A Berlusconi le parten la cara con una urna de metacrilato, por Ton Vilalta
En los últimos meses, cada vez que alguien les pone una urna delante, la mayoría de los italianos decide usarla como si de una pesada y puntiaguda reproducción en bronce barato del Duomo de Milán se tratara. Este fin de semana en Italia se han celebrado 4 referéndums sobre la privatización de la gestión del agua, sobre la reanudación del programa de energía nuclear y sobre la ley que, a grandes rasgos, permitía a Berlusconi decidir cuando estaba demasiado ocupado para ir a sus procesos (ya en parte reformulada por una sentencia de la Corte Constitucional). Se trataba de referéndums de abrogación de leyes ya existentes, cuya validez depende del hecho que se alcance el quórum del 50% de participación. Por eso, en estas ocasiones, el frente del No suele decidir (racionalmente) hacer campaña por la abstención. Lo que ha bastado para hacer fracasar todos los referéndums convocados en los últimos 15 años. Pero no siempre funciona. Como en esta ocasión.
El reflejo condicionado de atizarle al Silvio parece estar ya bien arraigado en el electorado y ha logrado doblegar la tentación de irse a la playa. Más allá de la importancia de las cuestiones concretas, es indiscutible que el resultado, dos semanas después del varapalo de las elecciones administrativas, tiene un indudable significado político. La pregunta que todo el mundo se hace es: ¿qué escenario se abre ahora? Lo que traducido para ti que eres joven y las únicas noticias de política internacional que lees son las que hablan de las putitas de Berlusconi, significa: ¿Pero Berlusconi está acabado sí o no?
Pues he aquí 10 razones por las que Berlusconi SÍ tiene los días contados:
Porque el berlusconismo es como el rocanrol: funciona mientras un tío sube al escenario y canta bi-bap-balula o cualquier otra pegadiza tonadilla sin mucho sentido sacudiendo vertiginosamente la pelvis. Si empieza con la introspección y las preguntas existenciales profundas se jode. Nace Nirvana. Puaj. Y ahora, ante estas derrotas y la perspectiva del fin, los berlusconianos empiezan a preguntarse dónde van, de dónde vienen, a qué huelen las nubes.
Porque la biología no es una opinión. Al fin y al cabo estamos hablando de un anciano de 75 años. Desde hace al menos un par de años, sus extravagancias, tradicionalmente interpretadas por sus apologetas como «simpáticas transgresiones del protocolo», tienen cada vez más pinta de demencia senil. Sobre la figura de Berlusconi, que ha basado su éxito político en la imagen del «monarca irreverente», se ciernen dos arquetipos demoledores: el del viejo payaso triste, y el del viejo tirano gagá, cada vez más solo y mal acompañado.
Porque la carrera a la sucesión ya se ha abierto y está destinada a recrudecerse. El mejor situado por el momento parece el ministro de la Economía Tremonti, pero hay grande confusión bajo el cielo y también puede ser que le dimitan en las próximas semanas. Berlusconi preferiría al ministro de la Justicia Angelino Alfano (que no por casualidad lleva 3 años trabajando exclusivamente para sacarle de sus aprietos judiciales) al que acaba de nombrar secretario del partido. Hay otros candidatos que podrían dar un paso al frente, como el gobernador de la Lombardía, Roberto Formigoni, un personaje que recuerda a nuestros entrañables tecnócratas del Opus en los 70’s yeyés. El hecho de que Berlusconi no pueda ni siquiera imponer a su sucesor es ya de por sí bastante indicativo.
Porque, sin que sean una panacea válida en cualquier circunstancia, el instrumento de las primarias ha demostrado ser útil en el centroizquierda. Hablamos, claro está, de primarias de verdad, no de hispánicas primarias monoparentales por aclamación. Por ejemplo: en las primarias para elegir el candidato de centroizquierda en Milán (abiertas a los simpatizantes) votaron casi 90.000 personas, algo que, además de suponer un apreciable esfuerzo para democratizar el proceso de selección de la clase dirigente dentro de los partidos, canaliza un deseo difuso de participación cívica y otorga al ganador una visibilidad y una legitimidad inmejorables para afrontar las elecciones de verdad.
Porque si el centroderecha intenta importar las primarias la probabilidad de que se conviertan en un sindiós tiende a 1. Porque, como aprendió Bush en Iraq y el PSOE en las primarias de la Comunidad Autónoma de Madrid, no es suficiente escenificar unas elecciones para importar la democracia. Para ello es necesario que existan una serie de condiciones previas: la credibilidad y apertura del proceso por una parte, y el hábito y el deseo de los ciudadanos de participar por la otra. Algo que se conquista con tiempo y esfuerzo. En un contexto tan ajeno al concepto de «democracia interna» como la derecha italiana, las primarias podrían tener un efecto parecido al de un tsunami entrando en un reactor de Fukushima.
