ELECCIONES
GENERALES 2004 - NOTICIAS
Bambi
y el Ungido prometen rebajas fiscales en todas las circunscripciones
19/02/04:
ETA hace campaña
La
entrada de ETA en campaña electoral es una triste tradición
de nuestra vida política. Habitualmente, ETA hacía
acto de presencia en la campaña de una forma en la que dejaba
bien patente la hondura del conflicto político que está
en la base de la terrible opresión de Euskal Herria: asesinando
gente. Esta vez, por fortuna, la situación de debilidad de
la banda es tal que su manera de enturbiar la campaña ha
sido un comunicado.
Pero
no un comunicado cualquiera, no, sino uno en el que ETA afirma su
voluntad de cesar los atentados en Cataluña, y sólo
en Cataluña, pues esta región y el País Vasco
comparten muchas cosas en común, entre ellas su bajo índice
de españolidad, dice ETA, que augura un compromiso con la
Causa superior del independentismo.
Sorprendentemente,
ETA no aplica ese mismo análisis al País Vasco, donde
es indudable que el compromiso con el independentismo y la lucha
contra Madrid es si cabe aún mayor; no en vano los luchadores
por la libertad de Euskal Herria proceden de allí, el propio
Gobierno vasco está firmemente comprometido con el proyecto
de Euskal Herria y si no hubiera una inmensa mayoría de vascos
deseosos de alcanzar la independencia como fuera, ¿por qué
habría de existir ETA? ¿Para financiar su supervivencia
con actividades mafiosas?.
Las
preguntas que pueda suscitar una decisión así (¿se
convierte Cataluña en un refugio seguro para los enemigos
de Euskal Herria –concejales de pueblos de 200 habitantes
y cocineros del Ejército- o sólo para los catalanes
de nacimiento? ¿Los malvados inmigrantes andaluces, e hijos
de inmigrantes nacidos en Cataluña pero producto de un siniestro
plan franquista para ahogar los sentimientos patrióticos,
forman parte del cupo? Si ETA persigue a un siniestro político
españolista y éste logra cruzar la frontera de Cataluña
ya no hay posibilidad de asesinarle? ¿Y si el Campechano
se queda solo en Baqueira haciendo gala de su campechanía?),
a fin de cuentas, como es obvio, dan totalmente igual pues los comunicados
de ETA merecen exactamente la misma credibilidad –ninguna-
que las treguas de ETA, o la ideología de ETA.
Sin
embargo, las consecuencias políticas son otras, y tras una
primera reacción unánime de todos los partidos políticos
condenando el comunicado (y por desgracia, no hemos visto que ninguno
de ellos, ni siquiera el PP, hayan aprovechado para condenar la
violencia de género, o a Sadam), cada uno ha arrimado el
ascua a su sardina.
Porque
a nadie se le escapa que el comunicado de ETA es consecuencia directa
de la famosa entrevista de Carod con los terroristas,
de contenido aún desconocido pero que mucha gente (en particular,
el Gobierno) parece conocer a la perfección. Incluso con
independencia de lo que realmente discutiera Carod con los terroristas
(si nada en particular, el hombre se queda en donde antes; un ignorante;
si un acuerdo producto del cual es este comunicado, un miserable
indigno de ocupar ningún cargo público), se da la
paradoja de que todos condenan el comunicado de ETA, pero todos
le otorgan la máxima importancia. ETA, por tanto, lo ha conseguido.
Vuelven
los buenos viejos tiempos de la Ruptura de Españaza como
objetivo vital de todos los que no son el PP, con el PP como único
adalid de lo netamente hispánico. Vuelve el espectáculo
lamentable de los desencuentros PSC – PSOE (si Zapatero reaccionó
bien en el primer round, ahora se ha equivocado grandemente al echar
un nuevo pulso; bastaba con esperar a que el propio Carod desmintiese
cualquier acuerdo con ETA, como así ha hecho), y vuelve,
de nuevo, Carod Rovira, la vedette de la política española.
A uno le dan ganas de que gane el PSOE aunque sólo sea por
ver a Carod de ministro de Exteriores, entrevistándose con
los chechenos en Rusia, con los islamistas en Marruecos (no, no
con Mohamed VI, con los otros), con los independentistas corsos…
haciendo amigos.
