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El día en que nos quedamos sin sindicatos

El periódico monárquico y nacionalista El País anunciaba ayer una huelga general de los «sindicatos nacionalistas» contra el pensionazo del Impostor. Ya saben, la auténtica izquierda es la que estaba firmando los papelotes del brazo político de los GAL, mientras los que se manifestaban ayer, empezando por la CGT, son nacionalistas. Como se suele decir, la prensa es fundamental en democraciaaaaaaaaaaaa, qué penaaaaaaaaaa que no hayamos podido ver en CNN+ como informan de una huelga de sindicatos nacionalistas, qué penaaaaaaaaaaa que no hayamos podido ver en CNN+ como informan del elevado sentido de la responsabilidad de Cándido, Toxo y sus compinches, etc.

Con su boicoteo a la huelga de ayer, los sindicatos españatarras han conseguido acabar con su ambigüedad y situarse definitivamente en el bando del gobierno que más recortes sociales y laborales ha hecho en los últimos 30 años. Y han conseguido una cosa más que pasará bastante desapercibida entre los comentarios por el fracaso -excepto en la CAV- de la huelga de ayer y las alabanzas al pacto alcanzado con el Impostor.

Esa cosa es el aplauso general y enfervorizado que, dentro de cuatro días y cuando mande el PP, suscitará en la España de derechas acabar con el cachondeo que es la financiación pública de los estómagos agradecidos que ostentan la representación de los trabajadores en el Reino de España. Aplauso que será complementado por la mucha gente de izquierdas que, vista la relación de papelones encadenada por nuestros líderes sociales (*), pasará olímpicamente del tema y pensará que es la mar de razonable eliminar un organismo parasitario que ha sustituido su función de defender los derechos de los trabajadores por la de hacer de cómplice de los que recortan esos derechos.

Ese día habrá llanto y crujir de dientes -y, eso sí, sonrisas en los sindicatos civilizados que, como ELA, se financian con las cuotas de sus afiliados en lugar de desarrollar una enfermiza dependencia del dinero público, expulsan a sus afiliados cuando detectan que están vendiendo los derechos de sus trabajadores a cambio de sobornos-, porque evidentemente va a ser un paseo militar cortarles el grifo a unos señores a los que únicamente van a defender sus propios liberados, sus parientes y algún despistado. Aunque, eso sí, siempre les quedará el honor de ser los destinatarios de las nobles palabras de ese amigo de los trabajadores llamado Florentino Pérez les dedicó hace cuatro años:

«Este país causa admiración por ahí fuera no sólo por las constructoras. Cuando viajamos constatamos el entusiasmo que se produce por España porque lo que se ha hecho en los últimos años es espectacular. Cuando esto pasa, el mérito es de todos. ¿Y por qué?, porque la clase política ha estado a la altura de las circunstancias, y también la sociedad, los empresarios y, sobre todo, los sindicatos. Destaco el papel que han tenido los sindicatos desde la restauración de la democracia. El mérito es de todos, pero si tuviera que poner un acento especial lo pongo en los sindicatos, sin ningún tipo de duda. Dicho esto, el peor enemigo ahora somos nosotros mismos, que podemos creérnoslo y confundirnos«.

Glu, glu, glu…

Hace poco más de un mes que Artur Mas se estrenó como President de la Generalitat con un tsunami mediático que incluyó portadas con el tipo en toalla, reportajes sobre las piscinas que se hace, elucubraciones sobre su ética del trabajo y una avalancha de apariciones de su mujer.

Un mes después, el que apuntaba ser un líder presidencialista que exigía sacrificios al país y amenazaba con copar tres de cada dos noticias está desaparecido en combate y con una presencia pública sensiblemente inferior a la del Dioni de la Franja, su amado socio y representante en la capital nacional de la nación de Madrid.

En menos de un mes se ha encontrado con el follón de las cajas, con el follón del déficit, con el follón del gol que le metieron con la Conselleria de Justícia y con el follón de una señora pelea con el hooligan que colocó al frente de la Conselleria de Interior, Felip Puig, a cuyo lado un señor con la cabeza rapada y un bate de baseball es un candoroso hippie. La comparación entre la cara que hacía en la investidura y la que hace esta mañana a primera hora es bestia, de señor que no duerme, atado de pies y manos e incapaz de enfrentarse a la realidad por causas internas pero también externas.

