegiada de éstas con las cooperativas que permita su extensión en todos los sectores económicos. Además, el resto de productores en el libre ejercicio de su ciudadanía económica pueden condicionar con su consumo y ahorro el comportamiento de estas empresas mercantiles.

Llegados a este punto no podemos obviar una declaración ideológica. El paso de la ciudadanía política a la ciudadanía económica no es posible desde una perspectiva capitalista. El avance hacia la democracia económica plantea la superación del actual sistema capitalista basado en el lucro y el beneficio privado, que establece en la propiedad privada de los medios de producción y de los capitales, así como en la subordinación del interés general al interés particular, las únicas palancas que ponen en movimiento las fuerzas sociales. Hay otro modo de organizar la sociedad. El trabajo cooperativo es un buen ejemplo de ello. Como también lo es el consumo responsable y las finanzas éticas. No son propuestas utópicas, sino reales. Ya existen y están a nuestro alcance. Estas realidades sociales son la base de una democracia económica que tiene como principal finalidad la justicia social y la dignidad de las personas. El movimiento del 15-M tiene que tomar conciencia que su indignación tiene su raíz en el déficit democrático y la falta moral del sistema capitalista vigente. Que su indignación se debe a la incapacidad del actual sistema capitalista para satisfacer las demandas de una vida justa y digna por parte de la ciudadanía, a su radical oposición a la abolición de los privilegios de clase o función social que acentúan las desigualdades sociales e impiden una efectiva igualdad de oportunidades. Los contenidos ideológicos estarán por definir, pero el horizonte de una sociedad postcapitalista debería verse con claridad, con tanta claridad como debería verse la estrategia para alcanzarla en la democracia económica. En nuestra opinión, de esta toma de conciencia y de su aplicación dependerá la permanencia en el tiempo de este movimiento y el éxito de su voluntad transformadora del sistema social hasta hoy dominante.

PARA UNA PEDAGOGÍA DE LA DEMOCRACIA ECONÓMICA

Autores:

David Schweickart
http://www.homepages.luc.edu/~dschwei/bio.htm

Robert Dahl
http://www.yale.edu/polisci/people/rdahl.html

Joseph Stiglitz
http://www.josephstiglitz.com

Amartya Sen
http://www.economics.harvard.edu/faculty/sen

Manuel Castells
http://www.manuelcastells.info/es/index.htm

Publicaciones digitales:

David Schweickart, Democracia económica. Propuesta para un socialismo eficaz
http://www.fespinal.com/espinal/llib/es53.pdf

La renta básica, más allá de la sociedad salarial
http://www.ingresociudadano.org/Pubblicaciones/….

Cooperativisme contra la crisi?
http://www.publicacions.comunistes.cat/2011/02/cooperativisme-contra-la-crisi.html

Democràcia Econòmica. Vers una alternativa al capitalisme
http://www.democraciaeconomica.org/ca/democracia-economica-vers-una-alternativa-al-capitalisme

Revista Cooperació Catalana
http://www.rocagales.org/Revista.html

Revista Nexe, quaderns d’autogestió i economia cooperativa http://www.fundacioseira.coop/inici/publicacions/mostra.php?id_pagina=25&idPare

Revista Opcions
http://opcions.org/revista

Documentales:

Sobre las causas de la crisis económica global
Charles Fergurson, Inside Job (Sub. Esp.)

Sobre el coste negativo del capitalismo en la vida de las personas
Michael Moore, Capitalismo: una historia de amor (Dob. Esp.)

