¿»Museo de la Paz»?

En 2007 se entregó el Premio Príncipe de Asturias a la Concordia al israelí Museo del Holocausto. Se llama Museo del Holocausto porque, como el nombre indica, el tema del que trata es el Holocausto. A nadie se le ocurrió ponerle un nombre distinto como «Museo de la Reconciliación», «Museo Pelillos a la Mar» o «Museo de la Amistad germanoeuro-judía». A lo mejor es por sentido del ridículo, por oposición al revisionismo histórico o por no caer en el bestialismo.

Ello no es problema para el Ministerio de Cultura del Reino de España, que bajo la batuta de la liberal Esperanza Aguirre Gil de Biedma impuso que el Museo de la Guerra Civil de Gernika, centrado en el bombardeo fascista, se llamara «Museo de la Paz», sin que si sepa si la entonces Ministra lo hiciera por querencia al revisionismo histórico o por puro salvajismo -esto es, sin maldad, y llena de buenas intenciones, como esos violadores supervillanos de los telefilms apologetas de la NRA que raptan a sus víctimas y les hablan de amor en un sótano-.

Todo ello ocurrió, además, exactamente nueve años después de que el Estado alemán pidiera solemnemente perdón a las víctimas del bombardeo de Gernika, llegando incluso a costear diversas infra-estructuras del municipio vasco.

La pregunta es clara:

¿A qué espera el Jefe del Estado para pedir perdón, en nombre del Estado al que representa, a las víctimas del bombardeo de Gernika, así como al resto de víctimas de la Dictadura fascista que, como buen demócrata, debe despreciar?

¿A qué espera la democracia española para tratar en aulas, museos y medios de comunicación el tema de la guerra civil provocada por el golpe de Franco, con el objeto de evitar que nunca más un cargo del rango de un Ministro de Cultura pueda promocionar el salvajismo usando palabras que únicamente un psicópata sediento de sangre podría usar para describir el Holocausto español?

4 Comentarios en “¿»Museo de la Paz»?”

  1. Eso, eso, que don Campechano pida perdón por todo lo que la malvada España (con perdón) ha hecho en su historia, empezando por la expulsión de los judíos y acabando por el horror de letra que se ha designado al himno…

  2. cReo que con la segunda pregunta tienes razón. Sin embargo, en lo que respecta a la primera no estoy de acuerdo. Opino que el estado democrático -con todos los peros que se le puedan poner a la democracia española, y vemos algunos de ellos estos días, el estado español es una democracia homologable a las europeas- no tiene por qué pedir perdón por los crímenes del estado fascista, o de regímenes anteriores. Condenar ese régimen sí, asumir como propias sus salvajadas no. Lo demás es masoquismo retórico, algo así como condenar -ya se ha dicho- la limpieza étnica que practicaron los reyes católicos, o las bestialidades de la conquista de América. Además parece poco razonable pretender juzgar con ojos de hoy posturas de hace un siglo: Éste es el error en el que cae mucha gente al criticar, por ejemplo, el racismo de Sabino Arana, que posiblemente en su tiempo no desentonara, pero que hoy parece absolutamente desfasado -aunque si entramos en el tema del racismo a día de hoy, nadie somos racistas, pero… … … … …-.

    Y por acabar con este refrito de ideas, lo que tiene que hacer el Borbón no es condenar el régimen de Franco, lo que tiene que hacer es marcharse, él, y junto con él su familia y dejarnos tener de una vez una república (lo llevo claro).

  3. Hola l.g.:

    1) Veo lo que quieres decir, pero no estoy de acuerdo. No estamos hablando de hace un siglo ni del genocidio de los reyes católicos. Por un lado, existen supervivientes del bombardeo de Gernika, y viven aún muchas víctimas del regimen fascista español.

    2) Por el otro -y esto afecta a la homologación con el resto de democracias europeas que citabas- recuerdo en el artículo que Alemania sí ha pedido perdón por el bombardeo de Gernika, del mismo modo que ha pedido perdón por los numerosos crímenes cometidos por el nazismo en la misma época. El hecho de que haya pedido perdón no significa que sea en la actualidad un estado nazi, como pareces insinuar al poner como explicación de la actitud de la monarquía española el hecho de que no tiene nada que ver aquello con lo de ahora. Históricamente, está mucho más relacionado con el fascismo Juan Carlos I que el Presidente alemán -sea quién sea-, y ello no ha impedido que los alemanes hagan una política al respecto diametralmente opuesta a la española, que es un conjunto de revisionismo histórico, auto-censura y respeto a la impunidad de los criminales que tira de espaldas. Bien haríamos, en este aspecto, en homologarnos con los alemanes.

    Saludos y gracias,
    pep

  4. Yo también veo lo que quieres decir y tampoco estoy de acuerdo:

    1. El hecho de que aún vivan víctimas de Franco o de (cualquiera de los dos bandos de) la guerra civil no implica que haya que actuar de diferente manera que con hechos de siglos anteriores, excepto en el posible tratamiento penal de los delitos que -opino- no deberían prescribir, y en las posibles ayudas a sus víctimas.

    2. El caso de Alemania es una opción válida, quizá la más sensible respecto a los crímenes comentidos, pero entiendo que es igualmente legítimo no asumir como propios actos de regímenes anteriores (siempre y cuando no se esté por el otro lado tratando de justificar esos regímenes). Si se cortan amarras con la dictadura conviene hacerlo de una forma clara. A partir de ahí que cada cual apechugue con sus actos. Y si no se cortan amarras… malo, malo.