No vull pagar
Como en las últimas semanas, se acerca el fin de semana y llegan los minutos musicales del blog Maketo. Esta semana el homenaje es para el saqueo, por parte del 1%, de los catalanes, obligados a pagar pejaes aberrantes por el menguante poder de un simulacro de gobierno que no tiene dónde caer muerto después de 35 de teatro del bueno. Este Domingo, nueva edición del hit #novullpagar, con el pueblo organizado autónomamente para poner fin al abuso, el saqueo y el expolio defendido con multas ilegales, corruptoides e irrelevantes por el Govern de la Generalitat contra nosotros.
Més que la meva sang,
més que tot l´or d´un banc,
més que poder menjar,
més que poder cardar.
Tu ets molt més important.
Més que poder somiar,
més que un pacte fiscal.
No canviaria res per poder despertar,
i que m´estiguis robant.
No, no, no tinguis por,
saquejar-me no és dolent.
No cal que diguis res,
que el què vulguis ja ho faré… jo ho sé!
Més que la meva sang,
més que poder saber
el que trinca el Fainé,
doncs no m´importa gens.
El que passi demà,
si et tinc a tu mangant,
res no m´importarà.
I és que la veritat,
que mai no existirà,
no m´importa ja tant
com tenir-te forrat.
Mai vaig fer novullpagar,
i és que no em sé aguantar.
Si tu vols i jo vull no has de fer-me patir,
no ho deixem refredar.
No, no, no tinguis por,
saquejar-me no és dolent.
No cal que diguis res,
que el què vulguis ja ho faré… jo ho sé!
Més que tot l´or d´un banc,
més que mai fer-te gran,
més que poder saber si menjaré d´aquí uns anys.
Més que saber pringar,
perquè com ser timat
tu ja m´ho has ensenyat.
Més que la meva sang,
més que poder saber
el que trinca el Fainé,
doncs no m´importa gens.
El que passi demà,
si et tinc a tu mangant,
res no m´importarà.
(solo)
No, no, no tinguis por,
saquejar-me no és dolent.
No cal que diguis res,
que el què vulguis ja ho faré… jo ho sé!
Més que la meva sang,
més que poder saber
el que trinca el Fainé,
doncs no m´importa gens.
El que passi demà,
si et tinc a tu mangant,
res no m´importarà.
Més que tot l´or d´un banc,
més que mai fer-te gran,
més que poder saber si menjaré d´aquí uns anys.
Més que saber pringar,
perquè com ser timat
tu ja m´ho has ensenyat.
Més que la meva sang,
més que poder saber
el que trinca el Fainé,
doncs no m´importa gens.
El que passi demà,
si et tinc a tu mangant,
res no m´importarà.
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Hoy, a las 19:30 en la Prospe de Madrid, David García Arístegui presenta el libro de la CT –prólogo, by Guillem Martínez-, que ya va por su segunda edición. Aquí, la presentación de Minchinela en Zaragoza, un vídeo atómico. Y el Miércoles que viene, en Sants D.F., presentación en la Ciutat Invisible.
Interesante lo de este domingo. Yo, que tampoco quiero pagar peajes me quedaré en casa, y el coche en el garaje.
Animo a todos los domingueros del país a hacer lo mismo, con eso además de ahorrarse los euros de la salida del fin de semana, van a fastidiar por igual a las concesionarias y al ilustre Felip Puig, que se quedará con las ganas de recaudar unos euros con multas. Y de paso, fastidiamos también un poco a los vendedores de petróleo, que si el coche no se mueve del parking no consume.
En fin, celebrar que todavía quede gente que pueda subirse al coche, llenar el depósito e irse a pasar un fin de semana normal fuera de Barcelona.
Yo tengo que usar el coche el domingo para volver del pueblo de cuidar a mi madre. Pero de momento en la N-1 no tenemos peaje aunque Bildu los pondrá en breve.
Para entender qué nos jugamos este domingo en grecia, un articulillo del helenista asturiano, Pedro Olalla, que lleva más de 12 años en grecia (http//pedroolalla.com):
Las elecciones del próximo domingo en Grecia mantienen a Europa en una gran expectativa. La causa, más allá del habitual ruido mediático que suele acompañar a todos los comicios, es que, esta vez, el resultado es muy trascendente. ¿Qué se decide? Se decide entre otorgarle o denegarle la legitimidad democrática a la política impuesta hasta el momento de forma coercitiva desde el nucleo neoliberal europeo. Ni más ni menos. Por eso es trascendente, y no sólo para Grecia, sino para la democracia como proyecto.