Asociaciones:

Pojecte Democràcia econòmica
http://www.democraciaeconomica.org/

Xarxa Renda Bàsica
http://www.redrentabasica.org/catala/

Cáritas Diocesana de Barcelona
http://www.caritasbcn.org/ca

Fundaciones:

Banc dels Aliments
http://www.bancdelsaliments.org/

Cristianisme i Justícia
http://www.fespinal.com/indexCAT.htm

Observatorios:

XODEL, Xarxa d’Observatoris del desenvolupament Econòmic Local
http://www.diba.cat/pronoeco/xodel/default.asp

Movimientos sociales:

Indignados Barcelona
http://www.acampadabcn.wordpress.com/

Fòrum Social Català
http://www.fscat.blog.pangea.org/presentacio/

ATTAC
http://www.attacmadrid.org/

Cooperativismo:

Aposta, Escola de cooperativisme
http://www.aposta.coop//

Confederació de Cooperatives de Catalumya
http://www.cooperativescatalunya.coop/

Cooperativa Integral catalana
https://cooperativa.ecoxarxes.cat/

Finanzas éticas:

Coop57, Serveis Financers Ètics i Solidaris
http://www.coop57.coop/

FETS, Finançament Ètic i Solidari
http://www.fets.org/

FIARE, Projecte Fiare
http://www.projectefiare.cat/default.aspx?tabid=28

Caixa d’Enginyers
http://www.caja-ingenieros.es/cat/informacion_corporativa/presentacio.php

Triodos Bank
http://www.triodos.es/es/particulares/

Consumo responsable:

CRIC, Centre de Recerca i Informació en Consum
http://www.opcions.org/cric

Xarxa Consum Responsable
http://www.xarxaconsum.net/

Enlaces de interés:

NOVA, Centre per la Innovació Social
http://www.nova.cat/

REAS, Red de redes de economía alternativa y solidaria
http://www.economiasolidaria.org/

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30 respuestas a DE LA CIUDADANÍA POLÍTICA A LA CIUDADANÍA ECONÓMICA

  1. JaviWoll dijo:

    Me parece genial, pero ¿cuánta gente leerá un texto como este?. En seguida se les irá la menta a otra parte.
    Mi propuesta es clara: Una sola petición clara y que a la larga podría cambiar el rumbo de los tiempos, esta sería convertir en realidad lo de «una persona, un voto». Es decir, las elecciones al congreso que sean por CIRCUNSCRIPCIÓN ÚNICA, nada de el sistema por provincias actual que impide que puedan aparecer partidos pequeños/nuevos, un partido nuevo, tiene que ir creciendo y si no se le deja nacer por culpa de la ley electoral, nunca llegará a ser adulto.

    Si se consigue eso, poco a poco pasarían cosas interesantes, como en Alemania donde los Verdes, por poner un ejemplo, ya tienen un papel importante en las decisiones del país. Desaparecería poco a poco el mal-llamado «voto útil».

    • Félix dijo:

      Hola JaviWoll:
      En primer lugar agradecerte tu comentario, tanto por la cordialidad como por el juicio crítico del mismo. ¿De verdad es tan difícil de entender? Si es así, está claro que he fallado y tengo que buscar un nuevo estilo. Como eres el primero en responder, esperaré a ver qué se dice y si se confirma tu apreciación haré un esfuerzo por ser más divulgativo y centrarme en futuros escritos en una o dos ideas.
      Por lo que respecta a tu propuesta de circunscripción única, abres un debate tan interesante como necesario, y espero que sea tan fructífero como el que se abrió con el tema del IRPF en este sitio. No tengo al respecto una posición definida. Me falta información sobre sistemas electorales y experiencias de gobernabilidad. En principio estoy contigo. Animo a mis compañeros del Club Pobrelberg a coger tu testigo e iniciar un debate que nos lleve a una conclusión razonable.

      • JaviWoll dijo:

        No he querido decir que no lo haya entendido, simplemente comento que lo he leído completo, incluso he mirado algunos de los interesantes enlaces que has dejado aquí, puesto que hay temas que realmente me interesan como la banca ética y los temas de consumo responsable.
        Me refería al público en general, en mi experiencia, cuando cuelgo un texto con contenido interesante como este en mi facebook, tengo comprobado que si el texto es muy largo, casi nadie se molesta en echarle un vistazo. He conseguido que vieran algún vídeo o documental (el de Arcadi Oliveres en Singulars tuvo bastante éxito entre mis amistades), pero por lo menos mi «entorno facebookero» es poco dado a las lecturas de más de 1 minuto.

