Sherlock Holmes
Hay películas que cumplen las expectativas y otras que no. Y luego, también hay cine español (pero afortunadamente no vamos a hablar de ello). Que la película cumpla o no las expectativas depende, esencialmente, de que éstas sean más o menos elevadas; porque el cine comercial es cada vez más homogéneo en su banalidad y carencia absoluta de transgresión. Más satisfactorio, en suma, a la par que previsible. Y sólo si el incauto espectador espera verse verdaderamente sorprendido por la película que ha ido a ver puede encontrarse decepcionado en un grado digno de mención.
El caso de Sherlock Holmes es paradigmático. Para que la película guste a un amplio espectro del público se convierte a Holmes en una mezcla entre superhéroe de Marvel (“¡Siente el terror de enfrentarte a Capitán Deductivo Man!”) y el Dr. Gregory House, cuya función es pegar y recibir yoyah –materiales y dialécticas- más o menos en proporción similar, cautivarnos con su ingenio y con su mente deductiva, sí, pero sólo después de regalarnos con unos cuantos momentos Matrix, ralentizados en los que Holmes demuestra, por si quedaba alguna duda, que los macarras de discoteca son una especie más antigua que el mundo.
Por supuesto, si a algún despistado admirador de las novelas de Conan Doyle se le ha ocurrido recalar en esta película aún estará tirándose de los pelos. Afortunadamente, no es el caso del que esto escribe, a quien, de hecho, probablemente se le hayan pasado múltiples herejías para con el Holmes original (¡ni siquiera recalcan que era cocainómano!), además de las a todas luces evidentes.
Entrando en materia: la trama, por llamarla de alguna forma, es que hay un supermalo esotérico macabro que vuelve de la tumba y, en prueba de su maldad, orquesta una conspiración para dominar el mundo. Como la dominación del mundo no es una cuestión menor, decide apoyarse en una organización secreta que, en plan Club Bildeberg, ya rige de facto, como se nos recalca en varias ocasiones, los destinos del mundo. Con aparente facilidad se cepilla al mandamás de dicha organización y de paso a un inverosímil embajador de EE.UU. (cuya única función en la película es significar que EE.UU. son “los buenos”), que es quemado cual ninot de las Fallas.
Sin embargo, el malo, haciendo gala de su maldad, no se conforma con dominar el mundo entre bambalinas: quiere que todos sean conscientes de su poder y de que aquí el que manda es él. Para ello, nada mejor que dar un golpe de Estado al modo teniente coronel Tejero: hacerse con el control del Parlamento británico (recuerden que entonces Gran Bretaña mandaba mucho, con el Imperio Británico en su apogeo, y no era el ridículo paisíllo venido a menos, como un Estado de EE.UU. cualquiera, que es ahora) con el apoyo de algunos poderes fácticos adscritos a la organización secreta que regenta y de la amenaza del uso de la fuerza (“gobernaré por el terror”, dice el malo como si esto no se le hubiera ocurrido a nadie antes que a él).
Sin embargo, ahí donde Tejero disparó unos cuantos tiros y se apoyó en una compañía de guardias civiles y un capitán general, el malo prefiere confiarlo todo a un engorroso y alambicado plan de envenenamiento masivo de los miembros del Parlamento, por aquello de hacer creer a todo quisqui que los poderes de las tinieblas están con él. Recuerden: “gobernaré con el terror” (particularmente ridículas son las escenas de fervor religioso por las calles de Londres, anunciando el inminente fin del mundo: ¿fervor religioso, en la Inglaterra victoriana? ¿Qué nos está pasando? ¿Qué clase de escándalo público, contrario a todo decoro, a toda moral pública, es este?).
La cosa, claro, sale mal, porque ahí está Sherlock Holmes para desbaratar los siniestros planes del malo. Lo hace con un proceso hipotético – deductivo que, Ustedes me perdonen, igual es que estaba medio dormido toda la película, pero no tiene sentido alguno.
Lo cual, que quede claro, no es malo per se, dado que permite centrarse más en las peleas barriobajeras y en las bellas estampas del Londres victoriano, con su suciedad, su podredumbre y sus huerfanitos. Esto último, junto con el personaje de Holmes, magníficamente interpretado por Robert Downing Jr. (un actor nacido para encarnar a Holmes, a Iron Man y, en general, a canallas simpáticos, tan ingeniosos como moral y físicamente acabados y sujetos a las bajas pasiones; es decir, como el propio Robert Downing Jr.), constituye lo mejor de la película. Lo peor, cuestiones menores: no tiene ritmo, ni historia, y además amenaza con generar secuelas.