O se pone las pilas muy rápido o el timón que ha colgado en su despacho no tardará en tomar el rumbo del glu, glu, glu. Tener un presi más desaparecido de su felizmente derrocado antecesor es, con todo lo que está cayendo, algo que los catalanes no nos podemos permitir.

Tal y como comentaba en el Parlament Alfons López Tena en una de las sensacionales ruedas de prensa (*) con lanzallamas que semanalmente da en el Parlament -hay que tener en cuenta que al estar en un partido democrático responde preguntas, cosas ambas que justifican el radical boicot mediático que sigue contra la Solidaritat con la complicidad de los simulacros de periodistas que prefieren dar cancha a comparecencias sin preguntas como corresponde a la deontología profesional que les distingue-: «si no puede defender el dinero y los intereses de los catalanes, que dimita en el deshonor y en la vergüenza».

Mas está mal, coma, muy mal. Pero puede estar bien, y la decisión es única y exclusivamente suya: para eso ha sido elegido.

(*) No se la pierdan. Que pena más grande que las izquierdas catalanas -de las españolas ni hablamos, y menos aún ahora que el Impostor ha decidido emular la retirada falsa de Mister X durante la transi a ver si consigue quemar a RuGALcaba y puede volver a presentarse siempre y cuando las encuestas le den más chance que a Cayo Lara- carezcan de personas de la valía profesional, intelectual y política de López Tena y sean incapaces de articular discursos de esos que firmaría un cargo público electo de un país democrático -pongamos, un sheriff de Arizona- en lugar de ir largando noñerías, sectarismo, infantilismo y una falta de confianza en las propias razón y posibilidades más propias de un rookie que de una persona responsable de sus actos y defensora de sus ideas.

Ara

Con una generosa aportación de 990.000 euros de la Conselleria de Cultura de la Generalitat tripartita, el periódico Ara lleva dos meses en los quioscos catalanes. En estos dos meses, sin llegar a ser la pera los aspectos positivos como la actitud hacia el gobierno convergente o el exceso de opinión han primado sobre los negativos como la acritud contra la Solidaritat -que les está costando no pocas suscripciones, según me explicó la señora que trató de venderme una anteayer y que me preguntó por los motivos de mi negativa- o la elaboración de portadas en posición más que dudosa. En cualquier caso, yo agradezco mucho tener una alternativa con cara y ojos, con una sección internacional que no dé vergüenza y una sección de economía infinitamente más presentable que las de la competencia empezando con los hooligans del monàrquico, taurino y ex-fascista Conde de Godó. Por si todo ello fuera poco, tal y como se puede leer hoy mismo, el independentismo que ya es mayoritario en el catalanismo político se trata con toda la normalidad posible en unas condiciones de subnormalidad democrática como las que hemos heredado de la generosidad de los Carrillos, Fragas, Rocas y Felipes a los que tan bien les ha ido -y les sigue yendo, atendiendo a las informaciones publicadas sobre las operaciones de Repsol en América y las no publicadas sobre los hacedores y beneficiarios de la operación que siguen empeñados, con cierto romanticismo, en no hacerse ricos- en la vida.

En resumen, 990.000 euros bien invertidos en comparación con lo que suelen hacer los poderes públicos por aquí abajo. Ayer mismo la Generalitat enterraba diez millones más de euros en el desatino de Spanair -con la particularidad de que, a diferencia de Ara, que ha sido capaz de levantar más de un 80% de su financiación de manos privadas, la aerolínea está casi tan mal como ese canto del cisne del PPSOE way of life que es el gigantesco chanchullo de CajaMadrid con Bancaja en el que cada súbdito del Reino ha puesto 100 euros a la espera de lo que nos digan cuando los chicos de MAFO y los de Rato encuentren una manera de cerrar las cuentas que no acabe en la portada del Financial Times-.