  2. Jordi P. dijo:

    Es verdad que el texto requiere un esfuerzo considerable. Yo me lo copié para poder tener un momento para leerlo con tranquilidad.

    Sobre la propuesta de JaviWoll, es un tema que ya hemos discutido largo y tendido diversas veces en LPD, por tanto no quiero ser pesado, pero reitero mi oposición a una circunscripción única. El motivo principal es que una circunscripción única no tendría en cuenta la diversidad de partidos catalanes y vascos (y de otras comunidades) que con una fórmula de este tipo tendrían muy difícil conseguir representación. Es decir en teoría para mejorar la representatitividad del Congreso haríamos la vida imposible a partidos como ICV, ERC, Ciudadanos, CUP, SI y otros que pueda haber específicamente catalanes. Lo que propone JaviWoll favorece, es cierto, la representatividad de IU y UPyD u otras opciones españolas pero se puede cargar la pluralidad del estado. Además creer que el cambio de circunscripción como medida única es la panacea de nuestros males es ilusorio.

    Más interesantes me parecen las propuestas del texto de Félix, son ideas que comparto, aunque les veo las típicas dificultades para poder llevarlas a la práctica. La primera es que incluso compartiéndolas cuesta mucho llevarlas a la práctica de forma personal. El día a día nos lleva a «consumir» lo que está más a mano, o a contratar los servicios bancarios de entidades que están en todas partes. Otro inconveniente es que requiere estar muy informado. No es fácil tener rànquings de empresas éticas economómicamente hablando. Además es un cambio que necesita un alto nivel de formación personal, un esfuerzo que no sé hasta que punto mucha gente está dispuesta a realizar.

    Mis dudas son más en la forma de aplicar estas ideas que no en el fondo de las mismas, porqué para mi es evidente que el principal problema de nuestros sistemas de gobierno es que los ciudadanos hemos perdido casi todo control sobre la gestión económica de nuestras sociedades y de algun modo hemos de recuperarlo.

    • JaviWoll dijo:

      Caes en un error muy fomentado por la prensa de Madrid, yo que soy de ciencias, cojo el excel, sumo votos, divido por escaños y ¡oh! ¡sorpresa!, tanto CiU como ERC mantienen (en algún caso incluso aumentan escaños), y PP y PSOE bajan(lo que subiría IU). También el PNV (no me he molestado en buscar la causa, pero supongo que será la misma por la que ellos tienen concierto económico y los catalanes no).

      ¿Ciutadans, las CUP o Solidaritat están/estarían en el Congreso de Diputados con el sistema actual?. Lo dudo.

      • Jordi P dijo:

        Te aseguro que no caigo en dicho error. No tengo ningún miedo por CiU, ni por ERC cuando están en su ciclo alto, es verdad que mantienen e incluso suben. El problema son los partidos que rondan el 7-10% del electorado catalán. Por ejemplo ICV y las europeas son un ejemplo claro, ya que no olvidemos que en las europeas hay circunscripción única. ICV con muy buenos eurodiputados tiene enormes dificultades para colocar uno.

        Ciudadanos, CUP y SI no están en el Congreso, ¿Pero no habíamos quedado que el objetivo era potenciar la posibilidad de que nuevos proyectos fructifiquen para crear alternancia? Con la circunscripción única anulas totalmente esta posibilidad en proyectos no españoles. Estos partidos son perfectamente capaces de conseguir un 5% en Barcelona si funcionan, pero es imposible absolutamente que logren un 3% o 5% en el Reino de España.

        Mi propuesta sería que se aceptara de una vez que en España existen varias naciones políticas y que hubiera circunscripciones en dichos ámbitos pero como esto es soñar, creo que una propuesta aceptable para todos sería la circunscripción por comunidad autónoma que estaría entre la provincial y la única.

        De todos modos tanto un cambio como el otro requiere un cambio en la constitución, cosa casi imposible en la situación actual.

        Además tengo dudas que dicho cambio fuera un revulsivo suficiente para cambiar las cosas.

