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ACTUALIDAD DE ESPAÑA                          MARZO DE 2003

 

20/03/2003: De políticos, de jueces, de periodistas

El Gobierno pacta con la oposición una ley de partidos políticos. El Parlamento la aprueba. Por medio de esa ley se pretende, y así lo dice expresamente, dejar fuera de la ley a aquellas organizaciones políticas que aplaudan o no condenen el terrorismo. O que lleven en sus listas a personas vinculadas con el terrorismo. Empleando esa nueva ley el Tribunal Supremo inicia el proceso de ilegalización de Batasuna. El Tribunal Constitucional, requerido a emitir sentencia sobre la constitucionalidad de la nueva ley por los "compañeros de viaje de los terroristas", da su visto bueno a la norma. La ley es perfectamente constitucional. El Tribunal Supremo, empleándola, declara ilegal a Batasuna. Y en tiempo récord. Todos contentos (¿acaso se queja alguien?). Así son las cosas y así se las hemos contado.

El relato que sucintamente resumimos arriba, si se hubiera desarrollado así (que es como nos lo han explicado), sería tremendamente preocupante para la democracia y el Estado de Derecho. Se criminalizarían no sólo opiniones sino incluso la omisión de opiniones. Y se limitarían al amparo de esas limitaciones los derechos de participación política de los ciudadanos. Ya hemos señalado en alguna ocasión estos aspectos terroríficos de la nueva ley de partidos políticos. No abundaremos en ellos.

Lo que sí queremos señalar en este momento es que, ante las noticias periodísticas que anunciaban y festejaban que el Tribunal Constitucional había encontrado perfectamente constitucional la ley, un sudor frío nos recorrió la frente. Una democracia y un Estado de Derecho dignos de ese nombre no pueden permitirse un sistema de partidos políticos que criminalice opiniones. Y pareciera, caso de que la decisión del Tribunal fuera como la contaban, que eso pasaría en España a partir de ahora.

En un ejercicio de prudencia, nos hemos abstenido de opinar sobre la sentencia hasta haberla estudiado. Y, afortunadamente, podemos proclamar que somos los únicos que lo han hecho. Porque, al margen de la interpretación que a la misma den las notas del prensa del Ministerio de Interior o del Partido Popular (que son la fuente en la que han bebido los periodistas que la han comentado), lo que dice el Tribunal Constitucional con meridiana claridad es justamente lo contrario. A saber:

- Es inconstitucional ilegalizar un partido por el mero hecho de que vayan en sus listas tales o cuales personas.

- Es inconstitucional ilegalizar un partido porque sus dirigentes o militantes opinen tal o cual cosa sobre determinados hechos. O porque no opinen nada.

Tales previsiones, verdaderas barbaridades parafascistas, estaban reflejadas en el art. 9.3 de la Ley como causas de ilegalización. El TC declara que sólo puede entenderse la ley como constitucional si todo el listado de motivos del 9.3 de la ley no son causas de ilegalización sino indicios o factores a tener en cuenta para apreciar o no la concurrencia de las únicas causas posibles: que la organización participe en actividades o realice actos que contribuyan a subvertir el régimen democrático y atenten a las libertades. De hecho, achaca a un "error de redacción" la existencia del artículo 9.3 para poder, así, declarar que la Ley de Partidos es perfectamente constitucional.

O sea, que la Ley es constitucional, sí, pero sólo porque ha de interpretarse sin tomar en consideración las animaladas contenidas en el art. 9.3 de la misma.

Aviso para navegantes, en consecuencia. Porque conviene:

a) leerse las sentencias del Tribunal Constitucional antes de comentarlas

b) ir con cuidado, no sea que la festejada ilegalización de Batasuna realizada por el Suprremo lo haya sido amparándose en alguna de las causas de ilegalización del fenecido de facto art. 9.3. Porque, caso de ser así (y recordemos que la Fiscalía inició el proceso justamente aduciendo la no condena de Batasuna de un atentado), esta concreta ilegalización acabaría siendo declarada inconstitucional por el TC en aplicación de la propia sentencia que tanto ha sido festejada por los patrocinadores de la animalada.

ABP (València)

 

 

 
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