Premios Oscar 2012
Contra la crisis, alfombra roja
Ya está. El arma de destrucción masiva, la gran fábrica del entretenimiento y el espectáculo, la industria que se encarga de los sueños, de distraernos, de desviar la atención de los temas importantes para que nos fijemos en alfombras rojas, en vestidos caros, glamour y emoción a raudales, esa industria ya ha cumplido su papel un año más. Ayer se entregaron los Oscar, una de las ceremonias privadas más famosas del mundo, y los periódicos han llenado páginas y páginas de publicidad de esta gala y de las películas que optaban a la “preciada estatuilla”. Íbamos a poner que esta publicidad es “gratis”, pero no es así en absoluto, ya que es más bien de publicidad de vasallaje: los periódicos son meros esbirros, obligados a meternos durante meses información de relevancia sobre si el culo de Jennifer López ha ganado en prominencia o si una película muda vencerá en ese certamen privado.
Porque de lo que se trata aquí es de vender ese mundo de ilusiones y fantasía en un contexto de creciente conflicto social. Un mundo inmaculado, blanquecino, como los miembros de la Academia: según un estudio de Los Angeles Times, el 94% de los 5.765 miembros que votan son blancos; y el 77%, son tíos. ¿Será coincidencia que en las películas de acción el negro siempre sea el primero en morir? Con estos porcentajes de machotes raciales, ¿qué suele suceder? Pues que este grupo de falócratas son, en el fondo, unos cachondos, y le dan el premio a mejor actriz a Meryl Streep por La dama de hierro, esa película ultraconservadora en la que la actriz norteamericana hace un Muchachada Nui imitando a Margaret Thatcher. En ocasiones, veo Gurruchagas en la pantalla. Si hacer imitaciones/parodias te abre las puertas de los premios, entonces José Mota está a la altura de cualquier actor shakespeariano.
Pero, aparte de ser unos cachondos, los de la Academia son muy progres. Porque la película que más premios se ha llevado es The Artist, una película: a) francesa; b) muda; c) en blanco y negro; d) con un perrito que es una monada; e) que critica la fugacidad del mundo del espectáculo. Vamos, que sólo faltaba que el protagonista fuese negro, homosexual y luciese una bufanda palestina. Porque a los de Hollywood les gusta la sofisticación, y qué hay más sofisticado que ir de progre por la vida cuando estás en la industria de entretenimiento más invasiva del mundo. Lo progre no era premiar peliculitas de niños, como tampoco llegaba al hit parade progre una de George Clooney que descubre su mundo interior cuando su mujer sufre un accidente mortal. Nada comparado con una película francesa que homenajea a todo el cine clásico.
Y todo eso con una salvedad. Que La invención de Hugo es una de las películas más emotivas e inteligentes que ha dado el cine norteamericano en el último año. Que Scorsese reflexiona sobre un montón de temas: la permanente ceguera de la industria; la reivindicación del cine como un instrumento cultural; los distintos usos que se dan a los avances teconológicos; la madurez personal como desarrollo del espíritu crítico e intelectual, etc. Pero darle un Oscar importante a Scorsese es como dárselo a Woody Allen: un poco más de lo mismo, y hay que abrir horizontes, mercados de distribución, premiar coproducciones y apuestas que parezcan más arriesgadas.
Porque ése es el éxito del modelo de Hollywood: hacer que los españoles, franceses, alemanes y taiwaneses nos sintamos unidos por una misma cultura que no es la nuestra, pero que nos reconforta como si lo fuera. Es decir, educarnos en la cultura norteamericana. Hoy en día, cualquier crío en España está convencido de que, cuando te detiene la policía en nuestro país, te dice el agente: “Queda Vd. detenido – tiene derecho a guardar silencio – cualquier cosa que diga puede ser utilizada en su contra, bla bla bla”. O que, cuando vas a juicio, el abogado se levanta todo airado y exclama: “¡Protesto, señoría!” Y el juez responde: “¡Se admite la protesta!” Pero estamos tranquilos, porque de este error está dispuesta a sacarnos la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Paula Sánchez de León, con cargas policiales donde coges a radicales antisistema que van directamente al furgón sin ninguna lectura de derechos. De poco vale en esta circunstancia protestar lo que hemos aprendido en tantas películas norteamericanas: “¡Me acojo a la Primera Enmienda!”