        • JaviWoll dijo:

          Ciutadans, SI y les CUP, si llegan a ese 5% tendrán su representación en la Generalitat, ahí es donde tienen que trabajar ( y de hecho tanto Ciutadans como Solidaritat trabajan bastante) para conseguir un día los votos suficientes para estar en el Congreso de Madrid. Te confieso que yo voté a Solidaritat, pero para que ese 5% en Catalunya igual no llega al 1% en el conjunto de España, por lo tanto no veo sentido en que estén en el Congreso con ese número de votos.

          • Jordi P. dijo:

            Siguiendo este razonamiento, los malteses no deberían tener ningún eurodiputado en el Parlamento Europeo. Si no llegan al 1% del conjunto de Europa.

            La cuestión está en que los parlamentos especialmente los que se forman a partir de distintas sociedades (o naciones) no solo representan los votos sino también las minorías territoriales. No hay un sistema electoral «bueno», hay compromisos y ajustes para encajar el que mejor representa a cada entidad.

            En el caso de España, yo estoy en contra de la circunscripción única porque para arreglar que IU o UPyD no pierdan votos en Soria o Cuenca, perderíamos la posibilidad de que tuvieran representación partidos que para mi son más próximos. Arreglas un problema para crear otro.

            En el Parlament de Catalunya la mayoría de diputados representan opciones sin representación en España (CiU, ERC, SI, Ciudadanos e ICV). Por tanto para mi se trata de un «ecosistema» político distinto que debe respetarse.

      • admin dijo:

        Pero eso pasa si unes circunscripción única y adjudicación de escaños proporcional, JaviWoll. Si lo haces con la ley d’Hondt te cargas a todos los anti-españoles, y eso por no hablar de que conviertes en puré la representación territorial.
        A mí me pitufan más sistemas mixtos como el escocés, y si puede ser impidiendo mayorías absolutas, mejor que mejor. Aunque eso sí, como dice Jordi P., no creo que tener una ley electoral menos favorable al nacionalismo español sea una panacea.
        Saludos,

        • JaviWoll dijo:

          ¿Como te cargas a los anti-españoles?. Pido demostración empírica.

          • admin dijo:

            Confinándolos a un parlamento de opereta en el que no hay poder para decidir nada, como es el caso del catalán. Únicamente CiU llega al 3% del voto en España, y no siempre. Todos los demás desaparecerían de la única cámara que tiene poder para decidir…

  3. desempleado dijo:

    No entiendo la necesidad de ser más divulgativos si al final acabamos convirtiéndonos en predicadores de 140 caracteres.

  4. Gekokujo dijo:

    Pues es largo de leer, pero la cosa se puede resumir en que hay reinventar la economía. Sin eso, todo lo demás fallará. Por supuesto que con esto no basta para transformar una sociedad en los términos propuestos, pero es un buen cimiento.

    La capacidad tecnológica permite hacer muchas cosas que hace apenas un siglo eran impensables. Que mucha gente vivia igual o peor que entonces es señal de que la civilización no avanza o que lo hace de manera desequilibrada.

    Muchos dicen que lo que hay que hacer es crear un partido político. Que presente estas propuestas a la ciudadanía. Pero yo me pregunto si lo importante no es precisamente que esta ciudadanía perciba con mayor claridad donde está y que asuma naturalmente estas ideas como las más deseables.

  5. JaviWoll dijo:

    En plan utópico:

    Actualmente hay tecnología suficiente para que votemos directamente los temas importantes a diario o eligiésemos quién queremos que nos represente en cada decisión, pudiendo cambiarlo a diario vía internet con DNI Electrónico/Firma digital.

