Dictadura- Transició- Democràcia, de Xavier Albertí

Con el retraso marca de la casa, el blog Maketo recomienda la obra de teatro que da título al artículo, y cuyas funciones terminaron en Barcelona el pasado Domingo. Como ustedes sabrán, en los últimos tiempos el consenso que se hicieron encima los panegiristas de la transición está de capa caída. Los shows grotescos del Campechano y su parentela, por un lado, y la monumental crisis económica que ha dejado en fuera de juego a los que vinculaban la prosperidad económica con la monarquía parlamentaria, por el otro, se han sumado a un incipiente estudio crítico sobre el período.

A los que ya desde un principio cuestionaban los métodos y resultados de la transición se están sumando aquellos que vieron en ella un mal menor, entendiendo que era una especie de gigantesca disposición transitoria que, al cabo de los años, había de permitir encarar los problemas que entonces se enterraron. Así, gente respetable que va desde los nacionalistas conservadores a los electores de IU -a los que una ley electoral hecha a gloria del PPSOE está echando del sistema político español- pasando por mucha gente que está tomando nota del sainete de Garzón -y muy especialmente de los tres poderes del Reino de España- con el tema del franquismo se están sumando al run-run creciente sobre el tema.

Cuesta mucho encontrar a gente que, en público, defienda desde una pretendidamente científica historiografía lo que orgullosa y animosamente calificaban de «milagro» hace una década. Proliferan, en cambio, severas admoniciones y amargos reproches a «algunos», «algunos» que, por supuesto, no incluye a nadie que podamos leer en la prensa oficialista del regimen.

La obra de Albertí se puede encuadrar en ese «algunos» que tanto preocupan en la prensa cortesana y nacional-constitucionalista. Estructurada en cuatro escenas -durante los cambios el público, siguiendo a rajatabla las indicaciones de los acomodadores, se desplaza en masa y a dos por hora, en lo que es una bella metáfora- cronológicamente fechadas en los años de nacimiento de los cuatro autores, la cosa empieza en el 62, con el mayor asesino de españoles de la historia anunciando alegremente lo del «atado y bien atado» que tanto juego ha dado posteriormente. Con referencias a los campos de trabajos forzados y una visión que haría llorar a los esforzados guionistas del culebrón revisionista Cuéntame, se ofrece una visión poco amable de la España de la autarquía que fielmente guardaban sus ejércitos y el Caudillo.

La segunda escena es el concierto de Raimon en la facultad de Económicas de Madrid, con recordatorio para la ley de sucesión que le permitió al Borbón hacer el giro a la democracia que sin duda estaba en su fuero interno cuando juraba los principios fundamentales del movimiento o se sumaba a las manifestaciones de los psicópatas fascistas en defensa del Caudillo y sus fusilamientos. Tanto la Reina -a la que la manifestación posterior a la paliza de los grises dejó embotellada cuando se disponía a pasar el fin de semana en la Sierra, quien sabe si en compañía de algún consejero espiritual que contribuyera en la formación de sus avanzadas ideas sobre homosexualidad- como Fraga están cariñosamente retratados, así como un cargo fascista que se indigna por las críticas a la violencia represora contra unos manifestantes indeseables que, ¡anatema!, habían osado quemar retratos de los altos cargos del Estado.

La siguiente escena ya es en plena transición, y es de largo la más complicada de tratar. Una señora vuelve del exilio en Londres para presentar un programa en TVE estrenando los estudios catalanes. La buena señora acepta que le cuelen a los casposos Pecos a cambio de poder entrevistar a un escritor silenciado por los fascistas. Media hora antes del programa, la comisaria política demócrata -donde demócrata significa fascista con la chaqueta recién cambiada- veta al escritor e impone la presencia de la cañí Lola Flores. La presentadora se niega en redondo a los cambios y dice que abandona el programa. Después de unos minutos de presiones -entre las cuales las de sus sabiamente acojonados compañeros de trabajo que han abandonado otras ocupaciones, y que por cierto marca ciertas distancias entre la protagonista y el paladín de Samaranch que pasa por ser hoy uno de los all stars del periodismo patrio-, la buena señora acepta el cambio, si bien exige como contrapartida que se emita una imitación del Caudillo. Obviamente, la cosa tampoco cuela -«es demasiado pronto», «más adelante», «ponemos en peligro poder seguir con el pregrama», etc.-, y después de las consabidas presiones la mujer se pliega y empieza el programa, una auténtica XXX pinchada en un palo que comienza en el minuto 1 con un fallo en el playback de los Pecos.

