La manta
25N, resumen en el campo soberanista, que se presentaba con dos objetivos: ganar de puertas afuera, y ganar en casa. Ganar de puertas afuera suponía que Mas conseguía el mandato que perseguía y se podía presentar en Bruselas diciendo que seguiría recortando, que cumpliría todo que le ordenaran y que de esta manera allanaba todos los obstáculos al reconocimiento internacional de un estado catalán.
De puertas adentro, para llevarse el gato al agua el soberanismo requiere una mayoría sólida que los resultados ponen en duda, especialmente mientras los Darwin de turno se dedican a apalear al Dioni de la Franja no por chorizo o ultra-derechista, sinó por españolazo, en lo que es un notorio disparo en el pie de los que tanto caracterizan a los mediocres políticos catalanes y a sus aburridísimas hordas de hooligans.
Si la manta cubre el frente europeo, deja descubierto el frente que importa, esto es, el interior. Si por contra se opta por cubrir el frente interior, aumenta la precariedad de la posición en Europa. Lo que enseña el 25N es, en fin, que la manta no llega, y algo aún más importante: sin la contribución de las izquierdas, el proceso está muerto, lo que les da -me refiero a la parte alfabetizada- un poder infinitamente superior al que podrían ejercer administrando un gobierno una vez hemos aprendido que, si bien todos los políticos no son iguales, la mayoría de gobiernos sí lo son.
Hablando de mantas, la campaña ha servido para que las cloacas del Reino -esto es, el Reino, con el Ministro de Hacienda a la cabeza- asomen la patita. Habida cuenta de los niveles de corrupción existentes en Catalunya, es de suponer que en el futuro veremos cosillas de estilo blavenciano -donde unos trajes sirvieron para endosar la Gürtel a Camps y compañía, cuando el 85% del dinero que se saqueó se saqueó en Madrid sin que se haya movido nada.
A esos dos factores hay que unir otros dos que debilitan las posibilidades de éxito del soberanismo. En primer lugar, los presupuestos de 2013, un suicidio incluso superior al que se llevó por delante a Papandreu en Grecia y que van a tener como consecuencia el hundimiento de la economía catalana durante un largo período de tiempo, y que van a servir para calcinar a todo aquel que los apoye una vez acreditado que la CT también ha dejado de funcionar en Catalunya. En segundo lugar, urge una revisión del proyecto independentista en al menos tres materias: a) la ingenuidad con la que se habla del reconocimiento internacional y la más que discutible entrada en la UE; b) la actualización de los datos sobre el déficit fiscal, hoy basados en datos recogidos durante la burbuja y muy lejanos tanto a lo que está sucediendo hoy como a lo que podría proveer un estado catalán, y c) la izquierdización del movimiento independentista, favorecida por las urnas y que es la única vía para que el éxito conseguido en todo el territorio con la campaña lanzada por el expolio fiscal se extienda en la AMB para invalidar el no muy desencaminado pronóstico del inspector Aznar López.
Pop, sobre la ingenuidad: ¿realmente existe en el movimiento independentista alguna inquietud por entrar en la UE? Porque en el hipotético caso de conseguir crear un Estado nuevecito y más o menos soberano, ¿a qué echarlo a perder pasando a formar parte del bodrio ese?
Sobre el reconocimiento internacional, pues mira a Taiwan qué bien le va sin tanta zarandaja.
Saludines
Teodoredo,
Sí a todo, yo preferiría convertirnos en condado de Oregon que en Estado miembro de la UE. Pero en el campo político todo el independentismo, excepto las CUP, son «europeistas».
Saludos,
Teodoredo,
Si te «reconocen» los EEUU y el bloque anticomunista en general, y dejan claro que tienen tanques y aviones para repeler ataques de alguno que no lo reconozca, no te hace falta que te den una silla en la ONU. Eso si, no sé hasta que punto Taiwan podía decidir libremente su propio destino, por lo menos en la época de la guerra fría.
Supongo que lo de la expulsión de la UE será el arma que utilizarán los no independentistas como Mas para abortar el proceso, ya se encargarán de publicar «encuestas» que afirmen que la mayoría rechaza la independencia si eso implica quedarse fuera de la UE. El primero que lo hará, para ver si consigue que su amo vuelva a saludarle, es el genio que le vaticinó 70 escaños a Mas, supongo que pronósticos como ese le inducirían a convocar unas elecciones que al final se le han atragantado.
