El Americano
Esta película ejemplifica como pocas el problema de dejarse guiar por lo que Joaquín Luqui definió en su día como el “Fenómeno Fans”: ir a ver una película sólo por el título y el actor principal. Nos pusieron delante una película de George Clooney titulada “El Americano” y aquello parecía prometer una de superhéroes mafiosos disparando al Presidente de EE.UU. Un argumento de consumo rápido, para entendernos.
Pero no, amigos, lo que vimos en su lugar fue, indudablemente, cine de calidad. Cine europeo. Y no porque esté ambientado en Europa, sino porque la narración es lenta, reiterativa y plagada de planos innecesarios y la historia es absurda, sin ningún interés y previsible hasta la náusea. Afortunadamente, sólo dura hora y media, pero eso sí, se les hará más larga que cualquier debate en el Parlamento a Rodríguez Zapatero. ¡Engañados por el marketing!
El argumento: un asesino a sueldo se oculta en un pequeño pueblo italiano de Pescara. No sabemos de quién se oculta, ni por qué, dado que, a fin de cuentas, eso (el hilo principal de la película) no tiene importancia. Su función allí es pasar desapercibido mientras se dedica a cumplir el encargo que le ha hecho una malvada asesina a sueldo que trabaja para el mismo jefe que él: dicho encargo, en palabras de George Clooney, consiste en “¿quiere usted un arma que dispare como una ametralladora con el alcance de un fusil?”.
Dicho así, parece imponente, y de hecho da la sensación de que sólo Clooney, en todo el mundo, o al menos en toda Italia, es capaz de proporcionar semejante creación, producto de los más delirantes pensamientos humanos. Yo diría que “fusil ametrallador” es la definición de un Kalashnikov, que como Ustedes saben forma parte de los bienes de todo buen ciudadano del Tercer Mundo; pero bueno, tampoco vayamos a ponernos tiquis miquis. El caso es que en Italia un fusil ametrallador es lo más de lo más, y la manera de acceder a él, pura artesanía: Clooney se dedica a fabricarlo en su habitación del poblacho en el que se pasa meses, recurriendo a recambios de automóvil y piezas que va encontrando por ahí.
Porque, por si no tenían suficiente argumento hasta aquí, aún hay más: como Clooney se oculta en Italia ello nos da ocasión para reflejar adecuadamente qué es Italia (y ni siquiera Nápoles o Sicilia, sino la Italia central, cercana a Roma), pero sin recurso al tópico ni al cliché. No, no, aquí tenemos una versión pura, desnuda, sin concesiones. Italia es un país tercermundista pero con encanto, lleno de lugares donde el tiempo parece haberse paralizado desde hace siglos. Todo es subdesarrollado, pequeño y como de juguete, no en vano estamos en Europa. Los coches están viejos y gastados; y es natural, puesto que las carreteras, que probablemente construyó el Ejército de EE.UU. en la fase final de la II Guerra Mundial y no se han cambiado desde entonces, son estrechas y llenas de baches. Los comercios son auténticos, tía, que parecen de verdad; olvídate de ir a un centro comercial, aquí las tiendas las llevan italianos de la localidad desde hace generaciones.
Naturalmente, todos ellos aman y admiran América (a ver de dónde se creen que sale el título de la película, sino de que llamen a Clooney, que recordemos que ha ido a ese pueblo para ocultarse de sus malvados enemigos y no llamar la atención, “El Americano”), particularmente los jóvenes, que intentan medio aprender inglés, para ellos una sorprendente novedad (¡Inglés! ¡Qué locura! ¿Qué es esto, el siglo XXI llamando a nuestras puertas?) y cuyo sueño, como en 1906, es ir, algún día, a América. Mientras tanto, todos ellos trabajan en el pequeño comercio, en la prostitución o –la mayoría de ellos- en el campo, cultivando patatas o pastoreando entrañables ovejas. El poder fáctico del pueblo, su ciudadano más representativo y con mayor nivel cultural es, por supuesto, el cura, que congenia con George Clooney enseguida con el objetivo, es de suponer, de que se nos muestren los momentos “profundos” de la película, consistentes en que el cura le dice a Clooney “¿pero tú rezas, hijo mío?”, mientras él mira torvamente a la cámara.
Todo esto, de por sí, ya es suficiente para ubicar esta película en la más gloriosa tradición del cine independiente, pero aún hay más: porque, claro, tenemos una historia de amor. Una historia de amor en absoluto convencional: nuestro personaje se va de putas, se encapricha de una, se enamora, como lleva un mes en un pueblo pintoresco decide cambiar su vida dedicada al asesinato y vivir el resto de sus días con la puta, se lo dice su jefe, éste intenta matarlo aprovechando la procesión en honor a la Virgen María (en la que, naturalmente, participa todo el pueblo con sus mejores galas modelo “no me puedo creer que no viva en los años 70”, corderitos a la espalda incluidos). Y allí se produce el despampanante e insospechado clímax de la película, en los términos, ya apuntados a lo largo de toda la historia, que pueden Ustedes imaginarse.
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Comentario de Andrés Boix Palop (LPD) (23/09/2010 00:42):
Vaya pedazo de spolier que te has marcado. ¡Ahora qué gracia tiene ver la peli si ya sé de antemano que aparecen las inevitables cabritas!
Comentario de Bunnymen (23/09/2010 08:22):
Bravo!!! Diga usted que si, deje así el final, con el canal bien abierto. Usted si que es un homicida de espectadores para la cartelera.
