Lo mejor de la semana LXXXVII


Concluye la legislatura en el Parlament de Catalunya con una emocionantísima votación sobre los encierros que ha suscitado el debate del respetable. Cuando tienes un autogobierno de opereta, sin poder para regular el sector financiero, sin poder para regular el mercado laboral, sin poder para decidir si los poderes públicos se deben endeudar o no, sin poder para decidir que tipo de políticas energeticas se hacen, sin poder para actuar sobre sectores regulados y sin poder para decidir sobre las propias infraestructuras acabas ocupándote de chorradas.

 

Primero fue Berlusconi, y al Impostor le pareció mal. Ahora es el lepenista moderado Sarkozy el que se lanza por la pendiente del odio étnico y se suma a las expulsiones de gitanos. Siguiendo con su línea de coherencia, eso sí, el Impostor, que estuvo en contra de lo de Berlusconi, está a favor de lo de Sarkozy. Eso sí, no consta que las gentes de la cultura hayan opinado sobre este nuevo caso de presidente del Gobierno del Reino abducido por el estadista de turno y actuando como perrito faldero, tal y como es su norma.

 

Mientras el ejército de 3.000 –reconocido- paramilitares que han montado las democracias occidentales para contribuir con los ejércitos occidentales a extender la democracia, el liberalismo y los derechos humanos en Afganistán, se cierra el contrato de venta de armas más importante de la historia entre los USA y Arabia Saudí, ese campeón de la democracia, con Irán en el punto de mira.

 

Fatxi “sí, bwana” López se estrena en el debate sobre el estado de la CAV con un regalito de su jefe, el Impostor, pactando los presupuestos con el PNV, anunciándolo el día antes del debate, y anunciando que el importe negociado con el Grupo Vasco en el Parlamento excedía en un 50% la chapuza de negociación que hizo hace un año Fatxi. La respuesta de Fatxi, eso sí, no se ha hecho esperar: “sí, bwana”.

 

El Impostor se va de viaje a New York y se reune con los inversores para ver como está el tema de la deuda de ese prodigio de la champions League que es la economía española, calificando el encuentro de “charla interesante” y cargando, acto seguido, contra dichos inversores en sus declaraciones públicas de perfil pajinero. En breve se verá si lo que fue interesante es que el buen señor dijo lo mismo en público y en privado, o por el contrario pactó los plazos y las cantidades de dinero público pagado por los contribuyentes españoles y detraído a los colectivos que más tienen. Por supuesto, la subnormalidad democrática española impide que tengamos la menor información sobre las reuniones mantenidas por Mister Pinganillo y el resto de paletos que le acomapañaron.

 

 

Accésit para los diputados del PSC en el Congreso que, siguiendo su tradición de hermanarse en lo posible con el franquismo sociológico y con todos los franquismos posibles –recordemos que enterraron a Samaranch con los honores que negaron a Benet, el Guti o López Raimundo-, vota en el Congreso en contra de anular el juicio a Companys. CiU, en su línea de moderación y de salvar España, pasa olímpicamente del tema y se decanta por la abstención. Esperemos ver bien pronto como, a raíz del caso Palau, Mas y sus compinches aprendan dolorosas lecciones al respecto.

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