Joker
El Errejón procesista que cambiará la historia del cine
Marvel y DC son las dos grandes editoriales de tebeos de superhéroes del mercado gringo. Son como el MEMYUC y el Puto Farsa, el centro reformista y la extrema izquierda buenista proislámica y progretarra. El alfa y el omega. La una pertenece a Disney y la otra pertenece a Warner. Y desde hace años, con el salto del género superheroico al cine, Marvel le está dando sopas con ondas a DC. Destrozándola. Humillándola. Meándole en la boca.
¿Por qué? Muy sencillo. Marvel no se toma en serio a sí misma. Ni un poquito. Ni por casualidad. Aunque el actual boom venga de aquellas películas de 2000 y 2001, en las que vendieron los derechos de sus principales franquicias para no ir a la quiebra, desde que es la propia Marvel, con el respaldo de Disney, quien controla el producto con Iron Man (2009), de Jon Favreau, se han pasado todo viso de pretensiones creativas por el arco del triunfo. Por el quinto forro. Por el mismísimo ojete.
Marvel sabe que esto es un negocio. Que los superhéroes son entretenimiento para chavales. Que lo importante es que los guantazos queden pintones y todo el mundo esté buenísimo. Y que sus historias son, por definición, ridículas. DC se emperra en que no. En que esa gente disfrazada de colores llamativos y no reaccionando a nada con un criterio ligeramente parecido al de una persona de verdad es realista, profunda y sirve como metáfora de nuestra sociedad. DC se cree que con superhéroes se pueden componer profundos retratos psicosociológicos que despierten la conciencia de las masas. DC, en fin, es un adolescente buscando una excusa para defender que sus tebeos también son de niños mayores.
DC es el procès. DC es Íñigo Errejón.
Joker (2019) de Todd Phillips es la sublimación de ese proceso de acomplejados que no saben disfrutar de la vida. La película se envuelve en la típica fotografía de color degradado, algo de grano y contraluces de producto “profundo”, una historia previsible de descenso a la locura que acumula putadas alrededor de un personaje lumpen. Un producto diseñado para ganar premios de lo que en EEUU se llama cine indie y en España “eso sin subvención no lo produzco”, solo que esta vez, como el protagonista recibe el nombre de un personaje perteneciente a la franquicia de una gran multinacional y lo interpreta un actor de los que van de intensos porque adelgazan y así “se meten mucho en el papel”, la atención mediática es mayor.
Que Joker haya conseguido el León de Oro en Cannes no dignifica el cine de superhéroes, solo demuestra que vivimos en una sociedad perpetuamente post-adolescente que confunde lo pretencioso y solemne con lo complejo y que es incapaz de admitir sus propios placeres culpables. La culpa es de Alan Moore y sus Wachtmen –aunque quizás, como demuestran sus obras posteriores, el autor inglés tiene menos responsabilidad que sus lectores y quienes han monetizado sus obras–, pero también de Christopher Nolan y su trilogía de Batman. Nolan intentó por tierra, mar y aire volver “realista” la fantasía de extrema derecha de un millonario que se disfraza de mamarracha para combatir el mal a puñetazos, así que lo puso a fruncir el ceño y ponerse intensito. Con ese mismo material en Marvel cuando a Tony Stark se le acercaba una periodista a intentar sonsacarle las corruptelas de su empresa lo primero que hacía era preguntarle a su mayordomo si estaba buena para decidir si le respondía o no. No hay color.
En la recepción de Joker, entre otras cosas, es llamativa la existencia de personas perfectamente sensatas que defiendan que el protagonista es un héroe “de izquierdas” porque reacciona contra los recortes sanitarios, el trabajo precario y los privilegios de la oligarquía, al tiempo que no caen en 1) la estigmatización de la enfermedad mental tan típica de las películas presuntamente “profundas”, frivolizando con sus efectos de forma ridícula y poco realista, 2) la calidad de acosador sexual perturbado de manual del protagonista asociada a lo anterior y 3) que su estallido violento final no reivindica nada más allá de querer que el mundo le dé la razón a sus estupideces.
