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OBJETIVO: Que
el Castellón se quede en Segunda B. Si, además, el Villarreal logra la permanencia,
San Pascual (patrón de la localidad) volverá a ser homenajeado en la procesión
con el fervor que sólo encontró con motivo de los ascensos a Primera.
TRAYECTORIA: El Villarreal se ha convertido en el clásico equipo ascensor.
Desde hace varios años ha pasado de Tercera a Segunda B, de ahí a Segunda
A y de ahí a Primera. Aunque en esa categoría demostró que también puede ser
“descendedor” en apenas una temporada ha recuperado el puesto que le corresponde
entre los grandes de nuestro fútbol por historia y tradición.
FIGURAS: Uriabarrena. Sólo el nombre merece nuestra atención. Jugador argentino
(recuerden la nacionalidad de Simeone, Bilardo y tantos otros genios balompédicos)
con innegable ascendencia vasca (¿es necesario hablar de Goicoetxea a estas
alturas?), lo que le dota de los genes más apropiados y el RH necesario para
jugar a fútbol como deben hacerlo los hombres. Según dicen en Argentina, se
trata de un “fino lateral izquierdo”. No se engañen, este jugador va a deleitar
en la Liga española durante esta temporada (y que los extremos derecha anden
con cuidado).
NUESTRO CONSEJO: Que empleen el sistema que proporcionó en la pasada temporada
tantos réditos a equipos solventes y serios como el Alavés, el Espanyol, el
Numancia, la Real Sociedad o el Rayo Vallecano, que confiaron en la calidad
de sus hombres disponiéndolos en un aventurado 7-4-0. Debido a la calidad
que atesora el lateral izquierdo del Villarreal pueden permitirse incluso
la alegría de jugar con Craioveanu en punta y poner sólo 6 defensas.
COMENTARIO: Villarreal ocupa esta temporada el trono de equipo con una
proporción localidades / habitantes del lugar más absurda. En efecto, y a
la espera de lo que puedan decir en Soria (su rival de este año) y Almendralejo
(que si sube lo puede poner difícil) es complicado encontrar una locura mayor
que un equipo de una localidad de 35.000 habitantes con un estadio con 20.000
plazas (y unos 18.000 abonados). La Liga de las Estrellas, que envía al Rayo
Vallecano a deambular por Europa y tienen en el Deportivo de la Coruña a su
flamante campeón es capaz de eso y de mucho más. En parte esta situación es
producto de la esencia del fútbol moderno, en la que el sustrato social del
equipo ha perdido importancia y ya no es preciso contar con una importante
masa de aficionados que nutren la cantera por un lado y por otro las arcas
del club, ya que la óptica empresarial cada día más imperante logra situar
equipos de Primera en núcleos de población muy reducidos si otros factores
empresariales acompañan. En este caso es la presencia de uno de los hermanos
Roig (familia en la que se considera que no presidir un club de fútbol es
un desdoro, y que cuenta con Paco <expresidente del Valencia y actual delegado
de la selección española>, Juan <Pamesa Valencia de baloncesto> y
Fernando <Villarreal>) la que ha dotado al Villarreal de los medios
necesarios para codearse con la elite del fútbol español. Hace unos años la
aventura del Villarreal habría sido simpática, rodeado de grandes por doquier,
sería el David de la competición. Sin embargo, en esta temporada, la presencia
de una decena de equipos de sus características (que auguran en muchas jornadas
encuentros más interesantes en Segunda que en Primera) hacen que su aventura
no sea tan romántica y sí, al estar tan rodeado de historias similares, un
poco tostón.
EL COMENTARIO DE NUESTRO TECNICO: Esteeee, Villarreal es una sociedad desagregada,
que pone de manifiesto las insuficiencias de la irrupción capitalista y las
contradicciones de la sociedad de mercado en el mundo del arte. Porque por
medio de la usurpación de plusvalías artísticas puede llegarse a la esquilmación
de las clases proletarias de nuestro fútbol, tal y como han realizado los
grandes, pero no es posible desde esta perspectiva labrar una trayectoria
que vincule sentimentalmente a la afición con su escuadra. En este sentido
auguramos problemas de identificación del Villarreal con su afición, fruto
de la esencia mercantilista del club. Así no puede construirse arte, y el
fútbol, cuando es arte, logra sus mejores réditos. En esta competencia, el
Villarreal no podrá por ello aspirar más que a luchar por no perder la categoría,
ya que su apuesta es cobarde y frustrante. |