Villarreal
ANÁLISIS
EQUIPOS PRIMERA DIVISIÓN - TEMPORADA 2003 - 2004
OBJETIVO:
El Villarreal está en fase de transición, pues en
la última década ha ido logrando cuantos objetivos
se ha propuesto. Primero ascendió a Segunda, luego a Primera,
más tarde logró consolidarse en la máxima categoría
del fútbol español y, este verano, ha acabado cumpliendo
con el último sueño de todos los aficionados y se
ha deshecho de Martín Palermo. El objetivo de este año
debiera ser, en consecuencia, lograr identificar una meta más
que alcanzar porque, de momento, ya no quedan.
TRAYECTORIA:
El Villarreal parece, a estas alturas, y vista cuál ha sido
su trayectoria de los últimos años, un equipo sólidamente
asentado en Primera División. Si Usted ha leído esto
y, como nosotros, se da cuenta de que la frase contiene una innegable
verdad, no tendrá dificultades en comprender los motivos
que nos hacen exigir un cambio profundo en las estructuras de nuestro
fútbol.
FIGURAS:
La constelación de figuras del Villarreal hace complicado
elegir sólo a una de ellas como astro rutilante en el que
centrarnos. De nuevo, si Usted ha leído esto y, como nosotros,
se da cuenta de que la frase contiene una innegable verdad (el equipo
cuenta entre otros con antiguos delanteros vedette como Andersson,
José Mari
), no tendrá dificultades en comprender
los motivos que nos hacen exigir un cambio profundo en las estructuras
de nuestro fútbol. Pero no queremos ser pesados y repetitivos,
por lo que hacemos un esfuerzo y nos proponemos loar un poco a Juan
Román Riquelme. El tipo merece algo de atención ya
que previsiblemente va a ser este el último año en
que alguien pueda todavía tomárselo en serio, pues
normalmente está llamado a completar durante esta temporada
las últimas etapas del ciclo vital de todos los paquetes
encumbrados por la histeria de la prensa y de la afición
argentina a la categoría de "nuevo Maradona" (la
verdad, uno ya no sabe si son imbéciles de verdad o es todo
una conspiración, una representación, que tiene por
finalidad invertir el orden tradicional de los intercambios entre
Europa y Sudamérica -oro por baratijas- en su favor):
- fase 1: fichaje por un "grande" con compulsión
"fichópata" (en los buenos viejos tiempos el Inter
de Milán, pero con esto de las televisiones hubo una época
en la que todos lo hacían, en el caso de Riquelme el fichaje
lo hizo el Barcelona, equivalente nacional del Inter)
- fase 2: primeras actuaciones decepcionantes de la estrellita
- fase 3: entrenador que decide prescindir del jugador en medio
de las críticas de la prensa especializada y de la afición
- fase 4: paulatino traslado de las quejas y recriminaciones hacia
el jugador, que ya no provienen del entrenador (a estas alturas
pasa de la estrellita) sino también y sobre todo de la prensa
especializada y de la afición (que se desesperan cuando,
cada vez que el chaval disfruta de alguna oportunidad, la pifia
sistemáticamente)
- fase 5: cesión a un equipo más pequeño para
que se "adapte al fútbol europeo" y pueda después
ofrecer todo su repertorio, (en esas estamos)
- fase 6: repetición del ciclo (fases 2, 3 y 4) en este equipo
- fase 7 (opcional): repetición, al año siguiente,
de las fases 6 y 7 en un nuevo equipo (si hay alguien todavía
capaz de morder el anzuelo)
- fase 8: por último, traspaso por una décima parte
de lo que costó el jugador en su día a otro equipo
argentino (generalmente el gran rival de aquel del que salió,
completando así la imagen de que todo era un gran paripé
destinado a tomar el pelo a los europeos).
NUESTRO
CONSEJO: El Villarreal y sus gestores aseguran pretender imitar
el modelo del Parma en Italia: un club modesto, de una ciudad pequeña
pero potente económicamente, que se convierte en abanderado
de la misma y la publicita con su juego y sus estrellitas por todo
el orbe. La cosa está muy bien, pero no acabamos de entender
que, si de lo que se trata es de promocionar a la ciudad, se emplee
una vía tan retorcida y tan cara. Téngase en cuenta
que, si de repetir la experiencia de Parma se trata, la ciudad ha
acabado siendo conocida como lugar de la quiebra futbolística
más espectacular y grande de tosos los tiempos. ¿De
verdad creen razonable en Villarreal seguir un modelo que ha dado
tan nefastos resultados? Los millones de euros que cuesta el equipo
a sus propietarios, y los millones de euros que pagamos los españoles
(o pagaremos) por las deudas del Villarreal, ¿acaso no estarían
mejor empleados en dotar a la ciudad de todo tipo de lujos?, ¿no
sería eso más provechoso para sus habitantes y para
todo el mundo en general? Nuestro consejo es pues que el Villarreal
se disuelva, que con el dinero así liberado se construyan
cosas verdaderamente importantes o que, si se desea promocionar
el lugar, de cara a que la ciudad sea conocida, que se invierta
en cosas de verdad importantes en el mundo en que vivimos si lo
que se quiere es publicidad: verdaderas estupideces, tipo un azulejo
para cuarto de baño de 5 kilómetros cuadrados o una
escobilla de inodoro de más de un kilómetro de altura.
De todas formas, pensándolo bien, si de una gran y mastodóntica
estupidez se trata, tampoco es tan descabellado lo de un equipo
de fútbol.
COMENTARIO: Benito Floro afronta su segunda temporada en Villarreal
(esta segunda incluye también pretemporada, aunque ya veremos
si se prolonga tanto como la primera, o sea la pasada, en la que
el técnico logró completar la Liga) con un impresionante
aval: tras años de retiro del mundo del fútbol regresó
y su mano se notó tan poco que el Villarreal seguía
como siempre: ganaba de vez en cuando, pasaba apurillos, "Loco"
Martín Palermo no metía goles (pero daba espectáculo)
y, a la postre, el equipo terminó salvándose y además
con mucha tranquilidad. Aunque los entrenadores de fútbol,
cuando son despedidos tres o cuatro veces con rapidez y luego no
encuentran trabajo alegan estar "tomándose un tiempo
de descanso para ver fútbol y estudiar nuevos conceptos"
(Floro también aseguró haber hecho eso), ¿a
quién pretenden engañar? Es obvio que, simplemente,
se quedan en casita y, como mucho, ven algún partido por
la tele. Que Floro volviera y lo hiciera bien (porque así
ha de juzgarse su labor) supone una demostración más
(Pitterman es otra que no está mal) de la verdadera naturaleza
e importancia del preparador de un equipo de fútbol. Se trata
de una figura que tiene más capacidad destructiva que constructiva.
EL
COMENTARIO DE NUESTRO TÉCNICO: Esteeeee
la presencia
del "vasco" Arruabarrena en cualquier equipo de fútbol
es sinónimo de esperanza para el espectador. Se trata de
un jugador con un guante en su pierna izquierda, pero no uno cualquiera.
No uno de esos de terciopelo, de lectores de Borges. Tampoco uno
blanco, de camarero porteño. No. Su guante es uno de los
de verdad, un guante de los que gustan al pueblo, de los de hacer
daño (al rival, al colegiado, a los amigos si se tercia),
un guante de zafador, de luchador, de trabajador del fútbol
que, a pesar de todo, no renuncia a los sueños de infancia
que, inevitablemente, vienen asociados al cuero.
ABP
(València)
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