Mientrastanto, Público sigue rodando cuesta abajo a toda velocidad y ha incorporado a gente de la talla intelectual y ética de Joaquín Sabina o un tertuliano del pleistoceno que sería capaz de batir a cualquier poligonero en un concurso de faltas de ortografía. Por su parte PRISA ya empieza a usar el dinero fresco que ha llegado de los fondos-basura. Concretamente, lo usará para poner de patitas en la calle al 20% de la plantilla y para fichar a un señor al que el inspector Aznar López metió en Telefonica durante su mayoría absoluta. Dios quiera que los autores del alucinante especial sobre el estado de bienestar o los voceros de la propaganda patronal sobre las sucesivas contrarreformas laborales mantengan sus puestos y, más pronto que tarde, asistamos a un rescate público que permita echar a otro 20% y encarar la largamente deseada con el ABC, lo que nos proporcionaría el lujo de contar con un medio transversal que haría las veces de capilla sixtina de lo que han sido los últimos 75 años del Reino.

Mascarell marca el camino

La semana pasada hablaba de lo que se juega el PSC en las próximas elecciones municipales en la capital de Charneguistán. No sólo el ayuntamiento, sino la opaca Diputación de Barcelona, están en juego. Parece que fue ayer cuando Montilla, Iceta y Zaragoza heredaron el partido mandando en todas partes y con la oposición arrinconada en la alcaldía de Sant Cugat. Eso sí, con la notoria excepción de Ernest Maragall no ha salido un solo socialista a valorar el trabajo del clan del llobregat.

Extinguido con la decapitación de Maragall el federalismo -que pasó a ser algo residual por más que la combinación de la necesidad de cargos por parte del sector federalista y la necesidad de tener gente presentable para las elecciones del aparato-, el PSC se arrastra hoy abrazado a lo que queda del brazo político de los GAL, y enfrascándose en una pelea suicida contra el resto de nacionalistas españoles por el monocultivo del voto identitario.

Para evitar la hecatombe en Mayo -donde hecatombe significa unos desacostumbrados niveles de paro entre la militancia sociata con todo lo que ello supone y que bien conocen los compañeros blavencianos y madrileños- los plusmarquistas en paro se han inventado unas primarias sin reglamento público que presentan como un ejemplo de democracia sin que el personal parezca darse por enterado.

En una esquina está Tura, puesta a dedo como número dos por el Gran Líder en las últimas autonómicas, puesto que aceptó con la misma disciplina que la conselleria de Justicia. En la otra Hereu, el candidato que se sacó de la manga el sector filesero-movilmero para, en un ascenso meteórico -estaba de cuarto teniente de alcalde- accedir a la alcaldía por designación directa del aparato.

Huelga decir que ambas candidaturas harán listas cerradas y elegidas a dedo. Huelga decir que ambas candidaturas han apoyado todos y cada uno de los atentados del Impostor contra los derechos laborales y sociales de los súbditos del Reino. Huelga decir que ambas candidaturas apoyaron la bajada de pantalones en el congreso después de que el TC le practicara la eutanasia a lo que quedaba del Estatut. Huelga decir que ninguna de las dos candidaturas ha recibido el apoyo de la concejal Itziar González, que huyó del ayuntamiento después de sufrir múltiples amenazas por su oposición a la praxis urbanística del partido mayoritario de la izquierda catalana. Huelga decir que ninguna de las dos candidaturas han hecho el menor comentario sobre el trío de incompetentes que están consiguiendo hundir en solo 5 años algo que había costado medio siglo levantar. Huelga decir que ninguna de las candidaturas se opone a las ordenanzas autoritarias que el ayuntamiento se dedica a aprobar para tratar de disimular su carencia de proyecto si exceptuamos la práctica del urbanismo gore, ya sea dentro de la ciudad aprobando mamotretos contrarios a la ley de costas o fuera de la misma con el sainete de las olimpiadas de invierno. Huelga decir que ambas candidaturas coinciden en pasar olímpicamente de la acción de gobierno para limitarse a criticar a la oposición.

Huelga decir, en fin, que gane quien gane este simulacro de primarias sin democracia, sin proyecto y sin interés tandrán el final que merecen Montilla, Iceta y Zaragoza, a quienes solo les quedará acabar de poner a lo que queda del PSC debajo de la bota del PSOE-GAL y pillar, acto seguido, un sillón caliente en el que poder colocarse. Mascarell marca el camino.

Mondo RuGALcaba

No, la cosa no va de los veinte etarras falsos absueltos después de diez años de un proceso judicial rico en calumnias y en el noble ejercicio del periodismo al dictado a la policía. No, tampoco va del señor detenido en Murcia por una agresión que no había cometido y del noble ejercico del periodismo al dictado de la policía.