Personalmente, prefiero quedarme dentro de la UE que fuera, pero creo que la prioridad es salir cuando antes del reino de España, si eso implica quedar también fuera de la UE, es un mal menor. De todas formas, y pese a que la UE tiene bastantes defectos, son menores que los del reino de España. por lo menos te dejan tranquilo para gestionar tus asuntos internos.
Pues yo comparto la opinión de Teodoredo, mejor salir de la UE, aun usando el euro y acogiéndose a Schengen, y después, ja en parlarem.
Porque aquí está la perversidad de la cosa; parece que nadie pueda dudar de «Europa», que nos ha sido vendida como un ideal «superior», pero en realidad ese proyecto de «Europa» ha sido pervertido para la superación del Estado, por lo que es una gran contradicción crear un estado en una organización que lucha por desmantelarlo ¿no?
Los que dicen que la respuesta a los problemas es Europa se equivocan, la UE «realmente existente» es precisamente la que ha provocado esta crisis que amenaza con destruirnos por un erróneo diseño del euro, del BCE y de nuestros propios incompetentes.
Estamos en Europa geográficamente, como también lo está Suiza.
A mí me mola Europa si la entendemos como leer a Proust y escuchar conciertos de Beethoven. La Europa de cincuentones calvos de traje, corbata, gafas negras y doble papada que farfullan no sé qué de competividad y productividad y vivir por encima de nuestras posibilidades que se la metan por ahí.
Saludines
Teodoredo,
+1, lo bueno es que si se hace el proyecto atendiendo al engendro UE la cosa embarrancará.
Saludos,
Teodoredo,
Los trajes, corbatas, gafas negras y demás lo vas a tener de todas formas, estés dentro o fuera de la UE. No veo un escenario político muy distinto del actual, y si no te dicen las cosas de la UE, te las van a decir desde el FMI.
Entre otras cosas, porque se supone que no vamos a vivir aislados en plan autárquico como en los años 40. Principalmente, porque se supone que deberemos acceder al mercado internacional de crédito, y claro, tendrás que convencer a los acreedores que vas a devolverles el dinero.
¿Que otro modelo es posible? Si, estoy plenamente convencido de ello. Pero el problema es que la inmensa mayoría de la población no piensa igual, por lo menos por lo que se ve cada vez que hay elecciones. Se puede discutir lo que piensan o dejan de pensar los que no van a votar, pero la suma de los votantes de CiU, PPSOE, ERC, Ciutadans, IC-EV (a los que tampoco veo asaltando el Palacio de Invierno), más los extraparlamentarios pro-sistema, es elevada, representa más de la mitad del electorado real del país.
Lluís,
bueno, pues como según tú la soberanía de verdad es imposible, entonces mejor pasar de independencias y de iniciativas populares y dejar las cosas como ya están ¿no? Apoyamos al buenazo de Mas y a recortarrr y a seguir manteniendo unas élites que son lo más de lo más.
Saludines
Teodoredo,
Yo no paso de independencias e iniciativas populares, más bien todo lo contrario, pero sé contar, y los números son los que son, no los que me gustaría que fuesen. Y lo cierto es que, pese al severo correctivo sufrido, ha sacado más votos el Mas que las CUP.
Yo no hablaba de las preferencias o creencias de los votantes (evidentemente) sino de tu afirmación sobre la imposibilidad de una soberanía más o menos decentita y de que mejor quedarse en la UE al calorcito.
Saludines
Teodoredo,
Yo, lo que quería decir, es que eso de la soberanía más o menos decentita será imposible mientras la mayoría no cambie el chip.
Por lo demás, pienso que también hay alternativas peores a la UE. Marruecos o China, por poner un par de ejemplos.
El modelo chino está guay: exportan, hacen cosas…
Saludines
Pues si, yo también me quedo con el chino, a nivel de salarios y derechos laborales no hay mucha diferencia (en los políticos el Sultán ha salido más centrista que su padre) pero por lo menos los chinos no tienen nada contra el alcohol y los embutidos.