Pero
el caso es que esta vez Carod ha hecho lo que se esperaba de él,
y en lugar de pegar gritos y postularse como objeto de plebiscito,
ha confirmado que él no tiene nada que ver con el comunicado
de ETA. La verdad es que no podría hacer otra cosa (asumir
alguna relación con esta obscena “tregua parcial”
sería el fin definitivo de su vida política, pues
aunque ganara el voto de cuatro descerebrados perdería casi
todos los demás), pero en cualquier caso el gol por la escuadra
beneficia, sin duda, al PP, aunque sólo sea por tratarse
del único partido “con posibles” de hacer algo
en las elecciones que obviamente no tiene nada que ver con Carod
Rovira. Naturalmente, al PP le ha faltado tiempo para hacer lo que
más le gusta y lanzarse al cuello, no del ex conseller sense
cap, sino de sus aliados, el ambiguo más ambiguo de todos
los ambiguos, el compañero de viaje por excelencia, el PSOE.
A
decir verdad, recordando viejos tiempos a uno le entraban ganas
de coger unos cuantos F-18 y bombardear la Generalitat y, de paso,
todos los pueblos catalanes en los que el PP no tenga mayoría
absoluta, pero lamentablemente, aunque una acción así
estaría plenamente justificada por Humanitaria, por defensora
de la auténtica democracia y por ser Cataluña, toda
ella, un nido de terroristas (pues ¿no han conseguido la
impunidad frente a ETA cuando ni siquiera su tierra natal, el malvado
País Vasco, la tiene?), últimamente en LPD andamos
cortos de F-18 (hemos enviado uno a Irak para bombardear los recientemente
hallados Jardines Colgantes en el primer vuelo de testeo del aparato,
y el otro no nos lo han enviado aún de eBay), así
que por momentos hemos sopesado la posibilidad de coger unos cuantos
huevos de la nevera y tirarlos en el Palau de la Generalitat, y
luego esperar la salida del Gobierno catalán y, quién
sabe, llamarlos “asesinos”. Pero una acción así
sería moralmente reprobable, por situarnos al mismo nivel
que los asesinos (no hablo aquí del tripartito, sino de ETA;
los del tripartito, por compañeros de viaje, son mucho peores
que ETA).
Así
que al final nos hemos conformado con una actividad inusual en nosotros.
Pensar un rato en lo del comunicado. Y hay que convenir que es muy
raro. Todo el mundo sabe que el PP es el máximo enemigo de
ETA, y así lo ha demostrado con su acertada (hasta que utilizaron
el CNI para hacer proselitismo electoral) política antiterrorista.
Sin embargo, ahora ETA se saca de la manga un comunicado con obvias
implicaciones políticas cuyo efecto electoral más
previsible, no se escapa ni a un niño de cinco años,
juega en beneficio del PP. Qué raro. ETA le da al PP la mayoría
absoluta. Y justo cuando acababan de publicarse unas encuestas que
ponían seriamente en duda dicha mayoría absoluta,
y apuntaban cierta recuperación del PSOE. Qué raro.
A los dos días aparece el comunicado, igualito que la primera
vez que Carod Rovira hizo su triunfal aparición en el mundo
de Bambi “dialogo con ETA para que dejen las armas porque
yo lo valgo”. Qué raro.
Guillermo
López (Valencia)
16/02/04:
Antiespañoles en las calles
El
domingo algunos miles de antiespañoles salieron a las calles
para hacer profesión de fe de su odio a la patria. Y quien
esto escribe puede asegurarlo porque estuvo entre ellos.
Engañado
por una convocatoria ambigua, este humilde redactor de La Página
Definitiva se decidió a acudir a las manifestaciones porque
le informaron de que se realizaban para protestar "contra l'ocupació".
Esto, en valenciano, significa protestar contra "la ocupación".
En tanto que buen ciudadano concernido por la bonanza económica
del país, y por ello decidido a comprar ladrillo sobrevalorado
en la confianza de que así España siga yendo de puta
madre, me dije que mi obligación era acudir. Si por una vez
la Asociación de Promotores por la Democracia en la Asamblea
de Madrid y donde Haga Falta daba un paso al frente y hacía
un llamamiento a la sociedad civil, ¿acaso no era mi obligación
responder? Como posible futuro propietario de una vivienda mi lugar
estaba con quienes valientemente alzaban su voz contra los okupas
y demás ralea ajena a la lógica del mercado capitalista
(o demasiado instalados en ella, quién sabe).