El Gobierno del Reino sigue, con la fiabilidad que le caracteriza, sigue fuerte en el compromiso con los más débiles que el Impostor anunció en su sesión de investidura. Más allá de la lluvia de agresiones sin precedentes a los derechos laborales y sociales de los que le pagamos el sueldo, el progresismo españatarra se ha cebado de manera muy especial con el numeroso colectivo subespañol, con sucesivos endurecimientos normativos muy Bremen años 30.

En el marco del GAL anti-inmigración que está aplicando el gobierno, la guinda del pastel son los campos de concentración para subespañoles, perdón, los centros de internamiento de extranjeros. Los CIEs son unos sitios inventados por el PSOE-GAL para encerrar a gente que no ha cometido ningún delito, machacar las garantías judiciales y luego poder sacar pecho en las campañas electorales de que ellos han expulsado a más personas, perdón, subespañoles que el mismísimo inspector Aznar López.

El Gobierno del Reino ha tenido, además, el inmenso y señorial detalle de reducir a la mitad los fondos concedidos a SOS Racismo, asociación de maleantes destinada a la protección de los subespañoles. Ya se sabe que rescatar a las concesionarias de peajes, a los bancos y a los fabricantes de coches que chantajean a las plantillas con la total complicidad de los poderes públicos y los sindicatos -que, eso sí, aclaran , haz como digo y no como hago, que lo que hacen en Nissan no se debe hacer en más sitios- tiene sus costes, y todo en la vida es cuestión de prioridades.

Las de la prensa nacionalista  española pasan estos días por denunciar la infinita generosidad de los bwanas que han permitido hablar en dialectos tribales en la institución que pagan. La denuncia presentada por más de 50 internos del campo de concentración de Sapadors, en Blavencia, ha pasado algo más desapercibida. Además de la violencia sistemática, los internos denuncian una red de extorsión económica formada por ejemplares servidores de nuestro estado de derecho. En fin, rubalcabismo en estado puro.

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Bonus Track futbolero: Mourinho versus Guardiola, versión Grupo Godó.

Papá Estado

Mi humilde propuesta es que abandonemos la inservible y engañosa denominación de «papá estado» en favor de la más realista «hijo tonto estado», habida cuenta de las consecuencias que cabe extraer tanto de la dirección del flujo de recursos monetarios como de la pericia, responsabilidad y habilidad que muestran los poderes públicos a la hora de atender sus obligaciones. Concretamente, estaríamos hablando del hijo tonto con amigos tirando a muy chungos, de esos que hacen que un día llegues a casa y te encuentres con que te falta no solo la mitad de la bodega sino el ordenador, la tele y el equipo de aire acondicionado.

Adicionalmente y por motivos también pragmáticos, propongo también que aparquemos la falaz y maquiavélica separación entre pueblo y estado y, en su lugar, optemos por la más operativa separación entre el estado, los poderosos y los que alimentamos los estómagos y una larga lista de cosas de ambos.

Poder, se puede.

661 millones de euros

Ese es el presupuesto que maneja la Diputación de Barcelona. Su Presidente es Antoni Fogué -elegido con los votos de todos los partidos excepto el PP, que votó a Kid García Albiol-, que fue elegido sorprendentemente en lugar de su jefe en el ayuntamiento de Santa Coloma -Bartomeu Muñoz, empurado en el garzonazo pretoriano-. Fogué, que es además el marido de Manuela de Madre -todo queda en casa, sí-, fue nombrado en una votación a puerta cerrada de los 51 diputados de la institución, y hasta después de su nombramiento la prensa no sabía ni que era candidato. Fogué sucedió en el cargo a Corbacho, quien había sucedido a Montilla, y así con una larga lista de estadistas ejemplares y con grandes conocimientos en materia de financiación de partidos que inauguró en democracia Tarradellas, cuyo hijo disfruta hoy en Suiza del título nobiliario y el resto de cosas que se ganó su padre por su ejemplar compromiso con la democracia.

Mientras Wikileaks no se pone a ello, un servidor lleva dos semanas tratando de enterarse de cómo se eligen los 51 miembros del pleno de la diputación. En la CAV, donde no son tan modernos, los eligen por sufragio directo, con su campaña electoral y todos esos engorros, incluyendo además el control democrático de la institución. A día de hoy, 24 de esos representantes son del PSC, 17 de CiU, 4 del PP, 4 de ICV y 2 republicanos. Al parecer, la provincia de Barcelona se divide en varias demarcaciones dependiendo de los partidos judiciales –aquí está el reparto de 1999, si bien no detalla qué localidades forman parte de cada partido judicial-.