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Comentario de Garganta Profunda (29/01/2010 10:59):
Antes que nada…¿os habeis percatado de la publicidad que se muestra en vuestro enlace de “Las Fallas”? ¡Una tienda de indumentaria valenssssiana!!! ¡¡LPD promueve la compra de mantillas, telas de fallera y aderezos para el pelo!! ¡¡Sois los más grandes!!!
Volviendo a la peli, parece que ultimamente no es la estan metiendo doblada Guillermo…a ambos!! Y encima nos dormimos viéndola…
Vale que la peli la dirige Guy Ritchie (joder, “Snatch” es cojonuda”) y que obviamente “Sherlock Holmes” va a ser “Su Sherlock Poligonero con el Opel Kadett GSI tuneado y el chandal y el bate en el maletero”…pero es que incluso para ser de Guy Ritchie a la peli le falta ritmo, tiene un guión a medio pulir y le sobran todas esas secuencias a camara lenta…(“Baywatch meets Queen Victory”).
Robert Downey Jr. es lo unico “recuperable”. No hay nadie como el para interpretar a un jeta sinvergüenza…¡que coño!, el es un jeta sinvergüenza!!
Que sepa que se esta gestando la secuela, obviamente con Moriarty de Nemesis del protagonista y no esa cagarruta de malo (Mr. Black) que han puesto en esta que no da la talla.
PD. Los mentideros de la corte colocan a Brad Pitt en el papel de Moriarty…
PDII. Podría haber sido peor…yo el otro día fuí a ver la película española que cumple mi cuota del bienio 2009-2010: “La Herencia Valdemar”. Sufragada por inversores privados, nada de subvenciones públicas…Un pestiño acojonante. Si esperan terror gótico y temática tipo Lovecraft (así la han vendido) NO vayan a verla de mala que es…
Comentario de Swampling (29/01/2010 11:56):
Que yo sepa en la película dejan claro que el malo este de las entradas realmente se llama Moriarty, por lo que si quieren poner a Brad Pitt a saber qué se inventarán.
Lo mejor de la película no es la heroicidad del embajador yankee que quiere sentar un antecedente de las dos guerras mundiales salvando a Europa, sino los planes de conquista mundial del malo que pasan, ante todo, por dominar y recuperar lo que alguna vez fue de la corona: USA. Por no hablar de la solución improvisada en el guión ante la incapacidad más absoluta de la actriz de imitar el acento británico. ¿Cómo? Haciendo que en su primera aparición diga “echo de menos mi Nueva Jersey natal”. Toma ya.
¿Por qué no dice ni una mísera vez “Elemental querido Watson”? ¿Por qué es tan jodidamente clavado a House en todo? ¿Por qué Watson no es gordo? Y lo más importante ¿Por qué no tienen cara de perros?
Comentario de Hook (29/01/2010 12:55):
Tiene pinta de ser mala, ya en el trailer parecen un duo de variedades, y efectivamente lo es. Si estando la cinta blanca, la de los cohen, o incluso teniente corrupto…
Comentario de Atayak (29/01/2010 13:19):
Esto… Swampling, creo que en ningún momento dicen que “el de las entradas” es Moriarty, es más, el profesor sale en varias escenas oculto entre las sombras para que no se pueda ver quien es.
Con respecto a lo de no decir “elemental querido Watson” tengo entendido que tampoco sale en las novelas, que es algo que surgió de una de las primeras obras de teatro (o cine, no lo recuerdo bien)que se hicieron con este personaje y de ahí se torno en una parte mas de Sherlok Holmes. Lo de Watson gordo pues creo que tampoco lo era, si no estoy mal informado, lo describía como un antiguo militar con tendencia al juego y éxito con las mujeres, así que no creo que fuese gordo. Veo que estamos muy influenciados por las múltiples películas basadas en Sherlock Holmes.
En resumen, la película es muy criticable pero no en ese sentido.
Comentario de maria.maldades (29/01/2010 13:35):
Me invitaron a verla, pero como tenía cosas que hacer (hacerme un huevo frito, esperar un rato y cagar) no pude ir.