    Pongo un ejemplo, se vota una ley de Sanidad y mi familia y yo, decidimos que nos represente nuestro médico de cabecera al cual conocemos y le tenemos confianza, nuestro médico de cabecera tendría 5 votos, el suyo y los de mi familia, él conoce y sabe que el mejor experto en el tema de la citada ley es el médico X, especialista en ese tema y decide darle nuestros 5 votos a ese médico X. Cuando llega la ley al trámite final, el médico X representa a 4 millones de personas que a través de sus médicos han llegado a la conclusión de que esta persona es la que mejor puede tomar la decisión por ellos, otros 4 millones de personas deciden que tienen la suficiente información y capacitación para votar por ellos mismos en ese tema, votan directamente, otros millones son fanáticos de un partido político y dejan que el partido decida por ellos en esa propuesta de ley. Al final por voto informático, se cuentan todos los votos y se decide si la ley va o no adelante. Supongo que habría que pulir el proceso de enmiendas y ajustarlo para que funcionara, pero creo que sería más interesante el hecho de poder elegir entre expertos y no entre partidos, aunque la partitocracia es difícil que acabe de un día para otro. La idea es poder votar directamente o delegar el voto en ciertos temas a personas/partidos/organizaciones de tu confianza.

    • Rrr dijo:

      Eso está inventado y se llama Partido Pirata.

      Un Partido Pirata con representación haría un agujero en el sistema, pues se isntauraría una democracia directa de facto, sin tener que modificar ni una sola ley.

      Saludos

  6. Jorge dijo:

    Hola,

    El sistema actual de votaciones por provincia hace volar por los aires todos los votos que tienes en una provincia que no se convierten en escaños. Como los partidos de ámbito regional (PNV, CIU, ERC, Bildu…) tienen posibilidades de sacar escaño en todas las provincias en las que se presentan (bueno, ERC ahora se presenta en Valencia…), su pérdida de votos es mínima. Los partidos minoritarios de ámbito español son los que tienen la sangría, al perder todos los votos que consiguen más o menos en 50 de las 54 provincias, sangría que beneficia directamente a los partidos que se presentan EN ESAS provincias. Por circunscripción única todos los partidos salvo PP y PSOE ganarían escaños en 9 de cada 10 casos (en el caso 10, PNV y/o CIU perderían un diputado).
    El motivo por el que ICV apenas consigue meter un diputado en Europa es el siguiente: no elegimos a 350 eurodiputados.

    La propuesta de JaviWoll admite otras posibilidades. Podemos montar un sistema participativo ya. Si se quiere, se podría designar al azar a un 1% de la población y obligarles a votar en las cuestiones importantes, con rotaciones cada 4-6 meses. Por ejemplo.

    • Jordi P. dijo:

      Jorge,

      «El motivo por el que ICV apenas consigue meter un diputado en Europa es el siguiente: no elegimos a 350 eurodiputados.»

      Claro, pero una circunscripción única con un porcentaje de corte del 5% es equivalente a NO elegir 350 diputados para los partidos pequeños. De hecho estarías tirando centenares de miles de votos que no llegarían al 5%.

      • Jorge dijo:

        Entonces el problema es el corte del 5%, no la circunscripción única. El corte es absurdo en una situación así, ya que si las elecciones son por provincia, un 5% de cada provincia es una cifra muy inferior.

        • Jordi P. dijo:

          El problema de la representatividad es la combinación de circunscripción, límite de corte y ley d’Hondt. En todos los procesos electorales en España hay mínimo de corte.

          Si lo fijas en el 3% te cargas (con los números de 2008) a PNV, ERC y UPyD. Si lo fijas en el 1% te cargas a BNG, CC. Si lo pones en el 0,5% te cargas a Nafarroa-Bai.

          Yo prefiero tener a PNV, ERC, BNG, CC o Nafarroa-Bai en el Congreso.

          Pero insisto de nuevo creo que el principal problema no es el cambio de circunscripción. ¿Cual sería la mejora que IU pasaría de 2 diputados a 12 o 13? ¿Que UPyD si continua su progresión tendría 8 diputados en lugar de 1 o 2?

          • Jorge dijo:

            A ver, con 350 escaños y 35 millones de votantes, te pongas como te pongas un escaño tendría que corresponder a 100.000 votos (con la participación la cosa se suele quedar en 80.000), lo que, tristemente, es fácil que deje fuera a un partido que consigue sólo 62.000 aún quitando el mínimo. Que tú prefieras evitar esa injusticia frente a la injusticia de que 9.500.000 votos = 2 diputados me parece que es tú opción, pero la Constitución no dice eso.

