El golpe de Estado del 24-F
Hay abundante, si bien mayoritariamente risible, bibliografía sobre el golpe de estado del 23-F. La mayoría de trabajos son un compendio de las tesis milagreras de los peones negros de la transición, con sus dosis de madurez del pueblo español, la actuación intachable de la corona, la generosidad de los protagonistas y demás cuentos para niños que constituyen el grueso de la aportación historiográfica española a la cosa.
Hay menos cosas, sin embargo, sobre lo que empezó después, esto es, el golpe de estado del 24-F, que empieza con una reunión del Rey con un grupo de políticos a los que sabiamente alecciona y aconseja que abandonen los programas políticos que defendían -o decían defender- hasta ese momento para, en fin, no armar follón, y es que ya se sabe que el que avisa no es traidor. Por ese motivo, el blog maketo recomienda echar un vistazo a las hemerotecas para empezar a hacerse una composición de lugar que permita, en un futuro, una aproximación científica a los variopintos fenómenos que se fueron sucediendo.
Para enmarcar la situación, el mismo 23-F la televisión soviética cerraba la emisión a causa de un desmayo del líder supremo del pueblo en un discurso, y poco después un avión argentino estaba a punto de estrellarse contra una de las torres gemelas. Más cosas, algunas recuperadas del fondo de armario del blog maketo:
Carta del Rey a los representantes políticos el 24-F:
«Sería muy poco aconsejable una abierta y dura reacción de las fuerzas políticas contra los que cometieron los actos de subversión en las últimas horas, pero aún resultaría más contraproducente extender dicha reacción, con carácter de generalidad, a las Fuerzas Armadas y a las de Seguridad.
(…)De lo contrario será preciso extraer meditadas consecuencias para determinar futuras normas de conducta.(…)»
Sentencia del Consejo Militar que juzgó a los golpistas -se entiende, a los que fueron juzgados- reconociendo como atenuante la «fidelidad a la Corona de la que dieron pruebas» durante el golpe.
Numerosos cambios habidos en el Consejo de Justicia Militar que juzgó a los golpistas durante las «investigaciones».
Noticia sobre la investigación -que quedó en nada- de la trama civil del golpe, anticipado por cierto en una revista (El País, 01/03/81), así como editorial exigiendo una investigación que no se dio -«Paranoia -no debe olvidarse- que ha sido financiada por sectores civiles, tanto o más culpables que los militares implicados, y sobre los que debe caer la ley con igual justicia y rigor, aunque se escondan los criminales tras apellidos ilustres»-:
«El Ministerio del Interior trabaja intensamente en la búsqueda de personas implicadas en la trama civil del golpe, sospecha que recae, por ejemplo, en el ultraderechista Juan García Carrés, que ha pasado a disposición de la autoridad judicial militar. También está siendo investigado el director de la revista Spic, los financiadores de la operación golpista y los civiles que, al parecer, forman parte del colectivo Almendros, autor de tres artículos publicados en el diario matutino madrileño El Alcázar, que abogan en sus escritos por soluciones anticonstitucionales.»
Noticia del mismo día en el mismo periódico que informa de la renovación del juramento de la bandera por parte del Jefe del Estado designado por el Caudillo. Conviene señalar que ni tan siquiera en ese momento -en el que renovaba el juramento a la bandera hecho en pleno fascismo y antes de perder a su hermano- se dignó a jurar la Constitución igual que sí había jurado los Principios Fundamentales fascistas, a pesar de que la propia Constitución así lo exige en el artículo 61 -«El Rey, al ser proclamado ante las Cortes Generales, prestará juramento de desempeñar fielmente sus funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las Leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas.»-.
Editorial de El País (28/02/81) sobre la masiva manifestación en Madrid del día anterior y cuatro después del golpe, habida cuenta de que el pueblo español, como fue costumbre durante la transición y sigue siendo hoy costumbre, estuvo al margen de todo, en el que se recoge de forma extravagante -y contraria a lo reflejado por los tribunales españoles que trataron el caso- la actuación de los golpistas, los cuales no dejaron de decir en ningún momento que actuaban en nombre de y por orden del Rey: «la traición al Rey de tres generales que abusaron de su nombre y de su amistad».