Todas esas pelis son iguales, supongo que los amiguetes del tal Downey Jr han querido echarle un cable y que reconduzca su vida. Chachi.
Conan Doyle creó un detective que le daba a las drogas (y en las primeras pelis, con un tal Basil Rathbone se veía a un Watson preocupado por los hábitos yonkis de su colega). Si crearan héroes de a pie, seguro que recaudarían más pasta (que de eso se trata, la calidad no importa).
El cine español no suele gustarme, pero sí me ha gustado Tosar en celda 211 (qué bien le salen los papeles de hijoputa al tío), y la película también. Vi la de los Cohen y me ha gustado, me parece muy de a pie y bueno es que uno se reconozca en algunas situaciones.
Ya no soy capaz de ver grandes epopeyas como Agora o Invictus, básicamente porque no aprendemos nada: quizá fueron hechos grandiosos en su día, pero si miramos lo que pasa en la actualidad, me pone mala (Sudáfrica es un país violentísimo) y se sigue respetando más a un tío que se da de latigazos (el anterior papa) que a gente como Hipatia.
Comentario de Andrés Boix Palop (LPD) (29/01/2010 13:42):
Yo sí fue muy fan de las novelas de Holmes de pequeñito y llevaba un año traumatizado con lo que le iban a hacer al personaje, tras haber visto un aciago día el trailer. Me prometí no ir a verla, pero al final pudo más el fanatismo sherlockholmesiano. Como pasa siempre en estos casos, el resultado final me pareció lamentable, pero no tanto. ¡Si de las 2 horas de película debe de haber al menos 1 hora que no son peleítas, joder! Tampoco está tan mal.
Agradezco mucho de la crítica que no se nos haya deleitado con un análisis de la filmografía previa del director, que por lo que no se cansan de contarnos explica no sé qué mierdas sobre cómo es este Holmes. Y no sólo las explica sino que, además, al parecer, las justifica y las hace aparecer como mejoras.
Lo que más me cabreó, dado que había 1 hora menos de tortazos y macarradas de lo que yo esperaba, fue la nula importancia que da la película a la capacidad deductiva de Holmes para resolver el misterio. Ojo, que va un spoiler. Que todo se solvente con la solución de que “este estaba comprado, este aquél también, a este lo untamos para que fingiera tal cosa…” da un poco de grima. Es una solución propia de guionista español, excepto porque no hay sexo en la compraventa. Que vayan tomando nota los de Perdidos. El resto de “deducciones” se basan en que Holmes encuentra un laboratorio y ciertos productos químicos. Luego, simplemente, se los va encontrando por ahí. La verdad, no es que estemos ante un prodigio de la analítica.
Lamentables, por lo demás, las apariciones de Lestrade. Y el rollete de Watson con la institutrix. O el rollete de Holmes enamorado.
Cuando Conan Doyle se cargó al personaje, harto de él (luego rectificó) no imaginaba que podía condenarlo a una suerte peor: que protagonizara una película como ésta, donde le están pegando leches y torturando a cada minuto de metraje. Y quedan más.
Comentario de labuelo (29/01/2010 16:00):
De acuerdo en lo de la soberbia caracterización de Robert Downey Jr. Por lo demás, yo entré a la sala con un buen cajón de palomitas. Porque más o menos era consciente de lo que iba a ver: cine palomitero. Y, efectivamente, eso es Sherlock Holmes. Cine palomitero. Entretiene un par de horas y adiós muy buenas.
Luego, las deducciones de Sherlock y explicación de todas las patrañas del supuesto resucitado, pues claro que chirrían. Pero es que Robert Downey partía con una ventaja: conocía el guión. Porque, por ejemplo, ¿cómo sabía si no que al embajador yanqui lo habían regado antes de entrar a la reunión del club secreto? Él no estaba allí. O ¿cómo sabía que había intentado disparar al malo maloso? Él no estaba allí.
Pero como detective aventajado que es, se había leído el guión.
De todas formas, he de decir que la escena en la que Watson tira un chaleco por la ventana de un carruaje, me pareció graciosa.
Comentario de Myrddyn (31/01/2010 01:34):
Yo alguna novela de Holmes sí que he leído y no esperaba verlo consumiendo coca. Si fumar espolíticamente incorrecto, ¿cómo va a drogarse? De hecho, es posible que sea el único protagonista de película del 2010 que fume (aunque no mucho) en pipa.
