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Què tenim?

El Lunes se celebró la gala anual del cine catalán. Descripción: una reproducción a escala 1:1 de los saraos que montan Sinde y los análogos del Reino de España. Baste decir que hace dos años se llevó el premio gordo un cuento norkoreano sobre el papel del Borbón el 23-F que, en fin, no llegará nunca a salir en Der Spiegel.

Durante el transcurso de la interminable gala, los únicos momentos que merecieron la pena fueron las críticas de varios premiados a las instituciones presentes, además de una canción que incluía llenapistas como Millet, Urdangarin o Alavedra.

Cultura comprometida (versión subjetiva)

La cosa, snif, no le gustó «nada, nada, nada» al Conseller del ramo, el exmilitante del PSC Ferran Mascarell, que viene a ser al reparto de prebendas a engendros sin el menor atisbo de calidad (perdón, a la gestión cultural tal y como se entiende dicho término en la Cultura de la Transición, o CT) lo que Messi al balompié. Literalmente, el buen señor se quejó porque a) en la gala no tuvo derecho de réplica, b) hablar de la corrupción e incompetencia de nuestras elites políticas y económicas «no es bueno para la autoestima del país» y c) es injusto que se hable de los corruptos en lugar de hablar de los honrados . Y, ya lanzado en plan cacique, d) advirtió a los del ramo de que, glups, no se podían quejar porque en otros sitios ha habido más recortes.

En resumen, que muy mal. Fatal. No sé que pasará en el futuro, pero si yo estuviera en el pellejo del sector sería sensible a las críticas, perdón, a los ejercicio de libertad de expresión del caudillo de la Conselleria, y echaría un vistazo a la realidad del arte norkoreano. Allí también tendrán buenas y provechosas ideas sobre la conveniencia de que la cultura se ocupe de loar a los cargos públicos del estado, infundir autoestima a la población -no serrrrr prrrrrrrrropaganda- y ser obedientes con los que reparten las propinillas a las vanguardias intelectuales del pueblo.

Bonus Track: Sin generalizar, por supuesto, del mismo autor que hace más de un año avisó del desmantelamiento de la televisión pública catalana para darle gloria al Conde de Godó.

Arreglando la banca

El nuevo gobierno del PPSOE sigue con su tarea de arreglar el sistema financiero más sólido del mundo. La semana pasada el ministro del ramo decía que la banca española necesitará 55.000 millones -se equivocó al sumar, quería decir 58.000 millones- para tapar el agujero que producirá contabilizar los activos a su valor de mercado en lugar del valor chiripitifláutico al que, con la activa colaboración de MAFO y el anterior gobierno del PPSOE, los tenían apuntados en los libros ante las carcajadas de toda la comunidad financiera internacional. La prensa monárquica ha destacado la limitación de sueldos de los ejecutivos de entidades rescatadas, e incluso ha reflejado el enésimo regalo liberal a ese paladín del liberalismo llamado Rodrigo Rato.

Para los amantes de la estadística, es interesante comparar el agujero de 58.000 millones de euros con los beneficios declarados por los bancos españoles en el período 2008-2011: 60.000 millones de euros.

Más allá de eso, la parte más interesante del nuevo decreto está en la pàgina 17, concretamente en la disposición adicional quinta, que dice lo siguiente:

«Cómputo de pérdidas en los supuestos de reducción obligatoria de capital social en la sociedad anónima y de disolución en la sociedades anónimas y de responsabilidad limitada.

Se renueva, sin solución de continuidad y a todos los efectos legales, durante el ejercicio social que se cierre a partir de la entrada en vigor del presente real decreto-ley, la aplicación de lo dispuesto en el apartado 1 de la Disposición adicional única del Real Decreto-ley 10/2008, de 12 de diciembre.»

La disposición a la que se refiere es la siguiente (pág.2):

«A los solos efectos de la determinación de las pérdidas para la reducción obligatoria de capital regulada en el segundo párrafo del artículo 163.1 del texto refundido de la Ley de Sociedades Anónimas, aprobado por Real Decreto Legislativo 1564/1989, de 22 de diciembre, y para la disolución prevista en los artículos 260.1.4.º del citado texto refundido de la Ley de Sociedades Anónimas y 104.1.e) de la Ley 2/1995, de 23 de marzo, de Sociedades de Responsabilidad Limitada, no se computarán las pérdidas por deterioro reconocidas en las cuentas anuales, derivadas del Inmovilizado Material, las Inversiones Inmobiliarias y las Existencias.»

