Patronal: Tu dedo nos señala el camino
“Este país causa admiración por ahí fuera no sólo por las constructoras. Cuando viajamos constatamos el entusiasmo que se produce por España porque lo que se ha hecho en los últimos años es espectacular. Cuando esto pasa, el mérito es de todos. ¿Y por qué?, porque la clase política ha estado a la altura de las circunstancias, y también la sociedad, los empresarios y, sobre todo, los sindicatos. Destaco el papel que han tenido los sindicatos desde la restauración de la democracia. El mérito es de todos, pero si tuviera que poner un acento especial lo pongo en los sindicatos, sin ningún tipo de duda. Dicho esto, el peor enemigo ahora somos nosotros mismos, que podemos creérnoslo y confundirnos“.
Florentino Pérez, El País, 24/12/06.
Leo en el periódico monárquico y nacionalista El País que, en su línea de ejemplaridad, la mayoría sindical española ha decidido obedecer fielmente las órdenes de la patronal y limitar las subidas salariales para los tres próximos años a una cuarta parte del IPC. A la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores añaden, además, que pasarán de contabilizar el aumento de los hidrocarburos si estos suben más de un 10%, algo sumamente improbable teniendo en cuenta que esta misma semana el recluta Mariano ha confirmado un embargo comercial al país que nos vende el 20% del petróleo, cuya zona se está llenando de militares como, snif, no se llenan las manifestaciones que cada primero de Mayo convocan UGT y CC.OO.
La mayoría sindical (el musical)
Para los amigos del «moderación salarial, de entrada, no», el firme compromiso de los susodichos sindicatos al respecto, y unas interesantes manifestaciones de la joven promesa que lidera la UGT con reveladoras observaciones sobre el precio de la materia prima que ha decidido dejar prudentemente fuera del cálculo del IPC. Todo ello, por supuesto, previo al nuevo pisotón ejecutado por los susodichos en los derechos laborales de los trabajadores a los que dicen representar, mientras los comités miran al techo silbando y los tontos seguimos en la Champions de la OCDE en la categoría de desplome salarial.