Como habrán observado, ando de servicios mínimos. Es por una buena causa. Eso sí, mientras la yihad que promueve la contrarreforma laboral sigue a lo suyo, bueno es echar un vistazo a lo que comenta Koldo Saratxaga:
EN la actualidad tenemos en la CAV más de cien convenios pendientes de acuerdo. Modestamente, creo que es un momento adecuado para aportar algunas prácticas reales, que venimos implementando desde K2K Emocionando junto a las organizaciones con las que colaboramos.
Para contextualizar desde dónde hago esta aportación diré que tras mi decisión de dejar la Coordinación de Irizar hace cuatro años, estoy liderando, junto al equipo de seis personas de K2K Emocionando, el cambio organizacional basado en un Nuevo Estilo de Relaciones en trece organizaciones de sectores diferentes, de tamaños diferentes (desde 16 a 500 personas y que en total suman casi 2.000 personas) y de naturaleza también diferente (tres cooperativas y diez anónimas o limitadas)
Un cambio que pasa por una relación mínima de dos o tres años, que pretende una transformación radical del paradigma organizacional y que tiene como pilares esenciales:
1.- Acuerdo de la propiedad.
2.- Acuerdo de una gran mayoría de las personas tras votación en asamblea. (En ambos casos tras visitar y sentir dos o tres organizaciones donde el cambio está siendo una realidad)
3.- Lograr la supervivencia de la organización contando con todas las personas en activo.
4.- Cambiar del modelo jerárquico imperante a un nuevo estilo basado en equipos y focalizado en el cliente.
5.- Conseguir flexibilidad y disponibilidad que genere nuevo conocimiento y garantice la satisfacción del cliente.
6.- Eliminar las horas extras.
7.- Implantar un equilibrio salarial.
8.- Trabajar con transparencia total.
9.- Repartir el 25 o 30 % de los Resultados de la actividad entre todas las personas activas.
10.- Aumentar los salarios anualmente según el IPC de la CAV.
11.- Actuar desde una ética transversal y de colaboración con la sociedad.
El pasado fin de semana leía en DEIA el artículo Los sindicatos ante los convenios que vienen y una entrevista al presidente de Adegi: nada nuevo bajo el sol, la patronal pidiendo flexibilidad y congelación salarial y los sindicatos clamando que los trabajadores no son los culpables de la crisis. Todos tienen razón, pero no sirve de nada tenerla porque el problema no está en si la subida salarial será del cero o del uno por ciento. El problema es que nuestro tejido empresarial no tiene posibilidad de sobrevivir con el actual modelo jerárquico piramidal y de confrontación entre la propiedad, la dirección y las personas que trabajan en ellas.
En los últimos 15 años la riqueza generada se ha repartido de manera pésima ya que los salarios escasamente han seguido al IPC, mientras que los resultados empresariales han sido los más generosos de la historia. Ahora, con las vacas flacas se pide un esfuerzo colectivo, sin el cual es evidente que no saldremos adelante: estoy de acuerdo, pero a cambio de participar realmente en la actividad de la empresa, fuera pirámides, para así sembrar juntos, repartir juntos y tener un futuro juntos. No creo en una RSC ni en una ética empresarial que no comparte y que no es transparente con la realidad en todos sus aspectos.
En lo referente a la reducción de jornada, o la decisión es de nuevo repartir lo que hay, es decir la actividad que nos demanda el mercado, o bien los más débiles se van a la calle o permanecen excluidos que en este momento son los eventuales, los menos formados y los jóvenes que esperan. Una solución es, como plantea un sindicato, reducir la jornada y continuar todos. Esto se llama solidaridad, pero no parece que sea el sentir mayoritario porque el ejemplo no cunde y tampoco a la propiedad le gusta. Vuelvo a repetir lo que tantas veces vengo denunciando: ¿cómo es posible que haya personas en el paro y miles de empresas y por tanto decenas de miles de trabajadores, metiendo y cobrando horas extras? Nunca veo este tema encima de la mesa. Tampoco es ético que se permita desde la administración. ¿Cuándo vamos a darnos cuenta que algo debe empezar a cambiar de verdad? ¿Hasta cuándo vamos a seguir engañando y decepcionando a la sociedad y a los muchos jóvenes que esperan algo diferente?
Por otro lado, se plantea desde la patronal que es necesario aportar competitividad y flexibilidad, es decir adaptación a la realidad según la demanda para así poder estar entre los mejores. La actividad la genera el mercado y nos la otorgan los clientes, no la propiedad ni los directivos. Sin embargo, no he conocido una organización donde el cliente sea la máxima preocupación. Quienes no entiendan esto están abocadas a la frustración y el fracaso profesional. El permanente aprendizaje, las nuevas experiencias como base del conocimiento es, y lo será de forma exponencial, base imprescindible para esta nueva era que ha nacido. Se necesita diálogo y confianza para lograrlo.
Todo esto que planteo no lo hago desde la teoría, sino desde la experiencia real y actual: en las organizaciones con las que colaboramos, al inicio de la crisis en septiembre de 2008 las personas en activo eran 1.860; en diciembre de 2009 -con una actividad de entre el 45% y sólo dos organizaciones que han mantenido el 100%- las personas en activo han sido tan sólo 51 menos, producto de 45 jubilaciones y bajas voluntarias; todos los contratos eventuales se han mantenido o han pasado a indefinidos; tenemos muchos ejemplos de organizaciones cuyas personas están hasta al 90% de su salario, pero que cuando los resultados eran o sean buenos estaban o estarán hasta un 30% por encima.
Si algo me caracteriza es mi optimismo, pero con pena y dolor vuelvo a indicar que con este modelo caduco de relaciones laborales, el futuro de la mayoría de las pymes tiene próxima fecha de caducidad. Casi nada del pasado sirve; estamos en un momento crítico de la historia, consecuencia de una sociedad mal educada y desorientada, que, por otro lado, no quiere creerse que su nivel de consumo, desperdicio y desprecio al entorno deba cambiar. Necesitamos acercarnos más a la naturaleza y aprender de ella. Por lo que parece, los humanos somos los seres más inteligentes conocidos hasta el momento. Por favor actuemos en consecuencia.
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