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25-10-08

PSOE, Programa electoral, pág. 14:

«Una clara opción europeísta; el respaldo a la legalidad internacional
que representan las Naciones Unidas;»

Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos

Resolución 2200 A (XXI) de la Asamblea General, aprobada el 16 de diciembre de 1966:

«Artículo I
1. Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación. En virtud de este derecho establecen libremente su condición política y proveen asimismo a su desarrollo económico, social y cultural.

Artículo 50
Las disposiciones del presente Pacto serán aplicables a todas las partes componentes de los Estados federales, sin limitación ni excepción alguna.»

PSOE, programa electoral, pág. 60:

«El modelo de Estado de las autonomías, que tiene de facto las características de un sistema federal, ha funcionado y funciona bien, en términos generales, y es un pilar esencial del Estado Social y Democrático de Derecho.»

Presidente Rodríguez Zapatero, 30/09/07:

«Ibarretxe se equivoca de país, de continente y de siglo».

Nótese que el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, hoy vigente y suscrito por el Reino de España, no es de aplicación ni a «algunos» países ni en «algunos» continentes ni en «algunos» siglos, sino que, y a diferencia de lo que sostiene la frase del Presidente Zapatero opuesta a toda legalidad internacional, es de aplicación a «todos» los países -firmantes-, en «todos» los continentes y en «todos» los siglos -desde su aprobación, y hasta que se cambie-.

Siempre en Vanguardia

El diario monárquico, ex-franquista y ex-hitleriano La Vanguardia ha empezado la semana con fuerza nueva, dedicando un sonoro editorial al auge del soberanismo en la República de Charneguistán.
En primer lugar, La Vanguardia censuraba a «aquel celebrado actor que no consigue diferenciar los ingeniosos balbuceos de su personaje televisivo de la lamentable charlatanería de sus mítines» y a «aquel destemplado jurista que ha conseguido notoriedad denunciando a un Estado de cuyo aparato participa«. Y no solo eso: les acusaba de obtener un «tratamiento periodístico muy por encima de su representatividad«.
Lo primero que hay que señalar es que es una señal de buen gusto llamar a la gente por sus nombres. Sí, como asumiendo que las personas pueden tener opiniones distintas sin por ello ser merecedoras de descalificaciones personales de igual altura intelectual a las que usa lo más cabestro de la sociedad catalana contra el Conde de Godó.
Minando el sistema desde dentro
Snif.

Por otro lado, el hecho de que el vocal del CGPJ Alfons López Tena -cuya comparación con Joel Joan es más propia de un periódico deportivo que de un medio serio- cobre del Estado no implica necesariamente que no pueda criticar al estado. Por ejemplo, una cultura democrática mínimamente decente y respetuosa con el pluralismo no debe exigir -¡jamás!- a La Vanguardia que cese en sus críticas al ayuntamiento o a la generalitat por el hecho de que gran parte de sus ingresos sean producto de campañas institucionales o de suscripciones contratadas por las instituciones reseñadas. Del mismo modo, el hecho de que Ciutadans esté en contra del autogobierno de los catalanes no debe significar merma alguna de su insoslayable derecho -y el de sus votantes- a estar en el parlamento.
Y eso por no hablar del regocijo de los maledicentes que, con sonrisa de oreja a oreja, constatan el diferente trato dado por La Vanguardia a López Tena y a su inolvidable antecesor en el CGPJ, Don Pascual Estivill.
Además, la sorpendente observación sobre la atención pública que puedan estar recibiendo las plataformas soberanistas -que en La Vanguardia se ha limitado a a) un semáforo rojo a López Tena sito justo al lado de un semáforo verde al alcalde de Sabadell, denunciado ante la fiscalía anti-corrupción y b) una inelegante observación sobre «las vivaces sirenitas del independentismo pret-a porter» del siempre señorial Enric Juliana- no deja de chocar: en el propio editorial y en el del día anterior se hablaba a todo gas de la microscópica minoría que se dedicó a prender fuego a las fotografías de S.M. el Rey. No dejaría de ser paradójico que se promoviera el silenciamiento de las plataformas soberanistas y, en su lugar, tuviéramos un set de fotos de chandaleros quemabanderas. Menos aún existiendo temas fundamentales a los que se pueden dedicar páginas y páginas -hasta 15, incluyendo portada y editorial- como, por ejemplo, una corrida de toros. Con un par.
Los demócratas de toda la vida, siempre presentes
Je, je

