Maracas Power
Lo que no osaron hacer con viento de Levante el Minis Trillo, el inspector Aznar López y el desacomplejado Álvarez-Cascos, cuando el grupo parlamentario de los GAL les criticaba en el Parlamento por hacer currar demasiadas horas a los pobriños controladores aéreos poniendo en peligro la salud de los viajeros, ha sucedido.
Con una escenografía propia del cuadro de deficiencia mental que acompaña al gobierno en bloque y de forma especial a quienes más listillos se creen en comparación con sus compis de gabinete -aquí hablamos del Serpiente, de ruGALcaba y del florero de Defensa, que están como unas maracas exactamente igual que sus colegas con la única diferencia de que se creen lo más de lo más-, ya tenemos a los militares obligando a punta de pistola a los trabajadores de un sector que no afecta a la seguridad del Reino a ir a trabajar después de que el Gobierno del reino aprobara, por decreto por supuesto -cuarta vez este año en la materia que nos ocupa-, un estado de alarma por todo lo bajo que hubiera hecho las delicias de la melé de anormales que montaron el 23-F, el 24-F y todo lo que ha venido después en la misma línea.
Declarar el estado de alarma porque unos trabajadores -a los que por lo demás el blog Maketo apoya, especialmente habida cuenta de las alternativas que hay por aquí- se niegan a ir a trabajar y te montan una huelga salvaje por todo lo bajo es algo lleno de posibilidades -en concreto y a falta de analizar más posibilidades, el gobierno ha extendido de forma efectiva la amenaza de muerte que pesa contra subespañoles y extranjeros anti-OTAN a trabajadores y catalanes independentistas, como en los glory days-. Habida cuenta de que el derecho de huelga por aquí está suspendido de facto por la secular costumbre de decretar unos servicios mínimos que convierten en gilipollas a cualquier partidario de la huelga, nadie puede tener la menor duda de que ese universo de posibilidades que ha abierto el brazo político de los GAL aprovechando el odio que el personal siente por los controladores va a dar réditos en el futuro- no en balde los organismos presuntamente garantistas como el TC están incluso más corrompidos que la gentuza que los nombra-.
Leo además una encuesta en el periódico oficioso del brazo político de los GAL que las expectativas electorales de Mister «me cueste lo que me cueste» -y sus compinches a la hora de ejecutar la más bestia de las muchas y sucesivas regresiones laborales y sociales que han ejecutado los gobiernos aupados por la última restauración monárquica- se están volviendo decididamente dramáticas.
Además de reconocer que la culpa es del PP -y de congratularnos por el hecho de que el calendario electoral va a impedir que después del hundimiento del Impostor y su nuevo gobierno fuerte en comunicación pueda surgir una alternativa en el partido que evite el brutal batakazo de las elecciones locales- ha llegado el momento de que todos los españoles de bien feliciten como merecen a todos y cada uno de los cargos públicos del Partido Socialista Obrero Español -siempre y cuando, se entiende, que la autoridad competente, la legión y Torrente se hallen lo suficientemente lejos como para no impedir la sana y encomiable efusión popular-, y aprovechen para hacerles partícipes de la misma vergüenza que sentimos muchos de los que les hemos apoyado en su último ciclo electoral triunfal. En resumen muy resumido, en Mayo hay que a) organizarse para ignorar a esta gentuza corrupta e incapaz que reduce la democracia a un votito del ciudadano ejemplar de turno cada cuatro años y b) organizarse para tratar de huir del Reino, cuanto antes mejor.
Por último, para concluir y no ser acusado de ser excesivamente ultra-derechista en mis opiniones, aprovecho para levantar alta y clara la bandera de Ron Paul, ideólogo del Republican Party y más concretamente de la cosa Tea Party, por haber defendido el excepcional trabajo de Julian Assange y Wikileaks, y por impulsar un Fedleaks que haga transparentes las comunicaciones entre la Reserva Federal y todos los bancos, gringos o no, en los últimos diez años.