Durán en el Caribe
Decíamos ayer que era involuntariamente cómico que, después de meses leyendo desperdicios godóticos sobre el cariño con el que el Directorio Europeo miraba al nacionalismo conservador catalán, el PPSOE reformara la Constitución por imperativo europeo pasando olímpicamente de los estadistas euroveganos que parasitan a los catalanes.
El pasado Domingo, a raíz de la aprobación del rescate en condiciones muy favorables y el Olé Tus Cojones de un Consejo de Ministros presidido por el Borbón que acabará sentado en el banquillo de los acusados, el prestigioso, informado y cultivado periodista Enric Juliana retomaba la carta que impuso la reforma constitucional. Poéticamente, el contenido de dicha carta sigue siendo secreto, a diferencia de lo sucedido en democracias occidentales que no tienen la suerte de disfrutar de la democracia y el periodismo en su versión CT.
En dicho artículo, Juliana explica por qué los estadistas euroveganos que lidera el señor -que el Miércoles afirmaba que los recortes sociópatas de Rajoy le parecían un «planteamiento general correcto» y ayer le parecían una «chapuza»-no participaron en la contrarreforma:
«Y falló el contacto con Duran Lleida. Todo se tenía que hacer muy deprisa. No se le pudo localizar a tiempo y CiU se lo tomó como una afrenta»
No sé si es más descacharrante pretender que los paletos incompetentes que gestionan el simulacro político catalán pintan algo y alguien les necesita para algo -percepción que pasa de delirante a muy delirante cuando uno se mueve de Madrid a Bruselas-, o defender que en el presunto partido de los estadistas responsables y con vocación de gobierno desaparece del mapa porque a un (1) miembro del mismo no le localizan, ya sea porque tiene el teléfono silenciado por hallarse dedicado a la pía meditación o porque el dichoso aparato está en el fondo de una cubitera.
Lo que sí sé es que muy poco futuro le deben ver a los estadistas euroveganos los no menos euroveganos -que se auto-otorgan la representación de la sociedad civil- que en su propia casa les humillan con toda la pachorra.
Recuerden: Twitter en @ppsoe2000
Euroveganos o no, Popota, será La Caixa la única institución que quede en pie en esta mierda, si no hay chantaje por en medio. El resto esta caput en Catalunya. Desde arriba hasta abajo.
Y en Euskadi, ya veremos qué números nos deja Fatxi en breve, pero no serán bonitos, y Kutxabank, otro tanto, una indigesta de salmonela andaluza curil y letargo de fusión… no saber por dónde empezar porque ni se huele por dónde va a salir Mariano… Clientes quebrando… Porca miseria y chantaje.
Antes de octubre —si llegamos— sabremos que sólo nos queda la vía islandesa.
Y si no, a emigrar chavales, aquí nadie va a ver un puto duro. No va a haber ni para gorilas.
Sin cárcel y quiebras bancarias, esto no hay quien lo arregle.
Te pego aquí lo que Pedro Olalla escribió en su blog, en Atenas, hace un par de días (esta vez meando en tiesto de alguna manera):
Déjà vu
Sábado, 14 de Julio de 2012 13:10
Hace ahora más de un año y medio, a la vista de lo que entonces estaba sucediendo en Grecia, dije que, muy probablemente, España sería «rescatada». Hoy, aunque el gobierno lo siga maquillando de eufemismos, el «rescate» es ya un hecho incuestionable.
Para hacer aquella afirmación no hacía falta ser ningún adivino, bastaba con darse cuenta de que en ambos países se daban «condiciones» favorables al «rescate» y tener en cuenta la avidez de los «rescatadores». Esas «condiciones» –deuda externa, endeudamiento público, evasión fiscal, corrupción, pérdida de competitividad, alta tasa de paro, (agravadas en el caso de España con particularidades como la «burbuja inmobiliaria», el endeudamiento privado o la costosa mecánica del Estado de las Autonomías)- no son precisamente las causas de la «crisis», pero, presentadas como tales con acierto mediático, contribuyen de manera eficaz a la aceptación de los «rescates» por el pueblo, que es, a fin de cuentas, el que habrá de pagarlos.
Ahora, con el «rescate», llegan también las primeras «medidas» que vertebran el plan de los «rescatadores» y de sus aliados políticos: un gobierno de cualificados «gestores» que entienden de números; un ministro de economía de la confianza de la élite financiera internacional (y de su cantera); paquetes de recortes «imprescindibles» en sanidad y educación; capitalización «imprescindible» de la banca con fondos públicos y por mayor cuantía de lo ahorrado a base de recortes; reformas de la legislación laboral en detrimento de los trabajadores; aumento del IVA y recargos en el agua, la electricidad y los combustibles; medidas para el control de los medios de información; incremento acelerado de los dispositivos policiales de seguridad y orden público; etcétera.