Al final, todos nos quedamos con las tonterías que nos quieren contar los medios de comunicación pagados por la Academia de Hollywood. Mucho glamour, y los temas más controvertidos, como esa fijación en que todo el mundo pase por la piedra (esta vez le tocaba a Sacha Baron Cohen), quedan en una nota al pie. Ahora llega el momento de perder el tiempo analizando los Oscar: que si Hugo y Los descendientes sólo se han llevado premio por apartados técnicos, que si Billy Cristal estuvo bien, regular o aburrido como maestro de ceremonias, si hacía un montón de tiempo que no ganaba una película muda, que si aquella actriz lucía un modelo de aquel modisto que fíjate tú, cómo realzaba sus pómulos, en fin, las chorradas del escaparate. Después del escaparate, los de Hollywood a celebrarlo en sus fiestas privadas con sexo, cocaína y desfase. Y a seguir colando todo tipo de películas en los mercados de distribución con pactos inconfesables. Ahí sí que no hay cámaras ni alfombras rojas. Porque ahí es donde se cuece lo importante.
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Pingback de Premios Oscar 2012 (27/02/2012 12:34):
[…] "CRITEO-300×250", 300, 250); 1 meneos Premios Oscar 2012 http://www.lapaginadefinitiva.com/2012/02/27/premios-oscar-2012/ por Gandarrio hace […]
Comentario de Torcuato (27/02/2012 13:10):
Yo he presenciado animadas discursiones entre chavales que discutían cuánto tiempo tardaba el FBI en localizar una llamada. Soy de provincias lo cual confiere a la escena un punto de candidez.
También supe de un juicio en el que un gitano que había matado a un payo que había rozado a su hija con el coche le soltó al juez que “se acogía a la quinta enmienda”. El juez interpretó aquello como que no quería declarar. Si hubiera ganado la guerra fría Rusia nos habría pasado lo mismo pero con otra estética.
Yo por mi parte estoy deseando que nos invadan los talibanes y acabemos con tanta molicie de raíz.
Comentario de josé luis (27/02/2012 13:34):
¿Lo de la invención de Hugo va de coña, no?
Comentario de Garganta Profunda (27/02/2012 14:19):
La “Maldición” de Hugo es una pelicula flojeta, flojeta.
Scorsese jugando a ser una mezcla entre Spielberg, Jeunet y Tornatore…y al final le sale rana. No ha salido bien parado del cambio de registro, ¿que le vamos a hacer?
Comentario de Latro (27/02/2012 14:26):
Pues yo no he visto la peli, pero en alguna crítica a la de Scorsese le han dado de hostias como cosa absolutamente masturbatoria (“Si, el niño esta huerfano y tal, pero aqui lo importante son las películas”), incluyendo darte el premio a ti mismo usando a un personaje que en el fondo eres tú.
Aqui debería decir “tendré que ir a verla para opinar”, pero francamente, no hay ganas.
Comentario de Manuel de la Fuente (27/02/2012 16:21):
A mí me encantó “La invención de Hugo”. Muchas veces, hay críticos que no saben ni lo que dicen. También he leído por ahí eso de que “Hugo” plantea que “lo importante son las películas”. Menuda chorrada. Eso es como decir que en “El espíritu de la colmena”, lo importante son las películas (como Frankenstein), no el contexto franquista. “Hugo” es lo mismo: trata del paso a la madurez a través del conocimiento y del cine. No trata el cine como una evasión de la realidad, sino todo lo contrario.
En cuanto a lo de si Scorsese mezcla Spielberg con Jeunet y Tornatore, yo lo veo al revés: de Spielberg es coetáneo (ambos se han influido constantemente); es Jeunet el que siempre se ha basado en Scorsese (en esta peli no cambia nada de su estilo, es igual que siempre); y lo de Tornatore tampoco lo veo, ya que Scorsese siempre está hablando de cine, en entrevistas y demás, antes que “Cinema Paradiso”. La peli parece que sea una copia de los tres, pero porque los tres siempre se han basado en él. De hecho, una vez leí una frase de Woody Allen en que venía a decir que envidiaba a Scorsese porque veía todo el cine actual y se daba cuenta de que estaba basado en él.
Comentario de Garganta Profunda (27/02/2012 18:13):
Querido Manuel.
Vaya por delante que la factura técnica de la película me parece envidiable y todo eso, pero no quita que diga que el “flim” carece de ritmo (sobre todo la primera hora, es soporífera), no engancha y además le falta un clímax final. La banda sonora de Shore es repetitiva hasta la nausea (la melodia de acordeoncito típico en toda película que tenga que ver con Francia me resulta cargante).
Spielberg con este material hubiera hecho una auténtica “ñoñada” sensiblera, pero la gente saldría del cine llorando a mares de la emoción, porque otra cosa no, pero “Dios” es sabe manejar como nadie los resortes para que eche la “plorera” hasta el increible Hulk.
Nadie como Jeunet para recrear ese “realismo mágico”…esa Paris atemporal mezcla de imaginación y realidad. A sus pelis me remito. Creo que en ese sentido, es sencillamente imbatible.