Porque en toda Europa, en especial en la zona PIGS, los gobiernos en el cargo están sufriendo bukkakes electorales. Y la verdad es que no se entiende por qué debería ser diferente en un país en el que, además, en los últimos 10 años (8 de ellos con Berlusconi en el gobierno) el crecimiento del PIB ha sido de un 0’25% anual. Sólo Mozambique y Haití han tenido un crecimiento inferior en el mismo periodo. La deuda pública, mientras tanto, ha alcanzado el 120% del PIB.
Porque la coalición que le apoya se está descomponiendo. Desde la contundente victoria electoral del 2008, Berlusconi ha resuelto cualquier tensión interna dentro de la coalición que le apoyaba cediendo cuotas de poder a sus aliados. En el norte a sus aliados de la Liga Norte, a los que ha cedido el gobierno en 2 de las 3 grandes regiones septentrionales (Véneto y Piamonte), además de numerosas localidades importantes. Esto ha generado un círculo vicioso en el que a) la Liga ganaba poder y visibilidad, entonces b) mejoraba resultados electorales a costa del partido de Berlusconi, entonces c) aumentaba su poder contractual dentro de la coalición y d) vuelta a empezar. Cuando, por el contrario, ha decidido adoptar un línea de firmeza, como con Fini, el resultado ha sido igualmente insatisfactorio: para tener en pie su mayoría parlamentaria, una vez depurados los finianos, ha tenido que que recurrir al muy madrileño arte del tamayazo a gran escala. Lo que le ha costado caro en términos económicos y políticos. Así que dentro de su mismo partido son muchos los que han abrazado el muy catalán principio del «qui no plora no mama» y empiezan a preguntar cada vez con más insistencia que qué hay de lo suyo.
Porque por primera vez la Liga Norte podría estar replanteándose el apoyo a Berlusconi. En las últimas elecciones la Liga ha sufrido un retroceso electoral y los sondeos indican que una parte de su base ha contribuido al éxito de los referéndums, así que podría preferir hundir el barco con sus propias manos antes que irse a pique con Berlusconi. Las posibilidades de que lo haga no son muchas, porque objetivamente no tiene suficientes incentivos para hacerlo (no hay alternativa de gobierno posible más allá de la coalición con el PDL), pero el malestar en su base es cada vez mayor. Dentro de pocos días se celebrará la tradicional fiesta de la Lega en Pontida, una especie de Vikingo Pride en el que sus militantes beben cerveza, eructan, se ponen cascos con cuernos y escuchan los discursos de sus líderes. En esta fiesta los dirigentes de la Liga podrían decidir lanzar un ultimátum a Berlusconi, que agravaría la situación descrita en el punto anterior.
Porque Berlusconi debe su fortuna económica y política a la televisión («Su Emitencia», le llaman) y no hace falta ser un gurú ciber-utópico para darse cuenta de que la expansión de internet ha cambiado la manera de comunicar, de consumir información y de movilizarse. El sistema uno-a-muchos propio de la televisión ha entrado en crisis, y con él quizás el paradigma del ciudadano-telespectador fundamentalmente pasivo en el que se ha basado el berlusconismo. Los números dicen que tanto en las elecciones administrativas de hace dos semanas como en los referéndums la movilización de los jóvenes ha sido fundamental (la participación en el referéndum entre los jóvenes de menos de 25 años se ha situado 8 puntos por encima de la media, mientras que en las elecciones locales de Milán el candidato del centroizquierda Giuliano Piaspia obtuvo entre los menores de 34 años más del 60% de los votos). En España, la ausencia de alternativas atractivas dentro del marco democrático-institucional ha provocado que la movilización de la juventud de la clase media instruida desembocara en un movimiento anti-institucional o al menos, a-institucional como el 15M. En Italia las elecciones administrativas de la semana pasada y los referéndums han logrado canalizar este deseo de participación a través de las instituciones, bypassando el descrédito de los partidos políticos.
Porque en Italia existe la arraigada tradición de colgar cabeza abajo en una plaza pública a sus líderes carismáticos aparentemente fuertes y eternos. Y los millones de italianos que les apoyaban desaparecen como canapés de salmón en un pica-pica prematrimonial.
Pero como no nos gusta correr el riesgo de que alguien se acuerde de este post el día de la cuarta investidura de Berlusconi en 2013, el siguiente enumerará los 10 motivos por los que Berlusconi todavía puede dar mucha guerra. Porque suceda lo que suceda, queremos poder decir que yoyalodije.
¡Qué envidia! No sólo hay referendums, sinó que hay referendums vinculantes, y encima se pueden convocar contra la opinión del gobierno. Y por si eso fuera poco, el personal aporreando las operaciones de Berlusconi, mientras aquí te entrullan si te descojonas de la barba que se ha puesto el comevelinas local para tapar los estragos de un tratamiento anti-aging en posición dudosa…
Lupo (de antes)
Lo que si que he visto yo, en las tertulias, es que el contenido de las copas va evolucionando. Cierto, no sale ningún primer plano del tertuliano de turno soplando, pero en su día me hicieron notar que con el paso de los minutos la copa se iba vaciando y que, tras alguna pausa, volvía a aparecer llena.
