Paraguay
Paraguay es un hermoso país situado en el corazon de Sudamérica (elegimos este término y no otros como Iberoamérica o Hispanoamérica, porque creemos que es más neutro, algo bastante importante en un contexto de rivalidad deportiva como el que vamos a comentar). Lo que significa que, rodeado de brasileiros, bolivianos y argentinos, sus gentes pertenecen a la indomita condicion de los luchadores aislados en medio de la tierra, bastante ajenos a lo que pueda ocurrior en el resto del mundo, incomunicados por la ausencia de mar. Los casi 6 millones de paraguayos no tienen mar ni agua que les abra al mundo, con la sola excepción del rio Paraná, lo que es poca cosa.
El rasgo principal de Paraguay, el perfil que lo diferencia del resto de sudamericanos es que, aislados como están y cazurros como son, no tienen más remedio que ” echarle un par de huevos “. Leit motiv de su existencia, los paraguayos son valientes, corajudos. Se trata este, en realidad, de un rasgo más bien común entre los latinos y más todavía entre españoles de todo tipo y sudamericanos, pero ante la ausencia de elementos diferenciadores de más relevancia, estas pobres gentes se quedan con él.
Por supuesto, y a pesar de tenerlos bien puestos (como es lo propio), los indómitos paraguayos fueron conquistados sin dificultades por los malvados colonizadores españoles. A partir de este momento se genera en la región un mestizaje que conduce a producir una población que aúna lo mejor de los nativos (echarle un par de huevos) y de los europeos civilizadores (echarle un par de cojones). Como resultado de esta fusión, Paraguay se ha especializado en perder guerras (la Guerra de la Triple Alianza fue desastrosa para el país, que la perdió frente a Bolivia) y en la valentía de sus gentes, que hasta 1989 soportaron sin chistar 35 años de dictadura a cargo del único ario que pasaba por allí, el hoy añorado Alfredo Stroessner.
Secundariamente, Paraguay también se carateriza por perder partidos de fútbol, y en este sentido España cruzará sus esperanzas con las de la nación que se desprendió de su seno en la Primera Ronda de la Copa del Mundo 2002.
TRAYECTORIA
Como corresponde a un país suadmericano, Paraguay le ha echado un par de huevos siempre. A pesar de la escasa altura y porte indiano de sus gentes, a pesar de que es un país relativamente pequeño, el fútbol paraguayo ha estado siempre a años luz del fútbol de naciones inferiores racialmente en su disposición al fútbol como los chinos o los estadounidenses. Lo que significa que, a la que la Copa del Mundo se ha ampliado al medio centenar de equipos, Paraguay se ha incrustado en ella y no hay quien los largue antes de la Primera Ronda (y, a veces, incluso después, como demostró España en 1998).
Ellos son así. Tras su éxito en este Mundial, en el que sólo la selección francesa, a la postre campeona, pudo superar el valladar constituido por una defensa aguerrida y dispuesta a todo y un portero como Chilavert que intimida sólo con su mirada propia de un frenopático, Paraguay vuelve como mejor sabe: preparando un enfrentamiento contra la selección de la Madre Patria.
ASÍ JUEGAN
Es muy complicado establecer cómo juega Paraguay. Corren mucho, sudan aún más, y dan un poco de miedo por su abnegación cuando se enfrentan a España. En principio son atributos menores, y no garantizan resultados contra naciones normales. Pero la incompetencia de la selección española y el plus de motivación de los defensas paraguayos frente a nuestra selección permiten aventurar cualquier cosa. Recuerden que Paraguay es el único país sudamericano de nuestro Imperio que tiene la desfachatez de tener una lengua oficial adicional al castellano. Este hecho nos hace considerar una obligación nacional masacrar a la selección de un país semejante, por supuesto, pero nos alerta sobre los riesgos de la empresa. Si son capaces de, por rencor y odio hacia la superioridad occidental, hacer algo así, imaginen cómo saldrán al campo contra España.
Las patadas y la violencia estarán a la orden del día, siendo como son su único recurso. Y es que, por otra parte, esta defensa no es en realidad nada del otro mundo, como demostró en su día llevando al Atlético de Madrid a Segunda División (bien es cierto que ayudada por el Atlético de Madrid, claro).
ESTRELLITAS
La principal ha sido su portero, Chilavert, que en estos momentos está sancionado (no sabemos exactamente el motivo, pero evidentemente, y conociendo al personaje, la sanción no pudo ser más justa). Al margen de su evidente desequilibrio psíquico, que se acrecienta cuando juega contra España por su obsesión en vengarse de los maños, Chilavert es el único jugador con un mínimo de calidad y toque de balón del equipo. De hecho es él quien lanza faltas y cualquier golpe franco en el equipo, para tratar de salvaguardar en la medida de lo posible la integridad física de los espectadores, que se vería seriamente puesta en riesgo si de estas funciones se encargara alguno de sus primarios compañeros, incapaces de dirigir un balón con el pie.
Dado que en el fútbol actual estas características (la mínima técnica para desplazar un balón) son absolutamente secundarias en la figura del delantero centro (y más todavía si juega en una Liga civilizada como la Liga de las Estrellas o la Bundesliga), el ariete Roque Santa Cruz, estrella del Bayern, oficia de estrellita en la selección paraguaya, pegándose panzadas a correr tras los balones en largo que sus defensas le envían en forma de patadas dirigidas aleatoriamente en cualquier dirección. Como es una obvia deducción de la descripción aportada, puede ser una de las grandes estrellas del Mundial (recuerden que contra España debera zafarse de gentes como Hierro -seguro- o Helguera, Nadal, Puyol y compañía).
PRONÓSTICO
Paraguay caerá eliminada en la Primera ronda, pues sólo una victoria ante España puede garantizarles algo (ni Sudáfrica ni Eslovenia son rivales de entidad como para motivar a estos paraguayos, pues no hablan cristiano) y no parece probable que la logren. Téngase en cuenta que la fuerza de Aznar y su influencia en Sudamérica es hoy por hoy incomparable y que ninguna nación de tres al cuarto se atreve a chistar al Líder Mundial con mayúsculas, por miedo a represalias. Y no cabe duda de que Aznar ” movería ficha ” si por segunda vez Paraguay nos mojara la oreja. De forma que a la segura derrota contra España seguirá la eliminación de los paraguayos, para solaz de los que todavía recuerdan cómo lloramos de impotencia en 1998.
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