Ese es el presupuesto que maneja la Diputación de Barcelona. Su Presidente es Antoni Fogué -elegido con los votos de todos los partidos excepto el PP, que votó a Kid García Albiol-, que fue elegido sorprendentemente en lugar de su jefe en el ayuntamiento de Santa Coloma -Bartomeu Muñoz, empurado en el garzonazo pretoriano-. Fogué, que es además el marido de Manuela de Madre -todo queda en casa, sí-, fue nombrado en una votación a puerta cerrada de los 51 diputados de la institución, y hasta después de su nombramiento la prensa no sabía ni que era candidato. Fogué sucedió en el cargo a Corbacho, quien había sucedido a Montilla, y así con una larga lista de estadistas ejemplares y con grandes conocimientos en materia de financiación de partidos que inauguró en democracia Tarradellas, cuyo hijo disfruta hoy en Suiza del título nobiliario y el resto de cosas que se ganó su padre por su ejemplar compromiso con la democracia.
Mientras Wikileaks no se pone a ello, un servidor lleva dos semanas tratando de enterarse de cómo se eligen los 51 miembros del pleno de la diputación. En la CAV, donde no son tan modernos, los eligen por sufragio directo, con su campaña electoral y todos esos engorros, incluyendo además el control democrático de la institución. A día de hoy, 24 de esos representantes son del PSC, 17 de CiU, 4 del PP, 4 de ICV y 2 republicanos. Al parecer, la provincia de Barcelona se divide en varias demarcaciones dependiendo de los partidos judiciales –aquí está el reparto de 1999, si bien no detalla qué localidades forman parte de cada partido judicial-.
Al parecer, la cosa se regula mediante la cochambrosa ley electoral española, un texto muy recomendable con su brevedad y por la claridad con que expresa hasta qué punto los palmeros monárquicos son capaces de aprovechar la ocasión más peregrina para hacerse la autocrítica encima sin descuidar el costumbre de usar una retórica de cuarta división, del «La Constitución española se inscribe, de forma inequívoca, entre las constituciones democráticas más avanzadas del mundo occidental» al «es un hito irrenunciable de nuestra historia y el signo más evidente de nuestra convivencia democrática» con que acaba el preámbulo. Claro que yo sigo prefiriendo la ley de bases de regimen local, que empieza diciendo que «La organización democrática de nuestra convivencia representada por la Constitución es un hecho singular de nuestra convulsa historia de los últimos siglos; singular por el grado de sosegado consenso que alcanzó en su elaboración y aprobación, hecho de por sí ya sin precedentes» sigue hablando de la «implantación de un cimiento tan sólido de convivencia, que vale tanto como decir de futuro» para incluir referencias textuales a «nuestra querida constitución«.
No es nada extraño que tanto intelectualoide que se escandaliza ante la pretensión de que un legislador pueda declarar la nulidad de un juicio fascista, con el argumento de que un legislador no debe meterse en temas que competen a los historiadores, sea capaz de soltarte al minuto siguiente una auténtica diarrea mental de queridas constituciones, consensos sosegados y demás engendros leídos en el BOE.
En fin, disculpen por el rodeo. Estaba con los mecanismos de elección de los miembros de la diputación de Barcelona. En la web de la Diputación están los municipios incluidos en cada partido judicial. Al parecer, los escaños que corresponden a cada partido judicial se reparten, de acuerdo con la Ley d’Hondt, entre los partidos concurrentes. Esos partidos, a puerta cerrada, eligen a quienes decretan los respectivos aparatos para ocupar el puesto que les corresponde, con el único requisito de queel elegido haya obtenido un acta de concejal. Huelga decir que no hay un solo control sobre los nombramientos, ni audiencias públicas, ni nada que se le parezca para una institución que mueve más de 600 millones de euros -sin contar con los organismos autónomos- y ha sido reiteradamente apercibida por la Sindicatura de Comptes por sus prácticas de contratación de obras, de personal, de servicios, de concesión de subvenciones y demás con especial mención a los medios de propaganda, perdón, de comunicación.
Uno de los miembros de la diputación es Manuel Bustos Garrido. Además de ex-conserge del museo de paleontología local, sobrino del presi del gremio de constructores local, actual alcalde de Sabadell y hermano de Paco Bustos Garrido, que también ejerce desde la máxima confianza tareas de gobierno pese a los sucesivos embates de la fiscalía anti-corrupción. El buen señor, que se quedó a un escaño de la mayoría absoluta -que completa obedientemente el único concejal pepero, a la manera vasca-, impulsa a partes iguales la obra de gobierno y los medios de comunicación locales -que son algo alucinante, llamativos incluso en los parámetros en los que nos solemos mover por debajo de los Pirineos en la materia-. Bustos rezuma cultura democrática por todos los poros. No hay más que leer el excelente blog insuperablemente titulado Sabadell ha de canviar l’oposició -nos los linko porque me dan miedo- para tener una idea exacta de la calidad humana, democrática y ética de los enchufados acojonados con la posibilidad de quedarse en paro, perdón, de los ciudadanos responsables que vuelcan en la red sus preocupaciones sobre la política local.
En fin, una cosa muy del estilo de la que colgó en su blog Núria Parlón, actual alcaldesa de Santa Coloma designada a dedo por el aparato del PSC después de que el garzonazo pretoriano diera con su jefe en la cárcel, contra los diversos colectivos de Santa Coloma que se manifestaron en contra de la corrupción generalizada del alcalde y sus compinches:
«Quan observo determinats comportaments que s’erigeixen amb superioritat i prepotència, maquillats d’avantguarda popular i promoguts per gent amb un alt nivell d’irresponsabilitat cívica i manca de respecte cap a les “res pública”. Suposats bufons ingenus “bona gent” que oculten, remenant les cireres, caducs aspirants a líders, frustrats i fracassats, avui demagogs professionals, dinamitadors socials i antidemocràtes que s’acompanyen d’una litúrgia dantesca tot arrossegant amb les seves mentides i dicotomies fàcils (salvadors “ells” i dimonis “els altres”) alguna gent de “bona fe” i alguns joves que volen fer legítimament la seva revolució generacional. Davant l’escenari em ve al cap una cançó molt bona dels Stranglers que porta per títol No More Heroes. Per sort el sentit comú i la intel•ligència de la ciutadania és tan admirable que redueix a anecdotari la cacofonia d’aquests presumptes “salvadors” .«.
Valga este ladrillo para ir entrando en materia para la siguiente entrada, que versará sobre las escabrosas primarias montadas por un proyecto político quebrado cuya única esperanza es tratar de mantener su poder en las diputaciones. Desde luego, 661 millones de euros más organismos autónomos bien pueden valer para hacer habitable el paso por la oposición o, cuanto menos, siempre servirán para tapar bocas.
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