Noticia de El País (27/02/81) sobre los apoyos civiles a los golpistas, en el que aparecen nombres -además del del único civil condenado- y cantidades.
Editorial de El País (25/02/81) en el que protesta ante la reducción de responsabilidades a un grupo de fanáticos, tal y como ha quedado establecido en el relato canónico del suceso:
«Creemos que no hacemos sino expresar una idea compartida por mucha gente al considerar inverosímil la teoría del grupo salvaje encabezado por un trastornado al que secundaban unos cuantos oficiales fanáticos o desequilibrados y al que obedecían disciplinadamente suboficiales -y números ignorantes del significado y alcance último de la acción emprendida.»
Más de lo mismo(24/02/81):
«En cualquier caso, este acto sedicioso, si tiene el final feliz que todos deseamos, no puede ser despachado bajo la teoría del «grupo salvaje», del pelotón de guardias civiles bastante descontrolados y enloquecidos. La investigación judicial sobre el asalto con toma de rehenes al Congreso de los Diputados tiene que alcanzar el fondo de todas las tramas -incluso si están insertas en las instituciones- que vienen conspirando contra la democracia desde el mismo momento de la reforma política.»
Más en la hemeroteca del también monárquico y nacionalista La Vanguardia (24, 25, 26, 27, 28, 1)
Estas labores de documentación merecerían mejor audiencia que alguien intentado perder un rato mientras le toca currar horas extra.
Un saludo,
Y estoy seguro que la ha tenido, al menos por mi parte. Pero ha sido tan excelsa la labor de documentación que nadie tenía nada más que añadir (bueno, y estaban ocupados con la porra electoral, ejem…)
Cobarde agresió separatista contra una víctima indefensa
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Según informa la prensa seria (LD) el toro Osborne que contribuía a suavizar el impacto visual en la A2 a la altura del Bruc (provincia de Barcelona) ha vuelto a ser derribado con premeditación, alevosía y nocturnidad. Esta vez, en lugar de tunearlo con pintadas subversivas, se han limitado a derribarlo por el procedimiento de serrarle las patas.
El atentado ha sido reivindicado por unos que firman como UltimaHoraCat2. El contenido del comunicado, resumido por Regió 7 (al estar en dialecto, en LD no han podido extractarlo) viene a repetir lo de siempre: «símbolo españolista», «agresión a la nación catalana» y similares; a fin de cuentas, el mismo escrito, cambiándole la fecha, puede servir lo mismo para justificar lo del toro, el ataque a una oficina de Correos o justificar el lanzamiento de huevos a diputados del PP.
Al parecer, los Mossos ya han abierto una investigación. Supongo que no será demasiado difícil hallar a los responsables, sólo hay que seguir el rastro a alcohol y montar un dispositivo camuflado alrededor de los centros sanitarios más cercanos, con el frío que hace seguro que alguno pilla un buen catarro.
Como siempre, Ciutadans, presto a emplear su tiempo en las auténticas necesidades de este país, presentará una moción en el Parlamento para exigir al (des)gobierno de Montilla que condene el acto.
Es de esperar que ecologistas y protectoras de animales se pronuncien en breve, a fin de cuentas se trata de una especie en vías de extinción y es el único ejemplar de «toro apañoléitor» existente en Catalunya.
Por si alguien quiere saber más:
http://www.regio7.cat/secciones/noticia.jsp?pRef=2009022500_26_24411__COMARQUES-toro-Bruc-torna-terra
Pues independientemente de por qué lo hayan hecho y estando de acuerdo en que no es uno de los temas más importantes que debería ocupar a los políticos ni debería usarlo la oposición como arma arrojadiza, me parece una putada, esos toros estan declarados patrimonio de la Humanidad, y además me parecen bonitos…
Alemania,
Gracias por el comentario, si sirve para que los cabrones que tal y como está el patio mandan horas extra en lugar de contratar gente aprovechen el tiempo la cosa es buena para Catalunya.
Saludos,
Hombre no, que yo trabajo para la administración, y por lo tanto llamo horas extra a todas aquellas horas que yo pienso que moralmente no debería estar currando.
Y ahora me voy a ver si me animo y acabo lo que no acabé ayer.
Un saludo,