Y Tornatore, bueno…”Cinema Paradiso” es el MEJOR homenaje al cine que se le puede hacer y que sin duda se le hará…pero también es un homenaje al amor, a la amistad…a tantas cosas.
Scorsese es un gran director, lo admito, que coño, ¡es la polla con cebolla!. Uno de los grandes, sino el “menos” irregular de todos (y de los pocos que ha sentado cátedra a pesar de haber usado el Gimme Shelter de los Stones en más pelis de las que debiera), pero aun a pesar de que sabe más de cine que Garci, su intento de cambiar de registro no le ha salido muy bien. Eso es todo.
No se me enfade.
Comentario de María (27/02/2012 18:14):
“The Artist” es, una vez más, el triunfo de los Soprano, digo de los Weinstein. Si “Shakespeare in love” ganó siete oscars incluyendo, no hay nada que pueda soprenderme
Comentario de parvulesco (27/02/2012 18:23):
Pues a mí me parecen todos unos muermos, no entiendo esta fijación que tienes en el sexo, cocaína y desfase posterior a los Oscars. Jack Nicholson, vale. O Nick Nolte. O Borat. Pero el resto? Unos muermacos.
Comentario de Manuel de la Fuente (28/02/2012 01:12):
Garganta:
No me enfado, hombre, es sólo que se me activa automáticamente el modo serio.
Yo lo siento, pero a mí la película me gustó mucho. Y sigo creyendo que sí, que es uno de los cineastas más influyentes. Influyentes, entre otras cosas, porque cambia continuamente de registro. Solemos pensar que Scorsese sólo hace pelis de gángsters cuando ha hecho: comedias (“Jo, qué noche”), dramas de época (“La edad de la inocencia”), musicales, tanto de rock (“El último vals”) como de la tradición hollywoodiense (“New York, New York”), remakes (“El cabo del miedo”, “Infiltrados”), e incluso películas sobre líderes religiosos (“La última tentación de Cristo” y “Kundun”). No es tampoco la primera película que recrea el pasado del cine, mirándolo con una cierta fascinación, porque eso lo hizo ya en “El aviador”. Yo no veo ningún cambio de registro, porque es como si dijéramos que Polanski cambió de registro con “Oliver Twist”: al contrario, mantiene el mismo estilo de sus películas. Muchas críticas negativas a esta película vienen de un rechazo previo por un cambio de registro cuando, en realidad, no hay tal cambio: la película no rompe su trayectoria, simplemente la continúa.
Por otro lado, es verdad que no hay un clímax final, pero porque el clímax de la película está situado en la secuencia en que todos ven la película de la Luna en casa de Méliès: es ahí cuando se abre la mirada y la fascinación y donde radica la fuerza de la historia. En el homenaje final que le rinden a Méliès en el teatro no hay ningún clímax porque es una secuencia de cierre, el clímax ya se ha dado antes.
Esos movimientos de cámara de Jeunet, esas planificaciones, ese estilo, está tomado de Scorsese. Es como si decimos que Scorsese se copia de Tarantino. No, es al revés.
Parvulesco:
No es fijación, lo habré comentado como mucho un par de veces. Es sólo que no deja de llamarme la atención esa imagen cándida que nos venden continuamente. Ya llegará Wikileaks un día para desmontar ese mito alrededor de la industria del entretenimiento y de cómo los medios tienen una fijación total en no contar las verdades del negocio.
Saludos.
Comentario de Enduguito (28/02/2012 22:21):
De acuerdo con usted en lo que se refiere a la gala de los Oscar y a todo lo que esto implica. Aún así, me tragué parte de la misma y debo decir que como espectáculo no vale un pimiento. Coincidirá conmigo en que hace muchos años que tanto la gala como la propia industria que la genera están en franca decadencia, lo que deja muy mal a la academia de aquí, que copia el formato y consigue empeorarlo. Billy Crystal no podía disimular la cara de “qué puta mierda de marrón me estoy comiendo”, al igual que muchas de las estrellas al desfilar por la alfombra o al entregar los premios. Yo debo tener la misma cara todo los días en mi curro. Soy recepcionista en un hotel, así que ya se pueden hacer una idea. Lo mejor, como no, los culitos y los escotes de las niñas del cine yanqui, que las hay que siguen manteniendo la tradición de estar muy buenas.
también me descojoné con un sketch en el que salía Myke Myers enseñando a un actor la manera correcta de coger un Oscar. Yo le hubiera dado el oscar a él.
También estoy de acuerdo en que son Jeunet y Tornatore los que beben de Scorsese y no al revés. Alguién comenta que Tarantino también, aunque no termino de verlo claro. Lo que pasa es que Scorsece es uno de los capos del business desde hace muchísimo tiempo y es inevitable que lo copien, me temo.