Agárralo como puedas
Sí, el humor es zafio, la acción ridícula, el guión estúpido y la interpretación pobre, pero ¿a que se ríen? ¿Por qué todos los periódicos le ponen la calificación mínima a esta película (o a cualquier otra de la serie), si todos hemos disfrutado como enanos viendo las continuas chorradas de que se compone?
No nos engañemos, el humor no consiste en una “ágil crítica a la sociedad de consumo que hace reflexionar al espectador”, sino en hacernos reír. Y este, y no otro, es el objetivo de todas las películas de la serie. Para reflexionar siempre nos quedarán los editoriales del ABC, al cine uno va con un objetivo concreto, que aparentemente no suele coincidir con los selectos paladares de los críticos. Y no lo entendemos, en Agárralo como puedas hay crítica a la sociedad contemporánea, alta política, misterio, acción, … Pero para eso no hace falta rodar toda la película en blanco y negro o ilustrar cada broma con una cita de Kant. A nadie le gusta reconocer que le gustan cosas que no son “alta cultura”, pero tampoco es para ensañarse. Puede que la filmografía de Robert Altman sea de singular valía, pero todas mis conversaciones con cinéfilos al respecto terminan cuando ya se han soltado los cuatro tópicos de rigor (afortunadamente), porque, al fin y al cabo, ni siquiera los críticos son capaces de darnos una guía útil del cinéfilo, dado que ellos tampoco saben que decir, y por eso disfrazan bodrios y tostones con retoricismo vacuo, generalmente mal escrito, al tiempo que descalifican desdeñosamente todo lo que no es “elevado” o “independiente” (por cierto, ¿independiente de qué? ¿De la pasta de Hollywood? Ya les gustaría a los del cine independiente americano que les viniera alguna productora para forrarlos de pasta haciendo alguna historia de meteoritos que destruyen la Tierra, pero no suele darse el caso).
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