Al parecer, la cosa se regula mediante la cochambrosa ley electoral española, un texto muy recomendable con su brevedad y por la claridad con que expresa hasta qué punto los palmeros monárquicos son capaces de aprovechar la ocasión más peregrina para hacerse la autocrítica encima sin descuidar el costumbre de usar una retórica de cuarta división, del «La Constitución española se inscribe, de forma inequívoca, entre las constituciones democráticas más avanzadas del mundo occidental» al «es un hito irrenunciable de nuestra historia y el signo más evidente de nuestra convivencia democrática» con que acaba el preámbulo. Claro que yo sigo prefiriendo la ley de bases de regimen local, que empieza diciendo que «La organización democrática de nuestra convivencia representada por la Constitución es un hecho singular de nuestra convulsa historia de los últimos siglos; singular por el grado de sosegado consenso que alcanzó en su elaboración y aprobación, hecho de por sí ya sin precedentes» sigue hablando de la «implantación de un cimiento tan sólido de convivencia, que vale tanto como decir de futuro» para incluir referencias textuales a «nuestra querida constitución«.

No es nada extraño que tanto intelectualoide que se escandaliza ante la pretensión de que un legislador pueda declarar la nulidad de un juicio fascista, con el argumento de que un legislador no debe meterse en temas que competen a los historiadores, sea capaz de soltarte al minuto siguiente una auténtica diarrea mental de queridas constituciones, consensos sosegados y demás engendros leídos en el BOE.

En fin, disculpen por el rodeo. Estaba con los mecanismos de elección de los miembros de la diputación de Barcelona. En la web de la Diputación están los municipios incluidos en cada partido judicial. Al parecer, los escaños que corresponden a cada partido judicial se reparten, de acuerdo con la Ley d’Hondt, entre los partidos concurrentes. Esos partidos, a puerta cerrada, eligen a quienes decretan los respectivos aparatos para ocupar el puesto que les corresponde, con el único requisito de queel elegido haya obtenido un acta de concejal. Huelga decir que no hay un solo control sobre los nombramientos, ni audiencias públicas, ni nada que se le parezca para una institución que mueve más de 600 millones de euros -sin contar con los organismos autónomos- y ha sido reiteradamente apercibida por la Sindicatura de Comptes por sus prácticas de contratación de obras, de personal, de servicios, de concesión de subvenciones y demás con especial mención a los medios de propaganda, perdón, de comunicación.

Uno de los miembros de la diputación es Manuel Bustos Garrido. Además de ex-conserge del museo de paleontología local, sobrino del presi del gremio de constructores local, actual alcalde de Sabadell y hermano de Paco Bustos Garrido, que también ejerce desde la máxima confianza tareas de gobierno pese a los sucesivos embates de la fiscalía anti-corrupción. El buen señor, que se quedó a un escaño de la mayoría absoluta -que completa obedientemente el único concejal pepero, a la manera vasca-, impulsa a partes iguales la obra de gobierno y los medios de comunicación locales -que son algo alucinante, llamativos incluso en los parámetros en los que nos solemos mover por debajo de los Pirineos en la materia-. Bustos rezuma cultura democrática por todos los poros. No hay más que leer el excelente blog insuperablemente titulado Sabadell ha de canviar l’oposició -nos los linko porque me dan miedo-  para tener una idea exacta de la calidad humana, democrática y ética de los enchufados acojonados con la posibilidad de quedarse en paro, perdón, de los ciudadanos responsables que vuelcan en la red sus preocupaciones sobre la política local.