Inmediato
y cruel sería mi desengaño. La gente de la manifestación
se metía con el Gobierno con saña. Incluso con Ánsar,
Ese Hombre. Deduje que los convocantes no eran los de la Logia del
Progreso y del Cemento. No parecía cuadrar. Inconscientemente
me había metido en una manifestación con gentes entregadas
a la causa de criticar al PP. Me lo explicó un compañero,
igualmente defraudado. "Esta es una manifestación contra
el pleno empleo, contra la ocupación, contra la política
de bonanza del Partido Popular". Y así era. Más
datos demostraban que quienes me rodeaban no eran auténticos
españoles. A saber:
- ninguna pancarta condenaba la genocida dictadura de Fidel Castro
- ninguna consigna condenaba el terrorismo etarra
- no había pegatinas a favor del PHN
Afortunadamente,
sólo unas decenillas de miles de personas, un año
después, se manifestaron en Madrid, Barcelona o Valencia
para apoyar al Tirano Desaparecido, ex de Bagdad y ahora dedicado
al macramé. La meritoria labor educativa de nuestro Gobierno
va metiendo en vereda a los ciudadanos, desmadrados desde la pérdida
del Caudillo. Con todo, todavía tenemos un problema, ya que
no hemos logrado erradicar totalmente la violencia de estos compañeros
de viaje de los terroristas y los separatistas. Noté miradas
hacia el Partido Popular que no eran de amistad. Noté que
había gente capaz incluso de proclamar su desacuerdo con
las tesis avaladas por sus votantes. Y me dio miedo. Temí
por las gentes de bine del Partido Popular, verdaderas víctimas
de la Guerra y de la Ocupación. ¿Acaso nadie pondera
los riesgos que está corriendo esa gente, enfrentada a la
posibilidad de que cualquier día el cura de su parroquia
le deniegue la absolución?
ABP
(València)
29/01/04:
Los irresponsables piden responsabilidad:
El
show Carod, en un par de días,
está adquiriendo una dimensión mucho mayor, y mucho
más grave, que la que ya tenía en un principio. Junto
con la generalizada indignación con el aventurerismo político
del ex “conseller sense cap”, surgieron dos argumentos
paralelos particularmente interesantes / preocupantes:
El
primero, previsible: Carod tiene que dimitir, y cuanto antes: se
escenifica el drama de Bambi pidiendo la dimisión de Carod,
con todo el PP detrás soltando gritos mientras efectúa
el recuento de votos. La cosa no resultaría sorprendente
de no ser por la curiosa parcialidad con que los partidos políticos
asumen sus responsabilidades en este país. En ocho años
de Gobierno del PP, que yo recuerde, sólo ha dimitido un
ministro (Pimentel), actualmente liderando un partido político
creado para quitarle votos al PP. El PP nunca consideró conveniente
provocar la dimisión de Trillo por alquilar aviones modelo
“Torres Gemelas” para los militares españoles,
ni la de Álvarez Casos por su brillante gestión del
Prestige, ni, por supuesto, la de ninguno de nuestros altos representantes
que allá por el mes de Marzo nos advirtieron del terrible
riesgo de continuar ignorando el arsenal de armas
de destrucción masiva que Sadam llevaba años acumulando
para lanzarlas sobre el Bernabeu. Por supuesto, Carod ha sido destituido
de sus cargos, pero da igual, “el tripartito debe ser destruido”.
Cabe la duda, por supuesto, de si es acertado continuar un pacto
de gobierno con un partido político cuyo líder se
dedica a ejercer de aprendiz de brujo con el tino ya demostrado,
pero lo que es indudable es que no resulta el PP el partido con
mayor pedigree para pedir la dimisión de nadie.
Pero junto a este proceso político
surge una duda: ¿Cómo se enteró el diario ABC
de una información así? ¿Por sus vínculos
con ETA? ¿Por sus vínculos con personajes afines al
entorno de Izquierda Republicana de Cataluña, como Durán
Lérida? A estas alturas ya nadie discute que el autor de
la filtración fue el CNI. Por lo visto, también según
El Mundo, gracias a los espías que tienen los servicios secretos
en ERC, “dados sus vínculos con Batasuna”; espiar
a los demás partidos políticos, vieja costumbre de
nuestro país, pues dado que son partidos que defienden opciones
más o menos distintas a la de la gran Españaza, son,
o pueden ser, cómplices del terrorismo, y más vale
prevenir que curar. Pero, más allá de que sea lógico
ver a los servicios secretos entrando en campaña electoral,
surge una duda: si tienen a la cúpula de ETA a tiro, ¿por
qué no la detienen?