Este domingo, en Grecia, no se vota a un partido: se vota si dar continuidad a un régimen o abrirse a la posibilidad de subvertirlo. Una y otra opción tienen sus riesgos, si bien los medios del establishment se esmeran en agigantar los de la opción de cambio mientras guardan un perverso silencio sobre los de la opción de continuismo.
Durante los dos últimos años, la parte más progresista del pueblo griego ha estado clamando en las calles y en el ciberespacio contra flagrantes injusticias derivadas de las políticas de austeridad y de recortes, impuestas por reducidos grupos que actúan sólo por su propio interés económico; clamando contra los procedimientos antidemocráticos por los que un grupo limitado de políticos colaboracionistas ha comprometido la soberanía y los recursos del país con la firma de onerosos Memoranda; clamando contra la arbitraria suspensión de un referéndum ya anunciado, y abortado por el temor y las presiones de la derecha neoliberal europea; clamando contra un gobierno de agentes y de títeres, impuesto al margen de las urnas para ejecutar los planes de una élite concreta; clamando un día y otro por la democracia y la justicia, ante oídos sordos, falanges policiales y cortinas de gases lacrimógenos.
Las elecciones del próximo domingo son trascendentales para Grecia y Europa, porque, por vez primera en todo este proceso, la voz sonora de la disidencia frente a esta «hoja de ruta» neoliberal y globalizadora tiene la posibilidad de transformarse en acción política por vía democrática. Y esto es muy importante, tan importante como la caída de un régimen, de ahí el desasosiego del establishment griego y europeo y su desesperada campaña de desprestigio y miedo. Los «numerarios» del bipartidismo clientelista griego saben perfectamente que serán derrotados para siempre si pierden estas elecciones, saben que se acaba el juego, y lo sabe también la detestable oligarquía beneficiaria de sus políticas de endeudamiento, privatizaciones y rescates. Y no nos engañemos: el nerviosismo que ahora recorre los despachos europeos y los consejos de administración de la gran banca tiene este mismo origen.
El gran fracaso de los comicios griegos del pasado mes de mayo fue que la resistencia frente a esta política de depredación y abusos no fue capaz de trazar a tiempo una línea de mínimos y unir sus fuerzas en un frente común para ganar las elecciones. Ahora puede hacerlo. En estos momentos, el voto pragmático para que pueda haber un cambio progresista de política, para que se depuren responsabilidades y para que se ponga freno al sistema de sometimiento a través de la deuda, lo tiene únicamente Syriza, y cuantos en Europa desean de verdad abrir la posibilidad a ese cambio deben ahora apoyar a Syriza, por encima de los lógicos recelos y de las eventuales diferencias. Para que algo cambie hay que vencer el miedo y que asumir el riesgo, y me parece abominable la actitud del KKE (Partido Comunista de Grecia), que pide expresamente en su campaña que no se vote a Syriza, prefiriendo una clara victoria del bipartidismo continuista –que les permita seguir cínicamente instalados en su sistémica oposición retórica–, al esperanzador triunfo de un partido de mayor afinidad ideológica, que les dé terreno para colaborar de forma constructiva en las tareas de gobierno.
Atención: no es el euro ni Grecia, es la Democracia lo que está en crisis; y los europeos hemos de espabilarnos de una vez, dejar de actuar como cómplices del engaño, y decidir con valentía si empezamos a luchar por valores o seguimos defendiendo intereses. Si, este domingo, los griegos que acudan a las urnas consiguen con su voto abrir en Europa la posibilidad a este cambio, este pequeño pueblo habrá realizado sin duda otra de sus aportaciones al progreso de la humanidad en su conjunto.
para quejas las de los italianos…. mira que quejarse de que le silban el himno…. fascismo puro…. italianos tenían que ser.