Todo lo que sucede en España en los últimos meses –incluida la fraseología y la retórica del establishment político y mediático- es un déjà vu de lo sucedido en Grecia, un proceso que reproduce paso a paso y con precisión matemática todo lo sucedido meses antes a este otro lado del Mediterráneo, y que, por tanto, hace tremendamente previsible el futuro inmediato. ¿Y qué es lo que va a pasar? En principio, se tomarán las llamadas «medidas para frenar el déficit» (aunque el déficit real poco tenga que ver con el montante de las deudas y con el verdadero origen de la llamada «crisis»). Medidas como: recortes progresivos en sueldos y pensiones (aunque se jure y se perjure lo contrario); reducción drástica del salario mínimo y cuestionamiento del propio concepto; debilitamiento del concepto de convenio laboral y sustitución del mismo por la negociación individual de los contratos; despido progresivo de miles de funcionarios a través de distintos subterfugios (como el paso a una «reserva» provisional); abaratamiento del despido en el sector privado como acto reflejo de las prácticas gubernamentales en el sector público; planes de privatización de bienes nacionales bajo la etiqueta eufemística de «puesta en valor» (infraestructuras sanitarias, empresas de transporte, suministros de agua y energía, loterías y quinielas, etc.); injerencia progresiva en la política de instituciones como el FMI, la Comisión Europea y sus correspondientes Task Forces; reformas en la legislación (e incluso en la Constitución) para salvaguardar los intereses de los acreedores; rescate 1, rescate 2, rescate 3… Todo en un ambiente de huelgas y manifestaciones bajo control.
El objetivo principal de este «plan» está claro: sacar provecho de una recesión creada expresamente para que la riqueza pase a cada vez a menos manos y para que las condiciones que permiten el enriquecimiento de esa élite sigan mejorando progresivamente. Por eso, sus acciones en nombre de la «crisis» van encaminadas a la degradación del mercado de trabajo hasta que todo el mundo esté dispuesto a hacer cualquier cosa por un bocadillo, al desmantelamiento de los servicios públicos y a su sustitución por servicios de pago prestados por corporaciones privadas (en las que tienen parte los propios políticos que favorecen el proceso), al debilitamiento del ya deficiente sistema democrático…, van encaminadas, en una palabra, al retroceso del estado social y a la pérdida de conquistas y derechos adquiridos por la humanidad a través de largos y penosos procesos de lucha.
Y el futuro próximo depara aún mucho más. Cuando la deuda no se pueda pagar –porque está previsto que sea impagable-, darán comienzo los procedimientos de cobro alternativo: privatización de recursos naturales públicos (agua, fuentes de energía, yacimientos minerales, riqueza forestal, parajes naturales…), creación de «zonas de economía especial» (es decir, zonas del territorio nacional cedidas en usufructo a «inversores» y acogidas a regímenes jurídicos, fiscales y laborales especiales, a conveniencia del «inversor»), relajación de las leyes que protegen los derechos fundamentales de las personas y su propia integridad, y toda una serie de pesadillas que ya son realidad cotidiana en muchos lugares del planeta, algunos bien cercanos.
Este es el plan para los próximos meses, o, digamos, los próximos años, en esta Europa cada vez menos política y más financiera. Ante este déjà vu, en la conciencia de los «ciudadanos» está ahora seguir sentados en el sofá hasta que todo esté perdido, o levantarse de una vez y actuar.
Auskalo,
Atómico, en su acepción apocalíptica, el artículo. Eskerrik asko!
Lo que habría que ir haciendo es tomando medidas, versión ó follamos todos ó al puta- en sentido figurado- al rio.
Todo este sistema se basa en la creación de la conciencia de lo bueno y lo malo. Esta conciencia se ha ido creando , mediante la educación, a lo largo de estos últimoa años medio buenos que hemos vivido, del 1970 al 2005.
Ahora no nos va a quedar más remedio que volver al antisistemismo del XIX ¿Que eres mosso, ertzaina, GC, nacional? Juntate con los tuyos, que no quiero nada contigo. ¿Que privatizan un parque nacional,una playa? Convertirlos en una mierda, hacerles que cada euro que recauden les cueste sudar sangre ¿Que venden tu caja – tu nomina, tus ahorros? Sacalos y guardalos debajo de una baldosa, pero de golpe ¿Que te suben la luz? Todo dioxx a bajar el limitador a la misma hora, a ver si Red Electrica va tan bien como presume. Si un mierda de estos que nos gobiernan compra un periodico ó compra el pan ó simplemente respira por donde yo paso, no comprar el pan ni el periodico ni pasar por donde el pasa……a putear, ya estoy hasta los huevos de ser una persona de bien…A todo gochu le llega su Sanmartin, pero no tiene porque ser necesariamente en Noviembre…
Completamente de acuerdo con Galaico, añadiría algunas cosas pero no quiero pasarme una temporadita en chirona por incitar a cometer delitos…
¿ Aplicar una de esas maquinas quitanieves, contra un monton de estiercol, encarando la salida a la casa del politiquillo de turno, o la fachada o piscina del hotel construido en mitad de un paraje protegido, se considera atentado ?
JM
Seguro que te aplican la ley antiterrorista. Claro que eso es bueno, cuando por arrojar un huevo te caiga casi lo mismo que arrojar un cóctel molotov, lo único que podrá disuadir al personal de lo segundo es el precio de la gasolina.
La violencia no lleva a ninguna parte. Cualquier persona sabia y humilde lo sabe.
Saludines