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ACTUALIDAD DE ESPAÑA                         AÑO 2005

 

18/04/05: Elecciones en la República Democrática Asociada Vasca: Hacia Ribbentrop-Molotov

Españaza 2000 lanzó un órdago al nacionalismo en las Elecciones de 2001 y se quedó más o menos como estaba: con el PNV en el Gobierno, el nacionalismo vasco claramente mayoritario en votos (si se suma a la facción más animosilla) y cara de tonto.

En 2005, ha sido el PNV con Ibarretxe a la cabeza, el que se sentía con fuerzas para ir más allá. Se ha quedado más o menos como estaba; como fuerza más votada y que seguirá en el Gobierno, con el nacionalismo vasco claramente mayoritario (pero sólo si se suma a sus objetivos a la facción más animosilla) y cara de tonto, porque ahora sin los chavales no queda otra alternativa que caer en manos de los malvados españolazos del PSE-PSOE.

Los resultados en el País Vasco, elección tras elección, son más o menos los mismos. Cambia la correlación de fuerzas entre el fascio de confesionario e ikastola versión siglo XIX (PNV-EAJ) y el fascio de pistola y separatismo explícito, versión (para estas elecciones) marxista-leninista (EHAK). Lo que ganan unos lo pierden los otros. Y cambia la correlación de fuerzas entre PP y PSOE de una manera tan poco apasionante como previsible: el que gana en Madrid se va al 20-25% de los votos y el que pierde al 15-20% de los votos.

Mientras tanto, Madrazo y EB consolidan elección tras elección el “espacio alternativo y transversal” que propugnan: de un 5’6% a un 5’5% y ahora un 5’4%. Están, en efecto, consolidadísimos. Como por lo demás le ocurre también al resto de formaciones. O sea, apasionante.

Es decir, que el País Vasco tiene el sistema político más rígido que uno recuerda, por lo que, a pesar de las obsesiones ora de la Brunete ora de la Sacristía, LPD ha decidido prestar al asunto poca atención. Y, aun así, más de la que merece.

La cosa es que aquí los resultados acaban siendo siempre los mismos. Decepciones y alegrías dependen de las expectativas, de cuál de los bandos esté en un momento de enfervorizado entusiasmo. Que, sistemáticamente, acaba aplanado. Puta democracia, vamos.

Es decir, que estamos como siempre. La frontera germano-soviética se mueve a veces, Polonia (EB-IU) crece, decrece, se desplaza e incluso desaparece según la línea de fractura se adentre más en territorio comunista porque los del PNV le comen terreno a Batasuna-EH-HB-EHAK o, por el contrario, y dependiendo de si ETA está matando o no, sean los marxistas los que se instalen en el lebensraum peneuvesco, con su hermoso etnicismo y la religiosidad atávica de los pueblos sanos. La cosa, aunque se mueve, es en el fondo siempre la misma.

La cuestión es si, a partir de hoy, seguiremos con lo de siempre (y entonces el PNV no tendrá más remedio que pactar con el PSE-PSOE haciendo uno más de sus ejercicios de pasito p’alante – pasito p’atrás, con tal de conservar poltronas, prebendas, cargos y esa simpática relación con Españaza que tanto les gusta) o, por el contrario, si de una vez el PNV-EA se atreverá a dar el paso de plantear el Ribbentrop-Molotov. Vamos, planteado en estos términos, está claro.

El PNV e Ibarretxe tiene que decidir si de una vez se atreven a llevar su ideario etnicista a la Ribbentrop allí donde se merece. Y eso pasa por pactar con los chicos malos, con Molotov. Porque, si no, caerán en brazos de un Patxi López que, por muy patético que sea el PSE-PSOE, no creemos que vaya a aceptar co-gobernar Euskadi sin darse como mínimo dos satisfacciones: mandar a tomar por culo al Plan Ibarrtexe y, de paso, a Madrazo (¡fuera cargo, fuera asesores, fuera coches oficiales!).