«MANDÓ UNA CARTA A LA UEFA, QUE INVESTIGARÁ LOS HECHOS
Italia denuncia abucheos hacia su himno de españoles y croatas»
la inyección de pasta (euros y dólares) del banco central y la reserva federal, que vamos a ver el lunes, va a ser orgiástica … ni brics, ni agencias de rating, ni mercados, ni familias judías… pasta fresca el lunes
lo veremos …
Lupo,
¿Españoles silbando el himno italiano? ¿Dónde estaba entonces Esperanza Aguirre? ¿Silbando? ¿O en el cajero sacando todo lo que pudiese aprovechando que la prensa y la oposición estaban viendo el partido?
Sobre Grecia, me temo que van a tener los mismos problemas gane quien gane.
Estoy de acuerdo con Auskalo que es un problema de democracia. Y seguro que seguirán pensándolo si no gobierna el grupo ese de izquierdas que, al parecer, ni siquiera tiene claro lo que quiere hacer en caso de gobernar.
Porque una vez puestos en el poder los «buenos», Grecia seguirá teniendo un problema, y que es que el Estado sigue gastando más de lo que ingresa. Una situación que, mientras seguían con la barra libre, importaba muy poco o nada a la mayoría de los griegos, indiferentes a la pelota que se estaba generando y a la posibilidad de que algún día tuviesen que empezar a pagar las facturas.
Según quien gane, puede hacer un default (están en su derecho, y si sus acreedores estaban prestándoles pasta al 25 %, está claro que tienen que asumir que el riesgo de impago era muy elevado). Pueden salir del euro y regresar al dracma, con eso volverán a controlar su política monetaria, pero nada más, porque con la inflación,pueden llegar a inundar el país con papel moneda pero que necesites una carretilla para llevar el dinero necesario para comprar un la barra de pan y una botella de leche, y dado que los sueldos suelen ir siempre por detrás del coste de la vida, el dracma sólo proporcionará un alivio a muy corto plazo al ciudadano de a pie. De hecho, dicen que se están preparando para esa posibilidad, decían que en los bancos estaban retirando depósitos a una media de 800 millones diarios, supongo que el que tenga dos dedos de frente preferirá que los que vuelvan al dracma sean los demás, los ahorros intentarán conservarlos en cualquier divisa fuerte.
Y el país seguirá necesitando reformas estructurales serias, gane quien gane, con euros, dracmas o volviendo al trueque. A medio plazo, han de buscar equilibrar los gastos con los ingresos, y si ganan los «buenos», además de renunciar a los recortes y a los vencimientos con Bruselas, tendrán que ver como aumentan los ingresos, y a pagar más (o simplemente a pagar lo que les correspondería en la actualidad), la mayoría de griegos parece no estar demasiado dispuesta. Quizá lo mejor de todo esto es que, una vez se hayan quitado de encima a los de Bruselas y Berlín, los griegos no podrán encontrar ningún otro culpable externo y tendrán que empezar a asumir sus propias responsabilidades, porque si se limitan a salir a la calle a quejarse no arreglarán el país, eso requiere ganas de trabajar, patriotismo y honradez.
Lluis, es verdad que se necesita algo mas que salir a la calle para arreglar
el pais (ademas de echar la culpa a los demas) pero ya llevan 3 años
sin que mejore la cosa.
Y ojo, que ahora estan bajo el control tecnocrata, que se supone que es como
el chope de nivel superior. Si las cosas están mal y han estado mal durante los 3 ultimos años, pues puede que estos maravillosos tecnócratas se esten equivocando de cabo a rabo.
No se si a largo plazo, le será más conveniente a Grecia salir del Euro y hacer un argentinam pero lo que parece claro que ahora mismo no toda la culpa es de los malos griegos.
No toda la culpa es de los malos griegos, eso es verdad y los alemanes, por ejemplo, no se han cortado en endosarles unos cuantos buques de guerra en plena crisis, pero tienen un problema de seriedad fiscal que es la enesima potencia del espanol. Ya no es que gasten más de lo que ingresan, es que se mean en el fisco y los impuestos hasta los inspectores de Hacienda
‘No toda la culpa es de los malos griegos’. A ver si nos caemos de la burra de una vez. Si alguien te esta vendiendo algo (no tiene que ser precisamente armas) y el siempre saca beneficios y tu te arruinas siempre, tu problema es que eres tonto. No es otro problema: derrochador, etc.. Y que el juego y sus dados están trucados. A lo mejor no sabes cual es el país europeo que trabaja más horas al año,claro: Grecia, (2.017 h) y que en Alemania trabajan 1.408 h. ¿Quien es más vago?. Efectivamente, el problema de los griegos es que son menos eficientes: trabajan más y producen menos. Se esfuerzan más pero son menos productivos. Eficiencia, Es decir, un problema de conocimiento. No las acusaciones beatas de derroche, buena vida, etc.. A los griegos (y al resto de PIGS) les falta conocimiento.Y sólo les falta conocimiento. ¿Alguna duda? Habría que repetir esta palabra indefinidamente por todo el pais. Pero me parece que a Merkel y su oligarquía (no confundir con el resto de alemanes) les da exactamente igual el conocimiento de los griegos, es más, ¿no crees?
