Nueva ciudadanía

El Gobierno nacional-constitucionalista ha decidido darle una vuelta de tuerca a la penosa idea de la educación para la ciudadanía. Como era previsible -para todo el mundo menos para los hooligans progres de la cosa- la alternancia en el gobierno le va a dar una nueva dimensión a la cosa, igual de adoctrinadora pero en un sentido distinto, guardando prudentemente en el cajón todas las críticas al carácter totalitario que se censuraba en la asignatura.

Los cambios propuestos por el inigualable Ministro responsable se centrarán en darle aún más vidilla a la Iglesia, poner unas gotas del característico no-nacionalismo marca de la casa y venderles a los yahoos de nuestras escuelas un poco de espíritu hemprendedor. No consta si el temario de la asignatura hará hincapié en la curiosa coincidencia en el rico acervo religioso que comparten los all-stars -irlandeses, italianos, españoles y portugueses- de la crisis monumental de deuda pública que amenaza con convertir el euro en un (mal) recuerdo.

En todo caso, es un buen momento, mientras esperamos que los burócratas del Ministerio pongan las novedades por escrito, para recordar la anterior ley, que debemos al buen hacer del gobierno de progreso, y publicada el mismo día que una nueva subida de los impuestos indirectos, en este caso el tabaco, que tan bien se le dió al Impostor. Además de la equiparación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos con esa Constitución infra-pirineica -«Conocer, asumir y valorar positivamente los derechos y obligaciones que se derivan de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y de la Constitución Española, identificando los valores que los fundamentan,
aceptándolos como criterios para valorar éticamente las conductas personales y colectivas y las realidades sociales«- que permite la tortura, los centros de concentración de subespañoles, la ilegalización de partidos, la impunidad fascista o el cierre de medios de comunicación -todo ello en trámite de exportación fuera del laboratorio represivo que ha montado el PPSOE en Euskal Herria-, la chapuza tenía el detalle, hoy mucho más celebrable, de imponer a los alumnos «conocer y apreciar los principios que fundamentan los sistemas democráticos y el funcionamiento del Estado español y de la Unión Europea«.

Los pobres alumnos, que estaban obligados por ley a «Reconocer los valores fundamentales de la democracia en la Constitución española y la noción de sistema democrático como forma de organización política en España y en el mundo» tenían, por suerte, la solución ante tanta intoxicación ideológica escrita en la ley, si bien en un sentido exactamente contrario al muy norkoreano propuesto por unos redactores felizmente expelidos del Gobierno: «En este sentido cabe señalar la necesidad de formar a los jóvenes en una actitud crítica ante el uso de las herramientas informáticas, para que distingan en qué nos ayudan y en qué nos limitan y poder, así, obrar en consecuencia«.

 

3 Comentarios en “Nueva ciudadanía”

  1. yo, después de ver a la gran esperanza (jojo) de la progresía española, nuestro ministro de Justicia, en ese foro para el debate y el recuerdo que no es cine de barrio, sino España en la Memoria, pues eso.
    y si, donde se ponga un padre confesor, que se quite el twitter ese.

  2. Pues yo propongo Catecismo del Padre Astete Reloaded

  3. Perdon, se me escapo la tecla!

    Pues eso, Catecismo del Padre Astete Reloaded:

    «-Ademas de la prensa y los telediarios ¿Creeis en otras cosas?
    – Si, padre, todo lo que cree y enseña la CE, SM el Rey, y la unidad de todos los democratas.
    -¿Que cosas son esas?
    – No me lo pregunte a mi,padre, que soy ignorante. Doctores tiene el PPSOE que sabran responderle mejor que yo»

    Y es que el original casi siempre supera a la copia. Menos mal que no vivo en Espanya que si no seguro que me daba por coleccionar manuales de educacion para la ciudadania.