            Se ha hablado sobre posibles reformas, incluyendo el aumentar a 400 los escaños y asignar a cada provincia un escaño «por que yo lo valgo» + los que le toquen por población de manera que el partido más votado en cada provincia obtenga un escaño y luego los votos además cuenten para la circunscripción única. Sería mejor sin llegar a cargarse el «poder provincial».

            Lo que está claro es que el sistema actual favorece las mayorías provinciales. Siendo las provincias un invento administrativo, es delirante que dominen nuestro panorama electoral. Y repito que los escaños que pierden UPyD y IU van todos toditos para el PPSOE (sobre todo para el PP, amo de las mini-provincias).

            Saludos,

          • Jordi P. dijo:

            Por eso propongo como alternativa un término medio que sea la comunidad autónoma la circunscripción y no la provincia. La comunidad autónoma no es un invento administrativo y permitiría una mayor pluralidad.

            Tu sumas 62.000 de un sólo partido y lo comparas con 950.000 = 2 diputados. Pero no serían 62.000, sería la suma de todos los partidos que no llegasen a 80.000 en la circunscripción española. Si son 10 serían 620.000 votos sin representación, si son 5 310.000 votos sin representación.

            Si el Senado sirviese para algo, todavía sería planteable, pero siendo las Cortes el único parlamento con poder real, yo desde no comparto vuestra visión. De todas formas tampoco lo voy a discutir más ya que creo que mi postura ha quedado clara y en el fondo hay una diferencia de concepción del estado.

          • JaviWoll dijo:

            ¿Cuál sería la mejora que IU pasaría de 2 diputados a 12 ó 13?.

            Creo que la diferencia es muy significativa, puesto que estoy seguro que mucha gente no los vota por lo del «voto útil». Por otra parte, partidos como los Verdes (si se unieran… que algún día alguien nos tendrá que explicar por qué hay tanto partido verde diferente) podrían ir apareciendo o el mismo Partido Pirata o Ciudadanos en Blanco. Por el sistema provincial actual, nunca llegarían al mínimo para entrar.

  7. Jordi P. dijo:

    Aviso que todavía no he podido rastrear todos los enlaces que acompañan al artículo y que por tanto igual mis preguntas son básicas.

    Yo veo que actualmente la formación económica de los ciudadanos está muy pero que muy alejada de los mínimos que se necesitan para poder tener un criterio formado para ser ciudadanos activos en un sistema de democracia económica. ¿Qué mecanismos se proponen para mejorar la formación?

    ¿Hay alguna organización a nivel europeo que promueva la aplicación de tasas a las operaciones especulativas (como la Tobin)? ¿Attac? ¿Qué mecanismos hay para presionar a los partidos en ese sentido?

    Para poder llevar a cabo propuestas como las planteadas en el artículo la información es básica. Si tenemos una prensa muy condicionada por la publicidad de las grandes empresas y las universidades no son todo lo independientes que deberían ser (solo hace falta ver el apartadao dedicado a las universidades en Inside Job) ¿Cómo se consigue información fiable? ¿Cómo sé por ejemplo si Caixa d’Enginyers es una buena opción? (Por citar un ejemplo de los links)

    • Félix dijo:

      Hola:
      Me alegra que se reconduzca el debate hacia la democracia económica. El mundo no es perfecto, así que no podemos pedir imposibles. Sí que podemos hacer análisis comparativos y establecer grados de razonabilidad. Así, si una entidad de credito es una cooperativa o una empresa mercantil cuyos principios de actuación son éticos, y no se conoce ningún escándalo ni denuncia, ni sentencia, y, en cambio, se conocen sus diversas actuaciones en beneficio de la comunidad, pues por ahí ya se tiene un criterio y un buen ejemplo. Ciertamente, la ciudadanía económica requiere de mucha pedagogía. Pero también de una nobleza de carácter. Vaya, que nada contracorriente. Pero yo no veo una alternativa mejor. Porque por la via de la democracia política no tendremos sino más de lo mismo. El cambio es lento y gradual, como todas las cosas ambiciosas. Y hay que comenzar por nosotros mismos. ¿Cuántos de nosotros ya opera con entidades financieras éticas? ¿Cuántos de nosotros limita el consumo para generar ahorro? ¿Cuántos pagamos en efectivo en el pequeño comercio? ¿Cuántos consumen preferentemente en las cooperativas? ¿Cuántos tenemos proyectos de creación de cooperativas? Etc, etc. Si no nos convencemos primero a nosotros mismos, no podemos pretender convencer a nuestra sociedad.

      • Jordi P. dijo:

        Estoy muy de acuerdo en varios de las pequeñas propuestas a las que se podría añadir muchas más.

        Respecto al hecho de que una entidad tenga una organización como cooperativa ya es un elemento de confianza o un punto a favor, yo tenía ciertas dudas provocadas por algunos comportamientos extraños en algunas cooperativas. ¿No existen casos en que se fuerza la legislación para crear cooperativas artificiales que en realidad su comportamiento no las diferencia de cualquier sociedad mercantil?

  8. admin dijo:

    «¿Qué mecanismos se proponen para mejorar la formación?»

    Buena pregunta. ¿Alguna idea? lo mismo para la información.

    Del resto, es muy recomendable seguir el trabajo de ATTAC. Sobre los mecanismos de presión a partidos, solo veo una opción: hacer un Tea Party que se dedique a amenazarlos con boicots electorales si no asumen determinados postulados. Vamos, lo que hacen los lobbies de los malos. ¿Más ideas?

  9. Jorge dijo:

    Hola,

    Parece que el govern dels millors prepara una ley omnibus entre las que se incluye:
    -legalizar la caza del jilguero con pegamento de ese
    -reducir el parque natural del cabo de creus y convertirlo en el parque de atracciones del cabo de creus
    -utilizar los quirófanos vacíos de los hospitales (vacíos, hay que decirlo, porque a los hospitales se les ha reducido un 10% el presupuesto) para practicar el negociete fraudulento, perdón, la medicina privada con recursos públicos.

    Seguiremos informando.

  10. admin dijo:

    «Siendo las provincias un invento administrativo,»

    ¿Tan invento como esa circunscripción única no?

  11. JaviWoll dijo:

    Veo que el problema de mi propuesta de circunscripción única es lo del 5%, cosa que yo no había tenido en cuenta, pues matizo, circunscripción única y reparto proporcional.

    Si Coalición Canaria pierde escaños pues lo siento por ellos, ellos no lo sintieron por nosotros cuando apoyaron la subida del IVA cuando ellos no tienen IVA en su tierra.

    • Jordi P. dijo:

      Yo no quería centrarme en el tema de la circunscripción electoral ya que el tema del artículo era la democracia económica. Si tanto interés suscita el tema, tal vez podemos discutirlo en otro post o en otro contexto de la página. Como veo que para algunos es algo muy importante comentaros que el tema del 5% o el 3% no es el único inconveniente que le encuentro. También creo que todavía aumentará más la opacidad y la lejanía entre partidos y electores. Para entendernos, tendremos una papeleta de nuestro partido pongamos por caso IU o UPyD con 350 nombres que habrán elegido los correspondientes politburós de Madrid y cuando yo por ejemplo un señor de Girona vaya a votar ni tan solo sabré a que diputado estoy elegiendo. Además se puede dar el caso que ningún partido de los importantes incluyan (por decir algo) a ninguna persona representando a Lleida en los puestos elegibles y acabar teniendo un Congreso sin representantes de Lleida. Los diputados no solo votan, están en comisiones, preparan leyes con cierta especialización, apruebas medidas setoriales… La representación territorial tiene que estar garantizada.

      Con esto no quiero abrir la discusión de nuevo sino que tengáis en cuenta todas las consecuencias.

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