Lo que ocurre es que el PNV, poco a poco, al conseguir todo lo que ha pedido a Españaza, se ha quedado sin nada que reivindicar. Y por ello, a este paso, perderá su imagen de marca, a no ser que opte ya, de una vez, por el independentismo declarado. De hecho, la metrosexualada del Plan Ibarretxe se explica sólo en esta línea: búsqueda desesperada de algo (Estado libre asociado) que permita seguir con la dinámica habitual (Españaza no nos da nada, Españaza nos putea, Españaza ataca a los vascos, Españaza es mala…).

Los de la Sacristía tienen un problema muy grave si quieren seguir en esta línea de pedir más todavía a Españaza. Porque después de la pasta, y excluída la independencia (imagen de marca de “los otros”), no sabemos qué más pueden pretender. Porque exigir un cupo de vírgenes extremeñas anual estaría mal visto, a estas alturas, constatados los efectos deletéreos que produjo la medida en materia de contaminación racial en el momento en que se solicitó y logró del Caudillo, en pago a los servicios prestados, en el pasado.

Es decir, que los curitas de ikastola han de afrontar la realidad. Les llama el comunismo de Molotov, pero saben que la Operación Barbarroja tiene sus riesgos. Así de pronto se nos ocurren varios:
- no se sabe qué ocurrirá si se echan al monte independentista, porque la imbecilidad de Españaza puede incluso tener sus límites y dejar, ese día, de tragar y conceder chollitos ante la amenaza de la marcha
- la estrategia histórica del único partido nacional-católico de Europa ha sido siempre quedarse con los chicos malos y no hace gracia lo de darles poder y respetabilidad, que pudiera hacer todavía más fuerte a los primos del Molotov.

Es decir, que todo apunta a que Euskadi, como acostumbra, seguirá como siempre. O sea, el modelo “Patxi vicelehendakari”, con el PSE-PSOE tragando (que el cargo bien lo vale) a cambio de creer que así “anclan” al PNV y al nacionalismo moderado, y con el PNV-EA en su línea de “quiero y no puedo”, amago pero no doy y sigo defendiendo con uñas y dientes cupos y privilegios.

Por último, un apunte final, sobre la defunción de la Ley de Partidos. Quienes hemos estado siempre en contra de una Ley como ésa (políticamente, por una parte, amén de que además creamos que es inconstitucional), que no somos todos los que escribimos en esta página, no entendemos su aplicación “selectiva”.

Es decir, si se decide una actuación tan atrabiliaria como ilegalizar a un partido que representa a 1/8 del electorado vasco, e incluso a las asociaciones de electores surgidas de ese entorno, ¿por qué no se ilegaliza a continuación en cascada todo lo que se mueva? Pues, sencillamente, nos dicen, porque no se puede. Porque siempre habrá alguien, dado que existe un 12’5% de la población ahí. Y, mientras lo haya… Los 150.000 vascos que votan abertzale seguirán votándolo. Como puedan. Y la opción de ilegalizar, e ilegalizar, e ilegalizar más y más y más… como que no se sostiene ni es presentable. O eso parece. Y esto es lo que no entendemos. Quienes creemos que la cosa es indecente lo pensamos se ilegalice (por ese tipo de motivos) a un partido o a veinticuatro. ¿Qué motivo hace a los defensores de la Ley de Partidos tener remilgos a partir de un momento dado? ¿La imagen pública en Europa? No se preocupen, está ya por los suelos. En este sentido es más razonable y coherente el PP, con su línea política de “ilegalícese todo lo que se mueva”. A fin de cuentas, es su Ley. El PSOE ha hecho el ridículo en este asunto, una vez más. Como viene haciendo desde que aceptó dar su apoyo al engendro.

Por lo demás, y al margen de la opinión que el asunto pueda merecer desde la trinchera del “purismo” democrático (e, insisto, cada cual que piense lo que quiera, pero que sea coherente con su posición), vamos al asunto del pragmatismo: ¿Ha servido la ilegalización de Batasuna para debilitar al Movimiento de Liberación Nacional Vasco, como lo llamaba Aznar, el que “no entró en componendas”? Pues eso.

ABP (València)

 
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