La última escena ya es a finales de los 80, en democracia. O en subnormalidad democrática, para entedernos. La cosa va de torturas y de los incontrolados de las FSE haciendo de las suyas, ya bajo mando impecablemente democrático y hasta socialista, en un bar de Euskal Herria, asesinando a un presunto etarra y a su novio, para terminar con un contundente baile entre los pikoletos y los asesinados al son de Dos Gardenias.

Al acabar, ovación de gala y bravos a tutiplén, en un público que incluía una clase de instituto.

Continuará.

14 Comentarios en “Dictadura- Transició- Democràcia, de Xavier Albertí”

  1. Un par de comentarios:

    1) Sobre la ley electoral, realmente no se hizo a mayor gloria del PPSOE, sino de las formaciones mayoritarias en cada circunscripción. Es evidente que beneficia al PSOE y al PP (como a la UCD en su día), pero tambíen a CiU o PNV, así casi todos contentos. Los perjudicados, gente como el BNG, EA o el BNG (a nivel regional) o IU y UPyD (a nivel estatal).

    2) Algo se ha progresado cuando es posible decir todo eso en público sin que te empapelen por injurias a la corona o atentado al honor de las FSE (cuando no una terapia de mamporros en alguna celda para que aprendas). Hace unos años, ni siquiera el derecho al pataleo te respetaban…

  2. Lluis,
    La ley electoral se hizo así para evitar la dispersión del voto en minipartidos políticos, como pasa en Italia y es causa de inestabilidad política. Ahora el problema es justo es el inverso, tenemos demasiada estabilidad, tanta que nos ahoga.

    La verdad es que muchos «problemas de comunicación» entre las diferentes partes del Estado vienen precisamente por eso, por elegir a representantes políticos con un discurso ideado para circunscripciones específicas, un discurso que cala a las gentes, como estas tonterías de que los diputados van a necesitar traductores para entenderse si uno habla en catalán y el otro en español, como si fueran idiotas, vaya, o que el PSC es identitario o que Madrid es la raíz de todos los problemas del mundoh y blablabla.

    Ahora bien… la cuestión más importante de la ley electoral es que al fin y al cabo tiene que ser reformada por el que sale más beneficiado de ella, así que siempre es punto espinoso.

    Sobre la reforma laboral de la que se hablaba otro día (perdonen el retraso, pero veo que se ha puesto de moda), éste es un tema del que desafortunadamente entiendo poco: a ver, por un lado se afirma aquello de «no deberes austríacos con derechos africanos», oséase, un Estado social fuerte, mientras que por el otro se pide más «flexibilidad laboral» (cuando de hecho se habla de abaratar el despido).

    El problema es cómo se pueden dar derechos austríacos en un Estado con tanta evasión fiscal, sobre todo con la alianza de poder entre PP y empresarios evasores «yo te voto si tú no me investigas»… Ahora lo comentan en Grecia: no habría necesidad de «ajuste presupuestario» con más lucha contra la economía en negro.

    Tampoco veo tan mal la flexibilidad laboral, pero claro, con estos empresarios… En el fondo es un problema de cultura política.

  3. Uno de los problemas de la actual ley electoral es que da la representatividad por regiones en ambas cámaras.

    La camara de representación territorial es el Senado, pero actualmente se usa como cementerio de elefantes.

    En el Congreso de los Dipumangantes no debería existir este factor, pero dígale usted a los caciques autonómicos que van a perder algunos de sus derechos de pernada adquiridos, verá que risas…

  4. Anonimator,
    ¿a qué caciques autonómicos en el Congreso se refiere?
    http://www.publico.es/30838

    Que haya caciques es un problema del inmovilismo electoral tan tradicional en nuestro país y del poco control social que se da a los cargos públicos, como se puede ver en los casos de Camps o Aguirre.

  5. Anonimator,

    De hecho, te equivocas. No son los caciques nacionalistas antiespañoles los más beneficiados por ese sistema.

    Aplicando la misma ley d’Hondt pero a escala estatal (una única lista para toda España) sobre los resultados de las generales, te sale que el PP y el PSOE pierden varios escaños, entre 5 y 20 según elecciones. Y esos escaños se los llevarían partidos como UPyD, IU o incluso los del Cannabis, que en una ocasión (creo que en las penúltimas generales) habrían sacado un escaño. CiU o PNV no salen especialmente beneficiados o perjudicados. En cambio, ERC o el BNG si.