«Efectivamente, el problema de los griegos es que son menos eficientes: trabajan más y producen menos. Se esfuerzan más pero son menos productivos.»
Ante tamaño conocimiento de la realidad griega, no me queda más que retirarme con el rabo entre las piernas.
Si contar con más horas de presencia en el puesto de trabajo – que eso pueden significar las 2017 horas anuales- implica mayor esfuerzo, no puedo contraargumentar.
Con tantas horas, no debe haber listas de espera en nada, trabajan dos meses más que los hispanos…
Dos meses de trabajo español, 164 horas/mes, se entiende….
Ok, tu eres un experto en Grecia. Muestra lo que sabes. Que no sea que ‘ se mean en el fisco ‘, o similares
No pongasen mi boca cosas que yo no digo, que el primero que ha atizado a base de ¿datos? has sido tu ,figura
Impuesto sobre piscinas, que resulta que no había
Nivel de evasión fiscal y salida de euros al exterior, tiempo ha
Impuesto sobre la electricidad, que no se paga porque no se puede cortar la luz a quien no lo pague
Pero, figura, ya que sabes tanto de elites y de gentes que trabajan 8 horas al día, todos los días del año excepto sabados, domingos y festivos ó 9 horas los afortunados que tienen vacaciones, quedo a la espera de tu clara prosa y de tu riguroso analisis
.Porque si pretendes guerra, vas a disparar al aire
Que resulta que no había piscinas, aclaro. Igualito que en Valencia, que querían el agua del Ebro para regar naranjos….
Me gustaría comentar, pero nunca llegaría al nivel de Gregorio Morán, así de jodidas están las cosas:
Verdades que cuesta aceptar, de Gregorio Morán en La Vanguardia
SABATINAS INTEMPESTIVAS
Lo dramático en nuestro caso no es que tengamos una clase política golfa e incompetente, cosa que ya sabíamos de antiguo. Lo que nos ha dejado de un pasmo es descubrir que además no es seria. Usted puede admitir que un registrador de la propiedad le dé al frasco, o a la rayita, vaya de señoras por las noches, sea ambidiestro, se escaquee en el despacho, tenga una cierta querencia hacia los juegos de azar, en fin, todo. Lo único que no consentiría usted ni nadie es que cuando prepare los documentos y firme los pliegos, lo que ahí está escrito “no vaya a misa”.
A eso le decían profesionalidad y disculpaba muchas otras torpezas. En apenas seis meses el presidente Rajoy ha conseguido alcanzar una cota que ni siquiera el inefable Zapatero había logrado en tan breve espacio de tiempo. Este tío, o es idiota o disimula. De cualquier manera, tiene al personal inquieto para saber de cuál de los dos lados se inclina. Como preparo un retrato de Mariano Rajoy al carboncillo, dejémoslo hasta entonces.
Soy uno más del puñado de españoles que ha aguantado, en progresiva irritación, los 40 minutos de rueda de prensa del ministro Luis de Guindos –en castellano la polisemia de este apellido daría para un puñado de ironías–. Después de escucharle, con su vocalización espasmódica y su torpeza sintáctica, creo haber llegado a una conclusión provisional, nada definitiva: he entendido las razones por las que Lehman Brothers, aquel mítico banco que quebró en sucesivas estafas y que pasará a la historia como el precursor del desastre, le tuvo a él como representante en España, y sobre el que, si no estoy mal informado, hay unos 4.000 millones aún en debate. Por qué le pusieron los banqueros norteamericanos llegué a captarlo, lo que no pillé son las razones por las que le eligió Rajoy como ministro de Economía. A menos que sea torpeza analítica mía, y el caso se reduzca a que son las mismas o parecidas.
