No
Con unos días de retraso, como buen español, el blog Maketo va a sentar cátedra sobre el editorial conjunto de varios periódicos catalanes, apoyado por medios de comunicación, agentes sociales y, snif, el Barça. Como ando metido en el tema de las consultas soberanistas voy a enfocar el tema desde una perspectiva catalana, esto es, obviando la reacción que suscitó el documento al sur del río Pekos, perdón, Ebro. Para visiones menos nazis es muy recomendable el artículo de Andrés en LPD, porque si ya la iniciativa tenía su miga, la respuesta, como es habitual, la convierte en anécdota. Al tema:
¿Es normal que todos los periódicos de un sitio hagan un editorial conjunto?
¿Es deseable?
¿Es presentable que todos los medios apoyen la norma institucional básica con un entusiasmo que reproduce a escala 1:1 a la prensa nacionalista española?
¿Es tranquilizador que todos los medios catalanes se unan para algo, y que ese algo sea algo que gusta al Govern?
¿Es honesto criticar la legitimidad de un tribunal y comprometerse a acatar su sentencia?
¿Es honrado criticar esa misma legitimidad desde un medio que, como La Vanguardia, ha filtrado deliberaciones -secretas según la ley- del tribunal y, por tanto, conoce de primera mano a gentes del tribunal que tienen comportamientos contrarios a derecho?
¿Se corresponde con la verdad tildar de ley fundamental a lo que no pasa de Estatuto de Autonomía (cepillado e incumplido desde el minuto 1 por el Gobierno del Impostor)?
¿Es estético -y ético- meter en el primer párrafo una alusión al Campechano más propia de un debate en el Círculo Ecuestre a partir de la tercera copa que de una reivindicación de lo que opina el pueblo?
¿Es deontológicamente decente amenazar veladamente a los miembros del tribunal -«Por respeto al tribunal –un respeto sin duda superior al que en diversas ocasiones este se ha mostrado a sí mismo– no haremos mayor alusión a las causas del retraso en la sentencia«- y, en medios cuya teórica misión es informar, negarse a compartir con el pueblo -al que se dice defender e implícitamente representar- dichas informaciones, como si el libro de falta de estilo de Pedro Jota hubiera sentado cátedra?
¿Es cierto que el único recurso contra el Estatut lo ha presentado el PP, sin que se tengan noticias de recursos de comunidades autónomas de compañeros socialistas o del no menos compañero Defensor del Pueblo, all star por lo demás del 23-F?
¿Es verdad que la reivindicación de la España plural tiene algo que ver con la castración química que pedía el abogado del Estado -compañero progresista y federalista- en su recurso de «defensa» del Estatut, al que vaciaba de contenido pidiendo una sentencia interpretativa?
¿Tiene sentido criticar presuntos privilegios forales mientras se defiende que cuele un Estatut con derechos históricos?
¿Es democrático hablar de dignidad?
¿Se deja al TC alguna opción para salir del agujero en que se ha metido con la ayuda del PPSOE, con el peligro de que a partir de este momento dicte lo que dicte nadie va a tener la menor duda de que la sentencia va a ser un producto de las presiones recibidas?
¿Conduce a algún lugar la falta de autocrítica?
¿Se puede tomar en serio un editorial en el que no aparece el máximo responsable político del caso Estatut, con sus mentiras y sus negociaciones retorcidas, y que hoy se sienta en la Presidencia del Gobierno?
¿Sería presentable asistir a otra escenificación -siempre la penúltima- cuyo único objetivo sería resucitar el tema del Estatut para volver a tapar los cinco millones de parados cargando contra el PP?
¿Sería decente asistir a otra negociación -siempre la penúltima- cuyo único objetivo es retrasar la sentencia y forzar la recomposición del Tribunal de forma que el trabajo volviera a empezar y en ningún emitiera sentencia alguna antes de las próximas elecciones catalanas?
¿Es bueno que hace tres semanas uno de los tertulianos a sueldo de los socialistas catalanes defendiera públicamente que ya con vistas a la pre-campaña Montilla y zaragoza van a basar su estrategia en la defensa del autogobierno y de aspectos identitarios orillando, por razones obvias, temas como el paro, las finanzas públicas o la corrupción?
Como es obvio, no sé las respuestas a las anteriores preguntas. O al menos, no de todas. Sin embargo, y teniendo muy presente aquello que sabiamente dice el Lehendakari Ibarretxe, la primera vez que te engañan la culpa es del mentiroso, y la segunda es culpa tuya. Por ello, lo deseable es que los medios catalanes se dediquen a hacer su trabajo, que es informar más y opinar menos -y menos aún si es de forma unánime-, que los que van a ser políticos mañana aprendan de los errores cometidos por los actuales -que no es que sean especialmente buenos o malos, pero desconocen que una vez te dejas doblegar es estúpido tratar de mantenerte en pie porque la credibilidad solo se pierde una vez- y, en fin, confiar en que el sector nacional-católico del «corazón de la democracia» ponga fin a esta farsa y los unionistas monárquicos catalanes se apañen como buenamente puedan.
Así las cosas, y mientras no haya pruebas concluyentes al respecto, las dudas me llevan a responder No a las anteriores preguntas o, lo que es lo mismo, a seguir defendiendo el Sí a las consultas soberanistas que el próximo día 13 de Diciembre han convocado a centenares de miles de catalanes a las urnas.
Apartado de consignas: Visca Macià, que és català, i mori Cambó, que és un cabró!
Firmado: Popota, a Proud Friend of Arenys de Munt
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