  6. Ha muerto Angel Cristo – R.I.P.

  7. Lluis, no me refiero a la antiespaña, no, que en «provincias» tambien se padece el caciquismo de tener que elegir susto o muerte si quieres que tu voto valga algo. Las otras opciones, con IU, por ejemplo, es que te da igual meter el voto en la urna o en la papelera. Eso explica que acabemos votando ap PCMA, a los del Canabis, o los del Karma Democrático, más que nada por darle vidilla a los del recuento.

    En las pequeñas provincias, con un puñado de diputados en la saca, se reparte quieras que no entre PP y PSOE, y en estas circunscripciones es donde se da en mayor grado el sitema caciquil. El que hace la lista te puede poner primero o segundo segun tu capacidad de meter maletines en el partido o tu capacidad de agarrarte los tobillos ante todo lo que se te diga y mande. A nivel nacional, pues sería mas de lo mismo, pero ya no tendrias este sistema tan apegado al terruño, que quedaria reservado al Senado, donde resulta que da igual en que puesto te ponga el mandamas local, ya que la lista es abierta.

    Si se aplica la representacion en todo el territorio, la cosa tendria más gracia, y desde luego, seria más representativa. Cierto que no se elimina al PNV o a CIU, ya que estan donde deben con los votos que tienen, pero se pone en el nivel que les corresponde a IU, UPyD, e incluso al partido del Cannabis.

  8. Anonimator,

    Yo soy de la opinión que votar, p.e., a IU o UPyD incluso en Soria tiene su utilidad. Si, son unos cientos o miles de votos que se pierden, pero hay otro partido que se autoproclama de izquierdas que, si pudiese llevarse esos votos, podría sacar un escaño más en detrimento de su máximo rival. Deberá valorar si tiene que hacer algo para atraerse a esos o no vale la pena.

    Entre otras cosas, los partidos tienen sus estimaciones de votos y saben en qué provincias un escaño puede variar en base a unos pocos cientos de votos, allí es donde se esfuerzan al máximo porque esos pocos votos valen la pena.

    Por otra parte, una lista a nivel nacional tampoco eliminaría las luchas por figurar en posiciones de salida. A fin de cuentas, alguien tiene que decidir la composición de las mismas, y en el fondo da igual que sea un cacique local o uno con residencia en Madrid. En la elaboración de listas para las europeas también hay tensiones para ir allí, y eso que es, como el Senado, un cementerio de elefantes.

  9. Lluis,
    muchas de estas provincias aportan un diputado del PP y uno del PSOE y punto. Es una proporción bastante inamovible a causa de la ley d’Hondt.

    La verdad es que para ley electoral, a mí me molan circunscripciones mucho más pequeñas a nivel urbano (y grandes a nivel rural, equiparando población), listas abiertas y un sistema mayoritario rollo first-past-the-post, pero con una corrección proporcionalista para favorecer el multipartidismo, como se hace en Alemania (aunque su sistema sea anticonstitucional…). El único problema aquí es quien proporciona la plataforma de campaña al candidato para una circunscripción, supongo que el partido político, pero es algo que se tiene que arreglar.
    Y el Senado cámara de representación territorial como dice la Consti.

    La cuestión es la de siempre, un problema de cultura política: la gente no se informa en lo más mínimo y vota lo de siempre y esto es algo que se cambia con el tiempo.

  10. Ha hablado:

    http://www.elmundo.es/elmundo/2010/05/04/espana/1272975463.html

  11. …Y perdido una fabulosa oportunidad de callarse

  12. El Rey reclama ‘trabajar todos juntos para superar la crisis’

    ¿y?¿que es eso de trabajar juntos?¿es lo de «arrimar el hombro» que dice el otro?¿y se ha ido a León a decir eso?

  13. Pradera, al grito de «si ellos tienen ONU, nosotros tenemos 2» equipara a la ONU, que ha pedido repetidamente la derogación de la aberrante ley de amnistía- y a Pío Moa, impresionante:

    http://www.elpais.com/articulo/espana/amnistia/Constitucion/elpepiopi/20100505elpepinac_15/Tes/

  14. […] ya saben, en los últimos años se ha puesto más difícil el ejercicio de la manipulación histórica sobre la llamada “transición a la democracia“. La película edulcorada, mitad […]