Tristemente los acontecimientos recientes en Barcelona, con la chavalería haciéndose selfies junto a barricadas en plan “mirad como molo, destruyendo al estado opresor, dame likes”, coinciden casi paso a paso con los del final de Joker, con el protagonista siendo aclamado como Mesías por una serie de descerebrados con mascaritas que están enfadados con el mundo y no saben por qué. Es posible que esa escena encierre una cierta crítica social, pero incluso si fuese por completo imaginaria y en realidad Arthur en ese momento continúa en el coche patrulla camino de la cárcel, sigue siendo pura demagogia desideologizada que no profundiza ni lo más mínimo en los problemas tan complejos que pretende analizar. Más que nada porque no puede. Porque es una película de un puñetero villano de cómic.
El nacionalismo es una “ideología” ridícula, como los superhéroes son un género de ficción ridículo. Ambos necesitan de un pacto de lectura bastante grande de partida, una aceptación de una premisa inicial que justifique el resto de insensateces que vendrán a continuación, tan grande que solo puede producirse de manera sincera si se inocula en la niñez y luego se convierte en un razonamiento emotivo. Es decir, en un razonamiento que, como razonamiento en sí, es una puta mierda.
Marvel lo sabe, igual que lo saben la FIFA y el COI. Los superhéroes solo son legítimos si son graciosos, locos e inverosímiles y no se avergüenzan de devolverte a los 9 años. El nacionalismo solo es útil para justificar y darle interés al Mundial de Fútbol y a las Olimpiadas. Cualquier otra argumentación en cualquiera de los dos campos es oligofrénica o propia de alguna clase de, esta vez sí, maquiavélico supervillano que pretende acumular poder o dinero gracias a los incautos que se toman en serio semejante sarta de estupideces.
Esta falsa profundidad, este querer que lo desideologizado y superficial pase por intelectual y reflexionado, es la marca de la política “líquida” moderna y de una sociedad cada vez más infantilizada. Es lo que define, por poner un ejemplo que se me acaba de ocurrir, a Más País, el partido de Íñigo Errejón nacido de su peleíta de egos y cuotas de enchufados con su muy mejor amigo Pablo Iglesias. Crear determinados mensajes lo suficientemente vagos, pero con la estética que se relaciona, por vía de una cultura analfabeta y superficial, con los mensajes “de calado” y con el “compromiso”. Y darle un puntito de pedantería pseudointelectual para que el comprador se sienta miembro de una élite.
Exacto.
Íñigo Errejón y DC quieren ser como Pep Guardiola.
Es el triunfo, en fin, de las derechas conservadoras, del capitalismo y de su mejor arma, la sociedad del entretenimiento, que incluso dentro del mainstream más casposo te vende productos gourmet, colándote muffins por lo que antes llamabas magdalenas. Cultura hipster para una política hipster. Pagar más para poder mirar por encima del hombro al de al lado, aunque no entiendas un pimiento de lo que estás viendo o leyendo, o aunque sea una tontada pretenciosa.
A Marvel esa mierda le da igual. Marvel ha venido aquí a ganar dinero, no a demostrar que es más lista que nadie. Marvel es Mourinho. Marvel es el PP. Marvel es Pedro Sánchez. Marvel es el ÍBEX35. Marvel es dueña de vuestros culos.
Y sí, este artículo es una colección de chascarrillos mal hilados que apenas nada en la superficie de todos los temas que lanza alegremente al aire. Pero porque su objetivo es tener gracia, no tener razón. Como Marvel.
