La batalla de Barcelona: la Diputación
Ayer laburé mucho con el ladrillo, con perdón por la redundancia, sobre las elecciones municipales en la capital de Charneguistán. Eso sí, habida cuenta de que por razones de incapacidad de síntesis, perdón, de espacio, obvié el muy importante tema de la Diputación de Barcelona, cuatro líneas sobre el tema.
Hay mucho menos ruido sobre la Diputación de Barcelona. Por lo que avanzan las poco creíbles encuestas del TBO, todo va a quedar más o menos igual, con el PSC prolongando cuatro años más su presencia, que se remonta a 1980. A pesar de la falta de ruido, la cosa tiene su miga, y su importancia. La Diputación de Barcelona tenía en 2006 una plantilla cercana a las 5.000 personas que gestionan un presupuesto que este año es de 660 millones de euros. Para hacerse una idea del orden de magnitud, en la Diputación Foral de Bizkaia 3.300 trabajadores administran un presupuesto superior a los 7.000 millones de euros en el apartado de ingresos y cercano a los 1.500 en el apartado de gastos destinados a afrontar las competencias propias de la diputación, mucho más amplias que las de la diputación barcelonesa empezando por la recaudación de impuestos. Para hacerse una segunda idea la Generalitat, con una plantilla cercana a las 200.000 personas -incluyendo médicos, profesores, policías, etc.- gestiona unos 35.000 millones de euros.
Por resumirlo en una palabra: comedero. ¿Saben cuántos de los trabajadores de la Diputación, cuyo promedio de edad es cercano a los 50 años, son militantes del PSC? Pues yo tampoco, pero juro por Cruyff que me gustaría un montón saberlo.
Lo que tampoco se sabe son los candidatos a presidir el chollo. Chollo, explicación: no rindes cuentas delante de ninguna oposición, no te tienes que presentar al electorado, la atención de la prensa es nula. El actual presi, marido de la exalcaldesa de Santa Coloma Manuela de Madre y exnúmero 2 del sucesor de De Madre en el ayuntamiento, el tristemente famoso Bartomeu Muñoz, fue nombrado con la única oposición del PP, y con el voto a favor del resto de partidos.
Lo de la Diputación no deja de ser un premio de consolación. Tiene un presupuesto (que supongo que también le recortarán) pero ni que consiga mantenerla el PSC, no tendrá margen de maniobra para colocar a todos los que habrán perdido el puesto en la Generalitat o los ayuntamientos que vayan cayendo ahora. Y tampoco podrán echar a funcionarios para colocar a sus amiguestes, aún suponiendo que uno que ha estado de «dinamizador» acepte ahora que le pongan de peón en el parque de maquinaria. Si alguno de esos tiene ambiciones, lo mejor que puede hacer es aprender inglés e ir a ofrecer sus conocimientos para formar a las nuevas élites políticas de Egipto, Túnez o Libia (más las que se puedan añadir en el futuro), el modelo de trancisión a la democracia español se vende bien, dado que garantiza que ni la élite tradicional perderá sus prebendas ni los nuevos «demócratas» se queden sin poder acceder a ellas.
Respecto a la filiación política de sus empleados, actúan más o menos igual que el resto de administraciones; lo mismo se podría decir de Consells Comarcals y ayuntamientos, en particular en aquellos en los que llevan gobernando los mismos también desde1980.
Y ni siquiera la alternancia garantiza nada, a fin de cuentas el que entra aprovecha todas las posibilidades para colocar a los suyos cuando sale la oportunidad.
Juer, Popis, hoy has estado hasta interesante. ¿Alguna reflexión sobre la ley de Territorios Históricos aplicada a Cataluña? ¿Sois centralistas catalanes o provincialistas como aki aki?