Igual han cambiado el estilo, y sólo beben (y reponen existencias) en las pausas, para que no se note tanto. En cualquier caso, me parece fuera de toda discusión que el nivel del debate de los programas de la cadena (no solo el gato, sino también el «dando caña» y demás) sólo se puede conseguir con estimulantes artificiales. Eso si, el resultado merece la pena, basta decir que el único programa que noto más bien soso es el de los «clones». Ahí se nota que no tienen presupuesto, los histriones están a años luz del Wyoming o los célebres «payasos de la tele» y los guionistas no digamos.
Respecto a Batasuna lo de siempre, si matan o dan soporte a los que matan el código penal tiene herramientas suficientes para reprimirlos convenientemente. Pero como resulta que como a la inmensa mayoría de ellos no les puedes acusar ni de saltarse un stop, tienes que inventar legislación ad-hoc o construir imputaciones. Queda muy fino reintroducir el delito de opinión en una democracia, parece que se inspiran en sus buenos amigos los demócratas que gobiernan en China.
De todos los motivos que enumera el argumento, el más convincente es el biológico. Pese a la cirugía plástica y al viagra, la edad es la que es y no tiene pinta de ser una persona que se haya cuidado demasiado durante su vida, creo poco probable que llegue en plena forma a los 90 años. El ansia de poder seguro que sigue siendo la misma, pero cada mañana, al salir de la cama, duelen más las articulaciones y se hacen más pesadas las jornadas de 15 horas.
Los otros motivos, pueden influir, pero no deja de ser sorprendente la capacidad de ese hombre para sobrevivir. Seguirá contando con el apoyo de las mafias (la vaticana y la del sur), aunque sólo sea porque no ven otra alternativa para impedir el triúnfo de algún izquierdista imprevisible. Y eso son bastantes votos de entrada.
no me queda claro si los italianos están hartos de ser el hazmerreir de europa gracias a su dignatario y les está entrando un poco de autodignidad y verguenza torera en el cuerpo, si es una consecuencia de la crisis económica, y que cuando falta el parné no estamos para payasadas, o si finalmente y por el contrario se trata de una falsa alarma y el pais alpino y su gran presidente van a seguir encabezando invencibles e intocables la lista de paises más ridículos e impresentables de la ue y el resto del mundo
pescadilla,
la primera la descarto: los italianos que se avergüenzan de estas cosas (que no son pocos) ya lo hacían hace 10 años. Las críticas de la prensa extranjera llegan sólo a la pequeña minoría de la gente que sabe que el extranjero y la prensa existen. Además son facilmente desarticulables apelando al nacionalismo, y agitando -lo sé, da risa- el espantajo de la conjura del comunismo internacional (el otro día respondían al último durísimo ataque del del Economist, llamándole -ahi va-Ecomunist).
Lo que quería decir con el artículo es que, desde dentro, la situación es mucho más compleja de lo que se percibe en el extranjero. Los gags en cumbres internacionales, el apoyo de la mafia y estas cosas que tanto gustan más allá de los Alpes son en gran medida banalizaciones de una realidad compleja. El berlusconismo es un fenómeno sociológico que va más allá del mismo Berlusconi, y que tiene razones mucho más profundas que el carisma bufonesco de berlusconi. Y es indiscutible que este fenómeno se está resquebrajando a varios niveles: económico, mediático, carismático, político-electoral. Y biológico, claro.
Pero es difícil decir si será suficiente para quitárselo de encima en breve.
Bravo Popota…
Es cierto, hace falta que en el reino se habilite un canal para que los indignados puedan inlfuir. De lo contrario nos sobreviene el caos. Aunque a mí el caos no me disgusta del todo.
pescadilla
«…y que cuando falta el parné no estamos para payasadas»
mira, en eso los italianos se parecen a nosotros.
Yo cuando hablo con italianos sobre esto, me dicen que «es que ellos son así». Yo creo que los italianos pasan de todo. Aunque nos parezcamos, somos el extremo opuesto, por lo menos en las formas (impuestas) por el buenismo de cartón piedra.
Que me dicen que a un parlamentario ciego que va con su perro (no sé quien es) los indignaos esta mañana le han achuchao y le han acorralado en un portal…. hace falta ser (/&%$·…
Luego Popota no me vengas con que si los policías les han dado en la lorza con la porra, y que pobrecitos. Que si, que vale, que no son todos, pero son unos cuantos, o unos muchos, por lo menos en la tele se veían muchos (claro que la tele manipula hasta las patadas a Alves).
Según Turull, tras preguntarles si no les daba vergüenza quitar el perro guía a Llop, uno de los concentrados ha respondido: «Es ciego, pero es diputado, y de CiU».