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Comentario de Mr. X (22/10/2019 20:48):
El artículo tiene una tesis muy buena, pero se llega a ella a través de un razonamiento falso. Disculpen si digo que el autor sabe más de política que de cine y de cómics. O, en general, de arte y estética, que son materias de las, disculpe de nuevo, no tenía ni idea. ” como los superhéroes son un género de ficción ridículo” es una afirmación en sí misma bastante ridìcula. No existen géneros de ficción menores o mayores; la calidad de una obra no se define por la materia sino por el tratamiento de dicha materia; no importa el qué, de hecho el qué es lo menos relevante de todo, sino el cómo. Esto no es de primer año de carrera de Bellas Artes o Teoría de la literatura, es de primer día de clase. Y León de Oro no se gana en Cannes, sino en Venecia, XD.
Comentario de Mr. X (22/10/2019 20:53):
Por lo demás, obvia la crítica más fácil de la peli, que es un multi-remake de un montón de pelis norteamericanas de los 70, un trozo de El rey de la comedia, otro de Taxi Driver, otro de Tarde de perros, etc
Comentario de rayario (23/10/2019 09:34):
Yo venía aquí a leer una critica de una peli y enterarme de que va, y salgo aprendiendo más sobre la sociedad, la vida y, poniéndome un poco fantasioso, hasta de religión.
Me falta vida para agradecerle un artículo como este.
Comentario de Lalo (23/10/2019 10:31):
Muy de acuerdo con el artículo, especialmente sobre la infantilismo de la.sociedad actual y el análisis de más.madrizz. digo país. También sobre el ridículo mundo de los superhéroes y los cómics.una sociedad donde.los frikis, con todo lo que conlleva de desarrollo mental y personal, son respetados e incluso dominan el mainstream por.su buen uso de las nuevas tecnologías , nos lleva a dónde estamos. A un escapismo.de la realidad.
No tan de acuerdo en la velada defensa de Marvel y Disney aunque sea desde el desprecio. El entretenimiento puro, aunq. Nos parezca puro conlleva detrás toda una serie de aspectos culturales. He visto algunas películas de marvel y entre que me parecen malas y esa búsqueda continua dea.rentsbilidad aprovechando lo que está de.moda validandolo e impulsando me repelen más que el intento al menos de buscar algo de profundidad o de criterios explicativos a las acciones. Pero vamos que me da.un poco igual.
Respecto a la.pelicula, a mí sí me gustó. Debe ser la herencia de.mi adolescencia intelectualoide que me impidió disfrutar de ella como es debido. El aparente.rollo social de la.pelicula está ahí, pero lógicamente viniendo de usa se repite continuamente que el pesonaje está loco loco, hasta rechina esa necesidad de volcar el desencadenante de su locura en su infancia y los abusos que sufrió. No era necesario. Su situación personal era suficiente para entender el vuelco del personaje, pero entonces si, la.pelicula tornaría sobre algo social directamente. Y l.aunica.forma de apuntar a algo así en usa y en general.ultimamentr en grandes.producciones es de este modo.es curioso la involución en ese sentido tanto del cine como de la sociedad. En teoría menos formada antaño, las temáticas eran más intelectuales y reales. La sociedad actual , en teoría muy formada es infantil y tiende a un escapismo insano.
Comentario de emigrante (23/10/2019 11:03):
Aplauso y ovación en pie, Sr. Jácar.
Los superhéroes de Marvel siempre me parecieron más de izquierdas que los de DC. Estos últimos están obsesionados con eliminar la delincuencia de raíz. Limpiar la ciudad de escoria humana es un pensamiento muy facha. Los de Marvel en cambio están ocupados en construirse una vida normal para su identidad secreta hasta que aparece un supervillano armando gresca y se ven obligados a calzarse las mallas. Además hay más diversidad racial y todas esas cosas postmo pero eso se debe a que la mayoría fueron creados en los 60 mientras que los de DC son anteriores. Supongo que entonces por contraposición cierta izquierda se identifica mejor con el villano DC, en el caso que nos ocupa, con el Comodín de la baraja.