Me llamó la atención que sus respuestas no aclararan nada. Eran forzadas, como de banquero correoso que se mantiene en los límites del contrato y que oculta la letra pequeña. Jamás se me hubiera ocurrido confiarle un duro a este gañán engominado y calvo, con un traje a rayas más sospechoso que la bolsa de Nueva York. Imagino que los economistas veteranos, más curtidos que yo en este tipo de personajes, ni siquiera aguantaron los 40 minutos. Les bastó con la primera respuesta y un resumen.
Un dislate. En un país que no se atreve aún a mirarse en el espejo, sin apenas conciencia de Titanic, el jefe del Gobierno, Mariano el Taciturno, decide que sea el jefe de máquinas, responsable principal del rumbo del buque, el que informe al personal que todo va cojonudamente, pero que se han quedado sin carburante en medio del océano. He de admitir que no sé qué me admiró más, si la ternura de las preguntas o la desvergüenza de las respuestas.
Fue una especie de documental rodado en directo sobre las relaciones entre la prensa y el poder, y habremos de reconocer que el poder quedó tocado de las dos alas, y la prensa humillada. Después de muchos años tuve el hálito de que estábamos allá por los setenta, al final de los tiempos del cólera. Nadie sacó los pies del plato, ni meó fuera de tiesto –aunque la ocasión lo requería–, y me pregunto si alguno de aquellos colegas que se dirigían al titán de las finanzas hubieran dicho algo así como “señor ministro, ¿usted está tratando de engañarnos, o se lo cree?”. Ese momento crucial en el que el ministro evalúa que él está allí para engañarles, pero no puede expresarlo, y tan sólo apunta, como el personaje de Viva Zapata de Elia Kazan: “¿Cómo se llama usted?”. Luego los subalternos le harán saber “lo que vale un peine”.
En España se ha producido un cambio importante en la sensibilidad ciudadana, que podría resumirse así. Primero fue la convicción, más que generalizada, de que los “socialistas no eran de fiar”. Daban por sentado que después del período zapaterista lo que se pedía era seriedad y rigor. Pero en apenas cinco meses, con la acumulación de torpezas, de engaños, de mentirijillas de colegial, de flagrante incompetencia, la gente ha empezado a pensar en algo terrible: este personal que nos gobierna no es serio. Un descubrimiento que azora y acojona.
Yo estoy convencido, y admito que es una hipótesis no fácil de probar, que la intervención de Mariano Rajoy, a punto de salir disparado para Polonia para ver un partido de fútbol, no era otra cosa que la tapadera del viaje. ¡Mariano, no puedes ir al partido si antes no has dicho alguna cosa sobre el rescate! Y lo hizo. Es lo suyo, Mariano, registrador de la propiedad; cumplidor y desganado. Si el equipo español ganaba a Italia, se generaba un plus de entusiasmo ciudadano, por decirlo de la mejor manera, que compensaría las humillaciones. Lo de Irlanda, alcanzará tonos épicos, no me cabe duda. ¡Irlanda, otro símbolo de la crisis!
Sorprende que los analistas políticos no hayan señalado la diferencia entre el jefe del Gobierno italiano, Mario Monti, que tuvo el gesto de quedarse en casa, porque el asunto no está para frivolidades, y Mariano Rajoy que siguió una tradición muy hispana, que por cierto ha impregnado Catalunya de manera inquietante, según la cual el fútbol sirve como vaselina de la realidad. ¡Qué bonito ese empate! ¡Qué finta del destino! Me imagino a ese personal disfrazado con banderas, carne de psiquiatra, emocionado ante la posibilidad de una victoria antes de volver a casa y encontrarse con el paro, la derrota, la crisis, los niños, y su propia inanidad. Volvemos a la mitología del franquismo, el fútbol como terapia para frustrados.
Habría que hacer una apelación a la inteligencia para que se dejaran de hostias y frustraciones, y enfocaran el fútbol como lo que es: un deporte de masas, en ocasiones bellísimo, pero especialmente indicado para la exhibición de los aspectos menos felices del ser humano. Es difícil encontrar algo más corrupto y falaz que un equipo de fútbol. Es el símbolo de la nueva era: terminado el ciclo milagrero de Fátima y Lourdes, sólo quedan los santos laicos en calzoncillos, para embeleso de los derrotados del mundo. Manolo Vázquez Montalbán y Eduardo Galeano convertidos en vaticanistas de los nuevos tiempos. Humillante, ese camino de Espartaco a Maradona. ¡Ay, los dialécticos, qué bajo hemos caído!