A juicio del periódico barcelonés «se trata de un soberanismo de vuelo gallináceo, tan estridente como irreflexivo, fundado en los tópicos de la visión romántica de la historia«. La centenaria trayectoria del periódico puede dar para una enciclopedia de ornitología -con atención especial para las gallinas, pero sin desmerecer a las águilas-. Sin embargo, se antoja un pelín estridente, irreflexivo incluso, poner en un editorial expresiones como «vuelo gallináceo» para descalificar a quién discrepa de las muy legítimas opiniones del medio. Por otro lado, no deja de ser explicativo del panorama periodístico español que en menos de una semana dos medios, empresas familiares para más señas, y uno de ellos manejado por una familia con título nobiliario, acudan raudos y veloces al épico combate contra los tópicos de la visión romántica de la historia.
Todo ello, por supuesto, sin hablar del hecho bien discutible- aún cuando La Vanguardia parezca darlo por probado- de que un vuelo gallináceo tenga algo que envidiar al pollo desplumado que, en forma de estatuto recortado -y sin OPA-, nos vendieron como gran mejora en el mismo periódico.
Y encima, el Hispania cerrado por una avería de la compañía del gas. Ays…

“Vamos a jubilar a Zidane”

Como era previsible después de múltiples crónicas, artículos y tertulias -que combinaban encendidas loas con pronósticos de mayorías que ni el PCUS, oiga- de los locuaces periodistas de la prensa monárquica y nacionalista española, el actual presidente del EBB, Josu Jon Imaz, ha abandonado la política, en lo que constituye una mala noticia para el PNV.

Imaz se marcha después de haber afrontado una época muy difícil con un PNV expulsado de la centralidad política por la -también- farsa de las negociaciones entre el Gobierno y la eta -«dentro de un año estaremos mejor», etc.-. Con un balance que no pasa del aprobado justo -descensos electorales, alejamiento con respecto a EA y división interna-, su carrera en el PNV acabó en el momento en que el Presidente Zapatero decidió vetar el acuerdo de gobierno entre el PSN y Nafarroa Bai en favor del gobierno nacional-católico de UPN. En ese momento quedó en evidencia el recorrido político que tenía el «pactismo» con el nacionalismo español, e Imaz se quedó a la intemperie.

Ya a la desesperada, ha tratado de echar basura sobre su partido y sobre el gobierno tripartito y ha reinterpretado los documentos del PNV a su antojo en medios de comunicación, para acabar tomando la puerta de salida dos días después de que el PNV empezara a vender a la opinión pública que la aprobación por unanimidad de su ponencia política ponía fin a las divisiones internas.

Vamos, vamos, que nos vamos…
Su salida no supone, desde luego, derrota alguna para las ideas que ha defendido en el PNV. Una parte importante de la militancia peneuvera piensa como él, aunque prefiera las asambleas a las páginas de opinión de El País para expresar sus opiniones. La lucha interna por la configuración de la próxima ejecutiva va a seguir, en este caso con el sector soberanista y el aglutinado alrededor de Iñigo Urkullu -el que aupó a Imaz a la presidencia como «candidato de consenso», y el que le ha echado de la misma-. Sin embargo, sí supone un fracaso para el PNV haber perdido a una persona de la talla política de Josu Jon Imaz. Por más que su actitud hacia Ibarretxe haya sido más propia de un militante del Partido Anti-taurino que de un Presidente del EBB, la obligación de un partido como el PNV es no perder a gente como Imaz y, en el caso de que sea inevitable, hacerlo minimizando el daño.

Quedan dos semanas para que el Lehendakari inicie el curso político con el debate de Política General en el cual anunciará de qué manera pretende fomentar la participación -algo para lo que le faculta la ponencia recientemente aprobada- del pueblo vasco en el desbloqueo del conflicto político, tal y como se comprometió.

Una vez más menospreciado por sus rivales políticos, Ibarretxe vuelve a caer de pie -de momento- y va a volver a necesitar de los intelectuales del PPSOE -los del 11-M- para enganchar a las partes del electorado menos amigas del ultranacionalismo español. De momento ya han empezado a colaborar fragmentando el voto de «nosotros-los-demócratas», lo que no es poco.

Montilla

Que digo yo que está muy bien eso de llegar al cargo prometiendo «hechos y no palabras» y vendiéndose como «un gestor», pero entonces no pidas en el discurso de la Diada nada menos que «actitud positiva», «confianza», «que la preocupación y el enojo justificados no lleven al pesimismo» y «disculpas una vez más», además de afirmar que «no hay motivos para desfallecer», «hay motivos para la esperanza», y todo ello para lograr que «Catalunya sea más fuerte».