En fin, una cosa muy del estilo de la que colgó en su blog Núria Parlón, actual alcaldesa de Santa Coloma designada a dedo por el aparato del PSC después de que el garzonazo pretoriano diera con su jefe en la cárcel, contra los diversos colectivos de Santa Coloma que se manifestaron en contra de la corrupción generalizada del alcalde y sus compinches:

«Quan observo determinats comportaments que s’erigeixen amb superioritat i prepotència, maquillats d’avantguarda popular i promoguts per gent amb un alt nivell d’irresponsabilitat cívica i manca de respecte cap a les “res pública”. Suposats bufons ingenus “bona gent” que oculten, remenant les cireres, caducs aspirants a líders, frustrats i fracassats, avui demagogs professionals, dinamitadors socials i antidemocràtes que s’acompanyen d’una litúrgia dantesca tot arrossegant amb les seves mentides i dicotomies fàcils (salvadors “ells” i dimonis “els altres”) alguna gent de “bona fe” i alguns joves que volen fer legítimament la seva revolució generacional. Davant l’escenari em ve al cap una cançó molt bona dels Stranglers que porta per títol No More Heroes. Per sort el sentit comú i la intel•ligència de la ciutadania és tan admirable que redueix a anecdotari la cacofonia d’aquests presumptes “salvadors” .«.

Valga este ladrillo para ir entrando en materia para la siguiente entrada, que versará sobre las escabrosas primarias montadas por un proyecto político quebrado cuya única esperanza es tratar de mantener su poder en las diputaciones. Desde luego, 661 millones de euros más organismos autónomos bien pueden valer para hacer habitable el paso por la oposición o, cuanto menos, siempre servirán para tapar bocas.

Catalanes, vayámonos

No contentos con haber oficiado la boda de la banca con el ladrillo que ha dejado KO la economía de los españoles, los partidos monárquicos y nacionalistas españoles siguen teniendo ideas. El PPSOE ha decidido compaginar los recortes sociales con recortes del raquítico autogobierno. Por la vía del bigote o por la vía del talante, los señores que han mangoneado hasta decir basta las cajas de ahorros y han pilotado la aberrante política de infraestructuras del Reino de España se han propuesto poner coto a las taifas.

Empezemos, pues, con algunos datos. El año pasado, los ayuntamientos tuvieron un déficit de 5.671 millones de €. Las CC.AA., por su parte, tuvieron un déficit de 21.164 millones de €, aun cuando tienen a su cargo la parte del león de las políticas sociales con sanidad, educación y diferentes niveles de competencias en seguridad o vivienda. El Gobierno del Reino, por su parte, se adjudicó un déficit de 99.785 millones de €, a pesar de contar con el significativo superàvit de la seguridad social, además de los 20.000 millones de euros que el sheriff de Nottingham, perdón, la Hacienda del Reino, detrae anualmente de Catalunya.

En cuanto al total de la deuda (perdón, los datos siguen siendo del señor más incompetente del Reino de España, que a pesar de que mucha gente cree que ocupa un sillón en Moncloa es un señor que ocupa un sillón en el Banco de España), los ayuntamientos deben alrededor de 30.000 millones de €. Por su parte, las CC.AA. deben 107.000 millones de €. El resto hasta llegar hasta los más de medio billón de cafés que debemos los contribuyentes españoles a nuestros acreedores es mérito de los señores del bigote y del talante.

Dejo para mañana -llevo una semana tratando de enterarme de cómo se eligen a los 51 señores que deciden en qué se gastan los casi 700 millones de euros de presupuesto de la Diputación de Barcelona – los 17.000 millones de euros que cuestan anualmente las diputaciones, entes nacidos en la mítica Constitución de Cadiz y que, como greatest hit del nacional-constitucionalismo españatarra, se mantienen en la opacidad más absoluta, sin controles democráticos de ningún tipo, usadas por las maquinarias de los partidos para una multitud de tareas de gran interés antropológico, muy al contrario de lo que sucede con las diputaciones de esos vascos medievales e inasequibles a la modernidad, y que eligen por sufragio directo a sus diputados y tienen órganos de control de los gobiernos de las mismas-.

Sí está bien destacar, eso sí, que la pluralidad legislativa de la CAV, con las mencionadas diputaciones funcionando a todo trapo y con atribuciones que llegan a materias fiscales que son uniformes en el resto de Reino, no es impedimento para que su tasa de paro sea europea -cada vez menos, habida cuenta de la ingente labor de Fachi y sus compinches para subnormalizar todo lo que se encuentra-, mientras que la del resto del Reino cabe encuadrarla en el llamado milagro económico español. Por lo que respecta a su deuda,tiene una valoración más alta que la del Reino de España.