El
primer argumento lógico (el CNI se enteró a posteriori
de la reunión) puede descartarse si seguimos la información,
no desmentida (ya se sabe, en materia antiterrorista el Gobierno
ha de ser reservado, salvo si se trata de putear a la oposición),
del antigubernamental diario El Mundo, según la cual el CNI
grabó dos reuniones de ETA con Carod (el eterno dilema de
la izquierda nacionalista: se supone que es izquierda, pero como
también es nacionalista, a veces tiende a mirar a “los
chavales” con la misma admiración con que lo hace el
PNV, no en vano los chavales son los más acreditados enemigos
de “Madrid”); y si tú tienes la capacidad de
grabar una reunión, también la tienes para localizar
la ubicación exacta de esa reunión, ergo, como diría
el Arquitecto, para
detener a la cúpula de ETA. ¿Por qué no proceder
a la detención y así aumentar el granero electoral
de paso? ¿Estamos esperando a la jornada de reflexión
para ofrecer a toda España la buena nueva? ¿Es buena
idea, si el objetivo es detener “en el momento adecuado”,
proclamar a los cuatro vientos que la cúpula de ETA es un
queso gruyère lleno de topos del CNI?
La peor duda, con todo, surge al
plantearse no ya que el PP utilice la lucha antiterrorista para
su beneficio electoral. Ya hemos disfrutado de una clara demostración
al respecto. Lo grave es plantearse realmente cuál es la
situación actual de ETA, y por qué el Gobierno, pudiendo
desarticular la cúpula de la organización terrorista,
no lo ha hecho. La cuestión que estoy planteando, por muy
burda, improbable y brutal que pueda parecer, es: ¿le interesa
al PP que exista ETA? Argumentaciones del tipo “mantener la
cúpula para controlar a la organización y adelantarse
a sus actos” son incongruentes con la revelación de
secretos a la que acabamos de asistir. Y ante la incongruencia,
surgen las dudas, por muy alocadas que sean. Precisamente por esa
cuestión, por ser la lucha antiterrorista materia por principio
reservada, debería serlo siempre. Porque si no es así,
uno empieza a dudar de cuál es, exactamente, el objetivo
de la lucha antiterrorista. Y la actuación, también
en materia antiterrorista, de nuestro Gobierno en recientes asuntos
de política internacional, no ayuda a ser benévolos.
Destapar la caja de los truenos del terrorismo es peligroso porque
nunca sabes por dónde te va a salir.
Guillermo
López (Valencia)
27/01/04:
Carod Martínez – Soria en “La Alta Política
no es para mí”
Asistimos estupefactos a la última
“bomba” política de una campaña cada vez
más estresante: Josep Lluís Carod – Rovira mantuvo
hace tres semanas una reunión con ETA para negociar ¿?
no se sabe muy bien qué. En unos momentos en que los problemas
para el PP se acumulaban (iniciativa política en manos de
Zapatero, escandalillos de “cuatro sinvergüenzas”
que se resisten a perecer, CiU buscando el pacto de “todos
contra el PP”…), la noticia, y sobre todo las consecuencias
que ahora pueden atisbarse, sitúan al PP de nuevo en el mejor
de los mundos posibles (la mayoría absoluta), pues si el
miedo a la ruptura de Españaza no se ha desvelado por ahora
como un poderoso aglutinante de voto, no del ya depositado en el
PP desde que el mundo es mundo (el que votaría al PP casi
en cualquier citrcunstancia), sino el voto de los indecisos, que
los amigos del malo malón que quiere destruir Españaza,
José Luis Rodríguez Zapatero, se dediquen a hacer
proselitismo barato en asuntos que en ninguna circunstancia deberían
ocuparles ya es una cuestión distinta.
La
noticia: Carod se reúne con ETA no se sabe muy bien para
qué (pero es muy fácil asumir que para buscar una
“relación especial” de ETA con Catalunya, aunque
no sea cierto y lo que buscara Carod fuera, sencillamente, notoriedad,
en plan “Yo, Carod, el superpolítico del siglo XXI,
he acabado con ETA, mientras vosotros, españolazos, nunca
lo habríais conseguido, pues ETA es síntoma de un
conflicto más arraigado entre el pueblo vasco y Españaza,
y bla bla bla”; desde
los albores de la Edad Media, la Caverna está que no cabe
en sí de gozo), sin conocimiento del president de la
Generalitat ni de nadie remotamente legitimado para asumir una responsabilidad
así. Uno no entiende qué clase de aventurerismo político
ha llevado a Carod a jugar con fuego de forma tan infantil, pero
de lo que no cabe duda es de que ha logrado dilapidar la mayor parte
del crédito político que él mismo, y el Gobierno
al que representa, habían logrado acumular durante años
/ meses, respectivamente. Y tampoco cabe discutir, desde luego,
la no legitimidad de Carod para negociar nada con ETA, pues él
no representa a nadie con autoridad para hacerlo. No es de recibo
refugiarse en un voluntarismo partidista del estilo de “siempre
es positivo el diálogo”. Sí, pero con unas reglas,
marcadas por los legítimos depositarios de la función
de dialogar (el Gobierno), y partiendo de la base de que no hay
igualdad de condiciones, que hay una parte culpable (ETA), y que
esa parte ha de dar un primer paso (en la situación en la
que estamos, con el Plan Ibarretxe por el medio y tras la infausta
tregua de hace cinco años, el único paso adelante
posible es el abandono definitivo del terrorismo) previo a cualquier
negociación. Lo que ha ocurrido aquí es que Carod
se ha lanzado a una piscina que en modo alguno le correspondía
con la alegría –y la ignorancia- de quien se cree un
genio de la política, capaz de desfacer entuertos en plan
Don Quijote (y con los mismos resultados que Don Quijote).