También coincido con Mr. X (el de la patrulla X?) en que eso de la infantilización habra que verlo. Al fin y al cabo estos personajes no son más que una reedición de la antigua mitología clásica. Inclusos algunos son los mismos dioses de entonces reciclados como Thor y familia o Wonder Woman. No son pocos los poetas, artistas y filósofos que a lo largo de la historia se han inspirado en dioses y héroes para sacar pensamientos serios y verdades universales.
De todas maneras esta izquerda postmoderna, que parece un parque de atracciones que tiene de todo menos lucha de clases que habla mucho de empatías y poco de economía, para carcamales como yo no es izquierda. Quizá entre todas las franquicias de universos fantásticos lo que más se parece a la izquierda como yo la imagino sea el universo Star Trek. Sobre todo al concepto original de Rodenbery no a las últimas ediciones. Una humanidad unida sin nacionalismos ni clases sociales que busca la unión de todas las razas y especies de la galaxia en una federación donde todos pueden cooperar y prosperar juntos.
El nacionalismo en cambio es El Señor de los Anillos donde para sobrevivir no cabe otra que la destrucción total del enemigo, nos hay compromiso posible.
Comentario de Y (23/10/2019 13:00):
El mundo de la percepción al revés
Es la derecha ignorante la que se traga la alianza en el Angloimperio con la bazofia ideológica islamo árabe salafista, pues es un buen instrumento para extender el caos en los países de cultura islámica y por tanto es bendecido por el Pentágono por amor a Sión, que como es el “top dog” desde 1967, pues entonces lo que diga el Amo, señor sí señor, no otra puede ser la opinión de los aristócratas serviles y lameculos de la pérfida Albión que a sí mismos se llamaban “ultras” en tiempos de Francisco Tadeo Calomarde
Comentario de Y (23/10/2019 13:35):
Al otro lado del Atlántico … la bruja Killary se supera a sí misma: en un pío pío ha escrito que cuando era “una niña pequeña” escribió una carta a la NASA porque quería ser astronauta … qué jartá de reír, como si nadie supiera en qué fecha nació, en qué fecha se creó la NASA y en qué fecha voló el primer astronauta … total, que ya estaría con el golfo de Clinton cuando la cartita infantil
Y en otra de sus locuras le ha dado por atacar a la comandante Tulsi, y la leona Tulsi le ha contestado a tita Killary la bruja (cito porque ha sido un momento memorable):
“Tú …
“You, the queen of warmongers, embodiment of corruption and personification of the rot that has sickened the Democratic Party for so long, have finally come out from behind the curtain”
yoyalodije: detrás de la campaña de difamación contra la comandante Tulsi estaba la bruja Hillary y sus poderosos aliados en los medios de comunicación: la burbuja pseudo-progre-liberal
Comentario de archivista (23/10/2019 17:41):
munus vult decipi, ergo decipiatur
Comentario de emigrante (24/10/2019 14:56):
Hablando de superhéroes y relacionado con la noticia del día. Leyendo este artículo sobre la arquitectura de El Valle de los Caídos me vino a la cabeza la idea de que quizá sea lo más parecido que hay en el mundo real al Gotham de Batman. Esas gárgolas donde se posa el hombre-murciélago conemplando la ciudad bien podían ser las esculturas al pie de la cruz de Cuelgamuros.