El patriotismo del balón, esa beatería de la superación de clases, impregnada de violencia, se ha convertido en ideología que ningún dirigente rechaza cultivar. Y menos que nadie los líderes mediáticos. ¿Qué dirían de nosotros si nos separamos de la gente común, de sus creencias? En cinco meses, cinco, un partido político que había conseguido la mayoría absoluta está encandilado en su única oportunidad, que no está en salvar la economía, los puestos de trabajo, el crédito, la moral de combate ante la adversidad –llevo años preguntándome cuál es nuestra adversidad, fuera de la incompetencia y la autoestima–, sino ganar partidos de fútbol. Para los viejos de lugar, como yo, nos recuerda a Franco –que se aburría en el fútbol, como todos los dictadores, pero disimulaba– disfrutando del gol de Marcelino, un churro, frente a Rusia en una tarde lluviosa de junio de 1964.
La verdad que más cuesta aceptar es que un país entero, adormecido y mediocre y acobardado, ha de aceptar un dilema único en nuestra historia. Ni siquiera tiene comparación con las humillaciones a las que los Fugger, banqueros de Carlos V, sometieron las arcas del Estado en condiciones leoninas. Entonces nadie se enteraba de nada, hasta que sufría las consecuencias. ¡Hemos de salvar a nuestros banqueros! Ni nuestros bisabuelos escucharon cosa semejante. Se hubieran echado a reír como si fuera un chiste. “Españoles, ciudadanos, hemos de salvar a nuestros banqueros”. Posiblemente El Roto ya lo ha convertido en viñeta. Esta gente no es seria. Deberían pensar en cambiarlos antes de que sea demasiado tarde.
Lo de ambidiestro, por no llamarle directamente maricón, es cortés humildad, con ganas de pelea.
Pero el es idiota o disimula, sólo la edad te permite esas precisiones.
Tenemos mucho que aprender, popota.
Que tiempos aquellos en que el calvo era gloriosamente presentado por los «sabios» de FEDEA como EL economista y no ha resultado más que otro ideologo .
¿La derecha mejor gestora? En seis meses del gobierno del PP no he visto gestión de ningún tipo, como en casi el año de gestión de CiU tampoco. Es un asalto puro y duro a la cosa pública mientras los euros que están disponibles siguen cayendo del lado de la privada
Ep!
http://www.youtube.com/watch?v=AXffuuN3uZo&feature=youtube_gdata_player
Ep!
http://www.youtube.com/watch?v=AXffuuN3uZo&feature=youtube_gdata_player
Vaya, parece que los griegos han votado a quien había que votar. Unos chicos listos.
Como los de aquí.
Saludines
ostima, que la nebrera tampoc vol pagar!!
podem parlar de la ‘laporta’ femella?
en otro orden de cosas, los mercados se han alegrado tanto con la victoria ‘de grecia’ en las elecciones, que han decidido apretar las clavijas. en su imprevisibilidad está su belleza.
Claro que lo celebran, ahora que se ve que la gente se compromete a pagar, pueden pedir más.
Si creyesen que el sistema va a hundirse, la prima de riesgo sería irrelevante porque nadie te prestaría un céntimo fuese cual fuese el interés. Para que un usurero te preste, tiene que estar convencido de que le vas a pagar. Como lo consigas, no le importa.
De todas maneras no veo qué tiene de raro que la prima de riesgo de Espanya vaya a su bola. No porque en Grecia hayan dicho que sí a pasar por el aro deja de ser cierto que el Hestado Hespanyol pide prestado para rescatar los bancos y que con ese dinero los bancos le prestan al Hestado Hespanyol. Lo raro sería que la prima bajara.
Saludines
Teodoredo,
Supongo que es lo que tenían que decir aquí para entretener al personal, que ni el fútbol gusta a todo el mundo ni «la roja» juega cada día. Y hay gente que vive de rebuznar en los medios de comunicación, algo tienen que decir.
Además, ¿cuándo fue la última vez que un economista acertó en un porcentaje suficiente de sus previsiones como para poder afirmar que no fue por casualidad?