En favor de la eficiencia
El PPSOE sigue con paso firme en la solución de la crisis. A dos semanas de la esperada presentación de la «Marca España», la intervención de las taifas despilfarradoras por parte de los eficientísimos burócratas de Madrid vuelve a estar en la agenda, con el bonus de la supresión de ayuntamientos por la vía de fusionarlos. Eso sí, el nacionalismo españatarra se abstiene prudentemente de abogar por la fusión de Comunidades Autónomas, no vaya a ser que los catalanes y los vascos triunfen con su peligrosísimo imperialismo, y es que una cosa es la «racionalización» y otra bien distinta poner en peligro la sacrosanta unidad de la patria común e indivisible de la nación indisoluble que, en un alarde de no-nacionalismo, incluyeron Peces-Barba y el resto de cinturones negros en constitucionalismo nos otorgaron graciosamente en el 78.
La eficiencia de los burócratas de Madrid es, como todo el mundo sabe -al menos, en Madrid y alrededores; en la periferia española y en las democracias occidentales la percepción es distinta- legendaria. No en balde, han conseguido arruinar el país una vez tras otra durante los últimos siglos con la misma regularidad y constancia con la que un borbón es capaz de de revalidar la sensata aproximación darwinista a la teoría de la evolución.
Como saben, en los últimos años las taifas se han descontrolado, vaciando de competencias al estado central que solo supone un pequeñísimo 60% del déficit del Reino en 2011 y un 80% de su deuda pública. Según la OCDE, en 2002 el Gobierno central gastaba 118.000 millones de euros. En 2010, gastó 200.000, a pesar de haber transferido competencias a las comunidades, que en el mismo período pasaron de gastar 97.000 millones de euros a 180.000.
Además de haber conseguido aumentar un 70% su gasto al tiempo que perdían competencias, los burócratas de Madrid han aprovechado el camino para machacar el sistema fiscal español, con rebajas en renta y sociedades -desde el año 1999 no se recaudaba menos en este impuesto, y nunca desde que existe ha supuesto tan poco porcentaje del PIB- eliminación del impuesto de patrimonio y fenómenos como la recuperada desgravación fiscal por la compra de vivienda.
Además de machacar el sistema fiscal, los burócratas de Madrid han asistido al tsunami de ladrillo y billetes de 500 euros absteniéndose prudentemente de conjugar el verbo inspeccionar, hasta el punto de que se han visto en la obligación de aprobar una amnistía fiscal a un módico 10% -falsa: hasta la entrada en vigor de la misma, y después de ella, en el Reino de España uno puede repatriar, pagando entre el 3% y el 7%, la cantidad que se le ponga en las pelotas contando, eso sí, con el experto asesoramiento de optimizadores fiscales con un pasado laboral como eficientes burócratas en Hacienda- para tratar de repatriar unos eurillos que permitan que la marca España toree a esos envidiosos del extranjero.
Pero como aún les sobraba tiempo, los burócratas de Madrid, han usado durante todos estos años sus reservas de eficiencia para supervisar, con unos resultados ciertamente inigualables, el sistema financiero español, con su gestión del riesgo, sus preferentes, sus convertibles y el resto de hitos del sistema financiero más sólido del mundo, para el que la semana pasada los muchachos de CitiGroup calculaban unas necesidades de capital de 200.000 millones de euros de nada en los próximos años, necesidades que por otro lado van satisfaciendo, con el dinero que parasitan a los españoles, los burócratas de Madrid.
Así, nada más lógico que confiarles cuantas más atribuciones mejor: ¿Qué puede salir mal?
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Y mientras, el brazo político de los GAL abriendo vías de investigación y enterándose de la realidad por la prensa. Eso sí, al menos ya han abandonado el cansino tema identitario.
Popota, un ligero off-topic (ma non troppo). Esta crisis me está haciendo pensar seriamente si no ha llegado el fin del modelo de Estado-Nación que se empezó a crear allá por el final del s.XVIII (revolución francesa, independencia de EE.UU.).
En efecto, en el antiguo régimen, las fronteras era móviles (dependían de guerras, bodas, alianzas entre reyes…) y el colectivo al que pertenecía un individuo era el señorío de turno (fuera condado, baronía, reino, principado…). Es tras la rev. francesa/indep. EE.UU. cuando se agrupa a los individuos por «nacionalidad» y se sacraliza dicho concepto. Francés ya no es aquel que es súbdito de Luis XIV, XV o XVI sino aquél que vive en Francia, que pertenece a la nación francesa.
La UE vino a empezar a romper dicho modelo al ir hacia un ente político supra-nacional. Creo que la crisis 2008-2080 pone de manifiesto que los estados-nación son entes inútiles en el contexto actual (o muy poco útiles) y que es necesario un nuevo modelo de organización. No sé cual, pero yo veo una posibilidad en la «glocalización»: necesitamos algo global y, posiblemente, algo más local/individual.
Evidentemente, los burócratas (de Madrid, Barcelona, Bruselas o Bujaraloz) se resistirán a un cambio de modelo, puesto que esto supone su desaparición en su forma actual.
CusCus,
Sí a todo. Pero vamos, terminar con el nacionalismo en Europa sin una Solución Final para los europeos se me antoja bastante difícil.
Saludos,
Bueno, el cambio es difícil. Estamos en el s.XXI y aún mantenemos un rey, algo muy antiguo régimen. Nos aferramos a las tradiciones más que nuestros políticos a sus sillones.
Veo más preparados a los europeos de a pie para una europa sin nacionalismos que a los «líderes de opinión».
Hola,
Snow Crash, de Neal Stephenson, vaticinaba allá por el año 1990 la desparición de los estados-nación, sustituidos por estados-franquicia que venden servicios a cambio de dinero.
Según cuentan en Grecia están proyectando la primera fase del experimento, disfrazado de multinacionalismo S XIX, con empresas que poseen ciudades enteras y montan fábricas según gustan, pero que probablemente no caerán en el error de sus antecesoras: poseer a los trabajadores (lo que, en última instancia facilitó que estos se unieran y montaran huelgas y cosas desagradables de esas que al final lo que hacen es que te baje la productividad).
Desde los setenta que empieza la crisis de los Estados-nación con la financialización y la globalización. Simplemente lo que pasa es que lo que era burguesía nacional se ha convertido en hiperburguesía-1% style-internacional, y pasa de tener todas las fábricas/hedge funds en el mismo terruño.
A mí la respuesta de Mas, Arthur Mas al ataque a las autonomías me ha gustado. Algo.
Me gustaría con más convicción si no viniera de quien viene, que es quien es y hace lo que hace.
Saludines
A mí me ha parecido mejor -y más fiable- la de Fatxi:
http://gara.net/azkenak/04/333809/eu/Bengoa-afirma-que-CAV-no-va-aplicar-recorte-Sanidad