PROSPECTIVA:
Castellón es una provincia, a los efectos del análisis
electoral, mimética de Cantabria.
Pasados los tiempos frívolos y experimentales de la
Transición (donde un partido cuya génesis, objetivos
y características me son totalmente desconocidas, "Candidatura
Independiente del Centro", sacó un escaño),
las cosas se han asentado, de nuevo, en un cómodo 3
a 2 para el PP, gracias a la excelente labor de su líder
provincial, Carlos Fabra, presidente de la Diputación,
Presidente del PP, y "un ciudadano muy conocido en la
sociedad castellonense" que, si no existiera, habría
que inventarlo, con su aspecto sutil, su apego a las formas
democráticas y sus perennes gafas de sol.
Ahora
Fabra está sufriendo unos problemillas sin importancia
de la Justicia a causa de las ínfulas vertidas por
un empresario advenedizo que le acusa de tráfico de
influencias. ¿Tráfico de influencias Fabra?
¡Él lo único que hace es colocar en puestos
de funcionario de alto nivel a los más válidos
y "dinamizar la economía de la provincia"
aprovechando sus contactos! Y así lo ha entendido el
PP, que se ha apresurado a arroparlo sin fisuras, convencidos
de su inocencia (y convencidos de su inocencia también
procuran no salir demasiado en la foto con Fabra, no sea que
el público lo interprete equivocadamente como la demostración
de que Fabra tiene algo que ocultar).
De
cualquier forma, incluso en el caso de que Fabra fuera declarado
culpable, por ejemplo, el 12 M, y se descubriera que durante
años ha usufructuado su cargo público para colocar
a los amiguetes y aceptar sobornos de empresarios, este pecadillo
venial no impediría una nueva mayoría del PP,
más que sólida en la provincia, así que
el pronóstico queda PP 3 PSOE 2. |