La no-huelga de TMB

Los trabajadores del metro decidieron finalmente desconvocar la huelga que habían anunciado coincidiendo con la celebración de la blavencianada del congreso mundial de móviles. Un día más tarde, los trabajadores del bus desconvocaban la suya, convertida en irrelevante por la decisión de los trabajadores del metro.

La cosa fue aprovechada por toda suerte de tertulianos y demás palmeros de los que les mantienen para contraponer a los trabajadores con los sindicatos que les representan. Pocos días más tarde, en un pueblo de Tarragona la oposición convergente reclamaba una consulta popular para decidir si como pretende el alcalde se va a cultivar marihuana en el pueblo.

Es para estar contento que los sociópatas corruptoides e incompetentes que nos gobiernan y sus palmeros estén transitando con tanta velocidad hacia modelos basados en la participación del pueblo en las instituciones y de los trabajadores en sus condiciones laborales. A vefr lo que tardan en darnos la oportunidad de pronunciarnos en una consulta sobre cosas como la última ocurrencia convergente -el no-casino de Eurovegas- o la subida abusiva del transporte público, que quintuplica la inflación en el caso del título más comprado por los usuarios.

6 Comentarios en “La no-huelga de TMB”

  1. mejor que no nos hagan votar lo de Eurovegas, porque votaríamos por poner un Eurovegas cada 5km.
    vistas las campañas del terror que se hacen… como nos hagan votar ir a trabajar sin cobrar, no te extrañe que te estriña.

  2. Yo, en el caso de Eurovegas, deposito mis esperanzas en la Lideresa y su entorno de ladrilloadictos y en la política de re-centrelización del Estado consistente en concentrarlo todo a menos de 25 Km. de Madrid. Por una vez, y sin que sirva de precedente, voy a estar de acuerdo con el PP.

  3. Respecto a la subida abusiva del transporte público, decir que allá por el 1951, ante una acción similar por parte de la autoridad, los usuarios hicieron una especie de huelga consistente en negarse a utilizar dicho medio.

    No se disponía de los medios actuales (Internet, mobil,…) para distribuir información al margen de los medios de comunicación tradicionales,la prensa estaba totalmente dominada por el régimen y el personal tenía muchos más motivos que ahora para acojonarse cuando veía a una autoridad o a un policía, la huelga fue un éxito. Pese a la presión ejercicida para reventar el movimiento, los tranvías circulaban casi vacíos, únicamente con el conductor,el revisor, un par de señores con aspecto de «secretas» y algún pelotillero del estilo de mi buen amigo el rottenführer Grullo. ¿Resultado? Tuvieron que anular el aumento de tarifas y el asunto les costó el cargo al gobernador civil y al alcalde de Barcelona.

    Durante dos semanas,la gente se desplazó a pie, asumiendo los sacrificios que eso conlleva. Los esbirros del régimen, descolocados, porque una cosa es emprenderla a garrotazos contra unos miles de manifestantes que suben por el paseo de Gracia y otra hacer lo mismo contra gente que, sin abrir la boca, simplemente se niega a subir a un tranvía y se va al trabajo o a sus asuntos caminando.

    Algo así es, ahora, impensable. Dudo que nadie aceptase el sacrificio que conlleva caminar tres horas diarias. Y eso que una medida así dolería. A lo más que llegará la mayoría es a apuntarse al «yo no pago» siempre que sean un número suficiente y en la estación no haya vigilantes de seguridad.

  4. La estrategia negociadora de TMB fué rastrera más eficaz: nos suda la polla el bus. Si activamos el metro, los buseros que se jodan, la ciudad funciona.

    Sorprende, sin embargo, la insistencia de algunos en los referéndums. Parece que lo de la diagonal no les escarmentó y quieren más.

  5. Tampoco acabo de comprender el comportamiento de los empleados de TMB. Se supone que la movilización era por unos asuntos que les afectaban a todos, entonces no veo por qué tengan que negociar con la patronal (o aceptar hacerlo) los de autobuses por un lado y los de metro por otro.

  6. Lluís,

    Son dos empresas, y la empresa cedió a las reivindicaciones de los trabajadores del metro.