Las
consecuencias: el problema, en efecto, no está en Carod.
Carod es muy libre de tirar por la borda su carrera política,
y paradójicamente es posible que una acción así
no le reste demasiados votos, y ni siquiera le haga tambalearse
al frente de ERC, habida cuenta de las características del
electorado de su partido. No estoy diciendo, obviamente, que los
votantes de ERC sean proetarras –para decir eso ya está
la Caverna-, pero sí que su visión de ETA, y del terrorismo
en el País Vasco, difiere en buena medida de la más
común en España, y es enormemente proclive a la búsqueda
de una solución negociada.
Pero,
con independencia de lo que haga Carod, la patata caliente ya está
trasladada a su socio de Gobierno. La cuestión se ha puesto
exactamente donde quería el PP: si Zapatero quiere tener
alguna posibilidad de ganar las elecciones debe romper el pacto
con ERC. Por eso nos encontramos, por ahora, con llamativas desavenencias
entre Zapatero (que busca la dimisión de Carod para evitar
males mayores) y Maragall (que quiere minimizar lo que para él
serían males mayores, la dimisión de Carod y, muy
posiblemente, la ruptura del tripartito).
Personalmente
no creo que una eventual permanencia de Carod Rovira en el Gobierno
fuera letal para las expectativas de voto del PSOE, pero sí
importante: en un contexto en el que lo que se está jugando
no es la victoria de un partido u otro, sino que la victoria del
PP no sea por mayoría absoluta (porque, si así fuera,
en el mejor de los casos Zapatero podría formar un Gobierno
de “todos –o casi todos- contra el PP”, por mucho
que ahora haga el paripé de “sólo gobernaré
si gano en votos al PP”), cosas como éstas pueden decantar
el voto de la seguridad hacia el PP que le acabe concediendo los
170 diputados (en los que, en la práctica, se sitúa
la mayoría absoluta). Nada mejor para el PP que el debate
se desvíe de sus errores (vivienda, seguridad ciudadana,
“España ha dejado de ser un país simpático”
para convertirse en Españaza, etc.) para pasar a sus aciertos,
en particular si sus aciertos (la lucha antiterrorista, en este
caso) salen a la arena política como consecuencia de los
errores de la oposición.
Es
decir, la cuestión no es sólo la salida de pista de
Carod Rovira (lo cual, al fin y al cabo, debería afectarle
a él, y sólo a él), sino el efecto que algo
así puede tener en la campaña electoral. Por eso,
por muy drástica que parezca la reacción de Zapatero
(y por mucho que todos sepamos cómo va a responder el PP
haga lo que haga Zapatero, me viene a la memoria la reacción
del PP a la ya mencionada promesa de Zapatero de “gobernar
sólo si superamos en votos al PP”. Tras decir esto
Rafael Hernando (PP), tan pancho, suelta un “eso demuestra
que Zapatero está dispuesto a pactar con los que sea con
tal de echar al PP”, un auténtico hito en la historia
de la falacia política), a la espera de lo que pase en Cataluña
es la única factible por el momento; en un país donde
la Caverna mediática cuenta con tanto peso no parece probable
que se pueda desactivar el efecto electoral de la infausta entrevista
con un público acto de contricción.
Por tanto, el mejor de los mundos
posibles para Zapatero, en estos momentos, pasa por la dimisión
de Carod (aunque no necesariamente por la salida de ERC del tripartito),
y así lo ha entendido el otrora Bambi: en caso contrario
corre el riesgo de convertirse en la madre de Bambi, un cadáver
politico generado, además, no por sus errores sino por los
que se han mostrado impresentables compañeros de viaje.
Guillermo
López (Valencia)
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