Y Watson ni era gordo ni escuchaba lo de “elemental” en las novelas. Y antes de que alguien meta la pezuña, la gorrica esa también era parte de la misma obra de teatro: que parece que muchos querían volver a ver los dibujos de los sabuesos.
Eso sí, para los guiones podrían haber contratado a los japoneses de los perros, que algún episodio tenía más misterio que esto.
En fin, que no es la mejor adaptación de Holmes pero tampoco la peor. Y, desde luego, como cine palomitero cumple de sobra.
Comentario de Ksiaze (31/01/2010 23:03):
Habiendo visto esta película, su recuerdo y la lectura del artículo de Guillermo (que me parece muy acertado), junto con los comentarios, me hacen evocar una reseña que leí hace mucho tiempo del largometraje “Lorenzo’s oil”, donde se loaba de éste que extrañamente -al tratarse de una película de los últimos treinta años- los diálogos parecieran escritos por personas adultas. Desde luego, no es el caso del Sherlock que nos ocupa.
Comentario de Proust (01/02/2010 09:34):
“cine español (pero afortunadamente no vamos a hablar de ello).”
Esa gracia está muy quemada, reciclese.
Más que nada porque es más interesante ver algunas películas españolas que esta “crítica” gafapastil
Comentario de de ventre (01/02/2010 11:01):
como tengo cierta afición por s.h., no puedo evitar mencionar un par de cosas:
– no sé si watson era gordo o no, pero un poco pringado sí es. sus cualidades son la lealtad, la honradez y la valentía, pero no, desde luego, la agilidad mental. además, al menos al principio, se desmaya cada dos por tres. me cae bien jude law, pero mejor hubiera quedado, qué se yo, manolo morán.
– si no sale que era cocainómano (aunque era legal en la época), a mí ya me han visto en el cine.
– lo esotérico (a pesar de que sir a.c.doyle era un convencido espiritisa) está totalmente ausente de las historias de holmes. en todo caso, cuando se produce un ídem con posibles ramificaciones sobrenaturales (un vampiro, un fantasma, francesc camps), estas son trituradas por el detective que desmonta tales argumentos como paridas hasta dar con el criminal rubalcaba de turno.
– robert downey mola.
– por último, dos recomendaciones de mistificaciones de las aventuras del detective:
– la liga de los caballeros extraordinarios (I volumen).
– estudio en esmeralda , de neil gaimann, breve cuento en una realidad alternativa a la inglaterrra victoriana.
– bueno, y por supuesto, la clásica serie inglesa que, horreur, ahora se puede ver en popular tv.
j
Comentario de Swampling (01/02/2010 11:57):
Atayak… Al final sí le dice la tía, sobre el puente “su nombre real es Moriarty y es más astuto que tú”. AL menos en la versión original.
Comentario de l.g. (01/02/2010 16:38):
Supongo que Sherlock Holmes es la excusa para hacer una peli de acción ambientada en “tiempos históricos”. Que su prota coincida o no con el de los libros de Conan Doyle es algo totalmente secundario. ¿O no?
Comentario de Julian (03/02/2010 10:33):
Estimado Guillermo,
me permito apuntar que este Holmes no se parece al Dr. House. El personaje de House está inspirado en Holmes…
Por lo demás, es una adaptación más, solo que en esta se exageran aspectos de los personajes que en las otras se obviaban. Holmes es analítico y boxeador… pero nadie veía a Peter Cushing boxeando, claro.
Comentario de Mar (07/02/2010 10:48):
Yo me lo pasé muy bien viéndola. Y el ritmo me pareció bueno.
Y para meter la perspectiva de género, me encanta la relación de S.Holmes y e Irene Adler y especialmente la escena final de la máquina en la que ambos están implicados al mismo nivel en la destrucción de la máquina
Comentario de Lucía (12/03/2010 17:26):
Me he leido unas cuantas críticas de Guillermo y he de reconcoer que me hacen reir a carcajadas. Lo de quemarle como un ninot fue un puntazo, y en la de Agora cuando Orestes hace el “rodriguez zapatero” con la flauta, no pude leerlo dos veces por que me doblaba de risa.
La peli a mi me molo y robert downey, aun más, y ademas me gusto el ritmo de la peli (que evidentemente me recordaba a Snatch)Me gusto mucho como al final hace dibujos de los personajes y tal y el cacho ese en el que el tio se mete como en un bazar persiguiendo a la chica.