Chapuza institucional
Fotos, no fets

Que a mí ni me va ni me viene porque todo la demagogia de la gestión y el sentido común me recuerda al Mussolini prometedor de trenes -por no hablar de sus hermanos alemanes- y no soy demasiado fan de esa metodología de acción política basada en la concepción del ciudadano como un menor de edad, pero por comentarlo…

La Catalunya que viene

Hará cosa de dos años, uno de los intelectuales precursores del partido ultranacionalista Ciutadans, Félix Ovejero, publicó un artículo en el periódico monárquico El País. En él, y desde la izquierda ilustrada y opuesta a la sinrazón nacionalista, defendía que Catalunya no puede ser una «nación objetiva» porque «los apellidos resultan muy reveladores» y «el 65% de los catalanes tenemos raíces fuera de Cataluña».

El próximo 11 de Setiembre se presentará el Foro por el Derecho a decidir, impulsado por el escritor y profesor de derecho constitucional Héctor López Bofill, próximo a ERC, y el miembro del Consejo General del Poder Judicial Josep Alfons López Tena, próximo a CDC. Este Foro, como muchas otras asociaciones y sectores sociales catalanes que crecen como setas gracias al hecho objetivo de que no podemos decir aquello de «están locos estos romanos», a la vista de las infraestrucutras perpetradas contra los catalanes por los sucesivos gobiernos nacionalistas españoles, es un ejemplo más del muy esperanzador proceso soberanista que pusieron en marcha Artur Mas y el Presidente Zapatero.

Aunque eso sí: no sé si les gustará a los que cuentan porcentajes de apellidos y escrutan naciones objetivas.

Firmado: Popota, a Proud Friend of Charnego Power.

El posibilismo con eñe

Hay un sector de los hoy enfrentados en el PNV que ha conseguido pactar con todo Dios, desde el Partido Popular a Herri Batasuna, incluyendo los actuales -y difíciles- pactos en las diputaciones alavesa y gipuzkoana. Hay otro sector de los hoy enfrentados en el PNV que ha conseguido cerrar un único pacto en la vida -en Santoña, para más señas- y que tiene en su haber esperpentos como el Tamayazo navarro.

La prensa española no duda en etiquetar unánimemente a uno de esos dos sectores como «posibilista» -como dando a entender que es razonable, civilizado y capaz de dialogar y llegar a acuerdos- y en tachar al otro de radical, visionario, excluyente, iluminado, empecinado y alejado de la realidad.

Propuesta: una coca-cola para el que acierte a qué sectores corresponden las etiquetas adjudicadas por los all-stars del 11-M.

El Parlamento Europeo

Mientras seguimos haciendo tiempo a la espera de que el Presidente del Gobierno -si lo estima oportuno- informe en el Parlamento de los motivos que le han llevado a aceptar sin consultar con nadie los cambios en el tratado «constitucional» europeo que votamos los españoles, bueno será tratar el tema con el ánimo de fomentar el debate sobre Europa.

Los últimos tiempos han visto como europeistas de toda la vida -empezando por Monsieur Giscard- han empezado, hundido el intento de constitución, a vender la moto de que la clave del buen funcionamiento del invento es mantener el poder de los estados para maniobrar -siempre a favor del bien común, por supuesto- a las espaldas del pueblo sin estar sometidos a la inestabilidad que provoca la democracia directa, léase referendums y demás distorsiones en el buen hacer de sus señorías de Bruselas.

Es una postura que si bien es intelectualmente controvertida puede ser defendida con argumentos sólidos y convincentes -ejemplo: «¿Por qué Europa liderará el Siglo XXI», Mark Leonard-. No se sabe muy bien qué tiene que ver esta postura con la manera como se ha vendido la moto de la integración europea por aquí abajo, pero uno tampoco debe pecar de exceso de ambición con respecto al funcionamiento de la «joven democracia española».

Sin embargo, bueno sería que los efectos de este viraje efectuado por los próceres de la patria europea no se limiten a los beneficiarios de su ardua tarea -nosotros, sí-, y lleguen también a otras formas de participación en las instituciones.

Por ejemplo, las elecciones al Parlamento Europeo, cuyo único fruto es un barato pero irrelevante contrapeso al poder de los estados y dar salida a numerosos políticos fracasados. Las oficinas del mismo podrían ser destinadas a albergar especies en extinción, icebergs o exiliados políticos, y un día al año se podría instaurar una recepción oficial con sus canapés y sus copas.