Federico Jiménez Losantos

Liberalismo ultramontano

Imperdonable es que hasta la fecha no hayamos dedicado una mísera línea a quien sin duda más ha contribuido a llenar de colorido y diversión a la prensa y radiodifusión española (con algunas escaramuzas televisivas) en los últimos años. Quienes hemos leído cualquier cosilla de Popper, como ese ameno trabajito que es La Sociedad Abierta y sus Enemigos (lectura de evasión como pocas que un día analizaremos en grandes obras), nunca pudimos imaginar que el genio español llegaría a superar con creces la hondura intelectual de esa gente de la London School of Economics que nunca ha probado el jamón de Teruel. Los Comentarios Liberales de Federico son puro cerdo ibérico criado a base de la mejor bellota. Primero en el liberal a fuer de monárquico y tradicionalista ABC, y después en el faro de la renovación ideológica de la izquierda y el progresismo que es el diario El Mundo, F.J.L. ha mantenido una línea de coherencia que le honra, demostrando que no por cambiar de medio uno varía su forma de pensar. Desde aquí nos congratulamos de ese ejercicio de liberalismo realizado al trasladar sus comentarios, transfugismo malévolamente achacado por algunos a ciertas similitudes de nuestro periodista con esos antipáticos roedores que abandonaban un buque a cuyo capitán le abandonó la razón (o al revés). Desde que seguimos a F.J.L. hemos disfrutado con sus inalterables líneas cuasieditoriales:

· Muerte al Felipolanquismo. El origen de todas las desgracias de este país, que había funcionado siempre muy bien, se encuentra en la llegada al poder de Felipe y su troupe de amiguetes choricillos que se creyeron que España era su cortijo y obraron en consecuencia. Desaparecido Felipe y cuatro años después, F.J.L. no va a cambiar de discurso, cosa propia de masones, con lo que el protagonismo casi exclusivo lo tiene en estos momentos uno de los amigos, Jesús de Polanco, que parece ser que es, en realidad, quien manejó todos los entresijos del país, país, durante años. Es por ello preciso ir a por él y destruirlo como sea, dado el gran peligro que representa. Este gigantesco poder queda patente a la mínima, como cuando un juez de la talla, integridad, valía y cordura de Gómez de Liaño osó enfrentarse a D. Jesús y salió trasquilado. Este discurso casa admirablemente con el de otro periodista de la casa, Albiac, analizado más abajo, que considera al felipolanquismo el estado superior del franquismo, con lo que demuestra que ha leído a Lenin y convierte sus comentarios no en liberales sino en izquierdistas aunque digan lo mismo que los de F.J.L.

· F.J.L. no es, sin embargo, un vendido al poder. No crean, no. Él está siempre ojo avizor, presto a denunciar la felipización del Partido Popular y de sus escuderos. Paradigmático en este sentido ha sido que F.J.L. fuera el primero en dar la voz de alarma junto con Cacho (también analizado más abajo) sobre la terrible trama urdida por Felipe González para quedarse con Telefónica y que la gestione su amigo Polanco. Como buen liberal, F.L.J. critica pública y ácidamente los errores de un Gobierno filocomunista al que le faltan un par de pelotas para ser liberales de verdad. En concreto, y por lo que leemos, lo que reclama nuestro querido Federico para que el liberalismo reine como se merece es más látigo y mano dura, que con este país no hay otro modo de hacer las cosas bien.

· El ejemplo más claro de todo esto y que más ulcera a Jiménez Losantos es el separatismo catalán que va a destruir la unidad de España, alterar las conciencias de los niños y provocar que las enardecidas masas atenten contra el liberalismo en su versión “España, una, grande y libre”. A un liberal como F.J.L. no le gustan ciertas consecuencias del socialcomunismo, que provee armas a todo el mundo, como es bien sabido, cuando se trata de atacar con ellas a españoles. A nosotros nos parece una barbaridad lo de que cuando estuvo en Catalunya le dejaran medio cojo de un tiro por negarse a hacer patria, pero pensamos que hablar catalán no supone necesariamente ir pegando tiros por ahí a los aragoneses. F.L.J. constata indignado la debilidad de un gobierno poco liberal, que permite que se hablen lenguas no castellanas en ciertas regiones de España, y que los que hablan cristiano vean cómo sus derechos constitucionales son pisoteados una y otra vez, ya que, al existir televisiones autonómicas, no pueden ver el fútbol en un idioma todo lo liberal que tan magno espectáculo merece.russian words in english letterstranslate french phrases to english

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