El significado de lo arriba reseñado es sencillo, tal y como explicaba cuando se aprobó el primer chanchullo. Habitualmente, los poderes públicos obligan a cerrar las empresas quebradas, para no extender el riesgo de impagos al conjunto de la economía. Lo que hizo entonces el gobierno del PPSOE, y ha vuelto a revalidar la continuación del anterior, es permitir que las empresas quebradas puedan seguir operando, y así extender tranquilamente su agujero al conjunto de la economía. Con una salvedad, eso sí: si usted es un subespañol con su empresa y tiene fondos propios negativos, está obligado a bajar la persiana; por contra, si usted tiene un banco, pasa a ser ciudadano de primera y puede hacer lo que se le ponga en las pelotas con su pufo, contra más gigante mejor, contando con la absoluta complicidad de los mediocres, incompetentes y corruptos servidores públicos que cobran por evitar que la economía se convierta en un fiestón de trileros con corbata dedicados noble y concienzudamente a vaciar los bolsillos del prójimo -incluyendo los que el prójimo deposita generosamente en la Hacienda del Reino- por todos los medios con el feliz objetivo de llenar los del 1% que se ha quedado con el control de las instituciones económicas, políticas y sociales -hola, Cándido-.

Duelo de titanes

Ha finalizado, con la victoria del candidato que ha sacado el peor resultado del PSOE desde 1933, el titánico duelo entre los dos actuales referentes del socialismo español. Más allá de las lecturas políticas de lo sucedido -El Pais llamaba recuento de guante blanco a las dos horas y media empleadas en contar menos de mil papeletas-, el candidato que en su discurso -sin papeles, según dicen sus fans- confundió constantemente las voces «cobrar» y «quebrar» y que era apoyado por la sinpar Elena Víboras se llevó, y nunca mejor dicho, el gato al agua.

Sin embargo, lo más mejor del congreso fueron, con mucha diferencia, dos momentos. El primer momento fue previo, y lo proporcionó un artículo meramente informativo sobre Chacón publicado por El País. Dicho artículo, desautorizado por la pedorra de la defensora del lector, ha sido lo único con un mínimo interés informativo sobre el proceso. Machacado por la crítica por su evidente toma de partido por el maletero de los responsables de los GAL, cualquier persona que haya seguido procesos democráticos en partidos de sitios con cultura democrática -los USA, Francia, e incluso Rusia con el pitote Putin/Medvedev-  lo encontraría lo más normal del mundo. Sin embargo, la CT se llevó las manos a la cabeza y, gravemente escandalizada, siguió a lo suyo, informando de los recuentos falsos de las candidaturas, de las diferencias de edad y sexo de los candidatos y, en fin, poniendo mucho cuidado en no informar lo más mínimo sobre las cloacas de nuestra democracia, esto es, sobre nuestros queridísimos partidos políticos. A mí, por ejemplo, me hubiera interesado mucho más saber cuántos fondos públicos han ingresado, ellos y sus familiares, los 956 delegados del PSOE en los últimos ocho años, que saber los decibelios del sermón de Chacón o si Rubalcaba está tranquilo, nervioso o con un ictus cerebral.

Rescato, al respecto, la frase del congreso, que pronunció el propio Rubalcaba en su patético discurso, en el que se comprometió a apoyar las medidas sociópatas de Rajoy apelando a la responsabilidad si bien apuntó dos imbecilidades sobre el Concordato de esas que durante los estúpidos años del zapaterismo han dado a una organización que se caía a trozos un vigor bestial situándola en el centro del debate político. La frase:

«Yo odio el sectarismo. No soy sectario ni con quienes lo son. Si alguien os dice ‘vótame e irás en tal lista’, o ‘si no me votas no irás en cual lista’, estad seguros de que no lo hace en mi nombre. ¡No en mi nombre! Si yo soy secretario general, no habrá rubalcabismo en el partido, no reconoceré otro carné que no sea el del PSOE, no emitiré salvoconductos ni cobraré facturas

No puedo adivinar lo que debía estar pasando allí dentro para que el buen señor, mientras Mister X y el hermano de Juan Guerra se dedicaban a recabar apoyos para su causa en el felipismo y el guerrismo, se viera obligado a aclarar en público que él no amenaza a nadie, ni que movió a los delegados presentes a llegar a creer que una persona de la altura ética, política e intelectual de Rubalcaba era capaz de tal cosa hasta el punto de obligarle a aclarar que no cobraría facturas ni se dedicaría a vetar en plan siciliano.

A ver si hay periodistas que lo aclaren, o seguimos leyendo submoralidades sobre «recuentos de guante blanco».