Únicamente a unos saqueadores como los que padecemos desde que el pueblo español, en un alarde de madurez inaudito -en el sentido que, en efecto, todos los países democráticos en general y occidentales en particular se han abstenido de emular un proceso de la altura ética, política y social de la transición-, decidió comprar lo que dejó preparado el Caudillo simbolizado por el Borbón, podría ocurrírseles sumar al diluvio de todo tipo de recortes que lidera el Impostor añadir una nueva ronda a costa de las administraciones encargadas de prestar los servicios que mejor funcionan en España -solo hay que comparar Sanidad y Justicia-.

Mientras tanto, eso sí, toda la demagogia sobre la duplicidad sigue sin explicar para qué sirven ministerios vacíos como el que lidera Leire Pajín, dedicado únicamente a hacer campañas y leyes submorales. Tiene su mucho mérito que el PPSOE haya conseguido no reducir las dimensiones de la gigantesca comedera pública del Gobierno central a pesar de los sucesivos traspasos competenciales a las autonomías. Por si acaso, el Impostor ha decidido dejar bien guardada en el cajón su prometida ley de transparencia, no vaya a ser que además de las duplicidades, además de su primo, además de los amigos del gerente del brazo político de los GAL y además de los imprescindibles viajes de las niñas, lleguemos  a hacernos cargo de las nulidades que pagamos.

Elogio de MAFO

Mientras leemos la peripecia de la número dos de la Gran Esperanza Blanca del socialismo español, condenada por prevaricación y lógicamente apoyada por su jefe ante las críticas de todo dios, un acontecimiento está pasando desapercibido.

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Toledo ha admitido a trámite una querella del PP contra los tres administradores de Caja Castilla-La Mancha nombrados por el preclaro estadista que dirige el Banco de España. Como es lógico, al buen señor nadie le ha pedido la dimisión, ni tan siquiera que pierda un minuto explicando por qué el juez ha admitido a trámite una querella por delito societario y falsedad en documento público contra sus subordinados. Por ello, es de suponer que el buen hombre seguirá con la recortada, bramando 24 horas al día sobre 24 para que los derechos sociales y laborales de los españoles queden reducidos a algo más pequeño de lo que acabará siendo el sistema financiero español ante la competente supervisión de MAFO.

Y lo que es más: el buen señor, con un curriculum de éxitos sin parangón en el muy interesante siglo XX español, va a poder lidiar con toda la calma del mundo con el cierre de las cuentas del engendro que el PPSOE montó con CajaMadrid y Bancaja, y que presenta las mismas dificultades que embutir a Cristina Almeida en un vestido de cualquiera de las asistentes a una de las legendarias fiestas privadas de Silvio Berlusconi o de las no menos legendarias fiestas de otros gobernantes de países PIGS que, eso sí, cuentan con la suerte de tener una prensa con un nivel de docilidad que es la envidia no ya de la Venezuela chavista sinó incluso de la Cuba castrista.

Eso sí, cuando acabe todo alguien tendrá que reconocerle al bueno de MAFO sus méritos, el principal de los cuales habrá sido conseguir, por primera vez en la historia, una privatización de un sector del tamaño de las cajas no sólo sin ingresar un solo euro en las arcas del estado para salvar el expediente, sino de dejarlas más vacías que el proyecto político de los autonomistas catalanes después de la sentencia pactada por el tribunal nombrado por el PPSOE.

Perder la guerra

Como bien sabemos los súbditos del Reino de España, una guerra es mala de pelotas, pero perderla es peor aún. Cada día, cada hora, cada minuto y cada segundo tenemos la oportunidad de disfrutar la demencial herencia que supuso el extermino de todo lo bueno que había en España por parte del nacional-catolicismo fascista. De la acumulación de capital a la cultura del estado pasando por la democracia raquítica y la corrupción generalizada, las funestas consecuencias de las sucesivas victorias por KO del Caudillo y sus compinches y sucesores se siguen notando cada día.

Ayer el Gobierno del Reino volvió a colocar con éxito de crítica y público una emisión de deuda de 3.000 millones de euros. El mismo Gobierno cifra la deuda pública en unos moderados 600.000 millones de euros o, por usar la unidad de medida propuesta por el Ministro de Industria, 500.000 millones de cafés. Sin embargo, cada dos por tres tenemos amagos de infarto en los casinos bursátiles conforme los sociópatas siguen apostando a la -evidente, si bien opaca- necesidad de que el Reino opte entre ser rescatado de la ruina o la sabia opción de hacer una suspensión de pagos.