Comentario de Guillermo López (23/09/2010 08:41):
Lo hago como servicio público; es imposible que a nadie en su sano juicio le guste esta película, dado que es el clásico engaño masivo para encauzar espectadores incautos a la sala. Pero bueno, si se me quejan quito el spoiler, por mí no hay problema. ¡Como si en LPD no tuviésemos una acreditada trayectoria de reventar películas!
Un cordial saludo
Comentario de Otis B. Driftwood (23/09/2010 08:44):
Me acabas de ahorrar nueve euros, gracias. Debería ficharte Elena Salgado.
Comentario de karpov (23/09/2010 08:53):
para acabar de arreglarlo, podrían decir el nombre de la ‘maggioratte’ actriz italiana que seguro que está buenísima (y por dios, que no sea monica bellucci, que acabaré pagando 7 ebros por verla en pantalla grande), y que interpreta el papel de la prostituta. es para ir mirando foticos mientras curro.
osea, que es como borat, pero en plan suave.
Comentario de Ferran (23/09/2010 17:12):
No sabia ni que existia aquesta pel·lícula…però amb la teua crítica m’he partit el cul. Una vegada més, gràcies, Guillermo.
Comentario de Oliveral (23/09/2010 23:55):
Ya, pero no me niegen que la prostituta está muy pero que muy buena. Por lo menos hay un par de momentos de carnaza. Respecto al resto, totalmente de acuerdo. No se la come ni su puta madre.
Comentario de Garganta Profunda (24/09/2010 07:01):
De la que me he librado. ¡¡Con lo que me gustaba a mi el cartel en plan vintage!!
Gracias Guillermo.
Comentario de Karraspito for President (24/09/2010 18:02):
Querrás decir, caro Guillermo, que es el clásico engaño para espectadores lo suficientemente garrulos como para no planear de antemano la película que van a ir a ver, informarse sobre la cartelera y luego buscar de entre todas las salas donde se proyecta la más conveniente, sino que van al cine y eligen de entre toda la basura ínfimamente variada que se les ofrece, guiándose por el título y el reparto. Por culpa de ellos se ponen esos títulos en español tan borderline, que son una descripción más que un título…
Comentario de Regularizado (24/09/2010 22:31):
Yo la fui a ver el dia del estreno, y encima entraba algo quemadillo al cine. Y me encuentro con semejante truñaco. Spoilers como estos son un servicio público.
Comentario de Pogrom Pom Pom (25/09/2010 11:43):
Aquí otro que estuvo cerca de apuntarse a verla. Esto es como cuando hay un desastre aereo, que la noticia no está completa hasta que no sale el típico pasajero que perdió el vuelo por poco. Mirusté que suerte.
Comentario de pucelano (25/09/2010 13:25):
No he visto la película, pero a lo mejor habría que acudir a las fiestas de ciertos pueblos españoles para comparar en que década parecen estar, o en que siglo
Comentario de Karraspito for President (25/09/2010 13:28):
En las tierras del Ebro catalanas, acaban de decidir que quieren quedarse en la Edad Media para siempre…
Comentario de labuelo (25/09/2010 17:05):
Violante Placido, creo. La puta, digo. Un pivón.
Es cierto que en un momento de la peli me vino a la memoria algo parecido: un encantador episodio de McGyver que transcurría en las Provincias Vascongadas… De verdad, buscarlo en youtube que merece la pena.
Comentario de Karraspito for President (26/09/2010 00:15):
Ese capítulo no tiene precio, labuelo. Los supuestos vascos llevan las boinas como los parisinos, saltan por las rocas como si fueran monos con superpoderes, y utilizan los irrintzis para comunicarse. Por no hablar de que tienen una pinta de mexicanos que lo flipas. Impagable…
Comentario de Pogrom Pom Pom (26/09/2010 10:43):
Y aquel episodio de El Equipo A en el que pone: “aeropuerto de Barcelona”; y sale una pista de tierra en algun lugar del sur de California, con moros de atrezzo armados con AKs.
Comentario de Karraspito for President (26/09/2010 14:13):
Desde luego, esta Anita Obregón, cuando estuvo allí en el rodaje podría haberles corregido su error…
Comentario de Otto von Bismarck (27/09/2010 09:19):
#14 Joder que nombre. Obviamente con lo buena que está me daría igual que se llamara Pacoelca Mionero, pero joder, es que tiene un nombre que suena a mezcla entre personaje de Pérez Galdós y nombre chistoso de Austin Powers: lo que me gustaría es Violarte plácido. O algo asín (Sí amigos, ese es mi nivelazo)
Comentario de Hamelgo (27/09/2010 13:08):
El capítulo mencionado de los vascos, atentos a la pinta que tienen algunos, sacados directamente de las guerras carlistas. Casi me pareció ver un “detente-bala” por ahí, y un cartelón con el anagrama de ETA, una foto de Pancho Villa y el lema “Dios, Patria, Leyes Viejas”
Comentario de J. José Moreno (12/10/2010 00:52):
En la fila de atrás estaban dos señoras maduritas que fueron por ver al Cloony; desde luego que no las defraudaron: qué hartón de primeros planos del tipo (y segundos planos, terceros…). Dentro de la lógica de la película, es normal que maten a un sueco en un pueblo perdido y no sospechen del americano recién llegado. En resumén: ¡La chavala está para mojar sopas!