https://elpais.com/politica/2019/10/21/actualidad/1571666748_784436.html
Que digo yo que ya que han levantado la lápida podían aprovechar para clavarle una estaca en el corazón y hacerle un exorcismo a ver si los españoles podemos vivir de una vez en paz entre nosotros
Comentario de Mr. X (25/10/2019 09:32):
5-Si le interesa el tema de los superhéroes como una mitología contemporánea, permítame recomendarle este sedudo ensayo http://www.turnerlibros.com/book/supergods.html
Comentario de Mr. X (25/10/2019 09:35):
sesudo XD
Comentario de Y (27/10/2019 23:16):
La burbuja bobo-progre norteamericana supera todo lo imaginable, es casi del mismo tamaño que la burbuja tonto-fascista española
¿por qué en España no hay conservadores como en estados unidos
La razón es simple: en cada lugar un conjunto de mentiras son las que están adaptadas a servir a la clase dirigente
Comentario de Y (27/10/2019 23:22):
La burbuja dadaista catalana es buen ejemplo del poder de las empanadas mentales, el poder de la mente colectiva
Comentario de Latro (28/10/2019 12:54):
#9 Supergods… lo tengo pendiente desde hace años, pero es que no se cual % del libro va a ser Morrison siendo un genio con ideas geniales y cual Morrison en una ida de pinza monumental.
Comentario de Mr. X (28/10/2019 15:27):
Lo mejor de Morrison es cuando se le va la pinza… Aunque, vale, entiendo lo que dice.
Pero, vamos, la mitad del libro es una historia del cómic de superhéroes muy bien escrita y articulada. Más o menos, de los años cuarenta hasta los ochenta y tantos. Y otra está imbricada a su propia biografía, un tanto inevitablemente, porque sería absurdo que hablara desde fuera del cómic de las últimas décadas, cuando él es uno de los principales protagonistas autorales.
Comentario de Tom Doniphon (30/10/2019 13:27):
#8
Emigrante, aunque tiene un toque de la arquitectura monumental fascista, la imagen arquetípica de Gotham tiene mucho de la visión Art Deco. Las Gárgolas de edificio Chrysler, o el prototipo de Rolls Royce Phamton Coupe de 1925, son de lo más Gotham.
http://www.theartofannihilation.com/wp-content/uploads/2019/01/vintage-photographs-acts-I-IV.jpg
https://i.imgur.com/cFbEPXz.jpg
(Espero que se vean los enlaces y no me tire el mensaje el sistema por Spam)
Si se fija en la serie animada de Batman, creada por Bruce Timm a comienzos de los 90, el Gotham moderno lo forman la arquitectura Art Deco, el cartelismo de entreguerras, el cine negro y el expresionismo cinematográfico alemán.
Comentario de Pucelano (01/11/2019 16:26):
Las elecciones más disputadas desde 1977 y ni un triste artículo, no digo ya porra.
LPD no te reconozco
Comentario de keenan (03/11/2019 11:51):
Yo creo que se exagera mucho por parte de ciertos discursos la idea del “complot capitalista” para tenernos idiotizados. Creedme, no es la demanda, es la oferta. La gente no quiere pensar ni en la muerte ni en la injusticia ni en otros temas por mucho tiempo. Si no hubiera superheroes, habría otra cosa. Y de hecho los hay.
Yo de Batman me quedo con las pelis de los 80, solo ví una de Nolan que no me gusto nada, precisamente por su tono pretendidamente “serio” e impostado, y una temporada de la serie Gotham. No sé si batman es de derechas (parece claro que sí), pero desde luego la crítica al capitalismo salvaje está mas que patente en DC por lo que he podido ver. Gotham es una distopía capitalista y también es una distopía libertaria, que es casi más interesante.
Y por último, aprovechar para pegarle a Errejon y Pablito, como si en los demás partidos hubiera gente seria al timón… yo eso si que no lo veo. Creo que estas siendo un pelín de ver lo que quieres ver, la faceta mas superficial de estos partidos y su electorado, que sin duda existe, pero ni por asomo explica eso que podríamos llamar “nueva izquierda”. Reducir eso a un grupo de niñatos que quieren arcoiris, arbolitos y que llueva el maná de cielo… pues es un poco asín.
Ah, y te ha faltado cagarte en Lord Byron y los románticos, así como alguna referencia a algún bávaro chiflado levantacastillos. Algo imprescindible cuando se crítica el nacionalismo, como bien dice el manual de estilo de Tsevan Rabdan y discípulos.
Pero en general, me ha gustado el árticulo.