A nadie se le escapa que el Gobierno del Reino tiene en el mundo civilizado aún menos credibilidad de la que tiene de puertas adentro, y por motivos bien fundados. La deuda tuneada del medio billón de cafés se salta alegremente los compromisos de pago de un buen número de empresas, entes y OVNIs públicos cuyas únicas funciones son enchufar lastres del PPSOE y hacer disminuir los datos oficiales de deuda. La impresentable morosidad de las administraciones públicas es una foto perfecta frente al maquillaje de las auto-felicitaciones por la contención del déficit o los presuntos éxitos del sucesivo engrandecimiento de la deuda. Sin embargo, lo más relevante es la quiebra del sistema financiero y la sucesiva asunción por parte del Gobierno de todo tipo de avales que no están contabilizados en ningún sitio, avales que empiezan con la garantía de los depósitos y terminan en la llamada barra libre de liquidez del BCE. Por supuesto, los mentirosos compulsivos del Gobierno y el Banco de España se han apresurado a señalar que todos esos avales no se ejecutarán nunca y que tenemos un sistema financiero que es la envidia del mundo mundial. Como será la cosa, que a estas alturas de la película aún tenemos almas cándidas -que, eso sí, ni han pisado una empresa en su vida ni tienen la menor idea sobre el sistema financiero- berreando cosas como que «la gran ironía de la crisis financiera es que nosotros realmente no hemos tenido una».

La magnitud de las falsificaciones contables amparadas y protegidas por los poderes públicos empezando por el sociópata que está al frente del Banco de España y es el más directo responsable de todo cuanto acontece en el sector financiero español acojona. Para que se hagan una idea de a qué extremos delirantes llega la ingeniería financiera, ayer leía que los bancos propietarios de Metrovacesa habían decidido reducir casi un 40% el valor de sus activos inmobiliarios hasta los 21 euros -originalmente llegaron a estar valorados, ante la atenta mirada del sociópata del Banco de España, en 57-. Cuenta la noticia que la reducción es un ejemplar ejercicio de prudencia contable de las propias entidades y que sigue la normativa del Banco de España. Vamos, que es todo legal. Lejos de la prudente valoración de 21 euros por acción, las acciones de Metrovacesa cotizan a poco más de cinco (5) euros (€). Esta clase de basura con un valor hinchado en más de un 350% es la que tenemos avalada y es por ese motivo por el que cualquier persona normal apostaría una coca-cola a la segura, inevitable e ineluctable quiebra del Reino de España.

En su loca carrera contra la realidad, los sociópatas del gobierno, siguiendo las admoniciones del incompetente, impresentable e indecente sociópata encargado de que tengamos un sistema financiero que no sea una bomba de relojería, están dedicados a una serie de contrarreformas regresivas, inhibidoras del consumo, de una injusticia sangrante y unos resultados dantescos a corto plazo y aún peores a largo plazo.

No contentos con ello, preparan un nuevo decretazo que prosiga el saqueo constante de los fondos públicos para seguir fusionando zombies. El mayor protagonista es el engendro de Cajamadrid-Bancaixa, quizás el mayor exponente de los logros del PPSOE en el sector. El hedor a quiebra es de tal calibre que a los sociópatas del gobierno que andan extendiendo el miedo sobre la viabilidad de las pensiones y se comprometieron públicamente a poner fin al cachondeo de las pre-jubilaciones han tenido la prudencia de no abrir la boca ante el anuncio de una nueva lluvia de pre-jubilaciones anunciada por Rato y sus compinches a partir de los 53 años. Estremece pensar en la cantidad de cafés pagados con dinero público que serán necesarios para tapar el descomunal boquete y que alguien -mortalmente equivocado, todo sea dicho, pese a que no faltará la algarabía triunfalista con alusiones a Abderramán, a Mazzini y compañía- se quede con el muerto para tratar desesperadamente de apuntalar un proyecto inviable.

Retomando el principio del artículo, peor que una guerra es la derrota. El bestial vapuleo al que -desde dentro y desde fuera del Estado- unas élites corruptas, incompetentes y sociópatas están sometiendo a los contribuyentes del Reino de España va a tener unas consecuencias largas, desagradables y costosísimas.

Apartado de consignas: ¡Que regulen la banca y no a mí. No me toquen la XXXX con la ley antitabaco!