LA
HECATOMBRE: AÑO II DESPUÉS DE ÁNSAR Y LA PUTA
BOLSA SIN CAER, LA ECONOMÍA MUNDIAL SIN RECESIÓN Y
EL MADRID SIN UN MÍSERO TÍTULO QUE LLEVARSE AL CALETRE
18/11/2005:
Pizarro, la defensa de los accionistas y el sillón
La
OPA de Gas Natural a Endesa ha permitido destapar de golpe muchas
de las miserias de nuestro modelo de regulación económica.
Y no nos referimos a la financiación de los partidos políticos,
esas entidades malvadas que piden créditos, los renegocian
e incluso llegan al extremo en ocasiones de recibir donativos. Hablamos
de cosas si cabe peores, como poner en duda la unidad de España.
Porque
la OPA de la niña de sus ojos de la sospechosamente poco
castellana La Caixa sobre otro de los chiringuitos regulados
en beneficio de cuatro ricachones pastoreado, en este caso, por
Cajamadrid, ha significado el fin, a efectos públicos, de
la ficción de que España existe como un único
mercado. En breve, podemos resumir la cosa así: Si una empresa
con consejeros extraídos de la gente bien de la capital,
como Endesa, opa a cualquier entidad de provincias o de la misma
capital, la cosa es inobjetable. O muy criticable, depende de qué
amigos tengamos en un Consejo de Administración y en otro.
Si una empresa controlada por la burguesía catalana opa a
alguna otra y pretende con ello crear una compañía
española (o sea, de ámbito nacional), más potente
y con sede en Barcelona se trata de algo inadmisible porque "los
catalanes quieren robar a los españoles lo que pagan por
la electricidad".
Este
discurso, peligrosísimo, se ha combinado con un boicot alentado
por medios de comunicación españoles-capitalinos contra
los productos catalanes. Resumiendo: los catalanes no pueden comprar
nada en España ni tener el capital o la gestión de
empresas que operen en España (porque si lo hacen es que
nos expolian) y los españoles no hemos de comprar nada producido
por catalanes para no financiar a los traidores, ladrones y aprovechados
de esa región. A la vez, eso sí, entendemos altamente
ofensivo que se manifieste la más mínima duda sobre
la españolidad
de Cataluña, deleznable a cualquier catalán que
se declare independentista y amenazamos con utilizar todos los tanques
y grupos de flamenco disponibles para ocupar las tierras secesionistas
si fuere necesario.
Lo
más triste de todo este asunto es que, por supuesto, la cosa
es bastante diferente. Que lo que interesa a los pirómanos
de turno es algo muy concreto. Endesa supone buenos sueldos, buenas
dietas y buenos sillones para toda una serie de señores muy
importantes de la capital y especialmente a través de Cajamadrid,
controlada por el PP, para quienes todos Ustedes suponen. Gas Natural
supone buenos sueldos, buenas dietas y buenos sillones para otra
clase empresarial igualmente acaparadora de méritos totalmente
indiscutibles para situarla donde está. Otra cosa es la falta
de costumbre, dado que el 90% de grandes empresas y todas las recientemente
privatizadas tienen su sede en Madrid y reparten sus consejeros
y demás frutitas del bosque en esos dominios, a la salvaje
deslocalización de los Consejos de Administración.
El éxito de la OPA supone destruir empleos en Madrid y crearlos
en el Tercer Mundo. Empleos muy atractivos, como el del señor
Pizarro, Presidente de Endesa por la Gracia de quien todos sabemos,
aferrado al sillón gracias a que el capitalismo y las privatizaciones
han logrado exitosos mecanismos de dilusión de las cargas
que conlleva tener una empresa (o sea, poner pasta cuando toca)
entre millones de accionistas sin por ello distribuir los réditos,
que siguen disfrutados por una reducida y exquista casta. El acceso
a la cual, por cierto, se realiza por vías oscuras pero que
cuando hay una Caja de Ahorros por medio se aclaran notablemente.
En
esta encarnizada lucha por conservar el sillón y ayudar a
los amiguetes a seguir cobrando una pasta no ha importado hacer
un daño atroz a la unidad de mercado en España. Que
tardará en recuperarse de este golpe, con la práctica
totalidad de los sectores tradicionales expulsando directamente
de la partida al capital catalán. ¡Antes se la vendemos
a los rusos que a los catalanes! iban gritando por ahí. No
es muy complicado pensar que la clase empresarial catalana recordará
esto durante un tiempo. Y todo gravemente gratuito, porque de lo
que se trata es de lo que se trata.
Los
últimos episodios de la guerra son la lucha por conseguir
que la decisión de la OPA la tomen unos u otros (Unión
Europea o autoridades españolas de defensa de la competencia),
dejando claro que ambas partes tienen claro:
- cómo
fallaría una y cómo lo haría la otra, porque
unos tienen controlado al Ministro y otros tienen al poder económico
establecido de su lado,
- que
hay una práctica asunción por la totalidad del mundillo
económico de que las decisiones de las agencias reguladoras
son tan independientes como los telediarios de Fernando
G. Delgado,
El
segundo elemento de discordia es un dividendo extraordinario infame,
aprobado por Endesa con la excusa de "proteger a sus accionistas".
El Consejo de Administración de la eléctrica está,
únicamente, haciendo todo lo posible por defender sus sillones.
Descapitalizando a la compañía si es preciso. Todo
sea por proteger por encima de todo el futuro de hijos y nietos.
Tan
lamentable pelea ha permitido que quede en un segundo plano una
minucia: la operación en sí misma. Vergonzosa por
reducir la competencia en un sector ya de por sí oligárquico,
por pretender financiar la compra de la opada con la venta de activos
de ésta y por haber pactado previamente con la máxima
rival por el mercado de la electricidad español el precio
y condiciones de traspaso de estos activos.
Pero
es que, en el fondo, éste no es el problema. Lo indignante
es que lo hagan los catalanes y además, estos catalanes.
Así que pelillos a la mar.
ABP
(València)
|